Sobre ateísmo

Sobre ateísmo

Jesus Millan Munoz

“Sobre ateísmo”.

                        Ateísmo, como todo el mundo, sabe es sin Dios, y es contrario a teísmo que sería con Dios. Sin negar el respeto humano a toda posición humana, que sea racional y humanista, sin negar el respeto que debemos a todo ser humano sea cual sea su posición ideológica, siempre que esté dentro de la legalidad y la moralidad.

                        Tenemos que plantearnos algunas cuestiones sobre este tema, complementando, otros artículos que he escrito sobre la misma cuestión. A los que a los ilustres lectores les remito.

                        – No sé si somos conscientes, de que algunos enunciados o afirmaciones o negaciones, predican o se refieren a un objeto, otros, a un conjunto enorme de objetos, o algunos a un concepto, otros a una enorme cantidad de concentos.

                        Ejemplo, si digo existe un botijo sobre la mesa. Estoy afirmando un objeto. Pero si afirmo, el botijo, estoy indicando que todos los botijos tienen una entrada de agua y una salida. Estoy enunciando sobre millones de objetos botijo, y millones que podrían existir.

                        Si utilizo un concepto, siempre estoy hablando sobre una multitud de realidades. Por lo general, reúne “objetos” concretos, en mayor grado o en menor, y también “conceptos”.

                        Casi todo concepto es una combinación mental que hacemos de “datos, hechos, entidades, ideas, conceptos y metaconceptos”.

                        Es decir, cuándo decimos que Dios no existe, estamos afirmando o negando a docenas o cientos de otros conceptos. Es un concepto que abarca multitud de conceptos. Estamos afirmando o negando, posiblemente, docenas o cientos, si no más, de realidades o entidades, y de ideas y de otros subconcenptos o metaconceptos.

                        Son afirmaciones tan extensas, tan universales porque incluyen, en su laberinto-conjunto de realidades, docenas, por no decir, cientos de hechos-datos y de ideas-subconceptos interrelacionados. Estamos afirmando o negando un mundo-universo.

                        ¿Qué estamos expresando, por si no somos conscientes de ello, que nos movemos, en los mundos de Popper, no voy a explicarlo aquí, pero uno es el mundo mental, diríamos psicológico-mental-conceptual, la mayoría son supraconceptos, como el que estamos hablando que a su vez, incluyen o excluyen docenas de hechos-datos-entidades-realidades y de ideas-subconceptos-representaciones mentales-enunciados-conceptos-metaconceptos?

                        ¿Por consecuencia, si alguien niega a Dios, está negando, sin darse cuenta, posiblemente, docenas o cientos de datos-hechos, y posiblemente, docenas de conceptos-ideas-enunciados, con los que están relacionados-interrelacionados-conexionados…?

                        ¿Es usted consciente, si se niega a Dios, si se acepta una posición ateísta o atea, las docenas o cientos de hechos-datos que niega a su vez, y las docenas o cientos de conceptos, relacionados e interrelacionados que niega a la vez…?

                        – Cuándo algunas personas aceptan posiciones ateístas, están negando la religión mayoritaria, históricamente hablando, de su sociedad-cultura. Pero la cuestión, es si la realidad-concepto de Dios, es intrínseco al ser humano, sea una necesidad histórica psicológica, incluso evolutiva, como un sistema de adaptación a la realidad desde la prehistoria, de superar y soportar la realidad. Si digamos el concepto del Misterio-Sagrado es una realidad biológica o necesidad, que el ser humano ha inventado o creado como forma de intentar superar todos los traumas-heridas-necesidades-sufrimientos que ha tenido a lo largo de cientos de miles de años.

                        Si admitimos, que la realidad de lo Sagrado y todo lo demás, son nacidos de esta necesidad. Sin entrar en que en sí, solo es una realidad subjetiva de la especie, y no tiene realidad objetiva fuera de la mente-cerebro de la especie. Aunque fuese así o solo así, entonces, sería una “estructura cognoscitiva y psicológica esencial para el ser humano”.

                        Por lo tanto, si anulamos a Dios y a lo sagrado, estaríamos eliminado un algo que llevamos dentro muy profundo. El arte o artes puede ser una invención-necesidad humana, pero si la eliminamos, estamos erradicando algo muy profundo en nosotros mismos, aunque es un ejemplo, diríamos inmanente, y, no totalmente comparable con el concepto de Dios, y solo lo dejamos en una realidad humana inmanente muy profunda.

                        ¿Qué sucede, que si no puedes eliminar la necesidad de beber agua, tampoco podrías eliminar la necesidad de lo sagrado-religioso-misterio-Dios, por lo cual, dejarías al ser humano perdido en su humanidad-sociedad-historia-naturaleza-Naturaleza, y entonces, tendría dos salidas, por lo general, se buscaría otras religiones-revelaciones, que no son de su tradición occidental, si hablamos del hombre occidental, que a su vez, quizás las occidentales, sean más moderadas-racionales-morales que otras, o caería, diríamos en cuestiones inmanentes de la sociedad, que no acaban de llenar o rellenar, diríamos caeríamos en supersticiones de un tipo o de otro, o diversas teorizaciones inmanentes, que pueden tener grandes palabras: libertad, solidaridad, humanidad, etc., que son esenciales, pero que no son suficientes, para el ser humano, o en casos de placer, poder, dinero, sensualidad, individualidad, propiedad, etc.?

