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La Atormentada vida de Miguel Servet: Mártir de la libertad de conciencia
“ Históricamente hablando, con la muerte de Servet, la libertad de conciencia acabó convirtiéndose en un derecho civil en la sociedad moderna”.
Marian Hillar, erudita en Miguel Servet
Miguel Servet, conocido también Miguel de Villanueva, Michel de Villeneuve o, en latín, Michael Servetus, cuyo nombre auténtico era Miguel Serveto y Conesa, alias «Revés» nació el 29 de septiembre de 1511, en Villanueva de Sijena (Huesca) Aragón o en Tudela (Navarra) .
Hijo de Antón Serveto, barón y notario real del Monasterio de Sijena y de Catalina Conesa, que por línea materna descendía de la familia Zaporta ,judeoconversos comerciantes y financieros. Desde mu joven sobresaliente en los estudios de lenguas clásicas por ese motivo fue aceptado como pupilo por Juan de Quintana quien llegaría a ser confesor del Emperador Carlos V. Con él perfeccionó sus estudios de :latín, hebreo y griego, llegando a la convicción de que la traducción oficial de la Biblia, en latín, había tergiversado la doctrina cristiana.
Viajó por Granada, Toledo y Valladolid; pero también por Francia y Centro Europa. Estudió Derecho en Tolouse, donde entra por primera vez en contacto con círculos próximos a a la Reforma de Lutero. Con solo 15 años y presenció la coronación imperial de Carlos V, realizada por el Papa Clemente VII en Bolonia, en el año 1530.
Tal como cuenta Fernando Martínez Laínez, en «Doble vida –y muerte– de Servet», el lujo y la pompa que vio entonces resquebraja su fe católica y alimenta su disidencia religiosa.
Abandona a su mentor y en Basilea ( Suiza), conoció al humanista Juan Ecolampadio, cabeza de la Reforma en la ciudad y se relacionó con: anabaptistas, herejes perseguidos y condenados a muerte, por rechazar el bautismo de los niños y defender el bautismo de los adultos y que, además, predicaban la igualdad y el pacifismo radicales.
Pero la amistad con Ecolampadio dio paso a una profunda enemistad, de modo que este lo denunció ante el Consejo Municipal, con lo que Servet se vio obligado a huir a Estrasburgo. Otro reformista que conoce allí, Martín Bucero, también acaba odiando a Servet, y este llega a decir de él: «Merecía que se le arrancasen las entrañas a este español y se le descuartizase».
CAMBIO DE IDENTIDAD
En 1531, y cuando apenas tiene 22 años, Servet escribió «su primer libro revolucionario», en palabras de Ángel Alcalá: «De los errores acerca de la Trinidad». Desde entonces, «le persiguieron a muerte todas las religiones».
Allí rechazaba el dogma de la Trinidad
En esta obra, dividida en siete libros o capítulos, Servet argumentaba que el dogma de la Trinidad carecía de base bíblica, ya que no se halla en las Escrituras oriiginales; sino que era fruto posterior de elucubraciones de «filósofos». Basándose en abundantes citas de la Biblia, Servet concluye que Jesús es hombre en tanto que nacido de mujer, por más que su nacimiento fuese milagroso. A su vez, Jesús es también hijo de Dios, en tanto que su nacimiento es el fruto de la fecundación de la Virgen María por el “ Logos “ divino. Negando así Servet, por tanto, que e Hijo sea eterno, ya que fuera engendrado como tal en la encarnación, aunque es divino por gracia de Dios, su Padre.
Tampoco es, pues, una Persona de la Trinidad cuya existencia negaba definiéndola como «tres fantasmas» o Cancerbero o perro de tres cabezas». Asimismo calificaba a los que creían en tal doctrina como «ateos, es decir, sin Dios» y «triteístas». A su vez, el Espíritu Santo no era una tercera Persona trinitaria, sino la fuerza o manifestación del espíritu de Dios tal como actúa en el mundo a través de los hombres.
