Una bellísima historia de amor
por PASCUAL SERRANO |
A veces parece que en Hollywood se vengan rodando las mismas películas desde hace tiempo. Por eso es comprensible que de vez en cuando surjan cineastas que se aburran con el mainstream, como se dice ahora, y nunca hayan acabado de encajar en el cine comercial que se hace allí. Uno de estos tipos es Spike Jonze, un director proveniente del videoclip, que ha preferido contarnos siempre historias distintas, historias como la de los problemas de un guionista consigo mismo y su alter ego (Adaptation, el ladrón de orquídeas), la de un hombre dentro de otro (Cómo ser John Malkovich), la del romance entre dos robots (I`m here) o esta excepcional historia de amor entre un hombre y un sistema operativo, que es en realidad una metáfora infinitamente bella de cualquier historia de amor inolvidable.
Descubrimos a la vez hace ya tiempo a Jonze y a su guionista habitual de sus inicios, Charlie Kaufman, autor de Una mente maravillosa, además de las películas mencionadas anteriormente, entre otras, y ambos nos parecen sencillamente fuera de lo común, casi geniales. Sus historias tienen que ver tangencialmente con la fantasía, el futuro, el tiempo, la soledad, la hiperrealidad, etc., construidas con planteamientos novedosos en el enfoque narrativo del espacio y el tiempo pero absolutamente coherentes, distanciándose aquí de experimentos similares, más o menos exitosos pero argumentalmente fraudulentos, como los de Damon Lindelof, guionista de la serie Perdidos o de la película Prometheus.
En Her ha sido capaz de sintetizar de manera simbólica una emocionante y conmovedora historia de amor entre dos personas, con el proceso de conocimiento, enamoramiento y sus fases posteriores e implicaciones incluidas, situándola en un tiempo futuro no muy lejano y focalizándola en la relación entre un hombre que acaba de ser abandonado por su mujer, cuyo trabajo es escribir cartas de amor y agradecimiento por encargo, y un sistema operativo autoconsciente, es decir, que aprende de sí mismo y de sus interacciones. Ahí es nada.
Y, sin embargo, Jonze ha trabado una historia bellísima que nos habla de la soledad, del amor, de la renovación…De los temas universales y eternos, a los que les da un enfoque distinto en un guión sobresaliente, premiado en multitud de certámenes, Oscars, Globos de Oro y Asociación de Críticos, incluidos.
Y para ello cuenta con el trabajo excepcional del protagonista, Joaquin Phoenix, cuya mirada y expresión es el reflejo de los sentimientos más profundos de su personaje -vean el cartel y miren su rostro a ver qué les sugiere-, de un hombre derrotado y sólo, todavía enamorado de su mujer a la que ha perdido y en proceso de cambio hacia un sitio al que no sabe cómo ir, que se encuentra en el camino con la voz sensual (la de Scarlett Johansson en la VOSE) y complaciente de un sistema operativo que le da lo que necesita con la generosidad de un enamorado.
Phoenix, un actor al que admiramos profundamente -recuerden su papel, tan distinto a este, en Gladiator-, que no acaba de encontrar su hueco en la industria y que ni siquiera fue seleccionado a los Oscar como mejor actor, hace en esta película un papel sencillamente extraordinario, basado en la contención y en la expresividad de sus gestos, logrando reflejar en su mirada, su voz y sus movimientos toda la pena, la nostalgia, la incertidumbre, la derrota, el enamoramiento, el resurgimiento… de su personaje. Le acompañan una Amy Adams (La gran estafa americana, The Fighter, Sunshine cleaning …) brillante y comedida y una Rooney Mara (La red social… ) muy correcta en sus papeles secundarios.
Como Jonze viene del videoclip, tal y como apuntábamos antes, da mucha importancia a la forma, destacando una puesta en escena colorida, futurista y vanguardista, cuidada con detalle, con potentes imágenes y planos llamativos, y una música excelente del mítico grupo canadiense Arcade Fire, uno de nuestros preferidos, que de hecho estuvo seleccionada para los Oscar, junto con la canción original, Moon song, de Karen O, y la dirección artística, que acabamos de mencionar.
Una advertencia, la gente suele llorar en esta película. Cada uno por lo suyo. Unos, de alegría por saber lo que tienen. Otros, de pena por saber lo que perdieron o lo que nunca tuvieron. Y otros, por saber que lo que tienen nunca será lo que podrían tener. Si alguna vez han vivido una profunda historia de amor o una pérdida y todavía tienen el corazón medianamente sensible, llévense pañuelos y déjense llevar por esta bellísima historia de amor imposible entre un hombre y una voz. Ah, y véanla en versión original subtitulada, si pueden.
http://www.cuartopoder.es/cineytv/un-bellisima-historia-de-amor/2947
Una bellísima historia de amor