                        – Por consecuencia, cuándo alguien, individuo o colectivo, se expresa como que es ateo y defiende el ateísmo, es consciente pregunto y le pregunto, de todo lo que está afirmando y de todo lo que está negando. De que al menos, una postura así, tan grave y tan esencial, para él o ella misma, pero también para la humanidad, incluso su familia, solo se puede sostener, si durante toda su existencia, está analizando o evaluando o estudiando o matizándola. Por las enormes consecuencias que puede tener y que de hecho tiene. Porque al negar algo, sea esto o sea otra cosa, estás negando un mundo y un universo, un cosmos en sí.

                        No podemos negar a Dios, y renegar a y de Dios, y elevar como dios-diosecillo-ídolo al placer, la experiencia, el poder, el arte, la música, la sensualidad, la sociedad, la igualdad, la humanidad, o cien mil otras cosas. Sin negar la enorme importancia de todas esas entidades materiales-conceptuales-psicológicas-sociales-etc.

                        Dios, de existir o no existir, no puede ser suplantado por ninguna cosa, sea una entidad de un tipo o de otro, sea una abstracción o sea de otra. Por muy profunda que sea la música, la música no es Dios, por definición de Dios. Aunque Dios no exista En Sí, no puede ser sustituida esa idea, de un Dios Omnipotente y Omnímodo y Personal, por una realidad, que es muy profunda, que es la música, por poner un ejemplo. Es decir, no caigamos en derribar la idea de Dios, y crearnos como siempre, ídolos, adorar a ídolos. O adorar al mismo ser humano, adorar a la sociedad, adorar algún gran concepto humano, sea la Libertad, la Igualdad, el Poder, la Experiencia, la Sensualidad, el Individuo, etc. Todo eso hay que valorarlo enormemente, pero no adorarlo, no ponerlo en nombre del Dios que hemos sustituido de la historia-humanidad.

                        Si negamos a Dios, sea existente en sí o no, sea una Realidad en Sí, o sea una invención-necesidad-satisfacción-concepción-invención-diseño puramente humano, al menos tengamos la racionalidad y la trascendencia, de no poner en su lugar a un ídolo, sea un trozo de madera o sea una idea o sea una experiencia humana o sea una facultad del ser humano, o sea la misma humanidad como trascendencia e inmanencia. Tengamos el valor y la decencia, de si abandonamos o negamos el concepto de Dios, de no poner en su nombre un ídolo o una superstición o un sustituto de Dios o un pseudodios, tengamos el valor de vivir sin Dios, y así quizás, detrás de la esquina de la vida, alguna vez, nos encontremos otra vez con el Dios que es Dios, el que Es porque Es, el que “Yo Soy el que Soy”, de la formulación bíblica.

                        Ahora si niegas a Dios, tampoco puedes hacer en la vida y con tu vida lo que quieras, y con las demás personas, según el poder que dispongas. Si niegas a Dios, estás obligado a tener una conducta suficiente moral contigo mismo, con los demás, con la naturaleza, y no negar radicalmente, la espera-esperanza de y en y con Dios, aunque no creas en Dios. Negar a Dios, no te permite hacer lo que quieras, tengas mucho poder o tengas poco. Este es el gran y grave error, que se ha cometido, añadido al negar a Dios, tú, que niegas a Dios-Sagrado-Misterio, no puedes hacer, ni contigo mismo, lo que quieras y deseas, ni con los demás, ni con las realidades naturales, debes seguir las normas jurídicas de tu sociedad y las normas éticas de tu mejor tradición.

                        – En estas décadas, sobre mi experiencia personal de tratar del tema de Dios y del no-Dios y del anti-Dios, me ha dado la sensación, que a lo largo de estos últimos siglos, muchos de los que han negado a Dios, han querido ser ellos mismos, los nuevos Moisés, en el fondo, me he preguntado muchas veces, si querían ser esa figura histórica, real o no, legendaria o no, vivencial o existencial, es decir “fijar nuevos mundos, aquí en la tierra, y una nueva definición de Dios, que puede ser ahora, otra cosa”. Podríamos denominar el síndrome de Moisés de muchos, el síndrome del profeta de muchos, sean estos profetas religiosos o seculares, o ambas cosas a la vez.

                        Muchos, muchos grandes pensadores y filósofos, me han llevado a preguntarme, lo que “quieren es sustituir al Dios de la tradición, por el Dios que ellos están creando, sustituir a docenas de profetas, en la tradición del judeocristianismo, por ser ellos, el único profeta para los tiempos venideros”.

                        Sobra quizás muchas vanidad-soberbia-engreimiento-petulancia-rencor, y falta mucha modestia-humildad que va siempre con la prudencia-racionalidad-verdad-bondad-utilidad-sentido común. Siempre ese deseo, tan profundo, de “querer ser como Dios”, siempre esa tentación en la humanidad, de “no querer adorar a Dios, al Dios verdadero, y convertirse cada uno en el dios-diosecillo”.

                        Y siempre la necesidad que venga un arcángel san Miguel, y nos tenga que recordar. “Nada, ni nadie como Dios”. Podríamos añadir, “nada, ni nadie es como Dios, ni ha sido como Dios, ni será como Dios”. Sea Dios existente En Sí, o sea Dios una realidad-diseño-invención-necesidad humana. Porque al final, quizás la gran invención humana, sea el concepto de Dios, sin ese Dios, sea invención humana o, y sea Realidad en Sí, es la que nos ha permitido ser y existir y evolucionar y progresar, es decir, seguir existiendo. Por eso Dios es el gran invento-descubrimiento-invención-revelación que se le ha dado y otorgado a los seres humanos. Que este tema merecería otra decena de artículos, que solo Dios-Misterio-Enigma sabe si se materializarán alguna vez.

            http://soliloquios.blogia.com

          © jmm caminero (01-06 mayo 2019 cr).

Fin artículo 1.643º: “Sobre ateísmo”.

 

 

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