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EDICIONES PADILLA, FELIZ CUMPLEAÑOS
LA EDITORIAL SEVILLANA EDITA LIBROS DESDE 1969
José Cenizo Jiménez
La editorial sevillana Padilla Ediciones cumple muchos años, cincuenta y cinco, de esfuerzo y de dedicación a la cultura editorial, desde que fue fundada en 1969. En nuestra tesis doctoral sobre grupos, revistas y colecciones de poesía que surgen en los años setenta del siglo pasado en Sevilla, recogemos información y estudio sobre la colección Dendrónoma, de dicha editorial. Ofrecemos este estudio, teniendo en cuenta que lo reproducimos tal como aparece en la tesis doctoral, defendida en 1998, y luego en el libro que editó la Universidad de Sevilla. Por fortuna, los autores han aumentado su recorrido literario desde entonces, y algunos, por desgracia, ya no están entre nosotros. Enhorabuena a la editorial, con el recuerdo de José Manuel Padilla, todo un lujo para la cultura y todo un personaje, y a todos los que aún la llevan para adelante en estos difíciles tiempos, así como a todos cuantos han publicado en ella.
Aquí enlace a la página de la editorial: https://www.padillalibros.com/
LA COLECCIÓN DENDRÓNOMA
- ACERCAMIENTO HISTÓRICO-CRÍTICO
Surgen el grupo y la colección en 1980, si bien desde unos meses antes se venían reuniendo los componentes (José Aº. Moreno Jurado, Manuel Jurado López y Rafael Gómez Rivera) en tertulias y encuentros diversos. Pensaban que hacía falta una forma distinta de realizar físicamente el libro. Al principio, colaboraron con ellos otras personas como Jesús Aguado o Juan Lamillar.
La calidad se constituyó en su norte, tanto de fondo como de forma (de tipografía y edición, desde luego). Pretendían aunar la creación joven junto con la de los más consagrados. Publican la primera obra de Kavafis e introducen en España a un poeta muy importante en Francia, Philippe Jaccottec.
Se distribuyen los libros a escala nacional. Del libro de Elytis llegaron a hacerse varias ediciones. Se sostenían de las subvenciones (pocas) y de las suscripciones. Presentaban los libros que publicaban: así, p. ej., el de Montesinos sobre Pongilioni en la Biblioteca Pública o los primeros libros de la colección en Córdoba.
Dendrónoma es una palabra de origen griego. No la registra el DRAE, pero significa “Nombre de planta o árbol”.
Acabó el grupo o la colección porque era una experiencia más vivencial que literaria. Otros factores externos fueron el hecho de que Manuel Jurado se trasladara a Suiza para impartir clases de español, con la consiguiente ruptura obligada del grupo promotor.
Los libros de Dendrónoma son inconsútiles de 30 a 35 hojas de papel registro ahuesado de 60 Kilos y tamaño 17 x 24 cm., paginación romana y grabado. Impresos en la antigua letra Marqués. Cubierta en forma de carpeta en papel Guarro verjurado de 30 Kilos, según la información ofrecida en el catálogo de Padilla Libros.
ACOGIDA CRÍTICA
Quizás la crítica más importante aparecida sobre las publicaciones de Dendrónoma sea la de Emilio Miró en la revista Ínsula (1982:6-7). Sobre la colección en general, escribe este elogioso comentario: “Una nueva -pero no una más- colección poética apareció recientemente en Sevilla y ha publicado ya varios y valiosos volúmenes (…). He escrito que no es una colección más porque nos encontramos ante verdaderas joyas bibliográficas, ante un auténtico lujo editorial: carpetas que contienen los pliegos (tamaño cuartilla) independientes, en cartulina, numerados con numeración romana y con el grabado de la colección, en pequeño, en uno de los ángulos inferiores de la hoja. Como quería y gustaba Juan Ramón Jiménez, el mejor y más hermoso continente para la poesía” (p. 6).
