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Silvia Prida. Montevideo, 1949. Poeta, crítica literaria, Prof. y Experta Contenidista (Formación Docente) Poesía: “Poemas abolidos” (Ed. Uno, 1988) “Donde habita la luna” (Ed. Educación Secundaria, 1991) “Poemas del haz y del envés” (Ed. Graffiti, 1995) “Asedio a la ternura” Mención MEC Uruguay, finalista concurso “Carmen Conde” Madrid (Vintén Editor, 2003) “Identidades en sombra” (Ático Ed. 2008) “Bestiario en cuatro tiempos” nominado a premios Bartolomé Hidalgo (Ático Ed. 2013).
Ensayos didácticos: “¿Cómo es tu isla?”(Azimut, 1991, coautoría) “El amor, la mujer la muerte” (De la Plaza, 2009, coautoría)
Estudios críticos sobre Juan Carlos Onetti, Felisberto Hernández, Sara de Ibáñez y César Vallejo.
Su obra teatral “Estigma”, en cartel de 2009 a 2012, única invitada de Uruguay a Festival Internacional Paladio Arte (España 2012) se publicó en 2014.
Premio Cátedra Alicia Goyena de Poesía en Uruguay. Declarada “Visitante ilustre” en Universidad Iberoamericana de Paraguay. Está escribiendo una novela.
(A partir de un dibujo de Jerónimo Bosch)
Ese de la lámpara en la cabeza
de los navíos en los pies
de las manos nido y de los brazos ala
Ese del pecho fuerte / y espacioso
de mundos y de almas
Transparente y oscuro / Fecundo y terminado
Niño enorme con ojos de venado y fuegos destellando
El entrevisto a veces / temprano
El posible el virtual el germinado.
Pero de atrás del tiovivo aparecen:
el pecho hundido / escuálido
Donde las manos / ramas secas añosas y cortadas
Donde los pies raíces arrancadas sin suelo
van buscando lugares que no hallan
Los ojos son pozos sin fondo
Los brazos son palos quemados
La cabeza una mecha apagada
veleta que gira que gira y no logra orientarse
Espejo que dice también mi propia imagen.
Vigilia
Si tu casa tiene techo de chapas y es invierno
y la gotera golpea sobre el balde / implacable
una mancha de humedad en la pared
puede mudar de pronto en el ser más terrible:
un pulpo de un solo ojo vigilante
una araña que teje su envolvente maraña
una arruga del aire
que crece y se retuerce hasta tu cama
Y más si tenés fiebre y pocos años
tu casa – balde se va llenando de agua
y no podés pisar nada seguro.
Transgresión
“Sed fecundos y multiplicaos.
Y llenad la tierra y sometedla…”
Génesis I, 28
Soy el ojo que mira / no el mirado
el oído que escucha / desde afuera
Sin asombro / sin vértigo / sin duelo
la mano transcribe sólo lo registrado
De puro contemplar el espectáculo
donde ya no se juega mi destino
el mundo que contemplo al fin es mío
pero no a la manera que lo dispuso Dios
Puedo abrir y cerrar el mecanismo
la multitud de cuerpos y sonidos
Sin zozobra / sin culpa / sin castigo
doy vida y muerte. Yo soy el hacedor.
Marina
Las gaviotas posadas en los postes del muelle
postes que terminan en ala
que acechan peces imposibles
en el aire violeta
La tarde baja como una espina lenta
dorando las aristas de los muelles
alargando las sombras / de los hombres al Sur
sombras de hombres que se alargan en mástil
echan raíces / en las piedras del muelle
contra el viento violeta de la tarde
sin refugio y sin ala / cara al Sur.
De la cordura
Una vez mi hermana estuvo loca
asustaba a la gente
Los locos asustan a los cuerdos
los cuerdos dan cuerda y te vuelven loco
Si estás loco
se ponen de acuerdo y te encierran
Tapizan las paredes / para no oírte
Si persistís en tu locura / te atan
A veces los locos / de puro tristes
se cuelgan
Mi hermana volvió al mundo de los cuerdos
Se levanta temprano / se lava la cara
Cuando sale a la calle / saluda a todo el mundo
con – cuerda.
Reencuentros
Mis fantasmas regresan
de tanto en tanto
a reclamarme atención
Celestino me muestra sus piernas flacas
con los ojos enrojecidos
de un Caronte de entrecasa
Abuela / más frágil que nunca
me espera despierta hasta la madrugada
Y Mamá
Mamá me pide que le abra la puerta
la de la cocina / que siempre fue el lugar
para que pueda entrar allí a quedarse
Aquella puerta destartalada
que ella apuntalaba con el escobillón
– quiere regresar porque no tuvo amor
y no descansa –
es la barrera entre dos mundos
Me pide crema Pond’s / se disfraza de tía
todo para que yo le abra la puerta
la reconozca y la abrace
Se fue volviendo vieja y gruñona
porque a ella nadie le daba amor
Nunca creí que lo necesitara
Ella se aferraba a los niños /- a la niñez –
para salvarse / No me di cuenta.
Por eso aparece en el patio del fondo
a pedir crema Pond’s / para conservarse
para estar cerca / para volver desde allá
otra vez / con nosotros
A lo mejor quiere reivindicarse
-¿se aprenderá allá lejos?-
no poner condiciones / y recibir lo que hay.
Silvia Prida Orihuela