Alicia Aza

Alicia Aza

Carlos J. Rascón
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Alicia Aza

Abogada en ejercicio. Miembro de la Asociación Colegial de Escritores de España.

alicia_azap_545x319Ha publicado los poemarios: El libro de los árboles (Editorial Ánfora Nova, 2010), que fue distinguido como Finalista del Premio Andalucía de la Crítica 2011; El viaje del invierno (Editorial Ánfora Nova, 2011), que fue galardonado con el Premio Internacional de Poesía “Rosalía de Castro” 2011 y Las huellas fértiles (Editorial Ánfora Nova, 2014). También ha publicado la edición serigráfica La estación fría, ilustrada por el pintor Francisco Escalera (Editorial Ánfora Nova, 2011). Su obra literaria ha sido incluida en diversas antologías de carácter internacional.

En el ámbito de la narrativa, es autora de diversos relatos breves que han sido publicados en diferentes revistas literarias.

Ha realizado labores de coordinación editorial.

Su obra poética ha sido traducida al italiano, serbio, francés, búlgaro e inglés.

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ISOLDA

 Cógeme la mano, amor
que vengo muy mal herido,
herido de amor huido,
¡herido!
¡muerto de amor!
FEDERICO GARCÍA LORCA

Emprenderemos juntos un viaje sin retorno,
nos acariciarán las olas
los cuerpos entregados
en las aguas templadas de una pasión divina.
Nos rozarán las velas
la sequedad de nuestros labios
y beberemos juntos
pócima transparente.
Yacerán nuestros sueños en el mástil
de mis penas lastradas,
un tronco a la deriva
por el mar de los sauces
y los peces en mágico equilibrio.
Besarás la espiral de mi cabello
y te conmoverá hasta las entrañas
mi nuca inaccesible de heredera
en tierras esparcidas por el Norte.

Te curaré las llagas bajo la luna roja
y lo perpetuo de mis manos
en tu labios de escarcha.
Yo te convertiré en mi fiel murmullo
y venceremos juntos nuestras sombras
con la punzada cálida de amor,
espectro luminoso en nuestras letras.
Y si un día has de morir,
conviértete en la estrella de mi umbral,
en el eco de mis pisadas,
en la mentira de mis noches.
Ilumina lo oscuro de mis muslos,
deshaz el nudo de mi lengua,
sopla la brasa de mis ojos.
Y mis lágrimas de sal inundarán perennes
la nave de la frágil singladura.
Solo una cosa te suplico:
¡No mueras en mis brazos!

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EURÍDICE

Eras el horizonte luminoso
de las noches sin velas ni letargos,
donde la oscuridad vence al olvido
y el resuello corrompe la amargura.

Me hablaste de aquel sueño de arrecifes
en las tierras lejanas y vidriosas
de mares del cortejo receloso
lejano de sus burdos cumplimientos.

Pero tu voz quebrada y solitaria
se confundió en la mía sin compases
y me transformó en lira de tus cantos,
halcón para tus ojos sometidos,
nenúfar de tus noches turbulentas,
crimen para tus labios de ceniza.

Y te amé mito débil de papel,
desarmado en tu aliento palpitante
con ritmo de cadera de otras voces.

Seré una silueta en tu memoria,
daré viento al molino de tus ojos,
armas para tu torso de guerrero.

Pero nunca susurres mi canción
o morirás ahogado con los besos
líquidos de las novias inmortales.

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PENÉLOPE

Encontrarás mis huellas
en cada superficie inexistente,
en los espejos rotos
de la ciudad que cruje,
en el refugio fresco de una imagen,
aroma del rescoldo de tus noches.
Esperaré en la puerta,
panal de mi desdicha,
con el marco quebrado de mis labios.
Sonarán pretendientes las campanas
¡Sones halagadores!

Mientras, destejo fiel el firmamento
y sucede tirana la distancia.

Te imagino muy lejos de mi faro,
navegante de mares aristócratas
y traigo luz divina
a tu quehacer bohemio.
¡Hebras de libertad que me entregaste!

Regresarás un día
y descubrirás solo
memoria del silencio,
restos de una quimera
en el nido extraviado.

Todo se desvanece con las sombras.

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DIOSA DEL MAR EN THIEN HAU

Esperar, esperar, esperar presta
a que la nada llegue victoriosa
y rompa lo afilado de la noche
y provoque el insomnio de los mares.
Lejos quedó el olvido de latidos
donde el sueño es vigilia de los héroes
y el tropel me perturba abandonado
en el secreto suave de la lluvia.
Navego por los párpados ajenos
de luz y tu mirada redentora,
rayas de tinta china asfixiantes
con inciensos del aire evanescente.
Te custodian tortugas y dragones.

 

 

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Ana María Romero Yebra
Ana María Romero Yebra
9 years ago

Me encantan los poemas de Alicia y me dio mucha alegría conocerla en Madrid hace unos meses. La admiro mucho por su calidad poética y además me parece bellísima por dentro y por fuera.

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