Inmediatamente analiza las diferentes antologías y recopilaciones aparecidas en la colección. Refiriéndose a las de Pongilioni, Vando-Villar y Bacarisse dice que se trata de “tres interesantes y oportunas ediciones de otros tantos poetas bastante o totalmente olvidados” (p. 6). De la de Pongilioni, en concreto, escribe: “(…) resulta más meritoria aún esta edición de Montesinos y su erudita y clarificadora introducción” (p. 6). De la de Isaac del Vando, poeta ultraísta, escribe que se trata de una “recuperación, casi descubrimiento” (p. 7). Y de la antología de Bacarisse, un escritor que se adscribe cronológicamente a la generación del 27 y que supone un eslabón en la superación del modernismo, escribe muy elogiosamente sobre el valor de la introducción de Jorge Urrutia.
Precisamente este profesor, en Historia de la literatura española (1981:135), haciendo balance del año literario de 1980, cita las publicaciones de Dendrónoma, concretamente el número inicial auspiciado por Rafael Montesinos, de quien dice que ha hecho sólo una aproximación al problema, abriendo puertas para posteriores estudios no sólo sobre Bécquer o Pongilini, sino sobre toda la escuela poética sevillana del XIX. Del núm. 2, el libro de Isaac del Vando-Villar, promotor de la revista Grecia, escribe: “Es una pena que no venga precedida por el prólogo que a todas luces exigía la obra, para aclarar lo que de ultraísta pueda tener el libro”.
Otros críticos se han ocupado de alguna de las obras publicadas en la colección. Así García Ulecia ha comentado Conciencia del instante, de Raquel Rico; Rafael Alfaro y Fernando Tuvilla Daimon de la niebla, de Moreno Jurado; etc.
MIEMBROS DE DENDRÓNOMA
JOSÉ ANTONIO MORENO JURADO
Nació en Sevilla el día 13 de junio de 1946.
Doctor en Filología Clásica, es actualmente catedrático de Lengua y Literatura españolas en el CEI de Sevilla.
Desde 1969 hasta 1975 reside en Madrid, en donde se le concede el Premio Adonáis de Poesía 1973.
Cofundador de la editorial sevillana Dendrónoma, recibe el Premio Aldebarán en 1976. Becado por el Ministerio de Cultura en el curso 1982-83 (y recientemente en el curso 89-90), obtiene más tarde el Premio Internacional de Poesía Juan Ramón Jiménez en 1985.
Es traductor de distintos poetas griegos contemporáneos, entre los que figuran Odysseas Elytis (Premio Nobel 1979) Karjotakis, los miembros de la Generación de 1930 y Yorgos Seferis (Premio Nobel 1963), autor sobre el que versa su tesis doctoral.
Libros de poemas publicados: Ditirambos para mi propia burla (Madrid, Adonais-Rialp, 1974); Razón de la presencia (Sevilla, Aldebarán, 1977); Fedro. Poemas (Sevilla-Madrid, Endymion-Ayuso-Padilla Libros, 1979); Daimon de la niebla (Sevilla, Dendrónoma, 1980); Para un dios de invierno, plaquette (Riotinto, Huelva, Pliegos de Mineral, 1981); Bajar a la memoria (Huelva, col. Premios Juan Ramón Jiménez, 1985); Mitología personal (Granada, col. Genil, 1985, núm. 25, y Granada, col. Anade, 1986); Antología (Sevilla, Publicaciones del C.E.I. de Sevilla, 1987); Aracne I (Sevilla, Padilla-Libros, 1989); Variaciones al estilo de Nanos Valaoritis (Madrid, Hiperión, 1990).
Ha realizado asimismo numerosas traducciones de obras de la literatura griega y otras de ensayo y crítica: Poemas de O. Elytis (Sevilla, col. Cuadernos de la Araña, Padilla-Libros, 1979, núm. 1); El Sol primero, de O. Elytis (Sevilla, (Dendrónoma, tres ediciones, 1980); Ruptura y mímesis. Aproximación a la joven poesía sevillana (Sevilla, 1982); Yorgos Seferis. Estudio y Antología (Madrid, Júcar, 1988); Antología General. O. Elytis (Madrid, Alianza Tres, 1989); Antología General de la poesía andaluza -en colaboración con Manuel Jurado López, cuatro tomos-, proyecto editorial de la sevillana Padilla Libros; etc.
