Soles de Nostalgia, comentario

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Maria Angeles Lonardi
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SOLES DE NOSTALGIA

De Mª Angeles Lonardi

Me llegó este nuevo poemario de Mª Angeles Lonardi. Llegó a Japón desde Almería, España, el continente euroasiático en medio, unos 16 mil kilómetros de distancia pero a un centímetro del corazón, y todo gracias a las nuevas técnicas de comunicación.

Desde que llegué a Japón, cuando conocía a alguien, me insistía que yo estaría NATSUKASHI, de mi tierra, de mi familia, amigos, de esto y aquello. En aquellos momentos era algo que me repateaba el estómago. ¿Cómo puede ser eso recién llegado? Si bien es una palabra muy bella y la traducción que se da al final del libro es cierta, recordándolo, tengo la sensación de que los japoneses de los años 80 del siglo pasado, habían caído en una enfermedad de melancolía más que en la nostalgia.

Nostalgia ha sido siempre una palabra que he intentado evitar, tal vez porque la confundía con la melancolía. No lo tengo ahora a mano, pero en la película SOLAS, de Benito Zambrano hay momentos, especialmente aquel en que el señor mayor habla con la hija de Rosa diciendo algo así: “ Sólo puedo sentir nostalgia y pensar en el pasado porque yo ya no tengo futuro”. (Si no era literalmente así, esa era la idea).

A la edad en que yo llegué a Japón, estar en esa situación mental no era nada grato. A los cuatro años de estar aquí, sin noticias, sin periódicos, sin televisión, sin información de ningún tipo sobre España, me preguntaba, ¿de qué España estoy hablando yo? A partir de 1986 se empezó a escuchar Radio Exterior de España, en la televisión japonesa 10 minutos diarios de noticias de TVE. Llegó internet y alguna revista al centro de trabajo. Si no era una visión perfecta de lo que ocurría, al menos no era la oscuridad total del tiempo anterior.

Ha sido con la edad y con la lectura de este libro de Mª Angeles con lo que he llegado a comprender mis errores y matices hasta ahora escondidos en esta palabra.

Pero pasemos a hablar del libro. Está dividido en tres partes: Nostalgias de ayer, de hoy, de siempre. Comenzando por las Nostalgias de ayer, los títulos de los poemas nos llevan a los ejes de espacio y tiempo que conducen al ser humano.

En el primer poema, “De donde soy”, ahí está el origen, las raíces. Esas las llevaremos siempre, creceremos pero siempre habrá una mirada nostálgica hacia ese origen que nos dirá si hemos cambiado o no.

Y así ocurre con todos los poemas, un ir y venir constante del presente al pasado para buscarse y rebuscarse. De paso, yo también tuve un tiempo de repaso de cartas….

 “Frecuenté”…, muchos lugares. Hay todo un catálogo de cosas y lugares comunes al crecimiento humano, que salvo circunstancias personales puede ser válido para todos. Cualquiera que lea el libro se siente inevitablemente identificado. La nostalgia es inherente al ser humano. ¿Quién no ha sentido nostalgia alguna vez?

Aparece el “Reloj”, el tiempo y aquí hay un cambio de escenario y se recuerda el ancestral. Otro escenario, la casa ya vacía, deshabitada, que quisiera habitar de nuevo.

En “Ciudad desconocida” por ejemplo nos incita a buscar nuevas raices, cambiar de ciudad. Quien comenta esto pasó de una ciudad de menos de 300 mil habitantes a una megalópoli de 11millones. El poema parece que habla de mí mismo, y por supuesto, de cualquiera que haya tenido que desplazarse de habitáculo, cualquiera que haya dejado el pueblo, el campo, el barrio o el pais.

“Escrito en lunes” nos retrotrae a los agradables recuerdos de un domingo y también de la lluvia, como en el siguiente poema que habla de la lluvia nutricia que nos da fuerza para seguir adelante. Sin duda, el fenómeno meteorológico que propicia la nostalgia!

Desde el poema “Tu partida” hasta “Maleta de viaje”, los protagonistas son las personas. Afectos, relaciones humanas, familiares que forman parte del recuerdo y de la vida, alimento nutriente de las personas, de cualquier persona.

Durante la primera lectura del poemario me llegó a través de messenger un mensaje de mi antiguo profesor de filosofía en el bachillerato. Hacía 40 años que perdimos el contacto. En unos segundos, un remolino de sensaciones se levantó en mi mente. No sé si la palabra nostalgia define la situación , pero me ayudó a entender muchas cosas de un golpe. Comprendí que, lo que etsaba leyendo hablaba de eso, de ese “desprenderse”, separarse y volver a encontrar…Puede haber una diferencia de matices, mujer-hombre, Argentina-España, pero no creo que la diferencia sea tanta si se sabe interpretar. Este libro tiene la cualidad de llevarte y hacerte viajar en el tiempo y eso es una habilidad innata de la poeta que logar atraparte e involucrarte de manera que no puedes escapar, como cuando estás en una partida de ajedrez. Supongo que es una coincidencia que los poemas sean sesenta y cuatro, como son las casillas del tablero de ajedrez. O quizás es intencionado…

Luego la poeta nos lleva al eje espacial de crianza. Todo el mundo tiene una casa, un lugar donde se ha criado, y una plaza, o un descampado en donde ha jugado. Algo que al cabo del tiempo se vuelve a evocar.

