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Pom, pom… pom, pom… pom, pom, pom… pom, pom… pom, pom… pom, pom, pom…
No es el ritmo de mi corazón
quién marca estos días de primavera mi Andalucía,
son los tambores de la Semana Santa
quiénes abren los pasos en callejuelas y placetas…
y el aroma azahar y el incienso.
Cordero, ¡qué rico está el cordero!
y los panecillos de bacalao, el potaje de garbanzos
y los huevos rellenos con atún, tomate y mahonesa,
una torrija y después la procesión del Nazareno.
Todo el pueblo está en la calle,
¡no sabía que había tanta gente en mi ciudad!
Creía que era un pueblo desértico, ¿desértico?
En la puerta de un pub había tanta concurrencia
que dudaba si quedarme
por si de allí salía una procesión, después,
miré tanto personal variopinto…
muchachitos con chaquetas, monadas con medias
y zapatos de cebra combinados con el top,
y chicos y hombres con el cubata en la mano
que alargaban el cuello hacia la Iglesia y después hacia el cielo,
y observaban las nubes tranquilamente, relajados.
Comprendí que esperaban los tronos
como llamas de oro y claveles emergentes.
Entonces vi algunos penitentes, monaguillos
y músicos desperdigados,
y comprendí que una procesión
no había podido llevarse a cabo, hacer su recorrido.
Espárragos con huevo, bacalao encebollado,
arroz con leche, pestiños y torrijas.
Procesiónes, hombres con trajes, mujeres con tacones…
trompetas, incienso, penitentes.
Margaritas, rosas… aromas de primavera que, de su tallo,
como mariposas, polvillo de oro que te envuelve y te enajena.
Como escribió Antonio Machado:
¡Oh, no eres tú mi cantar, no puedo cantar!
¡No puedo cantar, ni quiero
a ese Jesús del madero,
sino al que anduvo en la mar!
Pom, pom… pom, pom… pom, pom, pom… pom, pom… pom, pom… pom, pom, pom…
Desnuda soy, desnuda digo: soñadora.
M Loreto Sutil Jiménez
Me ha parecido un poema muy fresco y vivo, tan vivo como. Las calles de nuestra ciudad los días de la vida, la pasión y la muerte de Jesucristo. Calles abarratodas que un día normal se asemejan a la películas los lunes al sol en Linares esos días de olor a incienso y mirra.
Tristeza, alegría, complacencia, esperanza y vicio se respiran en la atmósfera con la mirada puesta en nuestro Cristo redentor.
Gracias por tu comentario, Vanessa. Efectivamente, sientes Linares y sientes la Semana Santa, conoces y respiras el ambiente que se vive esos días en estas ciudades de Andalucía. Saludos intensos desde mi corazón.