- La Reina Descalza de Ildefonso Falcones - 2 de julio de 2020
- La Señorita Juli, El sexo y Mermelada de Fresa (IV): De Loreto Sutil Jiménez - 27 de junio de 2020
- Palmeras en la Nieve de Luz Gabás - 20 de junio de 2020
Sonata de Primavera de Ramón del Valle-Inclán
Si se siembra la semilla con fe y se cuida con perseverancia, sólo será cuestión de tiempo recoger sus frutos. Thomas Carlyle
Ramón José Simón Valle Peña, también conocido como Ramón María del Valle-Inclán fue un dramaturgo, poeta y novelista español de la generación del 98. Llevó una vida literaria adoptando una imagen que parece encarnar algunos de sus personajes. Actor de sí mismo, profesó un auténtico culto a la literatura, por la que sacrificó todo, llevando una vida bohemia de la que corrieron muchas anécdotas. Perdió un brazo en una pelea. Personaje excéntrico, su vida es tan interesante como su obra. Fue propuesto en varias ocasiones para Premio Novel por su excelente obra literaria pero su candidatura no fue llevada a cabo por su extravagancia y se propuso a José Echegaray y Eizaguirre quien si obtuvo el ansiado Nobel con una obra de menor calidad.
Sonata de Otoño (está localizada en Galicia), Sonata de verano (se ubica en México), Sonata de Primavera (situada en Italia), Sonata de Invierno (tiene lugar en un convento de Navarra).
Las sonatas tiene como protagonista al marqués de Bradomín. Un Don Juan admirable. ¡El más admirable tal vez! Era feo, católico y sentimental. Así lo define el mismo Valle-Inclán. En la Sonata de Primavera la acción transcurre en Italia cuando el marqués llega a un palacio de la ciudad de Liguria, para entregar un mensaje del Papa a monseñor Gaetani, que moribundo, hace que sea recibido por la todavía hermosa princesa Gaetani, hermana del prelado y madre de cinco bellísimas hijas. El marqués queda prendado de la hija mayor, María Rosario, que está en trance de entrar en un convento, lo que hará que él despliegue sus dotes de seductor.
La trama de la sonata no es destacada, su encanto está en su delicioso estilo literario y en su forma de contar la historia. Con una prosa poética tienes la sensación de estar envuelto-a continuamente en un jardín o paseando por un florido huerto, o, tal vez, sentado-a a la orilla de un lago o un estanque. Tiene un maravilloso exceso de adjetivación, utilizado con tal maestría que no resulta cargante, ni hace que la narración resulte desmesurada, al contrario, es sencilla y fácil de leer.
En la novela se puede destacar la psicología y el poder de la palabra que utiliza como buen Don Juan el marqués de Bradomín.
Mª Loreto Sutil Jiménez