Y en un nuevo paisaje y entre otro paisanaje, volver a empezar lleno de recuerdos.

En esta primera parte, del origen al nuevo hogar, una etapa de la vida que ha acabado, sólo aparentemente, en el espacio y en el tiempo pero que forma parte del gran río de la sangre que lleva.

Nostalgias de hoy es la segunda parte del poemario de Mª Angeles. Así, a primera luz resulta un poco más complicado entender a qué refiere en algunas ocasiones. Los temas se mezclan y enlazan el pasado con el presente. Parece una evocación a no perderse uno mismo aunque lo demás se diluya, en busca de la armonía.

Y vienen a continuación una serie de poemas que se refieren a personas cercanas hoy aún en presencia de las que se siente nostalgia hoy.

Y llegamos a un nuevo cambio de turno, con temática un poco diferente pero siempre recurrente en el vivir diario. No puedo por menos que recordar aquel primer libro que leí de Mª Angeles “ El Jardín azul”, publicado en un libro colectivo: “Cuatro poetas”.

La sabiduría de la rosa: Tal vez la advertencia para que los humanos también luchen contra corriente y no se dejen llevar y morir.

Jardín de las anjanas (hadas buenas que habitan los bosques del norte de España).

El jardín de la casa de allá, jardín azul, que, aunque la nostalgia lo desee, no será posible poseerlo de nuevo. Quizás por el paso del tiempo y el cambio de lugar.

El patio: “El patio era el paraiso” en la poeta es recurrente la búsqeuda del paraíso.

Vuelve a aparecer la palabra paraíso, parece tener resonancias de “La Ciudad del Paraiso” de Vicente Aleixandre. Y el poema, al mismo tiempo, el hecho de haber sido definitivamente expulsados del paraiso. La vida es dura y es difícil vivir en los sueños. Pero aún y así queda “El poder de la poesía”, hermoso deseo que compartimos y compartiremos aunque sea en la nostalgia de los sueños.

Y llegamos a la última, tercera parte del libro, Nostalgias de siempre. Así, de primeras, llevan los títulos de los poemas a cosas, lugares, espacios o tiempos que no cambian, aunque todo depende de la capacidad de cada persona para su percepción. Estaciones del año, ciudades vividas, viajes y demás. Creo que la autora pretende destacar aquellas nostalgias que son repetitivas en el tiempo, dado nuestra condicion de inconformistas.

Así destaco el poema Otoño, casi fotográfico y universal.  Y la perfecta visión del “invierno” que deja a las personas física y casi mentalmente petrificadas. Escribo esto y hoy Tokyo amaneció con viento del norte y varios grados bajo cero. Congelación de hasta las ideas. Tiempo ideal para el descanso y la hibernación hasta que los rayos de la primavera caldeen el ambiente. Destaco también el perfume de la Primavera y la sensación poco agradable de un “viento de otoño” dejador de soledades.

Con “París” comienza la serie de las ciudades, podríamos decir que evocadas por una u otra razón , pero siempre visitadas, vividas.

Luego, New York, rezuma el aire de García Lorca en su Poeta en Nueva York. Pero no es imitación, es el resultado de una visita directa y de la visión que presenta una ciudad tal cuando se llega de ciudades más al alcance de la persona. Nueva York es así, simplemente. Palabras para New York, con Lorca y Walt Whitman rolando por sus calles es una imprecación a que la ciudad vuelva a su humanidad, a la humanitaria ciudad que debe ser y que ha perdido con el ruido, el neón y otras modernidades.

Roma: Ciudad de siglos, de milenios, pero a pesar de su destrucción visible, más gloriosa, tal vez, que New York en el corazón de las personas, poeta incluida.

Quizás sea el visitante quien deba encontrar la respuesta que, como pista, pudiera estar en los ocultos entresijos de la historia que nos impregnan sin conciencia de ello.

La urgencia es Volver a Roma: hay algo en el ambiente de Roma que atrae sin saberse muy bien de qué se trata. Nadie lo dice, pero puede ser la raiz, la nostalgia por los menos de la civilización occidental actual la respuesta, en contraste con New York, último eslabón de la cadena.

Verona te va a Enamorar -dice la autora-, quizás por la ascendencia italiana.

