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Leyendas de Sagitario
“El destino no reina sin la complicidad secreta del instinto y de la voluntad.”
Giovanni Papini
La constelación de Sagitario es la novena de las constelaciones del Zodíaco también conocida como el Arquero y representada como un centauro con un arco en la mano. Es la única constelación del Zodiaco que divide en dos mitades la Vía Láctea.
El arco del centauro está apuntando a la estrella Antares, el corazón del Escorpión.
La más brillante estrella de la constelación de Sagitario es Kaus Australis, la número 35 de las estrellas más brillantes de todo el firmamento. Junta a ella, se distingue Nunki, otras de las más destacadas.
Dentro de la mitología griega unos identificaron la Contelación de Sagitario con los mitos del Centauro Quirón y otros con el Sátiro Croto, inventor del tiro con arco.
ORIGEN DE LAS LEYENDAS DE CENTAUROS
Según Robert Graves, en su libro Mitos griegos, los centauros fueron un clan que habitaba en una región llamada Tesalia, cuyo tótem era un caballo, aunque, posiblemente, el mito sea ancestral basado en la sorpresa de las primeras tribus neolíticas que vieron jinetes a caballo, sobre el segundo milenio antes de Cristo a finales de la Edad del Bronce.
Fue animal psicopompo, es decir, conductor de los difuntos al Hades. aunque el Centauro no es un jinete que ha dominado al caballo, sino un jinete que es uno con su caballo, es decir, psiquis y soma, mente y cuerpo van en la misma dirección
Muchas son las historias que se cuentan sobre el origen de los centauros.
Según algunos escritores griegos, los centauros eran los hijos de Ixión, y la nube ninfa Néfele, que en aquella época había adoptado la forma de Hera, esposa de Zeus.
Otros aseguran que las criaturas eran descendientes de Centauro, un hijo del dios Apolo y las yeguas de Magnesia. Como se ve la zoofilia en la mitología griega es muy común entre los dioses.
Otros pueblos, por su parte, afirmaban que Zeus era el progenitor de los centauros, a quienes creó cuando Ixión de Tesalia, rey de los Lápidas, enamorado de Hera, la mujer de Zeus, le declaró su fervierte pasión. Ella, ufana por darle celos, se lo contó inmediatamente a su marido, que fabricó de una nube una figura que simulaba perfectamente la imagen de Hera haciendo que Ixión se emparejara con ella, dando a luz un ser monstruoso, mitad humano mitad caballo, cuya descendencia fue la los centauros, violentos animales pendencieros, salvajes, con una gran facilidad para embriagarse y luego raptar y violar doncellas. Se embriagaban con vino, cerveza, masticaban hojas de laurel, comían carne cruda y correteaban por los bosques que habitaban las montañas de Tesalia -en el Monte Ossa- tal como aparecen en la Iliada de Homero simbolizando la fuerza bruta, insensata y ciega.
Robert Graves examinando muchos grabados y vasijas de la antigua Grecia, también llegó a la conclusión que consumían un potente hongo alucinógeno conocido como amanita muscaria, que constituía una ambrosía o alimento exclusivo de los dioses.
EL CENTAURO QUIRÓN : EL SANADOR HERIDO
Si tuviéramos que equiparar el mito de Quirón al siglo XXI podría ser el personaje Doctor Gregory House, el singular genio de la medicina de la serie que lleva su mismo nombre, encargado de resolver casos como lo haría Sherlock Holmes en el Princenton Plainsboro de Nueva Jersey. Sabe mucho del dolor humano, porque él también está herido de una herida incurable.
He aquí como nuestro mitos están escritos en las estrellas hasta perderse en el origen de los tiempos, permanecen vigentes por ser constituyentes de la mismísima condición humana.
El origen nacimiento de Quirón tiene varias versiones, expongo algunas más conocidas.
Era hijo de Cronos, padre de Zeus esposo de Rea y Fílira, una ninfa, hija del Océano, que escapando del acoso de Cronos, se convirtió en yegua, aunque Cronos, a su vez se convirtió en un caballo para poderse aparear con ella. De esta unión nació Quirón, mitad caballo, mitad hombre. Tras el parto Fílira, la madre, observó horrorizada la una gran malformación en la parte inferior de su cuerpo, era la de un caballo suplicó morir y fue transmutada por Zeus en un árbol de tilo.
