¿Quién era el hombre del sueño?

¿Quién era el hombre del sueño?

Cornelia Paun Heinzel
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Cornelia Păun Heinzel :”La Leyenda de Leyendas”

fragmento de novella ¿Quién era el hombre del sueño?

Diana iba en un tren rápido hacia Bucarest. En frente de ella, iba una mujer de mediana edad, que le dijo con tristeza en su voz, notándose su angustia:

-Senorita, le voy a decir que le pasó a mi hija. Era una estudiante del último año y como es tradición entre nosotros, se iba a casar. Ya sabe lo que dicen, que si no se hace en ese momento, luego es más difícil encontrar pareja. Se casó con un companero de estudios, que era muy buen estudiante, tranquilo y de muy buena familia intelectual.

Pero después de un mes de la boda, se divorciaron, mi hija todavía siendo virgen. Quisiera que se casara con otro estudiante más hábil y versado, pero no quiere ir con él, es más inquieto, el otro extremo, pero después de un ano divorciada, mi hija está sola y no quiere oír hablar de matrimonio.

En ese momento, Diana se sorprendió, creía que solo a ella le había pasado algo tan increíble. Se preguntó si era possible que una situación que parecía ser única, pudiera ser vivida al mismo tiempo por otra persona, de la misma manera. Los recuerdos volvieron involuntariamente a su mente.

Diana había dispuesto debajo de la almohada, las flores como eran la agana, cuajaleche, galio de flor amarilla, hierba sanjuanera, que su abuela le había ensenado como hacerlo para sonar con el hombre destinado a ella, estaba de acuerdo con ese ritual, una antigua costumbre rumana. La fragancia de las flores amarillas y fragantes hizo que la joven se durmiera inmediatamente de forma profunda y feliz.

Por la manana, ella recordó que había sonada con un hombre y nada más. .Quién era el hombre con el que había sonado? –pensó la joven. Trató de recordar, pero fue en vano. Aparecía delante de sus ocho sitios de sueno que parecían imágenes vivas, en directo, donde los paisajes eran encantadores, las sensaciones lo eran todo. No recordaba nada del hombre, de cómo era, que hacía, todo era un enigma indescifrable.

Por la tarde necesitaba ir con su hermana Laura y su madre –que era profesora de rumano- a la casa de Laura – que era profesora de matemáticas- porque su madre quería preparar las matemáticas y su hija que era maestra parecía la mejor opción.

La mujer las recibió sonriente y cortésmente las invito a pasar a la vivienda.

– Os puedo ofrecer una taza de café con crema –dijo dulcemente la profesora.

Ella ensenaba a la hija de una trabajadora de una cafeteria que estaba junto a la casa de Diana, que en ocasiones le llevaba crema, que no se encontraba disponible en esos momentos en los comercios.

-Laura, pero tú eres muy buena en matemáticas –le dijo la profesora- .Por qué necesitas que yo sea tu tutora? –le preguntó la mujer, mientas que ella estaba pensando que estaría contenta si ganaba mucho más dinero.

-Quiero asegurarme de que a ella le va a salir todo bien –respondió su madre.

En la habitación entro un joven alto, de complexión atlética, con el pelo negro, rizado, nariz pequena y labios gruesos.

-Déjeselo a mi hijo, Mihai –dijo la mujer con orgullo en su voz- Es estudiante en la Facultad de “Automóviles”, ha seguido los pasos de su padre, que es ingeniero en la fábrica de camiones “Bandera Roja”.

Mihai ha examinado audazmente a las recién llegadas, mientras la senora Sisu venían a tomar el café, delicadamente sumergió una cuchara pequena en el tarro de la crema y luego la removía como una brisa por las tazas de café.

-Quiero que te cases Mihai, de verte en tu casa, si encuentras una buena chica, cuando acabes este ano la facultad seria el momento.

– .Pero, él no tiene companeras en la facultad? –preguntó la madre de Diana, la senora Pop.

-En esta especialidad no hay demasiadas mujeres, las tenía en el primer ano de la universidad, tenía una amiga húngara, colega de la facultad, pero se separaron, la chica encontró a otro y lo dejó. Mihai sufrió mucho.

-Pero, .no pueden verse si se aman? –preguntó la madre de Diana.

-No tienen ninguna oportunidad. Ildiko ahora está casada con otro colega. Ella lo dejó definitivamente a Mihai, pero Diana no quería conocer a Diana? A mí me gustaría mucho, es un buen chico, tiene una casa en Sacele, de su padre, conoce y ama a los coches, toca el piano, él estudio en el colegio de Mesota, como ella, creo que ellos encajarían.

-Está bien, pero no sé si los jóvenes se gustaran –dijo la senora Pop- yo no puedo decidir sobre esta situación.

– Me gusta como luce Diana –dijo Mihai- es un poco débil para mi gusto, pero por lo demás bien, manana iremos a dar un paseo.

Diana era delgada, de mediana estatura, rubia, con cara de muneca de ojos grandes y negro, boca pequena y siempre sonríe. Ella sabía que gustaba a todos sus colegas.

Laura, sabiendo que Diana era muy exigente, pensó que no le gustaría sin duda Mihai.

Al día siguiente, como había prometido, Mihai toco con un golpe largo la puerta del apartamento.

La madre de Diana abrió la puerta e invitó al joven a pasar al apartamento, sirvió un vaso whisky y con algunas galletas.

Mientras tanto apareció Diana, de costumbre retrasada en arreglarse.

-No llegaremos demasiado tarde –dijo la mujer.

-Vamos hasta el centro, daremos un paseo por la ciudad y volveremos –dijo Mihai- No necesitamos mucho, traeré a Diana sin problemas.

La joven llevaba un vestido de seda blanco, cubriendo su cuerpo hasta la cintura de arriba abajo, , Mihai llevaba unos pantalones vaqueros y una camisa a cuadros de tela escocesa en color rojo y negro. Al salir, Mihai beso suavemente en los labios de Diana, apenas tocándolos. Esto lo disfrutó Diana, que no solía reunirse con sus colegas, desde la primera vez que la vio quería besarla, pensó entonces en Pelbi, enamorado de ella, trataba de besarla con fuego, con la lengua y esto la llevo a rechazarlo inmediatamente. Él la tomó por sorpresa y ella no estaba preparada para esto. Ella no había sido nunca besada por un chico, el estudiante quería casarse con ella, había venido a su casa de la que le robo el corazón y se lo propuso llevándole a su casa tulipanes rojos y un gran oso amarillo de felpa. Diana lo rechazó diciéndole que no le amaba. El joven derramó lágrimas y se retiró triste.

Para Diana, la nueva vida era encantadora, la joven no sabía lo que más le gustaba, como pasar su tiempo libre o estar con la nueva persona que había entrado en su vida, Mihai, ya sea uno sin el otro no existían.

Diana se preguntó si ella se sentía atraída físicamente por Mihai. Ella había observado que no era su tipo, la relación con un hombre estaba abocada al fracaso, no importaba como trataba de caminar. No era el tipo de hombre que ella deseaba. A ella le gustaban los hombres como Robert Redford, Brad Pitt.

Pero, sin embargo, a todas las chicas que conocía sonaban con un chico alto, delgado como Mihai. Además, él tenía el pelo rizado, merecía la pena intentarlo.

Desde el día que se conocieron, el tiempo libre que tenía Diana lo pasaba permanentemente con Mihai. Como graduarse en la universidad. Como ella había acabado los cursos de la facultad, el joven estaba esperando frente a la universidad después del curso para llegar a casa con ella. Fueron juntos al cine, teatro, restaurantes, excursiones y fiestas con amigos. A Diana le parecía fantástico, porque hasta entonces no había ido a ninguna fiesta porque sus padres, no querían que fueran sola, ahora tenía a Mihai, que cuidaba de ella para que nada le sucediera.