Verona de Romeo y Julieta, lugares medievales que se proyectan nostálgicamente como aflorando del corazón y pillándonos a traición.

En última instancia parece que el protagonista real es el padre que vuelve al terruño antes de salir como emigrante, acompañado de su hija, descubriendo ambos la riqueza, en todos los aspectos de las raices. Sueño, al fin y al cabo, de todo emigrante en busca de su identidad, lo que pian pianito puede convertirlo en un poema universal.

Buenos Aires: amalgama de ríos humanos arrastrados desde todos los confines de Europa y del mundo. Más que ciudad, Megalópolis que se intenta abarcar en diferentes momentos fotográficos. Algo imposible sólo conseguido en lo que expresa el espíritu: el tango.

Entonces nos habla de un País, “un territorio de nostalgias” más que materialidad física, la sentimentalidad, no el sentimentalismo. En el sueño viven ser y esencia, país que sostiene, que se idealiza. Multitud poliédrica del mismo ser que es difícil resumir. Al fin y al cabo amores que no tienen un porqué.

Y frente al país que puede ser inabarcable, algo más abarcable, el pueblo.

Del Río porque la autora es de Entrerríos, Mesopotamia argentina con todo lo que ello lleva de civilización, donde el río es todo o casi todo.

“Y entretanto, el camino/ lo hacemos juntos, de la mano/ de la esperanza.”

Un poema que parece ir desde la raíz al “destierro”, en donde aún hay temores, que se superan si se va de la mano. Nostalgia, sueño, desarraigo y búsqueda de su contrario, la lucha por sobrellevar el desarraigo.

Manera de vivir:

“Más cerca del ocaso que de la albura./ Te bendigo, vida./ Te agradezco”

En tan pocos versos encontramos resonancias de Dante: “In mezzo del cami de la mia vita”, aunque parece que la autora considera que ya ha pasado el puerto de la mitad vital.Resonancias de Violeta Parra y su “Gracias a la vida/ que me ha dado tanto”, y al final : “Y así será hasta el último segundo / antes de que se apague la luz.”

Resonancias de J.A. Goytisolo en su famoso “Ya no puedes volver atrás” en  “Palabras para Julia”. Tal vez no es algo buscado pero una gran diversidad de lecturas se juntan en este poema en el que se diría que se reivindica el “yo” de una luchadora.

Cerca del corazón y Del tiempo nos llevan al mundo de los deseos cuando se empieza a ver que todo se va y en realidad no puede volver atrás. Nostalgia pero en absoluto melancolía.

Soles de nostalgia. Un libro para conocer, sentir la nostalgia, no como algo negativo sino como la luz que ilumina esas sombras que han quedado en el fondo de la memoria, del alma y que son la raíz, las raíces de nuestro ser, que nos indican el camino, que nos indican de dónde venimos y también a dónde vamos.

Libro de poemas que puede ser sentido por cualquiera y ser adaptado sin prejuicios al ser de cada cual, escrito en un lenguaje asequible, con palabras sencillas y a la vez profundas que dejan un hálito de nostalgia en un mundo tal vez excesivamente tecnificado y alejado de lo que nos hace humanos.

Tokyo, Japón, 20 enero 2019

ANTONIO DUQUE LARA

 

PERFIL: ANTONIO DUQUE LARA
Lugar de nacimiento: Córdoba, España. (25 septiembre 1956)
Estudios:
Junio 1976: Graduado en Filosofía y Letras, Universidad de Córdoba.
Junio 1979: Licenciado en Filosofía y Letras, Sección Lingüística Románica
por la Universidad de Granada.
EN JAPÓN:
Enero 1982, llegada a Japón.
Febrero 1982-1984 estudios de japonés en Sendagaya Japanese Institute.
Febrero 1982 : Profesor de español y francés en Tozai Bunka Centre, hasta el
día de hoy.
Abril 1986-2010 Profesor de español en Universidad Municipal de Yokohama.
Abril 1987-2005 Profesor de español en Universidad Nacional de Fukushima.
Abril 1998—- Profesor de español en U. Economía de Tokyo. TKU.
Abril 2000—- Profesor de español en Escuela Idiomas de Keiogijuku.
Abril 2006— Profesor de español en Keiogijuku Universidad.
Publicaciones: Ediciones privadas de libros de poemas: 44 poemas desde la otra orilla,
Palabritas de Amor, Poemillas y variantes, Serie: Fotopoemas.
Publicaciones variadas en revistas, periodicos, revistas universidad, internet .
Traducciones publicadas: Satoru Oshima.- Cristóbal, déjame que te cuente, serie Cartas de España y otros.
Traducciones no publicadas: Miyazawa Kenji:- Tren Nocturno de la Vía Láctea.
Tanizaki Junichiro: Elogio de la sombra etc.

 

 

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