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Por el gusto de leer a Cervantes, de Aurora Egido
“Libre nací y en mi libertad me fundo”. Fue Cervantes un independiente genio de sencillez ceñida a la pasión creadora.
La advertencia de Aurora Egido, autora de esta magnífica obra, Por el gusto de leer a Cervantes, manifestando con gozo que: “Leer a Cervantes hace que se recupere la sensatez” No puede ser más certera la frase, si paseamos la mirada y los sentidos por nuestra sociedad, donde la mediocridad crece a un ritmo desordenado. Con intenciones de muy voluntaria ignorancia cultural bien planificada, placentera para los poderes establecidos. Muy consciente ellos de que quien lee calidad literaria piensa, luego existe. Y uno ingenuamente o con picardía se pregunta: ¿Cómo analizaría Cervantes la España actual donde la alienación conducida por el poder establecido es cada día más alarmante y por tanto de mayor enajenación.
Por el gusto de leer a nuestro genio, fruto de una profunda familiaridad con el universo cervantino, que muestra el rico y expresivo contenido de sus dieciocho capítulos de los que está ricamente compuesta “La clave de las obras literarias se encuentra a veces en la historia de su recepción. No deja de ser interesante, en este sentido, comprobar la huella que las novelas ejemplares dejaron en su tiempo…”
“Lejos de la voluntad aleccionadora o erudita de otros, Cervantes trató de provocar el gusto de los lectores y cuanto de provecho se dedujera de ellos” Importante destacar el compromiso del autor de Don Quijote su defensa de la libertad siempre fiel a sí mismo: “Libre nací y en mi libertad me fundo”. Fue Cervantes un independiente defensor del genio llevado de mano de la sencillez ceñida a la pasión creadora, partiendo del desprecio a los falsos por brillantes escritores con genio. De aquí su “voluntad de parir un personaje nunca visto ni oído la que impulsó a Cervantes , dejándose llevar por la esencia misma del genio, entendido como facultad engendradora”
Sus planteamientos de creador literario leyendo su obra nos muestra que “Cervantes nunca llegó a los extremos conceptuales que buscaron la rapidez y la ocultación el brillo de las agudezas afiladas y penetrantes que forzaban la claridad elocutiva, demostrando que se podía ser agudo y sutil con extremada sencillez”. Acertada muestra de una claridad no que razona Aurora Egido cuando confirma que Cervantes, “es un ejemplo de cómo la literatura muestra la capacidad de trascender la historia personal y la general para ofrecernos un mundo capaz de sostenerse más allá de los estragos del tiempo”. El ingenio de nuestro Genio representa el movimiento continuo en los personajes tanto en el teatro como en sus Novelas Ejemplares, todo un viaje en los cambios de sus personajes, traslado del espacio literario en toda la amplia geografía en las que insobornablemente deja el testigo de la vida social que flota en la lucha por la vida y el sentido de ser de la razón frente a todo tipo de enfrentamientos y desencuentros.
“La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres”. Don Quijote de La Mancha. Segunda parte. Capítulo LVIII
Aurora Egido es Catedrática Emérita de Literatura Española de la Universidad de Zaragoza, doctora honoris causa por la Universidad Carlos III, Premio Nacional de Investigación en Humanidades, Académica electa y actual Secretaria de la Real Academia Española. Miembro Correspondiente de la British Academy y Presidenta de la Asociación Internacional de Hispanistas, ha sido profesora en distintas universidades españolas y extranjeras, así como Vicerrectora de Humanidades en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. Entre otras distinciones, ha recibido el Premio «Baltasar Gracián», Les Palmes Académiques y la Medalla de Oro de Castilla-La Mancha. Especialista en los Siglos de Oro, ha estudiado y editado a autores como San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Jesús, Cervantes, Góngora, Gracián o Calderón de la Barca.
Francisco Vélez Nieto