El joven la protegía celosamente, ya que no le permitía bailar con cualquier otro joven para que no se la robaran. Si cualquier joven intentaba invitarla a bailar, el siempre saltaba con un gallo de pelea o como un toro en una corrida.

– No te dejo, tu estas saliendo conmigo –le dijo Mihai, mostrando sus punos, a Diana le gustaba porque le parecía un comportamiento muy masculino, aunque violento y considerará que Mihai era celoso, una evidencia que Mihai realmente la amaba.

A Diana le gustaría vivir en la Edad Media, en la época de los trovadores, ella creía que fue un periodo en que las mujeres eran mimadas por los hombres. Ella sonaba con un valiente caballero que dedicaba su lucha y escribían versos de amor encantadores.

Mihai no era un hombre capaz de escribir poemas románticos. Tal vez solo si él se veía forzado por las circunstancias para lograr sus objetivos, es decir, recibir mucho dinero o el coche que deseaba, era muy pragmático.

-Los hombres son más maduros, de su propia especie. Mas introvertidos –dijo Mihai- Es difícil que ellos expresen sus sentimientos, así que ellos los construyen.

Su nueva vida era encantadora, Diana no sabía lo que más le gustaba, cómo pasar su tiempo libre o la novena persona en entrar en su vida, Mihai. Ya sea uno sin otro no existía.

Había pasado un mes desde que Diana había conocido a Mihai, Sergiu, un profesor asistente buscó incesantemente a Diana por teléfono, quería invitarla a dar un paseo. El no pudo dejar de conectar con ella, porque su tiempo estaba completamente monopolizado por Mihai. Sergiu se dio cuenta demasiado tarde que Diana le gustaba, pero él era muy tímido y racional, que necesitaba un tiempo para meditar. El tiempo en que él había pensado y se había envalentonado, trabajo en su contra. Ahora solo podía hablar con su madre.

Habían pasado seis meses y Diana y Mihai fueron de luna de miel. El primer viaje que hizo con sus amigos Mihai fue al hotel Neptuno, un hotel elegante. Pasaron varios días en que casi todos estaban en grupo, en las discotecas, restaurantes o en sus habitaciones de hotel donde jugaban a las cartas.

De Brasov, ellos fueron al mar de campamento. Estuvieron aislados de los otros estudiantes, el alojamiento se encontraba disperso en diferentes villas en la localidad, dispersos. Ellos parecía que estarían solo en el mar. Se quedaron en una antigua villa en Eforie Nord. No conocían ni se reunieron con los vecinos.

Parecía que todo el edificio era de ellos. Ellos no necesitaban demasiado. Las comidas las tomaban en el restaurante donde fueron asignados por sus correspondientes billetes, un jardín de verano, transformado en una cafetería de los estudiantes durante la temporada de verano.

A la manana ellos se bronceaban en la gran playa de Eforie Sud. Necesitaban levantarse temprano para coger sitio en la playa. Pero estaban de vacaciones y no deseaban ser demasiado madrugadores. Especialmente ya que en las noches casi no dormían y no estaban acostumbrados a despertar en las primeras horas de la manana. En la facultad los cursos de la universidad estaban comenzando a las ocho de la manana en el último ano, ellos casi no servían en las primeras horas. Después del almuerzo, iban a una playa salvaje, virgen, cerca de la villa donde se alojaban, lleno de hierbas, malas hierbas, con arena y grava, donde las personas no querían pagar en el lago, donde

generalmente se envolvían en barro, comprando y los llevaban en bolsas de plástico y agua de mar en ese lugar no estaba limpia, estaba llena de algas. La playa estaba menos poblada, con muchos sitios libres, daba una sensación de intimidad.

Por la noche los dos hacían el amor con pequenas pausas donde ellos dormían profundamente.

Mihai contó a Diana que él tenía una rica experiencia sexual, estaba muy bien informado y versado en el sexo y siempre contaba historias de sus antiguas aventuras. A la joven le pareció interesante porque era la primera persona en su vida que se acercaba a tal sujeto.

Mihai fue el primer hombre de su vida, por lo que su nueva vida como mujer casada era completamente diferente de la que había vivido hasta ese momento. Siempre en la escuela, colegio o universidad, ella era muy buena estudiante, concienzuda y aprendía con placer, cualquier nueva disciplina en el plan de estudios. Ahora en el matrimonio, su maestro era Mihai. Él era el único hombre que dijo algo sobre esa zona y sin duda él era su guía y tenía experiencia. Debido a ello, a Diana le parecía que Mihai era estupendo. Tenía el aspecto de que lo dominaba todo por completo. Su madre, aunque profesora siempre evitó hablar sobre la vida sexual, aunque Diana tenía veinte anos, la joven no tenía ninguna persona en su entorno para hablar sobre ese tema, era tabú en su familia. Diana tenía la sensación a veces que su madre era como una nina mayor que no sabía mucho sobre vida sexual, a pesar de que había dado a luz a dos ninos, la explicación que se dio fue que el único hombre de su vida era su marido, el padre de Diana.

Diana siempre había sido una persona feliz, pero ahora estaba eufórica, sentía que todo el mundo le pertenecía, siempre había sido una persona alegre. Incluso su madre siempre la reganaba argumentando que reía demasiado, ahora su felicidad era completa. Todo parecía un sueno maravilloso del que Diana no quería que nunca terminara. La joven se encontraba en un estadio de euforia que solo el amor podía darle. Hasta ese momento, para ella lo más importante era la ensenanza y las notas que había recibido.

Diana era muy inteligente, aprendía rápidamente y fácilmente, se colocaba siempre entre los primeros de la clase, tenía una media de notas altas, que aseguraban en el futuro poder conseguir un buen puesto de trabajo en la distribución del gobierno, un trabajo seguro para todos los graduados universitarios en la época socialista. Pero en ese momento había muy pocos licenciados, solo los más inteligentes tuvieron la oportunidad de ir a la universidad, porque representaba el 2% de los que terminaron el bachillerato. Ahora a Diana le parecía maravilloso el sumergirse en los largos brazos de Mihai para ser besada y mimada, pensó que siempre sería así. Hubiera querido que Mihai hablara más, fuese más romántico.

-Los hombres son duros a su manera, mas introvertidos – dijo Mihai. Es más difícil que expresen sus sentimientos.

“Qué fantástico es estar casado” dijo Diana y no quería pensar en otra cosa. Diana y Mihai parecían la pareja perfecta. Habían llegado a comprender con su mirada que no tenían mucho para conversar.

Mihai era un tipo taciturno, trasformó a Diana, haciéndola más interiorizada.

La joven estaba segura que Mihai no tenía relaciones con otras mujeres porque tenía lo que quería cuando y como hacer que estaban juntos, excepto en sus horarios de trabajo.

Diana era muy empática, se asociaba bien con las personas que había a su alrededor. Ella sería como un pintor, que empezaba a pintar, si era una escultora, ella había esculpido. Con un médico que le ensenaba todas las enfermedades y tratamientos conocidos. Con un ingeniero de vehículos de carretera, Diana alcanzaba a identificar casi todas las marcas de coche, de reconocer el tipo, las características, rendimientos, partes, etc.

Por la noche, los dos recién casados paseaban por primera línea de playa, un día conocieron a un anciano, con ropa en mal estado, que pescaba peces y ranas, frente al embarcadero. Él le pidió a Mihai que le diera un cigarrillo y este le dio el paquete.

