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Miguel Ángel Villar, Volver atrás (Antología poética)
BARRO Y POESÍA: LO HUMANO RADICAL EN LA POESÍA DE MIGUEL ÁNGEL VILLAR
José Cenizo Jiménez
En el prólogo de esta antología de poemas de toda una vida de Miguel Ángel Villar, poeta presidente del colectivo Gallo de Vidrio de Sevilla, Carmen Arjona nos dice que aquí podremos descubrir “tanto de la vida, que nos empuja como leves muñecos de barro”. Destaca la vertiente de denuncia o compromiso junto a temas clásicos que no pueden faltar como la soledad, el amor, el tiempo, etc.
De todo esto encontraremos en estos versos elaborados desde una posición humana radical, en el sentido de que veremos los temas universales citados -amor, soledad, muerte…- enfocados desde cierto existencialismo, un pesimismo adherido a la condición humana, compatible sin duda con la esperanza. Somos, dice en algunos poemas y es el título de uno de sus libros, que somos muñecos de barro, con lo que nos lleva al origen mismo de la creación, a la inconsistencia y fragilidad humanas, contra la que la poesía, la palabra serán medios no sólo de expresión poderosa sino grandes fuentes de alivio. “Me queda la palabra”, como dijo un poeta que seguro atrae a Villar, el gran Blas de Otero. O Antonio Machado, al que el colectivo Gallo de Vidrio ha rendido grandes honores. También Juan Ramón Jiménez o Luis Cernuda aparecen citados en este libro, al segundo se le dedica un poema.
En verso libre escribe nuestro autor, y a veces en soleares de tres versos o coplas de cuatro versos (también llamadas cuartetas asonantadas o cantares). Ya en la antología de coplas flamencas De la tierra al aire, de 1992, coeditada por Gallo de Vidrio y Fundación Machado, que tuvimos ocasión de coordinar y donde también participamos, están recogidas algunas de las composiciones de ese tipo que aparecen recordadas aquí, en diversos tonos: el risueño o cómico (“Soledad de cementerios. / To´ llenito de muertos / y no se hablan, qué serios”), el de denuncia (“Con olivos retorcí´os / y con la tierra colorá´ / hay en España un cortijo / ¡siémbralo con libertad”), el amor (“Se escapó a la serranía / la mocita de mis sueños / sin saber que la quería”), etc.
Tiene Villar una voz personal, reconocible. Hay un sentido existencial profundo, unas formas simbólicas que conforman su visión. Así símbolos como la noche, la luna, el barro, o como “la arena reseca” que expresa el tempus fugit, el inevitable paso del tiempo. El barro es uno de los más repetidos y sugerentes, como en este fragmento del poema “Ha llegado el momento” (pp. 50-51).
Un muñeco de barro
se ha partido,
y es que los muñecos de barro
no conocen su esencia,
y no piensa el barro que, mojado,
se deshace y pierde la forma,
En poemas como “Las noches caen” (p. 23) confiesa su pesimismo -”Hoy ha caído la noche / en mi alma”-, pero en otros el amor, además de la poesía, le sirve de apoyo, con todos sus perfiles sensoriales, “y esculpiendo en tu carne mi propia carne / un monumento de pasión y amor”, o, en fin, expresado con palabras claras y luminosas como en “Tu llegada es azul” (p. 47), que termina:
Hoy es cualquier fecha,
en ti siempre es presente,
en mí siempre es deseo.
Quédate otra vez.
Buen compendio de la inspiración poética (con el añadido de un relato breve, “Bolboreta”) de Miguel Ángel Villar, hombre y poeta sensible no sólo a la belleza de la vida sino también a su revés: el dolor, la muerte, la injusticia, la guerra, la maldad o la soledad. Aún hay tiempo para nuevos frutos, que esperamos ver pronto, pues una antología no cierra nada si vive el poeta, naturalmente, sólo recopila un trabajo personal hasta el momento de su edición; es más, es una invitación a añadir algo. El tiempo y el poeta nos dirán.
Miguel Ángel Villar, Volver atrás (Antología poética), Sevilla, Gallo de Vidrio, 2022
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