Inclusión en antologías: Una llamada al misterio, de Rafael Alfaro (Barcelona, Edebé, 1974); A la orilla del sol, de Juan de Dios Ruiz-Copete (Sevilla, Aldebarán, 1978); Antología de la joven poesía andaluza, A.A.V.V. (Málaga, rev. Litoral, 1982); Cuarta antología de Adonais (Madrid, Rialp, Col. Adonais, 1983, núms. 400-401); Poetas andaluces (Cuadernos del sur, supl. del Diario Córdoba, 2-IV-1987); “Veinte años de poesía en Sevilla”, AA. VV. (Postdata, 9 -Murcia, 1989-); Poesía sevillana 1950-1990 (Brenes, Sevilla, Muñoz y Montraveta, 1992).
MANUEL JURADO LÓPEZ
Nació en Sevilla en 1942.
Es profesor de Lengua y Literatura españolas de Enseñanza Secundaria.
Ha colaborado asiduamente en revistas especializadas en la crítica y en la creación, así como en periódicos y suplementos culturales diversos: Peña Labra, Cal, Pandero, Cuadernos Hispanoamericanos, Diario Hoy, Diario Córdoba, etc.
Ha publicado diversos libros de poemas: Va madurando el tiempo (Sevilla, Ángaro, 1976), Piedra adolescente (Palencia, 1978), Ejercicio dual (Sevilla, 1979), Elemental liturgia (Madrid, 1979), La constante falacia del espejo (Talavera de la Reina, 1979), De amore (Sevilla, Dendrónoma, 1982), Doble filo (Avilés, 1988), Poemas aljarafíes (Damasco, 1989), País de invierno (Madrid, Adonais, 1992), Viajero en el desierto (Pamplona, 1991), Música y nieve (Granada, 1992), La ciudadela (Alcalá de Henares, 1993), Manuscritos de Berlín (Valdepeñas, 1993), Poemas de Ginebra (Madrid, 1993) y El cantor de boleros (El Ferrol, 1995).
Ha escrito asimismo novelas y libros de ensayo. Entre las primeras, Trístula (1985), Las pirámides de sal (19899, El caballero de la melancolía (1991) y El bebedor de bourbon (1995); entre los segundos, La poesía sevillana de los años setenta (Sevilla, Barro, 1980) y Antología de la poesía suiza contemporánea (Alicante, Aguaclara, 1995). Prepara su tesis doctoral sobre la poesía de José Luis Núñez, fundador de Aldebarán.
Ha recibido importantes premios literarios; entre los de poesía, destacamos los premios Ana del Valle 1985, Rosa de Damasco (Siria) 1989, Ciudad de Alcalá de Henares 1991, Juan Alcaide 1991, Río Arga 1991, Pérez Embid 1992, Jaén 1992, Tiflos 1993 o Esquío 1995.
RAFAEL GÓMEZ RIVERA
Nació en Córdoba en 1937, pero reside en Sevilla desde hace 1958. Licenciado en Historia.
Libros publicados: Resumen para el tiempo (Sevilla, Aldebarán, 1980), El tercer horizonte (Sevilla, Dendrónoma, 1981), El exilio y los templos (Premio Mundial de Poesía Mística “Fernando Rielo”).
Ha publicado poemas sueltos en diversas publicaciones y en la antología Poetas de Fuenteovejuna. Poetas a su tierra.
- ESTUDIO LITERARIO
- 1. POÉTICA
Con motivo de la presentación de El sol primero de O. Elytis y de otras ediciones de Dendrónoma en El Aula de Poesía del Círculo de la Amistad de Córdoba (20-XI-1980), se editó un tríptico que incluía poemas de A. Pongilioni, Isaac del Vando-Villar, Moreno Jurado y O. Elytis, así como una relación de los objetivos de Dendrónoma.
Copiamos literalmente el mencionado programa:
“Dendrónoma, colección de poesía, nace con la responsabilidad y el rigor necesarios para restablecer, de un lado, el sentido estético de la tradición tipográfica andaluza y, de otro, renovar los sistemas formales de las ediciones convencionales de libros de poesía.
Desde el punto de vista programático esta colección se plantea los siguientes presupuestos:
* Rescatar del olvido aquellas obras de poetas andaluces que son en la actualidad desconocidos para el lector medio, pero que, en su momento, significaron un paso importante en la renovación del lenguaje poético.
* Posibilitar la publicación de los poetas jóvenes que, a juicio de los representantes de la colección, reúnan condiciones estimables en su labor creativa.