El anciano tomó el paquete, diciendo:

-Gracias joven, deja que te ensene lo que he encontrado en el ático de los viejos pescadores –dijo el viejo y les mostró a la joven pareja un papel amarillento.

Mihai recogió las hojas delgadas y leyó en voz alta “La leyenda de las Leyendas”, por Cornelia Paun Heinzel.

En un día, Dios llamó a San Pedro y le dijo:

-Pedro, me gustaría que tu fueses por el mundo y descubrieses que hace la gente. Yo les he dado la Biblia llena de lecciones para ellos como una guía y como un ejemplo de vida. Yo he traído a esta tierra escritores con talento para llevar, para crear cuentos de hadas, cuentos infantiles e historias religiosas o históricas inspiradas de la historia de sus pueblos. Yo he mandado poetas para deleitar con su magia lírica, he creado músicos que embrujen con los acordes de sus canciones. He dado bardos y cantantes con la gracia para cantar e interpretar sus creaciones maravillosas. He ofrecido actores para llevar con talento y dedicación las creaciones dramáticas. Quiero que la gente disfrute de estos regalos y si he hecho todo esto para ellos desde mi alma, realmente ha cambiado su vida para mejor y mi trabajo

no ha sido en vano.

San Pedro comenzó inmediatamente a abrir el camino, el subió escalando los picos más altas donde escuchó las baladas melódicas y maravillosas historias de pastores, él bajó a las playas de arena fina y dorada con agua, amplia y profunda, escuchando las canciones de los pescadores, él pasó por ciudades y pueblos, encantado por la sabiduría emocionado de proverbios y dichos populares y miró a su alrededor personas las representaciones de los actores, partición en las fiestas organizadas en el mundo en diferentes ocasiones, sintiéndose fascinado por la riqueza espiritual de ceremonias organizadas. Él acompanó a los hombres de las iglesias, en los servicios religiosos participando con ellos en las oraciones y su viaje llegó a su fin.

-Santo Dios, estuve recorriendo el mundo a lo largo y ancho de este, he escuchado los versos maravillosos de la gente y sus canciones melodiosas, he ido y he orado con ellos en la iglesia, he visto impresionantes obras de teatro y he participado en las celebraciones encantado, he escuchado anécdotas, cuentos y relatos que gozan en la oreja y la mente del oyente. He leído con placer cuentos infantiles, cuentos de todo tipo –mágico, fantasía, histórico, filosófico, religioso, romántico, satírico…

He tenido sin embargo la inquietud, no sé qué tipo de historias son las que contiene elementos fantásticos o bordados en una media razón histórica o unas fantasías místicas, explicando la génesis de una cosa, un ser, el carácter especial de un evento histórico, de un héroe mítico. Porque son diferentes de otros, lo que debería qye haya un nombre especial.

-De lo que hablas San Pedro, yo he pensado mucho sobre esto, lo he meditado y deseo que a partir de hoy, estas historias especiales se llamen “leyendas” –dijo Dios.

– Entonces eso serán sin durda “La leyenda de las leyendas” porque narra justo la apariencia de leyenda –dijo la voz de San Pedro.

-Una interesante leyenda –dijo Diana.

-.Te gusta? –dijo el viejo, agarrando sus utensilios de pescahoy tuve mucha suerte, pero manana, puedo pescar algo para que me alcance la pensión, pero tengo que ocupar mi tiempo en algo, ahora en la vejez.

Los jóvenes tomaron los papeles amarillentos y se fueron a la villa, una vez entraron Mihai empezó a besar frenéticamente a Diana, mientras se dirigían a la cama en la habitación, eran largas noches llenas de amor.

Dormían muy poco y siempre se abrazaban, Diana solía dormir sintiendo el cuerpo de Mihai, soldadura ella, su calor y la sangre que fluye a través embriagadora en sus venas, que sentía que no podía dormir lo contrario. Despertarse por la manana cuando sintió caricias sobre su cuerpo, se supo entonces lo que sigue y comenzó lentamente a besar al hombre, en su opinión, si fuera posible y no tener que hacer otras actividades, como hacer el amor constantemente, de hecho siempre después de la ducha de la manana y después de vestirse de Diana y organizar Mihai se acercó y empezó de nuevo a besar con fuego, que desnudarse y se llevó el principio, en el almuerzo el restaurante siempre llegaba tarde, incluso perdió peso, después del almuerzo, cuando llegan a casa y cómo se abrió la puerta, empezaron a besarse apasionadamente. Él habría sido capaz de hacerle el amor en la playa por la tardes, a menos que encontrase en ese momento la gente en la playa y si la vegetación predominante correspondiente árido suelo de ese lugar estaba lleno de espinas.

Las vacaciones en el mar, en la playa se acababan, que costaba poco, ellos tenían bonos gratuitos por las notas obtenidos, Diana tomo nota de los exámenes para tener los billetes previstos.

Mihai estaba en el último ano en la universidad, obtuvo puntuaciones ligeramente más altas de lo habitual, aunque no aprendió más. Los jóvenes estudiantes tuvieron la suerte de que algunos lugares recientemente renunció al campamento justo antes de la salida y en ese momento no estaban dispuestos, para competir. Incluso los billetes del tren para ir al mar eran gratuitos.

Al empezar a trabajar, donde fueron designados, pero todavía tenían días de vacaciones.

Fluía como el mar, la única diferencia es que los padres estaban comiendo y pasearon por el mar reemplazando por la montana alrededor de Brasov.

Pasaron los días casi idénticos, hicieron el amor toda la noche y por la manana después Diana se estaba duchando, vestirse y organizar listo para ir a trabajar. Mihai comenzó de nuevo al igual que cuando la vio por primera vez. Este hábito hacía que la joven se retrasase. Pero fue en los primeros anos de trabajo en el periodo de prueba, no tenía ningún control. Llegó a casa del trabajo, si quería cocinar, porque Diana era concienzuda y aprendía más en la cocina. Diana tenía siempre una tendencia a la perfección y lo único que quería era estar impecable.

Él quería que fuera una cocinera maravillosa, la novia perfecta y como la naturaleza y su temperamento hacían que era una persona feliz, calmada, tranquila, y no podía nunca pelear con nadie. Ella creía que la perfección era lo que traía el éxito en todas las actividades que realizaban, así que siempre lo había hecho en su vida y logrado sus éxitos.

Parecía natural para aplicar este pensamiento matemático y en la vida familiar, aunque en este caso era la gran desconocida, Mihai siempre podría arruinarlo todo, en este trabajo, Diana no estaba pensando en ninguna clase, era demasiado feliz para hacerlo, su hermana Laura vino a visitarla y disfrutó con los preparativos de Diana. Cuando Mihai llegó a casa, no se iba y quería hacer el amor, incluso en ese lugar. Si ella estaba en el bano, empezaba a ducharse, Mihai entró también en la banera para hacer el amor con ella, un día Diana lavaba ropa en el bano, Mihai entró en la habitación, la levanto por debajo de los brazos sentándola arriba del lavabo para hacerle el amor y rompió una botella de detergente de vidrio que Diana había recibido del trabajo. Con características muy empática, Diana sincronizó perfectamente con los deseos de su marido, tenía conocimientos en diferentes áreas, ya que la lectura y el estudio de más, pero en la vida cotidiana a menudo actuaba como una nina mimada, como siempre había sido tratada por sus padres y sus abuelos.

A la joven parecía que Mijai estaba diferente, dependiendo de cómo se afeitaba, cuando se afeitaba parecía un adolescente con su nariz pequena, boca pequena y labios gruesos, sin afeitar parecía más masculino como fuera de la ley o un cowboy de una vieja película de western. Le gustaba el timbre de su voz gruesa, varonil.