Produjo gran escándalo entre los reformadores alemanes. Tampoco cayó bien en España, ya que Servet tuvo la osadía de enviar una copia al obispo de Zaragoza , quien no tardó en solicitar la intervención de la Inquisición Española Así pues Católicos y protestantes prohibieron su libro y la Inqusición a perseguirle.
Huyó de Estrasburgo, y se emitió una orden de busca y captura contra él, también en Tolouse, así que huyó a Lyon comenzando a usar una identidad falsa: Miguel Servet pasa a llamarse Michel de Villeneuve (o Michael Vilanovanus), un navarro de Tudela.
Estuvo empleado en una imprenta, primero como corrector de pruebas. En 1535 le encargaron la publicación y anotación de la Geeoafía de Ptolomeo ldando pruebas de su gran erudición. En Lyon fue la etapa más feliz de su vida. Conoció al médico Symomhoniem Champier que le animó a estudiar medicina –
En 1537 se matriculó en la Universidad de París, para estudiar medicina. Allí estudió junto a los grandes médicos de la época.
El título de doctor en medicina es el único rango académico que tuvo Miguel Servet
no sabemos exactamente cómo se llegó a la obtención del título doctoral ostentaba. La única inscripción universitaria que se conoce es la realizada en la Facultad de Medicina de París el 25 de marzo de 1537. Pero ya poseía entonces amplios conocimientos de las ciencias médicas que seguramente habría logrado estudiando a los clásicos de la medicina, al lado del erudito Champier.
En París daba clases de matemáticas (que entonces incluían geografía, astronomía y astrología), y en 1534 conoce al reformador Juan Calvino, figura clave del protestantismo francés, y futuro ejecutor suyo en 1553, con el que comenzó una relación epistolar erudita durante años.
DISECCIONANDO CADÁVERES Y PROFESOR DE ASTROLOGÍA
En París, Servet heredó del famoso anatomista Andreas Vesalio el puesto de ayudante en las disecciones. Su conocimiento de la obra de Galeno —el médico grecorromano cuyas teorías triunfaban por entonces— no tenía rival. Pero volvió a enredarse en problemas: tras una disputa con las autoridades universitarias puesto que dictó un curso de ASTROLOGÍA , en el que defendió la influencia de las estrellas en los eventos futuros (astrología judiciaria), lo cual, junto con un opúsculo en el que describió el uso de jarabes para administrar los remedios de la época, le enfrentó con la comunidad universitaria.
Comienza a dar clases de astrología, y las autoridades de París le llevan ante un tribunal, que le amonesta. Pero su carrera regular no pudo cerrarse entonces, debido a los incidentes provocados por el curso de astrología que Servet dictaba en París y que determinó su condena por parte de las autoridades académicas y judiciales, la cual le obligó a interrumpir los estudios que allí cursaba. En la citada carta de naturalización, de 1548, se mencionan los lugares en los que Michel de Villeneuve había residido, dentro del reino de Francia; y entre ellos está Montpellier.
De nuevo la huída por diversas ciudades de Francia hasta establecerse en Vienne (en el sureste de Francia), donde ejerció como médico personal de uno de sus alumnos de las clases de astrología, el Arzobispo de Viena del Delfinado, en Francia, Pierre Champier y así Servet pasó 12 años inmerso en una vida tranquila y sosegada. Ya en 1549, adopta la nacionalidad francesa, y se convierte en un ciudadano ejemplar en la vida pública de Vienne, dedicándoe a proseguir sus estudios y publicaciones ,así como corrector de pruebas de una imprenta , mientras preparaba en secreto la que será su obra cumbre., Christianismi Restitutio (Restitución del Cristianismo)
Prosigue su correspondencia con Calvino, a quien envía una primera versión de su libro, Christianismi Restitutio (Restitución del Cristianismo), de carácter fundamentalmente teológico, en espera de sus comentarios (1546).