* Divulgar la obra de poetas consagrados, andaluces o no, para continuar una de las claves identificativas de la poesía andaluza: su universalidad”.
Según Manuel Jurado López, las tres bases de Dendrónoma serían el humanismo poético (el hombre como soporte del hecho poético), la indagación en el lenguaje y la mezcla de tradición y renovación.
- 2. LOS LIBROS DE LA COLECCIÓN
Se publicaron doce libros desde 1980 hasta 1982. Por tratarse de una colección de escaso número de libros editados, haremos un comentario general de aquéllos que tengan relación con la poesía sevillana de la etapa que nos ocupa.
Nº. 1 (30 de mayo de 1980).- Primera antología poética (1853-1865), de Arístides Pongilioni.
Se hicieron 650 ejemplares.
La selección, introducción y notas son de Rafael Montesinos.
El valor de esta edición es que, según Montesinos, es la primera antología poética de Pongilioni, desde que publicó en 1865 su único libro, Ráfagas poéticas.
La edición de Dendrónoma contiene catorce poemas.
Nº. 2 (30 de mayo de 1980).- Daimon en la niebla, de José Aº. Moreno Jurado.
Se hicieron 650 ejemplares.
Sin introducción.
Dotado de una exquisita expresión y un exacto dominio del verso, Moreno Jurado -miembro de Dendrónoma-, en este libro despliega un vocabulario basado en palabras clave como niebla, invierno, sombra -(…) Cada sombra es presagio / de la sombra mayor que recelabas”, p. XII-, monotonía -(…) Vivir es aceptar/ la gélida canción de tu monotonía”, p. XIII-, infancia, etc.
Quizá en estos versos podamos encontrar la clave del título del libro (p. XXII):
Este oscuro vacío de las yedras
que celan el azul.
Este cansancio
de ser entre los hombres la apariencia.
Este estado de llama
que me hiere tocando lo sublime.
Ahora taladra el daimon
la verdadera imagen de la niebla.
Nº. 3 (24 de octubre de 1980).- La sombrilla japonesa, de Isaac del Vando-Villar.
Se hicieron 650 ejemplares.
“Luna llena” es el poema que reproducían en el tríptico que sirvió de presentación de la obra en Córdoba (20-XI-1980). El poema está dedicado a Ramón Gómez de la Serna:
Devuélvele sus globos a los niños.
Redoma de estrellas de colores.
Espejo de bolsillo para los pensadores.
Bandeja de oro para las Salomé ultraístas.
Sudario blanco para los enamorados de la Muerte.
Tamboril alegre de la Virgen del Rocío.
Gargantilla de perlas para las novias tristes.
Sombrilla de seda de equilibrista japonesa.
(…)
Nº. 4 (1 de marzo de 1981).- El sol primero, de Odysseas Elytis.
Se hicieron 500 ejemplares.
Sin introducción. Elytis es Premio Nobel de Literatura 1979.
Moreno Jurado es el autor de la traducción. Nos ofrece los versos sin puntuación.
La naturaleza y el verano recorren gran parte de la obra, de un preciosismo exquisito en léxico y expresión, con imágenes bellas no exentas de asociaciones intrépidas o herméticas.
Nº. 5 (1 de marzo de 1981).- El tercer horizonte, de Rafael Gómez Rivera.
Se hicieron 650 ejemplares.
Sin introducción.
El autor es otro de los fundadores de Dendrónoma.
Usa la polimetría y el verso libre, con apreciable soltura.
Su poemario se divide en dos partes: “La luz” y “Y el laberinto”.
Gómez Rivera nos habla del amor, del hombre, del tiempo y de la muerte, como aquí (p. VII):
(…)
No escuchéis a la muerte. Ese chacal tan íntimo
es sólo voz del tiempo. No acabará jamás
el latido de amor por los pasos de un hombre,
aunque sólo una cañas testifiquen su grito.
El ritmo del destino con que nos consagramos
exige el sacrificio de descifrar las horas.
En otro lugar (p. XII), insiste en la Muerte:
(…)
la muerte es sólo un gesto desprendido
en otoño, que el viento nos repite
a cada primavera, cuando el árbol
central del paraíso, luz amante,
recoja de la tierra el jugo vivo
que dejaron las señas en el suelo.
Ni paso, ni final ni esencia alguna
es el morir. La muerte es innombrable.