Diana era muy tranquil, no regateaba con nadie, incluso con Mihai. Una vez Mihai estaba molesto y por alguna razón la joven no le dio ninguna atención y se apresuró hacia ella como un loco y le arranco los pantalones de Diana, se sentó buscando la calma y con los pantalones como un péndulo como una bandera, rio de buena gana, parecía una risa contagiosa, Mihai comenzó a reír, por lo que todo terminó con besos y haciendo el amor. Sin embargo, Mihai estaba inquieto constantemente como hacer negocios, para hacer dinero, pero solo tenía ideas negativas, Diana creía que solo el trabajo da dinero, sus padres le habían dado dinero para comprar una máquina, lo que podría comprar el último modelo de vehículo fabricado en el país.

Sin embargo, Mihai tuvo la idea loca de comprar un coche extranjero,

que había tenido un accidente y era muy caro. Además, requería reparaciones muy costosas. Por lo tanto, feliz de poder reparar su propio coche.

Muchos de los conocidos los miraban con envidia.

– No todas las personas son hermosas como usted. Nosotros somos más feos, también tenemos nuestra vida, dijo una vez un amigo de Mihai.

Mihai era muy tacano, tenía dinero pero le daba muy poco a Diana para la comida, siempre le decía:

-Quiero comprar lo último en electrónica y necesito ahorrar, debemos apretar el dinero, voy a cuidar de nuestros sueldos.

En su familia Diana tenía la costumbre de comprar para satisfacer su placer, la joven fue a su madre para coger algunos alimentos, como miel, frutos secos, que Mihai consideraba un lujo. Para la ropa, Diana accedió a los gustos de Mihai para hacerle feliz. No llevaba trajes ni vestidos elegantes, pasando a camisas y pantalones.

-La moda son los pantalones vaqueros y camisetas. En invierno, una modrena chaqueta deportiva –dijo el hombre.

Diana no debía llevar zapatos de tacón, cambiándolos por zapatillas de deporte y bailarinas.

-Usa algo cómodo, .por qué debes llevar tacones? –dijo Mihai- no es necesario los cosméticos ni la bisutería, es dinero perdido, es demasiado caro.

Después de estar casados ya no iban nunca al teatro o a ver una película, nunca iban a un restaurante, cafetería o bar o discoteca, ni a cualquier parte, ni festival ni concierto, un día de fiesta no participaban.

Mihai estaba acostumbrado por su madre a vivir en una austeridad brutal. La familia de Diana la trataba siempre como una princesa y ella siempre podía comprarse lo que deseara, era necesario en su vida.

Diana era habitual comprar lo que quería, algo especial, pero sin un gasto exagerado, pero siempre era capaz de permitirse un pequeno placer, comprarse bellos vestidos y zapatos de vestir, ahora debía cumplir con los deseos de Mihai y que su felicidad dependía de estas cosas que las consideraba como un pequeno sacrificio que debía hacer.

Cuando Mihai quería cambiar el apartamento con un conocido, Diana no quería pensar en ello, en primer lugar era el apartamento recibido de sus abuelos, era amplio, grande, hermoso y bien situado, justo en el bulevar central y estaba en una planta baja que le gustaba mucho porque tenía la sensanción de que vivía en la casa, se veía el albaricoque bajo la ventana del dormitorio o altos arbustos de rosas en frente de la sala de estar. Entonces se dio cuenta de que no todo era tan rosa como parecía.

Que estar casada no era solo hacer el amor, se dio cuenta que Mihai y sus ideas la habían llevado a una azada de madera. El divorcio era la única solución para ellos, pensó en la distracción de la última fiesta que habían sido invitados y el extrano comportamiento de Mihai, cuando se oyeron los primeros acordes y música y empezaron a bailar, Mihai exclamó: “.Quién quiera bailar con mi esposa?

La reacción no le gustó a Diana, Probablemente ahora consideraba que ella era de su propiedad personal y no tenía miedo que ella pudiera irse, ya no temía perder, incluso se preguntó si todo lo que había entre ellos era sólo atracción sexual.

Diana sabía que era hermosa, ella sabía más de una cosa. Que Mihai se dio cuenta de que amaba algo solo cuando no lo tenía, como hizo con su ex novia Ildy. Mihai no era romántico, Diana tenía la sensación de que Mihai no era tan bueno como parecía antes del matrimonio.

-Los hombres son más introvertidos –dijo- tú no te diste cuenta.

Ellos iban frecuentemente a Sacele solía ir a reparar el coche que quedaba en el patio de la casa Mihai trabajaba con su padre, pero de forma ineficaz, mientras Diana escribía en un papel sus pensamientos.

Diana pensó que no era demasiado cuidadoso con ella, cuando llego de su trabajo en el tren de la noche, el no estaba esperando en la estación de tren, como hacían sus padres y sus abuelos.

Por lo tanto Diana decidió irse con su madre, aunque el apartamento era de ella. Entonces, en la última noche de amor, ella sabía que era el final, a pesar de que la atracción entre ellos era tan fuerte como el primer día. Pero no había otra solución, habían pasado un ano después del matrimonio y Mihai lo dejó creyendo que era un juego de Diana.

– Somos completamente diferentes, a mí no me interesa el dinero –dijo Diana.

-Yo quiero dinero –dijo Mihai –quiero hacer negocios para hacerme ricos.

-Entonces vamos cada uno por su camino, separados –concluyó Diana.

-Que tonto fui que no iba con otras mujeres durante el matrimonio, nunca he estado solo con una mujer durante tanto tiempo –dijo el hombre.

Desde el balcón del apartamento de su madre, podría ver exactamente la cocina y el dormitorio de su casa, Diana vio a Mihai, quien llego a casa del trabajo y tenía una fuerte crisis, se golpeó la cabeza contra la pared. Ella no lo había visto así, pensó que nunca lo conoció bien.

Mihai era un misterio.

Al día siguiente Mihai golpeó la puerta del apartamento de su madre:

-Quiero que mi mujer Diana, vuelva a casa.

Como la puerta no se habría golpeo con furia, solo el presidente del bloque le amenazó.

Diana pensó que Mihai era un misterio que ella no había descifrado y no conocía, era lógico que Mihai quería hacer el amor con ella, la amaba tanto pero Mihai tenía algún trastorno y después sería conocido por su complejo por su virilidad, por su capacidad sexual.

Ella no quería un hombre perfecto, solamente uno que pensara por ella, ser como ella.

La falta de Mihai, Diana la notaba más fuerte por la noche, ella acostumbraba a dormir en los brazos de su marido, sentir su cuerpo cálido, sentirla sangre fluyendo en las venas. Cuando se despertó y se vio sola entonces sintió que tenía deseos de llorar. Ella sabía que Mihai se arrepentiría, pero la separación era la única solución para ellos. Pero necesitaba ser feliz, se conformaría con eso. Pensó entonces en conocidos y llegó a la conclusión de que muchas personas no encuentran nunca a una pareja y no conocen jamás el

amor. – pensó la joven.

Diana pensó_ “Pero, cómo sería ella si se hubiera quedado con Adrián, el antiguo companero de la universidad y con el que había estado saliendo un mes y al final ella era todavía virgen, probablemente no hubiera sabido jamás lo que era el amor. Otro misterio de la vida sin resolver.

 

Leyenda de Leyendas: ¿Quién era el hombre del sueño?

 

Diana iba en un tren rápido hacia Bucarest. En frente de

ella, iba una mujer de mediana edad, que le dijo con tristeza en

su voz, notándose su angustia:

-Senorita, le voy a decir que le pasó a mi hija. Era una estudiante

del último ano y como es tradición entre nosotros, se iba

a casar. Ya sabe lo que dicen, que si no se hace en ese momento,

luego es más difícil encontrar pareja. Se casó con un companero

de estudios, que era muy buen estudiante, tranquilo y de

muy buena familia intelectual.