El concepto de cristianismo ahí expuesto es cercano al panteísmo “Cristo está en todas las cosas. El mundo está lleno con él.”Se mostraba también contrario a bautizar a los niños, puesto que el bautismo debe ser un acto maduro y consciente de discípulo cristiano como creían los anabaptistas. Sobre la edad adecuada para recibir el bautismo, sugirió seguir el ejemplo de Jesús: «Jesucristo fue él mismo bautizado cerca de los treinta años». Curiosamente el libro pasaría a la posteridad por contener en su «Libro V» la primera exposición en el Occidente cristiano de la función de la su primer libro revolucionario o menor:
Se trataba de un tratado de teología que sin embargo contenía sus indagaciones sobre medicina, ya que para él la fisiología revelaba la conexión divina del ser humano. “Quien realmente comprende cómo funciona la respiración del hombre ya ha sentido la respiración de Dios y por tanto salvado su alma”, escribió.
Y en efecto, Servet fue el primer autor en Occidente que comprendió la respiración. Hasta entonces primaba la teoría de Galeno, según la cual el aire viajaba al corazón por la vena pulmonar para mezclarse con la sangre, que después cruzaba de un ventrículo a otro a través de poros para distribuirse por el organismo. Servet propuso en cambio que la arteria pulmonar llevaba la sangre a los pulmones no solo para nutrir estos órganos, sino para recoger el aire a través de capilares, y que después regresaba por la vena pulmonar al corazón. Es decir, no existía comunicación entre los ventrículos, sino que la sangre pasaba de uno a otro únicamente previa circulación por los pulmones para su aireación.
Se consideró una obra extremadamente herética que publicó en 1553, firmada con la siglas MSV (Michel Servetus Vilanovanus)con una tirada de 800 ejemplares que se distribuyó de forma clandestina.
Su intrepidez o ingenuidad fue enviarle un ejemplar a Calvino. Este le devolvió otro suyo Institutio religionis Christianae (Institución de la Religión Cristiana) que a su vez Miguel devolvió con anotaciones muy críticas , capítulo por capítulo y la copia corregida, lo que desagradó enormemente al Calvino quien avisó que si Servet ponía los pies en Ginebra «no saldría vivo de ella»
Servet decide huir al pueblo de Charlieu y a Lyon, donde sigue ejerciendo como médico y donde publicó además una nueva edición de la Biblia, eso sí, llena de anotaciones heterodoxas.
QUEMADO POR PRIMERA VEZ POR LA INQUISICIÓN FRANCESA
Poco después, Calvino descubre que el autor del libro es Michael de Villeneuve, así que alerta a las autoridades. Un calvinista de Ginebra escribió a un amigo católico revelándole que el autor del libro es el hereje Miguel Servet, bajo la falsa identidad de Villeneuve.
Se sospecha que detrás de esta denuncia podría estar el propio Calvino, quien había tenido acceso al texto gracias al mismo Servet que le envió la copia.. Poco después la Inquisición francesa entró en la casa del español en Vienne y lo detienen para interrogarlo. Servet se niega a confesar, y además recurre a sus contactos, (incluyendo al Arzobispo Pierre Champier) , para organizar una fuga. En la noche del 6 de abril, finge ir al retrete, y la vigilancia mira hacia otro lado cuando el preso salta por una ventana de la letrina y escapa por un tejado.
El escándalo es mayúsculo. Servet fue juzgado en ausencia por la Inquisición francesa, que el 17 de junio de 1553 condenado a una multa de 1.000 libras de oro y a morir, en efigie, en la hoguera a fuego lento. Junto a la imagen de Servet, ardieron sus libros y su descripción de la circulación menor de la sangre.
EN LA GUARIDA DEL LOBO
Servet huye durante cuatro meses. Pero por motivos desconocidos, el 13 de agosto acude a la guarida del lobo y entró en la ciudad de Ginebra, gobernada por la mano de hierro de Juan Calvino. Allí acude a un acto religioso presidido por su enemigo, escondido entre la multitud, escucha sus prédicas ; pero alguien lo reconoce y Calvino se apresura a denunciarle poco después.