Otra versión es que Cronos, convertido en caballo, estaba en plena cópula con la ninfa oceánide Fílira hasta que fue sorprendido por su celosa esposa Rea, entonces se escapó al galope. De aquel semi “coitus interruptus “ nació Quirón y su horrorizada madre abandonó después de nacer. El pequeño centauro fue adoptado por Apolo y muy amado por los Dioses del Olimpo que le enseñaron múltiples de sus habilidades y conocimientos.
De ahí el origen de convertirse en el tutor de muchos de los héroes de la Antigua Grecia. Maestro en el arte: de la caza, el tiro con arco, las estrategias en el arte de la guerra, cartógrafo celeste, la medicina, la cirugía, la sanación de animales, las plantas medicinales, la música y la poesía … así, se encargó personalmente de la educación de personajes como : Áyax,Teseo, Jasón, Aristeo, Acteón, Heracles,Asclepio, Aristeo, Acteón. Céfalo, Melanión, Néstor, Anfiarao, Peleo, Telamón, Meleagro, Hipólito, Palamedes, Cástor, Pólux, Macaón, Podalirio, Antíloco, Eneas y Aquiles.
Dicen que Quirón alimentó a Aquiles con jabalíes, entrañas de león y médula de oso para aumentar su valentía; además, le enseñó el tiro con arco, montar a caballo, lanzar el disco, y familiarizarse con las técnicas del pugilato. Varias obras artísticas nos muestran a Aquiles tocando la lira e incluso iniciándose en la escritura. También lo formó en el arte de la elocuencia y la curación de las heridas.
LA HERIDA DE QUIRÓN
Otro de sus discípulos, Heracles, tuvo varios enfrentamientos muy violentos con los centauros.
En cierta ocasión, habiendo sido invitado por el centauro Folo mientras se encontraba cazando al jabalí Erimanthische (uno de los 12 trabajos que le había impuesto Zeus para convertirse en inmortal) se quejó de que no le habían servido vino antes que a él. Folo le dijo que Dionisios, el Dios del vino, quería fuese servido antes a todos los centauros, que una vez destapada la jarra acudieron al olor de su aroma. Así empezó una pelea en la que Heracles mató a varios centauros con sus flechas envenenadas en el veneno de la hidra. Una de sus flechas se clavó accidentalmente en el cuerpo de Quirón, infringiéndole una tan dolorosa herida incurable, que le llevó desear y buscar la muerte para liberarse del dolor.
Quirón, al ser inmortal, sufría incesantemente y, a pesar de sus conocimientos sobre medicina y de herbolárea sanadora, no lograba sanar su propia herida. Pero fue, justo este dolor, el que lo empujaba a buscar constantemente una manera de sanarse y esto incrementaba su capacidad para ayudar a los demás.
Heracles, su discípulo, que lo había herido accidentalmente, se propuso encontrar a la Muerte para liberarle del sufrimiento eterno. Para ello recorrió la Tierra y el Inframundo hasta encontrar a Prometeo, un Titán encadenado al Cáucaso por Zeus, como castigo por haber regalado el fuego a los hombres. Según el mito cada día, sufría el suplicio de un águila bajaba del Olimpo devorándole el hígado, volvería a regenerarse hasta el día siguiente así hasta que alguien se apiadase de él, renunciara a su inmortalidad y aceptase morir en su lugar. Quirón tomó su lugar, muriendo y liberando a Prometeo del tormento eterno.
Como recompensa por su proceder, por su piedad y desgracia, Zeus lo situó en los cielos como la constelación de Sagitario, apuntando al corazón de la Constelación de Escorpio, por si el escorpión osaba atacar en algún momento a su vecino y muy amado Heracles, su pupilo, también convertido en constelación.
EL CENTAURO NESO
El centauro Neso fue el que llevó a cabo la venganza sobre Heracles por haber matado a sus compañeros centauros y recibir de él mismo una flecha mortal envenenada con el veneno de la Hydra.
Deyánira era la mujer de Heracles, Neso, herido, planeó una argucia de vengador astuto, susurrándole a Deyánira el filtro de amor más eficaz para recuperar el amor de Heracles, si alguna vez se alejaba de ella por otra mujer. Le indicó guardase sangre que manaba de su herida para que en el momento tuviese celos de otra mujer, vertiese poco sobre sus ropas. De esta manera nunca le podría ser infiel. Así guardó la pócima de la la sangre de Neso.
