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José Antonio Ramírez Lozano, La patria de los náufragos, Diputación de Soria, 2020
José Cenizo Jiménez
Nos llega una nueva obra del prolífico autor José Antonio Ramírez Lozano, con más de noventa obras a sus espaldas literarias repartidas en varios géneros. Ha logrado un abrumador número de premios -los Juan Ramón Jiménez, Camilo José Cela, Azorín, etc., o el Leonor de Poesía, con este libro-. Siempre hemos alabado su capacidad de crear obras merecedoras de ser premiadas (el de la Crítica Andaluza también) y su calidad, a estas alturas, se sostiene con sólidas bases en los corrillos literarios y críticos.
Versátil, crítico si hace falta, irónico, humorístico a menudo, profundo cuando se tercia, Ramírez Lozano ha acabado formando y forjando con habilidad narrativa o, en este caso, lírica, un mundo reconocible, propio. En La patria de los náufragos -qué título tan atractivo y sugerente-, dedicado a la memoria de sus padres -qué detalle-, señala desde el primer poema, que da título al libro, el juego, la pugna entre la vida y la muerte, los muertos y los -aún- vivos. Con símbolos acuáticos -mar, pozo, agua, acequias…- nos indica en los versos finales de ese poema pórtico:
Pero, en su empeño el mar
codicia el pecio hermoso de sus cuerpos
y marca con la espuma sus dominios
la patria de los náufragos.
A partir de este inicio nos presenta los temas universales del amor y el erotismo, a la altura de lo divino; Dios -ni adorado ni temido: “Ni adoración ni miedo. Confianza le tengo”, p. 29-; el amor a la naturaleza -con una salve ecologista espléndida, p. 31-32-; los ya citados muerte, vida, tiempo, y el arte como medio para salvar los efectos de la temporalidad. Así, concluye el libro con un poema extenso, “Por burlar a la muerte”, con estos versos finales:
Solo tú eres la muerte, esa palabra
que un día te prestamos porque acabaras siendo.
En resumen, recomendable obra de poemas maduros, bien construidos, con logrado uso de los recursos estilísticos, con expresión aún más conseguida y eficaz en los poemas en que intenta la cercanía expresiva (os juro que…), aunque es un maestro en el conocimiento de la palabra a la vieja y clásica usanza y del vocabulario del campo y de lo popular, un gran hacedor de palabras desde la palabra en definitiva.
