- TE EMPAQUETAN Y TE SILENCIAN - 18 de abril de 2025
- MELANCOLÍA DE DRÁCULA - 6 de abril de 2025
- NOSOTROS, INATRAPABLES - 9 de marzo de 2025
MELANCOLÍA DE DRÁCULA
(Ya no hay sangre en el mundo)
He visto a Dràcula decepcionado con este mundo donde no hay más que máquinas. Ya no tengo cuellos delicados que morder, dice. Ya no tengo sangre que me dé energía. No tengo pieles sutiles que acariciar.
Ya no tengo tinieblas para esconderme, lo vigilan todo, lo cuadriculan todo. Lo reducen todo a fórmulas. Antes escuchaba a Chopin mientras mordía ternuras proustianas. Ahora me ponen grabaciones repetitivas.
La noche ya no es noche, todo es luz empobrecedora de comisaría. La luz que lo deja escapar todo.
Nos empobrecemos porque nos entregamos a las máquinas. Nos atrofiamos porque decimos: eso ya lo hace la máquina. No hace falta memoria porque ya tenemos ordenadores.
Pero los ordenadores solo almacenan datos pero no atmósferas, sutilezas, restos de sueños, olores cruzados con otros olores, matices, realidades inatrapables. El ordenador te puede dar millones de millones de datos sobre tu tía.
Pero no eso impalpable que tú recuerdas de tu tía. No el encanto secreto de tu tía.
Y así nos empobrecemos. Dejamos de hacer millones de cosas a nuestra manera viva pues ya lo hacen las máquinas a su manera mecánica y muerta. Y los rebaños idiotas no notan la diferencia. No necesitamos el mundo infinito pues lo resume el ordenador y lo mata con sus millones de datos y sus algoritmos y sus fórmulas. Y así nos empobrecemos y no nos damos cuenta.
Y también perdemos la imaginación, la intuición, el olfato interior, la sensibilidad, el entusiasmo, tantas cosas. Los ordenadores nos empobrecen el mundo y nos matan a nosotros pero nosotros tan contentos.
Ves a tu novia por esa máquina a distancia, me importa un cojón como se llame, pero ese mecanismo a distancia no te da tantas cosas de tu novia, no solo su olor imperceptible, algo sutil en sus párpados que no reproduce la pantalla tan estridente y de alta fidelidad, pero con tan poca fidelidad para las sutilezas, para el mundo vivo y real.
Y sustituimos todo lo vivo por sucedáneos mecánicos y nos vale. Qué digo, a mí no me vale, les vale a los idiotas masificados que lo tragan todo, que dicen sí a todo si ese todo es lo último, aunque lo último sea cortarles la cabeza. Y así empobrecemos el mundo y nos empobrecemos nosotros. Lo reducimos todo a procesos mecánicos, a fórmulas, a códigos. Y el mundo entero así palidece y se desangra.
Sin fin las máquinas nos desangran. Pero no queremos sangre, ahora queremos horchata sintética y diseñada.
Ya lo dice Drácula, me lo confesó en un tren en Rumanía: Ahora ya no me apetece morder cuellos, estos humanos tienen una sangre adulterada, parece fabricada en laboratorios. Y tiene un sabor asqueroso y no me energía ninguna.
Y las amantes. En lugar de las amantes que veis en las películas de la Productora Hammer, que daba gusto morderlas, ahora me ponen mujeres de leche merengada, subproductos fabricados en laboratorio. Seres manipulados genéticamente que ni se sabe lo que son. No me aportan nada, ni me hace gracia quitarles la ropa.
Tampoco los vampiros homosexuales que salen en una película de Polanski sienten ahora ilusión ninguna. Todo son realidades virtuales fabricadas por Elon Musk y humanoides de plástico con sabor a chicle sintético. Ya no tiene gracia ser vampiro, me dijo Drácula.
Todo se acabará cuando me quiten la noche, me dijo. Pero yo le contesté: Todavía tenemos noche. Y en ella suenan los Nocturnos de Chopin tan libres. Y se oye crecer, como mostraba Nikolaus Lenau, los juncos junto a los pantanos en Hungría.
Las máquinas nos desangran, pero sin gracia ninguna.
Drácula ya no sabe qué hace, no sabe adónde ir. Antes hablaba con mujeres profundas antes de morderlas profundamente. Ahora todo le sabe a hojalata, a tornillo. Quiere escuchar la voz refinada de una mujer misteriosa y solo escucha clic, clic Una vez quiso estremecer con su mano a una mujer y de ella salió una grabación: Ahora puede usar tarjetas in contacto, con estremecimientos eléctricos. Con simulaciones inmejorables.
Drácula vaga melancólico, ya casi no tiene montañas donde meditar. Los Cárpatos se los van a diseñar y los convertirán en triángulos perfectos. En lugar del olor a harina le pondrán la geometría helada.
He visto a Drácula mas decepcionado que nunca. Ha dicho: No pensé que esta Humanidad se suicidara de este modo. Hablaban de aquella secta de Brasil pero ahora lo hace la Humanidad entera. No pensé que se desangrara a sí misma de este modo.
Creo que se va a refugiar en la literatura. Hasta que encuentre el modo de instalarse en otro planeta.
ANTONIO COSTA GÓMEZ
CONSUELO DE ARCO: CASA DE BRAM STOKER EN DUBLÍN
MELANCOLÍA DE DRÁCULA