Pero después de un mes de la boda, se divorciaron, mi hija

todavía siendo virgen. Quisiera que se casara con otro estudiante

más hábil y versado, pero no quiere ir con él, es más inquieto,

el otro extremo, pero después de un ano divorciada, mi hija está

sola y no quiere oír hablar de matrimonio.

En ese momento, Diana se sorprendió, creía que solo a ella

le había pasado algo tan increíble. Se preguntó si era posible

que una situación que parecía ser única, pudiera ser vivida al

mismo tiempo por otra persona, de la misma manera. Los recuerdos

volvieron involuntariamente a su mente.

Diana había dispuesto debajo de la almohada, las flores

como eran la agana, cuajaleche, galio de flor amarilla, hierba

sanjuanera, que su abuela le había ensenado como hacerlo para

sonar con el hombre destinado a ella, estaba de acuerdo con

ese ritual, una antigua costumbre rumana. La fragancia de las

flores amarillas y fragantes hizo que la joven se durmiera inmediatamente

de forma profunda y feliz.

Por la manana, ella recordó que había sonada con un hombre

y nada más. .Quién era el hombre con el que había sonado?

–pensó la joven. Trató de recordar, pero fue en vano. Aparecía

delante de sus ocho sitios de sueno que parecían imágenes vivas,

en directo, donde los paisajes eran encantadores, las sensaciones

lo eran todo. No recordaba nada del hombre, de cómo

era, que hacía, todo era un enigma indescifrable.

Por la tarde necesitaba ir con su hermana Laura y su madre

–que era profesora de rumano- a la casa de Laura – que era

profesora de matemáticas- porque su madre quería preparar las

matemáticas y su hija que era maestra parecía la mejor opción.

La mujer las recibió sonriente y cortésmente las invito a pasar

a la vivienda.

– Os puedo ofrecer una taza de café con crema –dijo dulcemente

la profesora.

Ella ensenaba a la hija de una trabajadora de una cafetería

que estaba junto a la casa de Diana, que en ocasiones le llevaba

crema, que no se encontraba disponible en esos momentos en

los comercios.

-Laura, pero tú eres muy buena en matemáticas –le dijo la

profesora- .Por qué necesitas que yo sea tu tutora? –le preguntó

la mujer, mientas que ella estaba pensando que estaría contenta

si ganaba mucho más dinero.

-Quiero asegurarme de que a ella le va a salir todo bien –respondió

su madre.

En la habitación entro un joven alto, de complexión atlética,

con el pelo negro, rizado, nariz pequena y labios gruesos.

-Déjeselo a mi hijo, Mihai –dijo la mujer con orgullo en su

voz- Es estudiante en la Facultad de “Automóviles”, ha seguido

los pasos de su padre, que es ingeniero en la fábrica de camiones

“Bandera Roja”.

Mihai ha examinado audazmente a las recién llegadas,

mientras la senora Sisu venían a tomar el café, delicadamente

sumergió una cuchara pequena en el tarro de la crema y luego

la removía como una brisa por las tazas de café.

-Quiero que te cases Mihai, de verte en tu casa, si encuentras

una buena chica, cuando acabes este ano la facultad seria

el momento.

– .Pero, él no tiene companeras en la facultad? –preguntó la

madre de Diana, la senora Pop.

-En esta especialidad no hay demasiadas mujeres, las tenía

en el primer ano de la universidad, tenía una amiga húngara,

colega de la facultad, pero se separaron, la chica encontró a otro

y lo dejó. Mihai sufrió mucho.

-Pero, .no pueden verse si se aman? –preguntó la madre de

Diana.

-No tienen ninguna oportunidad. Ildiko ahora está casada

con otro colega. Ella lo dejó definitivamente a Mihai, pero Diana

no quería conocer a Diana, a mí me gustaría mucho, es un

buen chico, tiene una casa en Sacele, de su padre, conoce y ama

a los coches, toca el piano, él estudio en el colegio de Mesota,

como ella, creo que ellos encajarían.

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-Está bien, pero no sé si los jóvenes se gustaran –dijo la senora

Pop- yo no puedo decidir sobre esta situación.

– Me gusta como luce Diana –dijo Mihai- es un poco débil

para mi gusto, pero por lo demás bien, manana iremos a dar

un paseo.

Diana era delgada, de mediana estatura, rubia, con cara de

muneca de ojos grandes y negro, boca pequena y siempre sonríe.

Ella sabía que gustaba a todos sus colegas.

Laura, sabiendo que Diana era muy exigente, pensó que no

le gustaría sin duda Mihai.

Al día siguiente, como había prometido, Mihai toco con un

golpe largo la puerta del apartamento.

La madre de Diana abrió la puerta e invitó al joven a pasar

al apartamento, sirvió un vaso whisky y con algunas galletas.

Mientras tanto apareció Diana, de costumbre retrasada en arreglarse.

-No llegaremos demasiado tarde –dijo la mujer.

-Vamos hasta el centro, daremos un paseo por la ciudad y

volveremos –dijo Mihai- No necesitamos mucho, traeré a Diana

sin problemas.

La joven llevaba un vestido de seda blanco, cubriendo su

cuerpo hasta la cintura de arriba abajo, , Mihai llevaba unos

pantalones vaqueros y una camisa a cuadros de tela escocesa

en color rojo y negro. Al salir, Mihai beso suavemente en los

labios de Diana, apenas tocándolos. Esto lo disfrutó Diana, que

no solía reunirse con sus colegas, desde la primera vez que la

vio quería besarla, pensó entonces en Pelbi, enamorado de ella,

trataba de besarla con fuego, con la lengua y esto la llevo a rechazarlo

inmediatamente. Él la tomó por sorpresa y ella no estaba

preparada para esto. Ella no había sido nunca besada por

un chico, el estudiante quería casarse con ella, había venido a su

casa de la que le robo el corazón y se lo propuso llevándole a su

casa tulipanes rojos y un gran oso amarillo de felpa. Diana lo

rechazó diciéndole que no le amaba. El joven derramó lágrimas

y se retiró triste.

Para Diana, la nueva vida era encantadora, la joven no sabía

lo que más le gustaba, como pasar su tiempo libre o estar con la

nueva persona que había entrado en su vida, Mihai, ya sea uno

sin el otro no existían.

Diana se preguntó si ella se sentía atraída físicamente por

Mihai. Ella había observado que no era su tipo, la relación con

un hombre estaba abocada al fracaso, no importaba como trataba

de caminar. No era el tipo de hombre que ella deseaba. A

ella le gustaban los hombres como Robert Redford, Brad Pitt.

Pero, sin embargo, a todas las chicas que conocía sonaban con

un chico alto, delgado como Mihai. Además, él tenía el pelo

rizado, merecía la pena intentarlo.

Desde el día que se conocieron, el tiempo libre que tenía

Diana lo pasaba permanentemente con Mihai. Como graduarse

en la universidad. Como ella había acabado los cursos de la

facultad, el joven estaba esperando frente a la universidad después

del curso para llegar a casa con ella. Fueron juntos al cine,

teatro, restaurantes, excursiones y fiestas con amigos. A Diana

le parecía fantástico, porque hasta entonces no había ido a ninguna

fiesta porque sus padres, no querían que fueran sola, ahora

tenía a Mihai, que cuidaba de ella para que nada le sucediera.

El joven la protegía celosamente, ya que no le permitía bailar

con cualquier otro joven para que no se la robaran. Si cualquier

joven intentaba invitarla a bailar, el siempre saltaba con un gallo

de pelea o como un toro en una corrida.

