Última Tardes con Teresa de Juan Marsé

Última Tardes con Teresa de Juan Marsé

Maria Loreto Sutil Jimenez
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Última Tardes con Teresa de Juan Marsé

Puede uno amar sin ser feliz; puede uno ser feliz sin amar; pero amar y ser feliz es algo prodigioso.

Honoré de Balsac

 

El escritor nació en Barcelona con el nombre de Juan Faneca Roca. Tras la muerte de su madre en el parto, fue adoptado por un matrimonio Última Tardes con Teresa de quienes tomó sus apellidos, pasando a llamarse Juan Marsé Carbó. Sin terminar sus estudios, se dedicó desde la adolescencia al oficio de joyero. Trabajó durante algún tiempo en la revista barcelonesa de Arcinem, inició su carrera literaria en 1958 con unos relatos que aparecerían en las revistas Ínsula y El Ciervo…

Muchos años han mediado desde que leí por primera vez Últimas tardes con Teresa y esta nueva lectura de la novela; tantos, que podría decir que, ahora adulta, tengo en las manos un libro totalmente diferente. En mi juventud, encontré una turbulenta historia de amor entre una chica rebelde de la burguesía catalana y un pobre inmigrante; sin embargo, ahora veo una segunda lectura interesantísima. Prácticamente, en todas las novelas persiste una o varias historias de amor que es lo que percibimos con más facilidad, a primera vista. Tras esta loca historia de amor, hay un serio trasfondo social en el que Juan Marsé retrata la Barcelona de 1956, la avalancha de inmigración a Cataluña huyendo de la miseria, para vivir dignamente. Aunque, tenían que sufrir el desarraigo y volver a empezar, para acabar sintiendo que no pertenecían a ninguna parte.

El escritor describe con un lenguaje sencillo, fluido, y en el amor poético, el ambiente de la ciudad; cómo vivían los andaluces en chabolas del barrio marginal del Monte Carmelo, y el amor que surge entre la burguesa catalana y el joven barriobajero.

A todos los personajes le va dando su sitio a lo largo de la novela. Manolo, el pijoaparte, es el hilo conductor de la trama junto con Teresa. El pijoaparte es un ser marginal, ladrón de motos, charnego de clase baja con aires de grandeza; inconformista con la vida que le ha tocado vivir, y en vez de trabajar honradamente, opta por la vía más rápida, como es la delincuencia para obtener dinero fácil para ir tirando. Por su situación marginal, él busca cómo introducirse en la clase que él considera superior y privilegiada.

El pijoaparte conoce a Teresa, universitaria rica, ella siente cierta atracción por él ya que lo ha idealizado, creyendo que es un joven obrero comprometido clandestinamente con la lucha política que existía en aquellos momentos. Él verá en Teresa la oportunidad de ascender social y laboralmente, y ella tendrá la oportunidad de entrar en contacto con la realidad del mundo obrero. Del interés oportunista de él y la curiosidad idealizada de Teresa, va surgiendo una relación más profunda que se verá cercenada por la situación de los condicionamientos sociales.

Juan Marsé describe soberbiamente el movimiento social y reivindicativo clandestino que había en esos años, la oposición al régimen por parte de una generación universitaria subversiva, reflejada a través de Teresa, la conciencia “seudopolítica” que se les despierta a ciertos universitarios, el idealismo de la juventud; es una sátira del señoritismo progresista y revolucionario.

El escritor, a través de la soñadora Teresa y a sus lecturas de escritores de izquierdas, les hace un homenaje reflejándolos en la trama: Blas de Otero, Juan Goitisolo, Simone de Beavoir. A través de guiños literarios descubrimos a Federico que es un alias de Jorge Semprún, gran novelista perteneciente al partido comunista, para el que realizó una intensa actividad clandestina en España.

Una pequeña joya que no te va a dejar indiferente.

Los cinéfilos pueden completar la lectura con la película. Tiene buena adaptación puesto que la novela no es muy larga. Los actores están bien escogidos, principalmente el protagonista masculino: un charnego guapo, chulo, melancólico, nostálgico… Los personajes secundarios son magistrales; hay que destacar la actuación de José Bódalo. La ambientación está muy conseguida.

 

Desnuda soy, desnuda digo: soñadora.

Mª Loreto Sutil Jiménez

 

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