Sólo la vida es nombre. Ella sólo
se existe y perpetúa. Ella es sentido,
hálito abarcador, inmenso círculo
ante el cual el morir es apertura
de vida exacta en emoción de tiempo.
No hay promesa. La vida ya es eterna:
continuidad perenne del origen.
La clave del título puede estar aquí (p. XXI):
(…)
Del sótano del tiempo, bajo sus piedras húmedas,
discurren los murmullos de un caudal insondable
que reclama la muerte de la prosa.
No vivimos instantes en llanura,
sino en ritmos que trazan los relieves
de un tecer horizonte de misterio.
Sobre la impotencia de la palabra, escribe lo siguiente (pp.
XXIII-XXIV):
(…)
que la palabra hermosa trabada a los esfuerzos
del arte,
es un fantasma al cabo que no basta
(…).
En la parte “Y el laberinto” abunda el léxico de lo sombrío y nocturno: sombra, fantasma, tenebroso, brumas, caverna, oscuro, nocturnos, negro, noche…
Nº. 6 (16 de abril de 1981).- El jardín mojado, de Juan Cobos Wilkins.
Se hicieron 650 ejemplares.
Sin introducción.
De nuevo observamos la huida de la rima, la afición por la polimetría y el verso libre.
En “Entrad” (pp. IV-V) nos anima a entrar en “el jardín recién llovido. / Entrar en el jardín, / goteante, / con luz. / En el Jardín Mojado (…)”, pues:
(…)
Quien aquí es,
ama y pasea. No violenta su ciclo.
Sólo mima a los seres y,
a veces,
intenta la caricia.
Incluso su presencia les es desconocida,
porque también se ignora que él existe.
Pero con ellos vive. Estrechamente
unido por estambres.
(…)
“La rosa intocable” (pp. VIII-IX) es un homenaje a Juan Ramón Jiménez y “Pesadilla del 13 de VII” (pp. X-XI) un recuerdo a García Lorca.
Wilkins se inclina por el culturalismo y por las palabras poco usuales en poemas como “Safocolibrí” (P. XVI) -términos como lobelias, artemisa, glicinas, Leúcades, lekané, lolio, etc.- o “El abrazo” (p. XX) – otros como fíbula, beso de Rodin, sibila, etc.-.
En “El amor verde” (p. XIX), un excelente poema, encontramos toda la fuerza amorosa y la sensualidad con alcance cósmico y natural: “Quiero ser fruto / y deshacerme contra el cielo estrellado de tu boca”.
Igual fuerza encontramos en “En el segundo reino” (p. XXII):
Hago el amor
tan dulce
con las plantas
que dudo si soy un vegetal
y es esta forma humana un espejismo.
Existe una obsesión por el jardín, lleno de trascendencia cósmica. Así, en “Los jardines concéntricos” (p. XXIII):
(…)
Son como jardines-círculos-concéntricos
-que no terminan nunca- alrededor
de un Jardín Único
y Múltiple.
Que nunca finaliza. Así
comienza el vértigo.
Y nosotros vivimos en las Afueras.
Es decir
en
el corazón del cuento.
Soportando
las burlas de las sombras
que asoman sus cabezas tras la tapia.
El último poema, “El desierto mojado” (p. XXIX), se contrapone a los de jardines anteriores. Ahora vence el léxico más sombrío y pesimista (silencio, inmóvil, sombra…): “(…) ¿Ves? Finalmente ya avanzas.- / y te envuelve y me invade, furiosamente, en ti. /
En mí. El Desierto Mojado”.
Nº. 7 (18 de abril de 1981).- Memoria poética (1895-1931), de Mauricio Bacarisse.
Se hicieron 650 ejemplares. La edición contó con el patrocinio de la Obra Cultual de El Monte de Piedad de Sevilla.
La selección y la introducción son del profesor Jorge Urrutia.
Nº. 8 (7 de diciembre de 1981).- Jaque mate al ángel obsceno (The long and winding road), de Hermes González.
Se hicieron 650 ejemplares.
El libro no lleva introducción. Se divide en tres partes y contiene, en general, poemas breves.
El estilo nominal, sin verbos, es patente en poemas como “Antifaces (I)” (p. IX), o en “A modo de confidencia”(p. XX).
