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Verónica Morate Rossel, (Lima – Perú)
Educadora, realizó estudios en el Instituto Pedagógico Nacional Monterrico. Se tituló como docente de Educación Secundaria, en la Especialidad de Lengua y Literatura, e inició su experiencia docente con campesinos(as) ronderos(as) de Bambamarca- Cajamarca. Fue directora de la I.E. Sagrado Corazón de Chorrillos, del 2000 al 2005, en donde actualmente labora. Ha sido antologada en doce selecciones literarias y tres ediciones de la Revista Peruana de Literatura “Palabra en Libertad” (Amantes del País Ediciones y Gaviota Azul EDITORES). Participó también en dos muestras de poesía de la Sociedad Peruana de Poetas así como en Todas las Voces y Sinfonía Lírica (Ediciones Vicio Perpetuo, Vicio Perfecto). Este año lo hace en la Edición N° 20 de la Revista Literaria y Cultura Ínsula Barataria, que reúne una muestra de poesía escrita por mujeres en los últimos 30 años.
ARTE POÉTICA
Primer turno
entramos al juego con el cadáver exquisito
una vez revivido
clavar sin piedad el alfiler a una mariposa
consolarla
ver que aletee desesperada.
Ya prisionera, con cinismo,
consolarla otra vez
o a la inversa.
Segundo turno
extenderla cuidadosamente
secar sus alas a los soles de la noche
a las lunas de los días
recuperar el polvo tornasolado
sacudirlo de los dedos
imprimírselo
repasar sus miembros articulados
y observarla directo
a los ojos volados.
Tercer turno
dejar testimonio escrito,
sin cerrar totalmente el puño,
de la fabulosa aventura.
Elevarse en distintas direcciones
retornar al primer turno
y a otra mariposa.
CLAROSCURO
Hay días de noches claroscuras
Corpórea
sin magia ni flores
no te atreves a espiar
el asalto de tu desnudez
expuesta a la sombra del certero mordisco.
En cinegética, detrás del telón,
famélicos comediantes despedazan su sórdido parlamento
visten nuevamente la piel del fauno
husmean, ultrajan y rasgan la tuya.
Te cercan hacia el talud de dos zarpazos
te despojan de líricas promesas
inhuman el rimero festivo
con instinto tanático aúllan
sobre la inerme sublimidad
de la magia y las flores.
Mancha de tinta la línea escrita
sin tregua en el poema cortés
mudo mal versa
la laguna silenciada
las vértebras rotas del aire enrarecido
las fauces abiertas
tapiadas con miga seca y agua estancada
en el pecho roto del hambre
los centímetros de indignación
el luto contra natura.
Mancha de tinta la línea escrita
y versa
otra vez.
Lucía de grande era niña
cuando sus pies oscuros danzaban
temblaba la tierra
y se amarraba a su cintura.
“Niña, regálame tus juguetes”, así decía.
Yo se los regalaba
para volver a su sonrisa de maíz
sobre enormes barcas de totora
Extendida la lliclla
envolvía sus tesoros:
carros desllantados
tambores desteñidos
ollitas sin comida
tacitas si asa
casas sin puerta…
igual se reía.
Solo una vez su voz cruzó dos tempestades
“No, esas no, niña. Esas no quiero.
¿Para qué pues muñeca partida?”
Rapidito anudaba la manta
contenta se iba,
yo me quedaba mirando las muñecas partidas.
Cuando las recuerdo
me descuelgo por tus trenzas
hasta el desembalse de tus mejillas
y ya sé por qué quiero devolverte tu risa de lago,
grande
niña.
En la cornisa del pálpito suicida
ya no quiere ser corazón
vale más asirse al puño que golpea los latidos
cercenar sus partes
y esconderlos bajo la alfombra
por si algún día los necesita
Viento galeote
amaró los ecos
ancló la apnea
deshiló las redes
y se sumergió
a desflorar las sombras
No hay aleteo doble que esquive
el destino hacia la médula
Ahí está
queriendo alejarse del cuerpo
que te pide.