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Bajo la luz espectral de la murallas de Tarraco uno de los espectáculos más valorados fue el de los monólogos de diferentes personajes que nos introducían en la vida cotidiana de las ciudades romanas.
El éxito de estos monólogos reside en la capacidad de comunicar las historias contagiándonos de la magia del lugar y recordando cuánto nos gusta oír historias, cuentos, relatos, anécdotas . Volvemos a recuperar la literatura oral , el teatro como catarsis, tal como fue inventado por los griegos, esa capacidad de emocionarnos, de meternos en la empatía del personaje hasta sentirnos nosotros parte de ese personaje, con la sola simplicidad de la palabra y en el excelso decorado de las murallas romanas .
VESPILIO, EL SICARIO
Vespilio, el sicario nos contó su trágica vida . Eleazar, superviviente del holocausto de Masada , cuando los judios decidieron el holocausto . Así cada padre de familia mató a su mujer e hijos y los patriarcas que fueron quedando se mataron unos a otros, solo quedó uno que por sorteo le había tocado suicidarse . Cuando las legiones entraron en Masada no quedó nadie, solo unos niños escondidos muertos de miedo : Eleazar , de 10 años y su hermano, menor.
Su hermano fue violado y él atacó al violador. Un “ peregrinus “ es decir uno que ayudaba a los legionarios esperando obtener la ciudadanía romana, lo compró porque vio que el odio podía servir para hacer de aquel niño un sicario, es decir : un asesino a sueldo.
Errante siempre con su amo recorre las extensas tierras de la Mare Nostrum, matando con la sica o puñal doblado a los acreedores que los perseguían por deudas de juego y al final a su propio amo siendo propiedad de los guardianes del cementerio, de ahí su sobrenombre de Vespilio, el sepulturero.
Pero llega a Tarraco y le encargan la matanza de una familia entera que ha osado levantar su mano, con un atentado fallido contra el emperador Adriano que pasaba tiempo en la ciudad . Cuando Vespilio va a la domus de Altafulla a llevar a cabo su cometido, encontró a su hermano, esclavo y por petición de este, lo mató, para librarle de la esclavitud y de todas las humillaciones sufridas, desde que salió de Masada . No mató a la familia por la que le pagaron y huyó de Tarraco para salvar su vida.
ANTIOCO Y EL CLIENTELISMO
Antioco es nuevo en Tarraco, acaba de llegar de la gran urbe de Roma, le parece un poco provinciana la colonia , pero rica por su comercio y riqueza. Busca un “ patronus “ para ser su “cliente “ . El poder de la elite de cada ciudad está en función de su acceso privilegiado al control de los recursos económicos y a la toma de decisiones en las instituciones de la ciudad . La carencia de ese poder por parte de los más pobres es lo que los empuja a establecer relaciones de dependencia respecto a los más privilegiados.
En algún momento llegó a formar parte de una red de distribución de la riqueza de forma cumplía la positiva función de complementar a la las desigualdades sociales entre los ciudadanos , proporcionando servicios que contribuían a aliviar las tensiones y revueltas populares contra las élites dominantes .
El cliente busca a patronus, pide su protección y patronazgo. Cada día ha de estar muy temprano en la puerta del señor a esperar el reparto de la espórtula o especie de propina.
Todo ¿a cambio de qué ? Bueno , hoy día hemos visto muchas películas de la mafia para deducir cual era la función del clientelismo romano. Simplemente ser de su casa, tener el sentido de la pertenencia. Si el señor ríe en el teatro, él también, si hay elecciones, cuantos mayor clientela, más votos, si el señor es de un partido de cuadrígas, ellos también, si necesita un favor, ellos acudirán inmediatamente. No irán a la guerra, porque el patrón es rico y pagará mercenarios profesionales ; pero si necesita un rescate, tendrán que dar sus bienes.
A veces los invitará a cenas , muchos de los epígramas de Marcial siempre aluden a tacaños anfitriones. Al poeta Marcial le pagaban para que recitara epígramas satíricos contra enemigos de sus patronos.
El poeta Juvenal , en sus Sátiras, nos describe algunos los diversos usos sociales, y cómo a veces, la clientela servía de diversión a los poderosos.
.¿Tan famélico estás? ¿Tienes en tanto
los ultrajes que sufres en la cena,
que no te den bochorno ni quebranto?
Pues ¿no es mejor que estar a mesa ajena,
temblar de frío y el manjar grosero
comer, con que su vientre el perro llena?
Su mesa al ocupar, piensa primero
que el patricio, con don tan diminuto,
pagará tus servicios por entero.
de la amistad de un grande éste es el fruto,
Comer, y al convidarte ya se tiene
por exento de todo otro tributo.
Si por ventura a su memoria viene
el cliente olvidado, es porque un lecho,
Que está vacante en el triclinio llene.
(…) Te creíste hombre libre y convidado;
Mas él sólo te juzga un vil gorrista
por su cocina preso, y no va errado. (…)
¡Oh! Quien así te ultraja, cómo atina.
Sufre, pues, tanta afrenta resignado,
Ya que a sufrirlas rebajarte quieres;
y no tardará el día en que humillado,
la pelona cabeza sometieres
al afrentoso golpe y al castigo;
Ni el duro azote temerás,
pues eres Digno de mesa tal, de tal amigo!.
