Con experiencia en comunicación y periodismo digital, actualmente es director y editor de contenidos del Diario Digital Luz Cultural desde su inicio en 2013.
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Por: Agustín Redondo
Conversamos con uno de los autores españoles con una obra más intensa y extensa. Nacido en Villagarcía de la Torre, Badajoz, la crítica lo considera un heredero de los grandes narradores, la fuerza de sus argumentos reside en las pasiones y los conflictos que se generan en torno al amor. Como si fuera un Balzac contemporáneo, sus historias son una apoteósica amalgama de la condición humana. El derecho y la filosofía son sus estudios académicos, pero el escritor alimenta su experiencia principalmente del género humano.
-¿Qué es la literatura para José Rodríguez Chaves?
La palabra literatura viene de la raíz latina littera (letra), y por eso se conoce la literatura como una rama de las Letras. Esto es banal. Porque la llamada literatura no es letras, aunque se escribe con letras, por supuesto; pero también los tratados científicos, y los filosóficos, o del género que fueren, se escriben con letras
, y no se les da el nombre de literatura. Hay una frase despectiva que se emplea en el lenguaje corriente cuando ya se ha dicho todo lo que se consideraba importante de un asunto; esa frase es: “Lo demás es literatura”.
La llamada literatura se encuadra de lleno en las Humanidades, y el auténtico, el verdadero escritor, es un humanista, en toda la extensión de la palabra. Y la misión de un humanista es el conocimiento del hombre y de la vida humana, por lo que el escritor participa de la tarea del filósofo, y el buscarles, al hombre y a la vida humana, a través de sus historias de ficción, y aun de la poesía, el poeta, un sentido a la existencia, sin el cual todo en la vida se resuelve en un absurdo y en un no valer la vida la pena de ser vivida. El humanismo parte del hombre, pasa por el hombre, y se dirige al fin último de la vida humana, o ultimidad, sin el cual el humanismo ni nada de todo lo demás, tiene sentido.
También le incumbe a todo auténtico escritor una misión de belleza, que puede conseguir con sus libros, en el ámbito de la poesía y en el de la narrativa; pero es que la belleza en sí y por sí es un gran bien, y todo bien digno de este nombre toca en la verdad, y la verdad y el bien son las más altas y cumplidas metas del ser humano.
-¿En qué se inspira para escribir?
Los motivos de inspiración son infinitos. Puede ser un hecho humano, una persona, una vivencia, el vuelo de una mariposa, el correr de un riachuelo, el trino de un jilguero, la sonrisa de un niño, las lágrimas de una mujer, la brisa moviendo las hojas de los árboles, una acción infame, una bella acción, y, en fin, todo cuanto de humano, o de divino, o de la Naturaleza, nos sale al paso, por doquier…
-¿Cómo es su proceso creativo día a día?
No tengo pautas definidas al respecto. Me atengo, en todo caso, al Nulla dies sine linea de la sentencia de Plinio.
-¿Quiénes son sus autores de referencia?
Citaré, de la antigüedad, a Homero, a Virgilio, a Aristóteles, al Obispo de Hipona, y de tiempos más cercanos de nosotros, a Dante, al gran 
Cervantes, a Shakespeare, a Leopardi, a Dostoiewsky, a Tolstoy, y no es caer en el tópico, es que son realidades insoslayables. De todos modos, no se puede designar a ningún escritor en términos absolutos, pues cada uno posee unos valores propios e intransferibles. Entre los españoles contemporáneos, en sentido amplio, me ceñiré a Azorín, por su fina, límpida, antirretórica, gozosa escritura; a Ortega y Gasset, por su pensamiento y su valiosa escritura; a Unamuno, por su inquietud intelectual y espiritual, o sea, axial de la existencia humana; y por su recia escritura; a otro vasco, Baroja, por interés narrativo de su obra…
-Su obra es intensa tanto en poesía como en narrativa. ¿En qué género se siente más cómodo?
Cómodo no es la palabra adecuada. Misteriosamente, el género elige al creador, y no al revés.
-Si tuviera que definirse como autor, ¿qué clase de escritor sería?
Un escritor de conciencia libre e independiente comprometido con los valores que hacen hombre al hombre.
-En sus novelas, además de argumentos que llaman poderosamente la atención de los lectores, encontramos filosofía. ¿Concibe al escritor como un filósofo que cuenta historias?
El verdadero, el auténtico escritor que narra, plantea a través de sus personajes y de sus historias, asuntos que afectan al meollo del hecho 
humano, y que hagan pensar, y sobre todo, reaccionar contra lo baladí, estéril, anodino, estúpido, y todo ello, por medio de una escritura que atraiga de manera efectiva al lector. Es la misión inalienable de todo auténtico escritor.
-¿Que cuenta en su reciente novela Grita Juventud?
Es la historia de unos jóvenes, cuyo vigor y energía, propios de sus años, a unos los hacen derivar por derroteros peligrosos, el “vive peligrosamente”, de Nietzsche, y otros se esfuerzan en encauzarlos hacia el ideal de sus vidas.
-¿Ya tiene una nueva obra en mente?
Siempre.