– No te dejo, tu estas saliendo conmigo –le dijo Mihai, mostrando

sus punos, a Diana le gustaba porque le parecía un

comportamiento muy masculino, aunque violento y considerará

que Mihai era celoso, una evidencia que Mihai realmente

la amaba.

A Diana le gustaría vivir en la Edad Media, en la época de

los trovadores, ella creía que fue un periodo en que las mujeres

eran mimadas por los hombres. Ella sonaba con un valiente

caballero que dedicaba su lucha y escribían versos de amor encantadores.

Mihai no era un hombre capaz de escribir poemas

románticos. Tal vez solo si él se veía forzado por las circunstancias

para lograr sus objetivos, es decir, recibir mucho dinero o

el coche que deseaba, era muy pragmático.

-Los hombres son más maduros, de su propia especie. Mas

introvertidos –dijo Mihai- Es difícil que ellos expresen sus sentimientos,

así que ellos los construyen.

Su nueva vida era encantadora, Diana no sabía lo que más

le gustaba, cómo pasar su tiempo libre o la novena persona en

entrar en su vida, Mihai. Ya sea uno sin otro no existía.

Había pasado un mes desde que Diana había conocido a Mihai,

Sergiu, un profesor asistente buscó incesantemente a Diana

por teléfono, quería invitarla a dar un paseo. El no pudo dejar

de conectar con ella, porque su tiempo estaba completamente

monopolizado por Mihai. Sergiu se dio cuenta demasiado tarde

que Diana le gustaba, pero él era muy tímido y racional, que

necesitaba un tiempo para meditar. El tiempo en que él había

pensado y se había envalentonado, trabajo en su contra. Ahora

solo podía hablar con su madre.

Habían pasado seis meses y Diana y Mihai fueron de luna

de miel. El primer viaje que hizo con sus amigos Mihai fue al

hotel Neptuno, un hotel elegante. Pasaron varios días en que

casi todos estaban en grupo, en las discotecas, restaurantes o en

sus habitaciones de hotel donde jugaban a las cartas.

De Brasov, ellos fueron al mar de campamento. Estuvieron

aislados de los otros estudiantes, el alojamiento se encontraba

disperso en diferentes villas en la localidad, dispersos. Ellos parecía

que estarían solo en el mar. Se quedaron en una antigua

villa en Eforie Nord. No conocían ni se reunieron con los vecinos.

Parecía que todo el edificio era de ellos. Ellos no necesitaban

demasiado. Las comidas las tomaban en el restaurante

donde fueron asignados por sus correspondientes billetes, un

jardín de verano, transformado en una cafetería de los estudiantes

durante la temporada de verano.

A la manana ellos se bronceaban en la gran playa de Eforie

Sud. Necesitaban levantarse temprano para coger sitio en

la playa. Pero estaban de vacaciones y no deseaban ser demasiado

madrugadores. Especialmente ya que en las noches casi

no dormían y no estaban acostumbrados a despertar en las

primeras horas de la manana. En la facultad los cursos de la

universidad estaban comenzando a las ocho de la manana en el

último ano, ellos casi no servían en las primeras horas. Después

del almuerzo, iban a una playa salvaje, virgen, cerca de la villa

donde se alojaban, lleno de hierbas, malas hierbas, con arena y

grava, donde las personas no querían pagar en el lago, donde

generalmente se envolvían en barro, comprando y los llevaban

en bolsas de plástico y agua de mar en ese lugar no estaba limpia,

estaba llena de algas. La playa estaba menos poblada, con

muchos sitios libres, daba una sensación de intimidad.

Por la noche los dos hacían el amor con pequenas pausas

donde ellos dormían profundamente.

Mihai contó a Diana que él tenía una rica experiencia sexual,

estaba muy bien informado y versado en el sexo y siempre

contaba historias de sus antiguas aventuras. A la joven le pareció

interesante porque era la primera persona en su vida que se

acercaba a tal sujeto.

Mihai fue el primer hombre de su vida, por lo que su nueva

vida como mujer casada era completamente diferente de la que

había vivido hasta ese momento. Siempre en la escuela, colegio

o universidad, ella era muy buena estudiante, concienzuda

y aprendía con placer, cualquier nueva disciplina en el plan de

estudios. Ahora en el matrimonio, su maestro era Mihai.

Él era el único hombre que dijo algo sobre esa zona y sin

duda él era su guía y tenía experiencia. Debido a ello, a Diana

le parecía que Mihai era estupendo. Tenía el aspecto de que

lo dominaba todo por completo. Su madre, aunque profesora

siempre evitó hablar sobre la vida sexual, aunque Diana tenía

veinte anos, la joven no tenía ninguna persona en su entorno

para hablar sobre ese tema, era tabú en su familia. Diana tenía

la sensación a veces que su madre era como una nina mayor

que no sabía mucho sobre vida sexual, a pesar de que había

dado a luz a dos ninos, la explicación que se dio fue que el único

hombre de su vida era su marido, el padre de Diana.

Diana siempre había sido una persona feliz, pero ahora estaba

eufórica, sentía que todo el mundo le pertenecía, siempre

había sido una persona alegre. Incluso su madre siempre la reganaba

argumentando que reía demasiado, ahora su felicidad

era completa. Todo parecía un sueno maravilloso del que Diana

no quería que nunca terminara. La joven se encontraba en

un estadio de euforia que solo el amor podía darle. Hasta ese

momento, para ella lo más importante era la ensenanza y las

notas que había recibido.

Diana era muy inteligente, aprendía rápidamente y fácilmente,

se colocaba siempre entre los primeros de la clase, tenía

una media de notas altas, que aseguraban en el futuro poder

conseguir un buen puesto de trabajo en la distribución del gobierno,

un trabajo seguro para todos los graduados universitarios

en la época socialista. Pero en ese momento había muy

pocos licenciados, solo los más inteligentes tuvieron la oportunidad

de ir a la universidad, porque representaba el 2% de los

que terminaron el bachillerato. Ahora a Diana le parecía maravilloso

el sumergirse en los largos brazos de Mihai para ser besada

y mimada, pensó que siempre sería así. Hubiera querido

que Mihai hablara más, fuese más romántico.

-Los hombres son duros a su manera, mas introvertidos –

dijo Mihai. Es más difícil que expresen sus sentimientos.

“Qué fantástico es estar casado” dijo Diana y no quería pensar

en otra cosa. Diana y Mihai parecían la pareja perfecta. Habían

llegado a comprender con su mirada que no tenían mucho

para conversar.

Mihai era un tipo taciturno, trasformó a Diana, haciéndola

más interiorizada.

La joven estaba segura que Mihai no tenía relaciones con

otras mujeres porque tenía lo que quería cuando y como hacer

que estaban juntos, excepto en sus horarios de trabajo.

Diana era muy empática, se asociaba bien con las personas

que había a su alrededor. Ella sería como un pintor, que empezaba

a pintar, si era una escultora, ella había esculpido. Con un

médico que le ensenaba todas las enfermedades y tratamientos

conocidos. Con un ingeniero de vehículos de carretera, Diana

alcanzaba a identificar casi todas las marcas de coche, de reconocer

el tipo, las características, rendimientos, partes, etc.

Por la noche, los dos recién casados paseaban por primera

línea de playa, un día conocieron a un anciano, con ropa en mal

estado, que pescaba peces y ranas, frente al embarcadero. Él le

pidió a Mihai que le diera un cigarrillo y este le dio el paquete.

El anciano tomó el paquete, diciendo:

-Gracias joven, deja que te ensene lo que he encontrado

en

el ático de los viejos pescadores –dijo el viejo y les mostró a la

joven pareja un papel amarillento.