Ecos de ironía, de desdén (hay significativas dedicatorias a Manuel Machado y a Javier Salvago), de nostalgia marcan poemas como “Suicidio romántico” (p. XVIII), “La madrugada juega con cartas marcadas” (p. XVI) o “Nocturno” (p. XIV), cuyo final es éste:
(…)
No te relajas y luchas
-el corazón inservible-
contra el vicio
de la excesiva nostalgia.
La clave del título del libro está en el poema “El ángel obsceno” (p. XXX):
Juego al ajedrez con mi ángel obsceno.
Disfruto venciéndole.
Él lo intuye y por ello
me distrae con Dylan y “el hombre
puso nombre a todos los animales”.
Me hace trampas, el muy cretino.
En verdad,
algún día
tendré que asesinarle.
Nº. 9 (15 de enero de 1982).- Antología, de Philippe Jaccottet.
30 páginas. Se hicieron 600 ejemplares.
Introducción y notas de Jean-Luc Seylaz (profesor de la Universidad de Lausana (Suiza). Selección y traducción de Antonio Lara Pozuelo. Se adjunta un cuadernillo con los poemas en francés. La obra cuenta con la colaboración de la Fundación Cultural “Pro Helvetia” de Suiza.
Philippe Jaccottet nació en 1925 en Moudon, cerca de Lausanne (Suiza). Ha residido en París y en Italia. Es poeta, ensayista y crítico, así como traductor de reconocido prestigio internacional.
Nº. 10 (6-IX-1982).- De amore, de Manuel Jurado López.
Se hicieron 650 ejemplares. Patrocina la Delegación de Cultura del Ayuntamiento de Sevilla.
Sin introducción.
Se divide esta obra de uno de los componentes del grupo en dos partes: “La cúpula enjoyada” y “La quebrada armonía”.
Como nota curiosa, el libro se reparte entre el verso y la prosa poética. Estamos ante una poesía esplendorosa, metafórica
-embellecedora-, con un léxico culto -cultista a veces- y noble, como puede apreciarse, p. ej., en el poema 1 (p. V):
Emerge de la luz, del cuenco de cristal
que funde su corola, de la gota de sal,
de la espuma y el nácar. Frágil, brota del viento:
rubia caña flexible, sonoro filamento.
Como gema se muestra. Intacta, iridiscente
joya. Corazón dócil de nínfula inocente.
Reclama su atavío: piel de ciruela, tules,
aretes en la voz, muselinas azules,
ceñidor de cabellos, cíngulo y esclavina,
cortezas de limón, batista y opalina.
Elude el roce impuro de las lascivas hojas
de los nísperos de oro y de las dalias rojas.
Lentísima, recorre la ojival enramada.
Leve, frutal, virgínea, luminosa: la amada.
Preciosismo, bellísima expresión, espléndida imaginería guían la expresión sutilísima de este poeta, que dedica un buen número de sus versos al amor, a la amada, a su desnudo, como en este bello poema 2 (p. VII), que comienza: “La amada desconoce la avidez / oculta del cristal, su oscuro labio, / y muestra sin pudor su desnudez. // Con guirnaldas de acantos, desceñida, / sin azahar ni almendra ni perfume, / su imagen se repite amanecida. / (…)”.
Es habitual la imaginería procedente del mundo natural, de lo vegetal y lo animal. Así, p. ej., el amor se verá como un antiguo dios atigrado (p. XXVI).
Un libro, en fin, redondo, sin altibajos, con una primera parte más lujosa y sensual y una segunda parte más agridulce, con mezcla de lo festivo y del desencanto.
Nº. 11 (15 de junio de 1983).- Antología de poetas sevillanos. De la Ilustración a Bécquer.
Se hicieron 650 ejemplares.
La selección y presentación son de Rogelio Reyes Cano, Doctor en Filología Hispánica y profesor de la Universidad de Sevilla.
Se incluyen poemas de José Marchena (pp. VI-VIII), Manuel Mª. del Mármol (pp. IX-XIII), Manuel Mª. de Arjona (pp. XIV-XV), Félix José Reinoso (pp. XVI-XVII), José Mª. Blanco Crespo, “Blanco White” (pp. XVIII-XX), Alberto Lista (pp. XXI-XXIV), Francisco Rodríguez Zapata (pp. XXV-XXVI) y Bécquer (pp. XXVI-XXX).
