Soñando la Democracia

Soñando la Democracia

Maria Loreto Sutil Jimenez
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No andes, Sancho, desceñido y flojo, que el vestido descompuesto da indicios de ánimo desmalazado. Miguel de Cervantes

SOÑANDO LA DEMOCRACIA, RELATO DE Mª LORETO SUTIL JIMÉNEZ

        Queridísima Pilar:

Recuerdo a Lola y nuestro grupo de amigas casi a diario. A Lola le gustaba mucho leer y casi todas las semanas pasaba por la librería que estaba cerca de la esquina de su casa. Al entrar allí encogía su pequeña naricilla y exhalaba el olor a papel y a tinta… echaba hacia atrás su cabeza y su corta melena rubia estilosa, y la movía desprendiendo destellos semejantes al polvillo amarillo de los lirios. Su rostro estaba algo pálido, sus ojos de cervatillo se movían por las estanterías como un relámpago y se detuvieron en el dependiente con complicidad. Se replegó en un rincón simulando leer cualquier libro mientras el empleado atendía a un cliente. Cuando se quedaron solos, el dependiente cerró la puerta.

 – Aquí tengo tu libro, nenita querida, ayer al anochecer, Felipe trajo varios ejemplares desde Francia. El trayecto fue difícil, tuvo que evitar pensiones y hoteles… se sirvió de amigos y conocidos para pasar la noche y para abastecerse de comida y descansar; ya ha hecho varias veces el recorrido y tiene amigos por toda España, camaradas con las mismas ideas que le ayudan en su cometido.

Lola encogió su pequeño rostro y sonrío alegremente y después cucó un ojo pues ella entera en sí es expresividad, no solamente habla con la voz, habla con las manos, habla con su cuerpo, habla con todo su ser. Realmente es un goce para los sentidos, un cascabelito.

-Supongo – dijo Lola – que esto será una tarea larga, es importante mantener al pueblo en la ignorancia y tenerlo sometido, un pueblo analfabeto es un pueblo dócil.

– Estoy terminando de imprimir el poemario de tu novio para repartirlo. Hermoso es todo lo que escribe tu compañero, añoro el día en que llegue la libertad y la democracia para que podamos hacer todas estas cosas a la luz y no tener que escondernos.

 -Así es, todos los añoramos y los deseamos- dijo con su boquita roja y húmeda, como una fresa recién cortada.

Los martes las amigas quedamos a tomar café en casa de Lola, allí podemos hablar de las cosas tranquilas, sabiendo que nadie nos escucha, no es prudente en estas fechas hacer corrillos, sobre todo, personas como nosotras liberales que nos gusta hablar abiertamente de todos los temas. Así, en casa de mi amiga nos sentimos seguras y podemos charlar de temas de políticos, sociales de literatura… con plena libertad. La España de la posguerra no está siendo una España fácil no ha habido perdón, no ha habido reconciliación y desafortunadamente los malvados están aprovechando para denunciar y saldar de esta forma querellas, rencillas y envidias.

Yo la sigo hasta su enorme cocina plagada de cerámicas y de objetos que ya no están al uso. Me complace acompañarla en todo el ritual de la preparación de la merienda. Esa tarde encontré a Lola nerviosa cuando iba a colocar las servilletas, los cubiertos, los pastelitos sobre la bandeja se le iban cayendo y tenía que ayudarla para que no lo desparramarse todo. La seguí hasta la salita y no tenía su andar siempre cimbreante y deslizante… se movía con pasos menudos y rápidos. Cuando estábamos todas sentadas nos anunció.

– ¡Han detenido a mi novio! Ya sabéis que publicaba y publica poemas en una revista republicana, durante la Guerra Civil y ahora. Está encerrado en una prisión de Granada, lo trasladan al norte-, salió de su cuerpecillo exhausto.

Nos quedamos todas sin aliento, imaginábamos que era posible que éste hecho sucediese cualquier día. Alfonso, su novio, es opuesto al régimen y milita en los partidos izquierdistas que se están formando clandestinamente.

Lola no puedo contener sus lágrimas por más tiempo, lloraba y lloraba y sus lágrimas llenaron todas las tazas que se desbordaron y empezaron a salir por las ventanas, hasta que llegaron al río que también se desbordó y anegó las cosechas.

Poco a poco Lola empezó a cambiar de aspecto, su pelo se volvió suave y sedoso. Ya no era pelo… eran suaves plumas moradas y su figura se encogió y se transformó.  Sufrió una metamorfosis durante la cual salía de su pequeño cuerpo vapores de colores perfumados de tonalidades herbáceas, florales, cítricas, frutales… cuando volvimos a mirarla apareció una bonita paloma que parecía de azúcar. Entonces, salió por el balcón recitando los mejores poemas de los poetas exiliados, y si pones oído aún la podrás oír recitar mientras vuela.

A las aladas almas de las rosas

del almendro de nata te requiero,

que tenemos que hablar de muchas cosas,

compañero del alma compañero.

Hoy me siento dichosa por la libertad y los derechos de que gozamos. Aunque la lucha por mantenerlos nunca termina…

 

Se puede acompañar la lectura con hermosa música que la hará más deliciosa, ejemplo: Pachelbel (Cannon)

 

Desnuda soy, desnuda digo: soñadora.

Mª Loreto Sutil Jiménez

 

 

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Anonymous
Anonymous
5 years ago

Me gustado tu relato tiene buenos momentos de lectura..mucho animo y adelante Felipe Serrano

María Loreto Sutil Jiménez
María Loreto Sutil Jiménez
5 years ago

Muchas gracias, Felipe, lo intento hacer lo mejor posible dentro del espacio que permite el relato y el tema, que lo marcan las reglas si es para concurso. Seguiré adelante con vistas una novela. Saludos

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