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“OPIUM” De Isabel Rezno
Editado por Editorial Nazarí 2019
Por María Ángeles Lonardi
Escribir sobre un libro que escribe otra autora es un riesgo. Un riesgo que volvería a asumir, porque me he sorprendido gratamente, y desde la primera página, me he felicitado por aceptarlo.
Ha sido un disfrute continuo, muy enriquecedor y es mi deseo que cada lector pueda descubrir lo que da sentido a estos versos, a este poemario precioso.
Saber que ha sido publicado por Editorial Nazarí lo envuelve en un halo de prestigio y puedo afirmar que leerlo, los envolverá en una atmósfera atrapante, y no exagero.
Hoy en día, sentimos que es oscuro el tiempo que nos toca vivir y nuestra misión es iluminarlo, con palabras, sembrar esperanza, avanzar ante la adversidad y mantenernos firmes e intransigentes ante la injusticia. Isabel, como poeta comprometida con su tiempo, nos propone “abandonarnos” dejarnos llevar por el aroma que desprende cada verso, hipnotizados con esa esencia, que ella sabe derramar generosa en cada verso y que ofrece una especie de “encantamiento”, a medida que avanza la lectura. Y si consumir opiáceos es pecado, pues a partir de hoy, seremos todos pecadores, porque estos versos, que huelen a sándalo y a almizcle, embrujan y se hacen cautivadores, necesarios e imprescindibles.
De la palabra es de lo que nos servimos los poetas para llevar nuestro mensaje a los corazones que vibran inconformes y las mentes que resisten, más allá de todas las derrotas. Y, como impulso, convirtiendo el mensaje en lluvia que fertiliza, nos valemos de palabras para esparcir la poesía.
Las palabras son creíbles cuando los actos las sustentan, cuando adquieren valor, cuando las cargamos de mensaje y sentimiento.
La propuesta de la autora es simple y a la vez compleja. Por eso nos lleva “como encantados” hacia un lugar utópico, hacia el más allá. Nos propone liberarnos de ataduras y elevarnos, en busca del éxtasis. Nos invita a volar, sin temores, sin pensar ni temer la deriva para devolvernos a nosotros mismos, a nuestro propio reflejo. Entonces nos habla de la soledad del poeta: “El poeta está solo después de un verso”/ Está solo antes de afinar sus dedos. / El poeta está solo después de un verso./ Siempre./ Aunque él no lo crea./ Cantando solo.”
La autora maneja el simbolismo y los recursos literarios como la metáfora, encabalgamientos, imágenes sensoriales y la comparativa, entre otros.
El libro se divide en dos partes, que aparecen nombradas solamente en el índice: Las damas aguardan su momento y La pureza de una revolución puede mantenerse quince días. Otra particularidad, es que todos los poemas van numerados con números romanos.
Los primeros poemas parecen prosa poética y luego se estiliza la forma. Son poemas templados, serenos, producto de la vigilia del poeta, madurados y nos hablan de cuestiones trascendentes y fundamentales.
La poeta extasiada encuentra el verbo y el hallazgo la hace flotar. En la elevación dibuja una estela y nos arrastra por entre los olivos, más allá de las sombras. Incide, te provoca, te grita y te muerde. Tienes que oírla. Tienes que leerla… Pero, al mismo tiempo, como dice José Herrero en el epílogo: “Sus versos dulcifican el aire”.
Al final, los poemas son más duros, directos, inquisidores, dolorosos y fuertes. Aparecen fantasmas, memoria, muerte, sombras, solidaridad, realidad desfigurada, mágica, rara…pero que fascina.
La parte intimista del libro es desgarradora, pero hay amor y esperanza, poemas dedicados a Siria, a Ciudad Juárez, los enfermos de Alzheimer… como símbolo de compasión y comprensión solidaria con las desgracias ajenas que a veces, no son tan ajenas…
Sin dudas, la poeta ha crecido y esto se nota en la evolución de sus versos como también se advierte la clara huella que han marcado Vicente Aleixandre y Miguel Hernández, sus grandes referentes.
Isabel Rezmo es una poeta comprometida y hasta incitadora, revolucionaria diría yo: “Así mientras huestes demoníacas siguen usurpando /nuestra rutina, miles de casos de mierda, gritarán todos/ los días, mientras nosotros no hacemos nada, solo seguir/rezando; tal vez cerrando los ojos”.
Y nos exhorta, nos llama a la reflexión, a arremangarnos para hacer algo, a involucrarnos para cambiar el mundo y dejar de mirar para otro lado.
La publicación de un libro es una manera de hacer partícipe al otro y éste en particular, nos pone frente al camino, confirmando que no estamos solos, que juntos, lector y poeta, podemos descubrir la esencia de la vida y su sentido, aunque para ello tengamos que consumir “Opium” de principio a fin! Y entonces el camino será más nuestro, más intenso, más vivido…
Y después de consumir “Opium” totalmente envenenados con la palabra y el verso de Isabel Rezmo nos atrevemos a traspasar todos los umbrales, porque estos versos van más allá, donde todo es, donde los límites se desvanecen.
Almería, mediados de enero de 2020.