Nº. 12 (8 de febrero de 1984).- Conciencia del instante, de Raquel Rico Linage.
Se hicieron 650 ejemplares.
Aparece la obra sin introducción.
Por el libro se esparcen diversas citas de Manuel Machado (“Lo precioso es el instante / que se va”), Luis Cernuda, Carlos Gurméndez, Vicente Aleixandre, etc.
Se divide en tres partes: “Las estaciones” (pp. IV-XIII), “Sentimientos” (pp. XIV- XXIII) y “Ultimo amor” (pp. XXIV-XXX).
En “Las estaciones” encontramos el mar, el tiempo, las estaciones… Sirva de muestra el poema “Regreso” (p. IX):
Vuelvo del mar, que todo lo serena.
Y Sevilla a lo lejos, bajo un cielo de oro,
se diluye en el humo de polvorientas nubes,
se deshace en la tarde como rosa marchita.
Vuelvo de mar, y ya nada recuerdo.
Abandoné un reguero de miradas,
hundí un revoloteo de sordos desafíos,
posé sobre su azul, sobre sus densos grises,
el miedo a la distancia.
Vuelvo del mar a comenzar de nuevo.
Prosigue con su equilibrada expresión en “Sentimientos”, segunda parte de la obra en la que el amor ocupa plaza fundamental, como en este poema, “Amor secreto” (p. XV):
(…)
Mas es mi amor
quien crea en tu presente
transparencias de vida sosegada,
y mi memoria
quien te mantiene puro,
enigmático y libre
como el mar en invierno.
Otro poema, el que da título al libro, acaba así:
(…)
Tropezar un instante con el otro,
sentir cómo gotean los minutos,
que el aire se perfuma con su aliento
y la boca se desangra en palabras
aturdidas, gozosas, transparentes,
mientras el pensamiento ya conoce
que será fragmentada su presencia
en pequeños recuerdos encendidos,
que alumbrarán a veces,
fuego veloz de olvido,
la terrible serpiente cotidiana.
Por último, en la tercera parte, “Último amor”, encontramos más pasión que amor, al modo aleixandrino (hay una cita inicial del poeta sevillano). Veamos un fragmento del poema “Los sentidos”:
(…)
Raro fruto de invierno, breve como destello,
el instante gozoso desvela lo absoluto.
Nuestros sentidos hablan y su voz nos redime.
García Ulecia (1984: 47) ha escrito sobre esta obra, entre otras cosas, lo siguiente: “Es en gran medida un poemario de amor y, no obstante, el justo tono que la autora ha dado a los poemas, huyendo del exceso de sentimentalismo, utilizando una expresión sobria y equilibrada, hay en el libro, sobre todo en las dos últimas secciones, un sentimiento que, por su sinceridad, su intensidad y sus aciertos estéticos, resulta muchas veces emocionante”.
- SIGNIFICACIÓN DE DENDRÓNOMA
En apenas dos años de actividad editorial, Dendrónoma sacó a la luz doce libros de poesía.
Al cuidado supremo que puso el grupo en la edición de las obras, en el soporte físico de las mismas, hay que añadir, como notabilísimo valor, haber prácticamente resucitado en Sevilla y en España la memoria poética de poetas como Arístides Pongilioni, Isaac del Vando-Villar, Mauricio Bacarisse o los poetas del grupo sevillano del siglo XVIII. Y ello de la mano de estudiosos notables (Rafael Montesinos, Jorge Urrutia o Rogelio Reyes).
Por otra parte, junto a la edición de poetas sevillanos y andaluces -Jurado López, Gómez Rivera, Moreno Jurado, Juan Cobos Wilkins…- vemos en la colección las obras de otros extranjeros contemporáneos, como el griego Elytis o el francés Philippe Jaccottet (Premio Nobel el primero, poeta reconocido en Francia el segundo; ambos escasamente editados entonces en España).
Una vocación editorial de primera magnitud, en fin, corta pero variada e intensa, que supuso en el umbral ya de la década de los ochenta una digna despedida (por su calidad) de las colecciones surgidas muy al final de la década de los setenta.
Foto: ABC, R. Doblado, noticia del homenaje al editor tras su fallecimiento en 2019.
EDICIONES PADILLA, FELIZ CUMPLEAÑOS