Mihai recogió las hojas delgadas y leyó en voz alta “La leyenda

de las Leyendas”, por Cornelia Paun Heinzel.

En un día, Dios llamó a San Pedro y le dijo:

-Pedro, me gustaría que tu fueses por el mundo y descubrieses

que hace la gente. Yo les he dado la Biblia llena de lecciones

para ellos como una guía y como un ejemplo de vida. Yo he

traído a esta tierra escritores con talento para llevar, para crear

cuentos de hadas, cuentos infantiles e historias religiosas o históricas

inspiradas de la historia de sus pueblos. Yo he mandado

poetas para deleitar con su magia lírica, he creado músicos que

embrujen con los acordes de sus canciones. He dado bardos y

cantantes con la gracia para cantar e interpretar sus creaciones

maravillosas. He ofrecido actores para llevar con talento y dedicación

las creaciones dramáticas. Quiero que la gente disfrute

de estos regalos y si he hecho todo esto para ellos desde mi

alma, realmente ha cambiado su vida para mejor y mi trabajo

no ha sido en vano.

San Pedro comenzó inmediatamente a abrir el camino, el

subió escalando los picos más altas donde escuchó las baladas

melódicas y maravillosas historias de pastores, él bajó a las playas

de arena fina y dorada con agua, amplia y profunda, escuchando

las canciones de los pescadores, él pasó por ciudades y

pueblos, encantado por la sabiduría emocionado de proverbios

y dichos populares y miró a su alrededor personas las representaciones

de los actores, partición en las fiestas organizadas en el

mundo en diferentes ocasiones, sintiéndose fascinado por la riqueza

espiritual de ceremonias organizadas. Él acompanó a los

hombres de las iglesias, en los servicios religiosos participando

con ellos en las oraciones y su viaje llegó a su fin.

-Santo Dios, estuve recorriendo el mundo a lo largo y ancho

de este, he escuchado los versos maravillosos de la gente y sus

canciones melodiosas, he ido y he orado con ellos en la iglesia,

he visto impresionantes obras de teatro y he participado en

las celebraciones encantado, he escuchado anécdotas, cuentos

y relatos que gozan en la oreja y la mente del oyente. He leído

con placer cuentos infantiles, cuentos de todo tipo –mágico,

fantasía, histórico, filosófico, religioso, romántico, satírico…

He tenido sin embargo la inquietud, no sé qué tipo de historias

son las que contiene elementos fantásticos o bordados en una

media razón histórica o unas fantasías místicas, explicando la

génesis de una cosa, un ser, el carácter especial de un evento

histórico, de un héroe mítico. Porque son diferentes de otros, lo

que debería qye haya un nombre especial.

-De lo que hablas San Pedro, yo he pensado mucho sobre

esto, lo he meditado y deseo que a partir de hoy, estas historias

especiales se llamen “leyendas” –dijo Dios.

– Entonces eso serán sin durda “La leyenda de las leyendas”

porque narra justo la apariencia de leyenda –dijo la voz de San

Pedro.

-Una interesante leyenda –dijo Diana.

-.Te gusta? –dijo el viejo, agarrando sus utensilios de pescahoy

tuve mucha suerte, pero manana, puedo pescar algo para

que me alcance la pensión, pero tengo que ocupar mi tiempo

en algo, ahora en la vejez.

Los jóvenes tomaron los papeles amarillentos y se fueron a

la villa, una vez entraron Mihai empezó a besar frenéticamente

a Diana, mientras se dirigían a la cama en la habitación, eran

largas noches llenas de amor.

Dormían muy poco y siempre se abrazaban, Diana solía

dormir sintiendo el cuerpo de Mihai, soldadura ella, su calor

y la sangre que fluye a través embriagadora en sus venas, que

sentía que no podía dormir lo contrario. Despertarse por la

manana cuando sintió caricias sobre su cuerpo, se supo entonces

lo que sigue y comenzó lentamente a besar al hombre, en su

opinión, si fuera posible y no tener que hacer otras actividades,

como hacer el amor constantemente, de hecho siempre después

de la ducha de la manana y después de vestirse de Diana

y organizar Mihai se acercó y empezó de nuevo a besar con

fuego, que desnudarse y se llevó el principio, en el almuerzo el

restaurante siempre llegaba tarde, incluso perdió peso, después

del almuerzo, cuando llegan a casa y cómo se abrió la puerta,

empezaron a besarse apasionadamente. Él habría sido capaz

de hacerle el amor en la playa por la tardes, a menos que encontrase

en ese momento la gente en la playa y si la vegetación

predominante correspondiente árido suelo de ese lugar estaba

lleno de espinas.

Las vacaciones en el mar, en la playa se acababan, que costaba

poco, ellos tenían bonos gratuitos por las notas obtenidos,

Diana tomo nota de los exámenes para tener los billetes previstos.

Mihai estaba en el último ano en la universidad, obtuvo

puntuaciones ligeramente más altas de lo habitual, aunque no

aprendió más. Los jóvenes estudiantes tuvieron la suerte de que

algunos lugares recientemente renunció al campamento justo

antes de la salida y en ese momento no estaban dispuestos, para

competir. Incluso los billetes del tren para ir al mar eran gratuitos.

Al empezar a trabajar, donde fueron designados, pero

todavía tenían días de vacaciones.

Fluía como el mar, la única diferencia es que los padres estaban

comiendo y pasearon por el mar reemplazando por la

montana alrededor de Brasov.

Pasaron los días casi idénticos, hicieron el amor toda la noche

y por la manana después Diana se estaba duchando, vestirse

y organizar listo para ir a trabajar. Mihai comenzó de nuevo

al igual que cuando la vio por primera vez. Este hábito hacía

que la joven se retrasase. Pero fue en los primeros anos de trabajo

en el periodo de prueba, no tenía ningún control. Llegó a

casa del trabajo, si quería cocinar, porque Diana era concienzuda

y aprendía más en la cocina. Diana tenía siempre una tendencia

a la perfección y lo único que quería era estar impecable.

Él quería que fuera una cocinera maravillosa, la novia perfecta

y como la naturaleza y su temperamento hacían que era una

persona feliz, calmada, tranquila, y no podía nunca pelear con

nadie. Ella creía que la perfección era lo que traía el éxito en

todas las actividades que realizaban, así que siempre lo había

hecho en su vida y logrado sus éxitos.

Parecía natural para aplicar este pensamiento matemático y

en la vida familiar, aunque en este caso era la gran desconocida,

Mihai siempre podría arruinarlo todo, en este trabajo, Diana

no estaba pensando en ninguna clase, era demasiado feliz para

hacerlo, su hermana Laura vino a visitarla y disfrutó con los

preparativos de Diana. Cuando Mihai llegó a casa, no se iba

y quería hacer el amor, incluso en ese lugar. Si ella estaba en

el bano, empezaba a ducharse, Mihai entró también en la banera

para hacer el amor con ella, un día Diana lavaba ropa en

el bano, Mihai entró en la habitación, la levanto por debajo de

los brazos sentándola arriba del lavabo para hacerle el amor y

rompió una botella de detergente de vidrio que Diana había recibido

del trabajo.

Con características muy empática, Diana sincronizó perfectamente

con los deseos de su marido, tenía conocimientos en

diferentes áreas, ya que la lectura y el estudio de más, pero en

la vida cotidiana a menudo actuaba como una nina mimada,

como siempre había sido tratada por sus padres y sus abuelos.

A la joven parecía que Mijai estaba diferente, dependiendo

de cómo se afeitaba, cuando se afeitaba parecía un adolescente

con su nariz pequena, boca pequena y labios gruesos, sin afeitar

parecía más masculino como fuera de la ley o un cowboy de

una vieja película de western. Le gustaba el timbre de su voz

gruesa, varonil.

