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JOSÉ JULIO CABANILLAS, ESOS TUS OJOS
DE LO HUMANO Y LO DIVINO
JOSÉ CENIZO JIMÉNEZ
La colección de poesía Númenor de Sevilla, dirigida por el profesor Fidel Villegas, lleva editados treinta y dos poemarios en una incansable y prestigiosa labor. Entre los últimos autores, encontramos a Enrique García-Máiquez, Rocío Arana, Fernando Ortiz, Jesús Beades, Luis María Rufino Pozo o el que ahora nos ocupa, José Julio Cabanillas, con el libro Esos tus ojos, un acercamiento poético a lo humano y lo divino.
Cabanillas (Granada, 1958) forma parte de la generación de los 80 y ha publicado en exigentes editoriales como Renacimiento o Pre-Textos. Básicamente poeta, escritor al fin y al cabo, no ha dejado de transitar también por la prosa, con la novela Benzelá, centrada en sus recuerdos familiares en el pueblo jiennense de Torredonjimeno, y los poemas en prosa de La luna y el sol.
Vigilia tituló su antología de Renacimiento y una vigilia es también la que creemos que, desde la perspectiva de creyente, religiosa, marca de la colección Númenor, mantiene en estos poemas en formas libres, aunque no falten otras más encorsetadas como el soneto. Demuestra su gusto por la repetición, la anáfora y el paralelismo, para enfatizar sus ideas y creencias, su búsqueda interior y exterior de Dios en todas las cosas, así como por las referencias o alusiones bíblicas (Getsemaní, Jesús preso…) y el uso de símbolos que le ayuden a expresar su mundo poético como la luna, las sombras, el mar o determinados animales (un perro abandonado, el cuervo, el pez martillo…). “Quien oye hablar al mar ya nunca vuelve” (p. 39), dice en un verso muy logrado. Y en otros poemas se refiere a la luna en términos de pesimismo: “Vino desde un costado de la luna / abierto en par en par pues ya está muerta, / la pobre luna que nos da su sangre / en que arden las estrellas y los ojos” (p. 46).
Y san Juan, cómo no, de cabecera, de guía, así en poemas como “Esta mañana” (p. 50), que se inicia:
Te di mi corazón esta mañana.
Sólo tú y yo sabemos la casa, el cuarto, la hora.
Y termina:
Y esos dos gorriones gozaban en las ramas.
Robaste el corazón, y a mí no me has tomado.
No faltan poemas sugerentes. Que el amable lector interprete este breve ejemplo con el que nos despedimos de este poeta siempre a la altura de la mejor poesía:
MALHAMBRE
Dicen que no fue Dios sino el diablo
quien una noche dijo amor, amor.
Y brotó un tiburón bajo las aguas.
JOSÉ JULIO CABANILLAS, ESOS TUS OJOS, SEVILLA, FUNDACIÓN ALTAIR, COL. NÚMENOR, SEVILLA, 2023