ASPASIA DE MILETO
Aspasia de Mileto ha pasado a la historia como una mujer realmente seductora e inteligente, con unas excelentes dotes de comunicación y persuasión, y también como una mujer libre, de ideas avanzadas que logró acceder a un grado de influencia y notoriedad hasta entonces reservado unicamente a los hombres.
Su talento como profesora de retórica aparece mencionado por numerosos autores importantes del Mundo Antiguo, como Platón, Jenofonte, Plutarco o Cicerón, quienes alabaron sus capacidades.
Nació en Mileto, hija de un escultor y una matemática alumna de Pitágoras
Llegó a Atenas y sufrió una gran decepción al ver el trato que las mujeres recibían en el Atenas , en contraposición a la libertad que ella había vivido en Mileto.
Pitágoras y él se enamoraron y llegó a divorciarse de su esposa para casarse con ella.
Pericles la prefirió a todas las demás mujeres, por ser, en opinión de Plutarco, una “mujer sabia y astuta”.
Aspasia encajó perfectamente en el círculo de amistades de Pericles (algunos sofistas, entre ellos Anaxágoras). El mismo Sócrates frecuentó su casa y varios de los que la trataron llevaban a sus propias mujeres para que la oyesen.
Por lo tanto, Aspasia ocupó el papel de lo que hoy llamaríamos “primera dama”. Se dice que Aspasia le escribía a Pericles algunos de sus discursos.
Pero fue vilipendiada por el mismo Aristófanes y se le acusó de ser una influencia nefasta sobre Pericles por llevar una vida de mujer libre e independiente (algo impropio de una esposa ateniense que estaban encerradas en los gineceos ). Fue atacada y ridiculizada por los conservadores, celosos de su poder e influencia.
Sufrió un grave proceso público, tras una denuncia ante el Aerópago por el delito de haber ofendido a los dioses.
Aspasia tuvo que comparecer ante un tribunal formado por 1.500 ciudadanos para responder de estas acusaciones
Este era un delito muy grave en la Grecia antigua, que podía ser castigado incluso con la muerte, como le ocurrió a Sócrates más adelante.
El propio Pericles intervino en su defensa y habló durante tres horas ante el tribunal. Tuvo que recurrir a todo su prestigio y elocuencia, e incluso a sus lágrimas, para lograr la absolución de su esposa. Según Plutarco “vertió por ella muchas lágrimas, haciendo súplicas a los jueces”.
Fue absuelta . Eso nos relató, de luto riguroso de Pericles , pues acababa de morir víctima de la peste. Nos dijo que Pericles, en su lecho de muerte, le hizo prometer que se casaría con Lisicres, el rico ateniense y ella esperaba el duelo establecido para cumplir su palabra.
Mientras tanto nos dio una lección de retórica.
VALERIA PRÓCULA , LA OBSTETRIX
Valeria Prócula nos recibe en las murallas sonriente. Nos introduce en su vida de liberta y nos cuenta su origen desconocido por ser una niña hérfana expuesta en las escaleras de los templos. Así funcionaba la ley: el niño o niña recién nacido era colocado a los pies del pater familias, si este lo aceptaba lo recogía entre sus brazos y era considerado su hijo y de su casa; si no , era dejado expuesto en las escaleras de los templos para darle una oportunidad de vivir. En Valeria se fijó una dómina que iba con su esclava
– Cógela, para algo nos servirá – le dijo a su esclava y esta fue su madre adoptiva.Esa esclava sabía de obstetrix y ella de nia , siempre la acompañaba. Cuando tenía 11 años tuvo que acudir al barrio de la Suburra a un hogar muy humilde a acudir a un parto; pero su madre adoptiva fue atacada en ese barrio tan peligroso de Roma y ella tuvo que hacerse cargo del parto de nalgas, de una pobre muchacha casi tan joven como ella.
Enterado el médico griego que acude lo ve como un prodigio, le mira los dedos y los ve finos, con las uñas cortadas, como requisito indispensable para ser una buena obstetrix. La compra y se la lleva a Alejandría donde entrará a formarse con el gran médico Soranos .
Les exigía a sus discípulas : “que sepan leer, que tengan ingenio y memoria. La obstetra debe conocer los acontecimientos urgentes y saber encontrar las causas del dolor, pues la mujer que tiene conciencia de todo lo que acontece a otra mujer, debiendo ser experta en medicina”. Aquí se pone de manifiesto una constante que ha permanecido desde la Antigüedad: debe ser una mujer la que debe encargarse de las enfermedades de las mujeres. Es cierto que el embarazo y el parto no son considerados como una enfermedad, pero su asistencia pertenece al ámbito de lo femenino y por tanto es dominio casi exclusivo de mujeres.
Nos fue describiendo todo lo necesario para el parto: aceite caliente, vaporizaciones, la silla obstétrica. Los cuidados en el postparto, la lactancia, la elección de la nodriza y la alimentación del recién nacido ocupaban la parte de su trabajo.
Pero también habían momentos duros cuando la criatura moría en el útero de la madre y había que extraerla descuartizándola, también cuando a pesar de los esfuerzos moría una madre en el peligroso trance o bien , cuando a pesar de todo el proceso , el pater familias no aceptaba al recién nacido y se le condenaba al infanticidio o a ser expuesto en las escaleras de los templos.
Al final su amo, en el testamento la mamumitió y volvió a Tarraco donde se instaló para seguir ejerciendo su trabajo, con el gran prestigio de haber sido educada por el gran obstetra Soranos .
María Teresa Bravo Bañón