Diana era muy tranquil, no regateaba con nadie, incluso con

Mihai. Una vez Mihai estaba molesto y por alguna razón la joven

no le dio ninguna atención y se apresuró hacia ella como

un loco y le arranco los pantalones de Diana, se sentó buscando

la calma y con los pantalones como un péndulo como una

bandera, rio de buena gana, parecía una risa contagiosa, Mihai

comenzó a reír, por lo que todo terminó con besos y haciendo

el amor. Sin embargo, Mihai estaba inquieto constantemente

como hacer negocios, para hacer dinero, pero solo tenía ideas

negativas, Diana creía que solo el trabajo da dinero, sus padres

le habían dado dinero para comprar una máquina, lo que podría

comprar el último modelo de vehículo fabricado en el país.

Sin embargo, Mihai tuvo la idea loca de comprar un coche extranjero,

que había tenido un accidente y era muy caro. Además,

requería reparaciones muy costosas. Por lo tanto, feliz de

poder reparar su propio coche.

Muchos de los conocidos los miraban con envidia.

– No todas las personas son hermosas como usted. Nosotros

somos más feos, también tenemos nuestra vida, dijo una vez un

amigo de Mihai.

Mihai era muy tacano, tenía dinero pero le daba muy poco

a Diana para la comida, siempre le decía:

-Quiero comprar lo último en electrónica y necesito ahorrar,

debemos apretar el dinero, voy a cuidar de nuestros sueldos.

En su familia Diana tenía la costumbre de comprar para satisfacer

su placer, la joven fue a su madre para coger algunos

alimentos, como miel, frutos secos, que Mihai consideraba un

lujo. Para la ropa, Diana accedió a los gustos de Mihai para hacerle

feliz. No llevaba trajes ni vestidos elegantes, pasando a camisas

y pantalones.

-La moda son los pantalones vaqueros y camisetas. En invierno,

una modrena chaqueta deportiva –dijo el hombre.

Diana no debía llevar zapatos de tacón, cambiándolos por

zapatillas de deporte y bailarinas.

-Usa algo cómodo, .por qué debes llevar tacones? –dijo

Mihai- no es necesario los cosméticos ni la bisutería, es dinero

perdido, es demasiado caro.

Después de estar casados ya no iban nunca al teatro o a ver

una película, nunca iban a un restaurante, cafetería o bar o discoteca,

ni a cualquier parte, ni festival ni concierto, un día de

fiesta no participaban.

Mihai estaba acostumbrado por su madre a vivir en una

austeridad brutal. La familia de Diana la trataba siempre como

una princesa y ella siempre podía comprarse lo que deseara, era

necesario en su vida.

Diana era habitual comprar lo que quería, algo especial,

pero sin un gasto exagerado, pero siempre era capaz de permitirse

un pequeno placer, comprarse bellos vestidos y zapatos

de vestir, ahora debía cumplir con los deseos de Mihai y que su

felicidad dependía de estas cosas que las consideraba como un

pequeno sacrificio que debía hacer.

Cuando Mihai quería cambiar el apartamento con un conocido,

Diana no quería pensar en ello, en primer lugar era el

apartamento recibido de sus abuelos, era amplio, grande, hermoso

y bien situado, justo en el bulevar central y estaba en una

planta baja que le gustaba mucho porque tenía la sensanción

de que vivía en la casa, se veía el albaricoque bajo la ventana

del dormitorio o altos arbustos de rosas en frente de la sala de

estar. Entonces se dio cuenta de que no todo era tan rosa como

parecía.

Que estar casada no era solo hacer el amor, se dio cuenta que

Mihai y sus ideas la habían llevado a una azada de madera. El

divorcio era la única solución para ellos, pensó en la distracción

de la última fiesta que habían sido invitados y el extrano comportamiento

de Mihai, cuando se oyeron los primeros acordes

y música y empezaron a bailar, Mihai exclamó: “.Quién quiera

bailar con mi esposa?

La reacción no le gustó a Diana, Probablemente ahora consideraba

que ella era de su propiedad personal y no tenía miedo

que ella pudiera irse, ya no temía perder, incluso se preguntó si

todo lo que había entre ellos era sólo atracción sexual. Diana

sabía que era hermosa, ella sabía más de una cosa. Que Mihai

se dio cuenta de que amaba algo solo cuando no lo tenía, como

hizo con su ex novia Ildy. Mihai no era romántico, Diana tenía

la sensación de que Mihai no era tan bueno como parecía antes

del matrimonio.

-Los hombres son más introvertidos –dijo- tú no te diste

cuenta.

Ellos iban frecuentemente a Sacele solía ir a reparar el coche

que quedaba en el patio de la casa Mihai trabajaba con su

padre, pero de forma ineficaz, mientras Diana escribía en un

papel sus pensamientos.

Diana pensó que no era demasiado cuidadoso con ella,

cuando llego de su trabajo en el tren de la noche, el no estaba

esperando en la estación de tren, como hacían sus padres y sus

abuelos.

Por lo tanto Diana decidió irse con su madre, aunque el

apartamento era de ella. Entonces, en la última noche de amor,

ella sabía que era el final, a pesar de que la atracción entre ellos

era tan fuerte como el primer día. Pero no había otra solución,

habían pasado un ano después del matrimonio y Mihai lo dejó

creyendo que era un juego de Diana.

– Somos completamente diferentes, a mí no me interesa el

dinero –dijo Diana.

-Yo quiero dinero –dijo Mihai –quiero hacer negocios para

hacerme ricos.

-Entonces vamos cada uno por su camino, separados –concluyó

Diana.

-Que tonto fui que no iba con otras mujeres durante el matrimonio,

nunca he estado solo con una mujer durante tanto

tiempo –dijo el hombre.

Desde el balcón del apartamento de su madre, podría ver

exactamente la cocina y el dormitorio de su casa, Diana vio a

Mihai, quien llego a casa del trabajo y tenía una fuerte crisis,

se golpeó la cabeza contra la pared. Ella no lo había visto así,

pensó que nunca lo conoció bien.

Mihai era un misterio.

Al día siguiente Mihai golpeó la puerta del apartamento de

su madre:

-Quiero que mi mujer Diana, vuelva a casa.

Como la puerta no se habría golpeo con furia, solo el presidente

del bloque le amenazó.

Diana pensó que Mihai era un misterio que ella no había

descifrado y no conocía, era lógico que Mihai quería hacer el

amor con ella, la amaba tanto pero Mihai tenía algún trastorno

y después sería conocido por su complejo por su virilidad, por

su capacidad sexual.

Ella no quería un hombre perfecto, solamente uno que pensara

por ella, ser como ella.

La falta de Mihai, Diana la notaba más fuerte por la noche,

ella acostumbraba a dormir en los brazos de su marido, sentir

su cuerpo cálido, sentirla sangre fluyendo en las venas. Cuando

se despertó y se vio sola entonces sintió que tenía deseos de

llorar. Ella sabía que Mihai se arrepentiría, pero la separación

era la única solución para ellos.

Pero necesitaba ser feliz, se conformaría con eso. Pensó entonces

en conocidos y llegó a la conclusión de que muchas personas

no encuentran nunca a una pareja y no conocen jamás el

amor. – pensó la joven.

Diana pensó_ “Pero, cómo sería ella si se hubiera quedado

con Adrián, el antiguo companero de la universidad y con el

que había estado saliendo un mes y al final ella era todavía virgen,

probablemente no hubiera sabido jamás lo que era el amor.

Otro misterio de la vida sin resolver.

 

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