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La obra “San Michele” del artista Fabio Carmelo D’Antoni se diferencia mucho de la iconografía oficial de las representaciones clásicas del Ángel Príncipe de las huestes celestiales. Podría definirse como una reinterpretación original que hace el artista en un intento de no mostrar la repetitividad de un repertorio secular en una continuidad icónica sagrada.
El rostro de la mujer reemplaza al hierático del Ángel, en una concepción que quiere darle al cuadro la fuerza primordial de la diosa madre. La mirada inclinada sobre el demonio infinitamente más grande de las representaciones clásicas, le permite insertar el dispositivo de la espada ardiente como para mostrar que el mal hoy debe ser derrotado con armas superiores a las históricas.
Un paréntesis que incide en una trama social socavada por un sistema aprisionado en una telaraña, envuelto en el velo de Maya desde el cual sólo a través del verdadero conocimiento pudo cumplir su justo destino de “ser” y no el de seguir sufriendo. el mismo holograma trágico y repetitivo.
En este sentido, la espada de luz puede verse como una actualización de las figuraciones sagradas que hemos visto al observar los retablos de iglesias y catedrales.
La obra de Fabio Carmelo D’Antoni en su impresionante y escenográfica orquestación muestra perfectos contrastes de luces y sombras para resaltar la partitura cromática que distingue a las 2 criaturas que se revelan en el cuadro de manera opuesta.
El demonio tiene la apariencia de un esclavo con un diseño tecnológico, con un color oscuro para delinear su naturaleza oculta y alienígena.
La referencia a la tecnología es otro modelo conceptual que el artista utiliza para resaltar la trampa de la red global en la que se encuentra hoy la humanidad; una enorme lupa la convierte en una alegoría sagrada y un recordatorio ético.
Sin embargo, la presencia del azul y el amarillo, los colores sagrados de las vestimentas, revelan una fidelidad representativa que está ligada al colorismo clásico del que se envuelven las figuras sagradas.
El artista Fabio Carmelo D’Antoni en su exitoso intento de reinterpretación artística también logró una revolución original en el intercambio de elementos y esencias en la dirección de un arquetipo filosófico que se remonta a “Lo que está arriba es abajo y viceversa ”Inspirado en el célebre filósofo y semidiós Ermete Trismegisto, para quien todo se transfigura en alquimia.
Y también en este retablo a través de la alquimia de la transfiguración del intercambio de sujetos, el bien triunfa sumando conocimientos a la estética. Revisada por una nueva moldura artística de vena esotérica, el tema D’Antoni puede intrigar al coleccionista que quiera encontrar una pintura valiosa en su concepción; esta obra dedicada al tema angelical de San Miguel tiene símbolos y matices hasta ahora inéditos que la convierten en un estudio vanguardista de la figuración sagrada “sapiencial”.
Dra. Melinda Miceli Crítica de arte