Años después, cuando la incertidumbre y los celos se apoderaron de Deyánira siguió el consejo de Neso y hisopó unas gotas de sangre en su toga. Al ponerse sus ropas salpicadas de sangre, se le pegaron a la piel como un elemento químico inflamable del que Heracles sufrió tales quemaduras que le causaron una muerte extremadamente dolorosa.
Zeus lo colocó en el firmamento en forma de Constelación.
EL SÁTIRO CROTUS, INVENTOR DE LOS APLAUSOS
Otra de las versiones del mito de Sagitario consideraba que en realidad la constelación de Sagitario fue inventada precisamente por el propio Quirón para ayudar a los Argonautas en su búsqueda del vellocino dorado.
Otras que Sagitario es el Sátiro Crotus que vivía en el Monte Helicón. Inventó el arte de disparar con arco e iba habitualmente a visitar a las Musas para entretenerlas y admirarlas.
Mientras las escuchaba, las alababa por medio de una palmada, gesto que fue imitado por otros, por lo que se consideraba que se le considera el inventor del aplauso.
Las Musas, complacidas por haberse sentido reconocidas por su talento, cuando murió, pidieron a Zeus que pusiera a Croto entre las constelaciones.
SAGITARIO EN LA ASTROLOGIA SUMERIA BABILONIA
Aunque el origen de Sagitario se remonta a la mitología babilónica, donde se representaba al ARQUERO como un ser temible con dos cabezas, cola de escorpión, alas, cuerpo de caballos y otras mezclas.
Entre los mitos sumerios existía por otro lado la figura de Pabilsag, de características similares a Sagitario cuyo nombre significa que podría traducirse como Antecesor, o Ascendiente, que era encargado de guiar las almas de los muertos hacia el cielo, similar a lo que podrían ser las Harpías en la mitología griega y que también eran figuras mitad humanas, mitad animales.
En su representación artística Pabilsag, en los primeros tiempos es una mezcolanza de varias criaturas diferentes, posteriormente se quedaron solamente la parte inferior de caballo y la superior de hombre.
SAGITARIO EN LA TRASCENDENCIA HUMANA
El centauro es literalmente el “símbolo” de unificar en la condición humana: animal racional, naturaleza y quimera metafísica entre la tierra de las bestias y el cielo de los dioses puesto que representan la doble naturaleza humana, bestial y divina, instintiva y civilizada.
La Constelación de Sagitario lleva escrita el mito del centauro que ayuda a la Humanidad relacionado con la figura de Quirón, que no pertenece a los centauros dominados por los instintos animales, salvajes e incontrolados, si no a su antítesis: a los jinetes, que doman y amaestran las fuerzas elementales y animales, utilizándolas consciente e inteligentemente.
Con frecuencia, la actitud del signo de Sagitario, como el personaje de Quirón, sufre de cierta amargura y dolor; pero es lo que precisamente lo impulsa a volar cada vez más alto. Sagitario no se siente cómodo con las limitaciones del mundo real, es por esta razón que siempre busca la expansión, el crecimiento, nuevos horizontes, nuevos conocimientos, nuevas experiencias y nuevas verdades.
Pero también según la astrología, cada uno de nosotros llevamos una herida de Quirón profunda, que puede impulsarnos al conocimiento de la sanación de nosotros mismos y a la de nuestros semejantes, por saberla reconocer, como cuando en un espejo contemplamos la propia flecha envenenada rasgando nuestra carne. y
COMO LA HERIDA DEL CENTAURO QUIRÓN
Nadie puede domar la soledad de otro,
es sombra que infiltra cuanto toca,
llaga de Quirón que nunca puede curarse.
Así a la vista, cada hombre camina
con su cojera a cuestas,
con su ojo tuerto,
con su brazo manco…
pero con mil cicatrices dolientes,
secretas, en los añicos del alma:
Un amor en cruz,
la amputación de la muerte,
un abandono,
una injusticia sin fin,
una impotencia…
o la puñalada cainita
de otro ser humano.
Todos supervivientes,
obstinándonos en seguir en pie;
solo porque alguien nos sigue amando,
con las mismas sus fuerzas,
desesperadamente,
más allá de nosotros.
MARÍA TERESA BRAVO BAÑÓN
Bibliografía consultada:
Greene, Liz: La biblia de las criaturas míticas, ediciones Obelisco.
Reinhart, Melanie: La biblia de las criaturas míticas, editorial Urano.
Las saetas de Quirón: Escritor Miguel Ángel García Alzugara
La biblia de las criaturas míticas, de Brenda Rosen. (Ediciones Gaia)