Desde entonces comienza un proceso de dudosa legalidad que dura dos meses. Se le niega un abogado, alegando que «sin abogado también sabe mentir muy bien», y se le dice que ha llevado una vida indecente por no haberse casado.
Durante el juicio, sostuvo diversos debates de carácter teológico. El 22 de septiembre, escribió una última alegación en la que culpa a Calvino de hacer acusaciones falsas de herejía contra él y solicita que también sea detenido e interrogado como él, y concluye: «Estaré contento de morir si no le convenzo tanto de esto como de otras cosas de que le acuso más abajo. Os pido Justicia, Señores, Justicia, Justicia, Justicia».
El juicio religioso pasa a ser un juicio político. Servet logra que triunfen sus argumentos de que ninguna autoridad eclesiástica o civil tiene derecho a imponer sus creencias ni a limitar la libertad de cada a uno a tener y exponer las propias, tal como explica Ángel Alcalá. Así que este alegato se retira de la acusación de Calvino. Pero su rechazo al bautismo y a la Trinidad deciden finalmente la sentencia
Finalizado el proceso, fueron consultadas las iglesias reformadas de los cantones de Zurich, Schaffhausen , Berna y Basilea, tras lo cual el acusado fue condenado y sentenciado a morir en la hoguera.
Encerrado en la cárcel, sufriendo la miseria y el frío, Servet escribe en vano a a sus verdugos: «Por amor de Dios, señores, tened compasión de mí, ya que no me hagáis justicia».
QUEMADO EN LA HOGUERA POR SEGUNDA VEZ
“Contra Miguel Servet del Reino de Aragón, en España: Porque su libro llama a la Trinidad demonio y monstruo de tres cabezas; porque contraría a las Escrituras decir que Jesús Cristo es un hijo de David; y por decir que el bautismo de los pequeños infantes es una obra de la brujería, y por muchos otros puntos y artículos y execrables blasfemias con las que el libro está así dirigido contra Dios y la sagrada doctrina evangélica, para seducir y defraudar a los pobres ignorantes. Por estas y otras razones te condenamos, M. Servet, a que te aten y lleven al lugar de Champel, que allí te sujeten a una estaca y te quemen vivo, junto a tu libro manuscrito e impreso, hasta que tu cuerpo quede reducido a cenizas, y así termines tus días para que quedes como ejemplo para otros que quieran cometer lo mismo.”
La sentencia dictada en su contra por el Consejo (Petit Conseil) de Ginebra
El 27 de octubre de 1553 el Tribunal dicta sentencia: «Te condenamos a ser atado y llevado a la colina de Champel…
Servet se desplomó, y gritó en español: «¡Misericordia, misericordia», «¡Jesús, salva mi alma! ¡Ten piedad de mí!», tal como recoge Fernando Martínez Laínez.
El propio Calvino trató de conmutar su pena por una más piadosa decapitación. En una carta fechada el día anterior, Calvino comentaba que Servet iba a ser condenado sin discusión y conducido al suplicio, y aseguraba que él había intentado cambiar la forma de su ejecución, aunque inútilmente; pero fue inútil: el 27 de octubre de 1553 lo ejecutaron. Le amarran a la picota con cuerdas y una cadena de hierro, y a sus pies ponen un montón de leña verde y húmeda, para que arda más despacio. Le cuelgan libros de sus caderas, y le colocan una corona al cuello impregnada de azufre: un gesto de compasión de alguno de sus verdugos que pretende que el humo de la sustancia acelere su muerte por asfixia.
Servet gritaba con rabia y miedo cuando la antorcha prendió la leña. La brisa se lleva el humo del azufre, y la quema dura más de una hora, con Servet sufriendo hasta el último aliento.
REPERCUSIÓN DE SU MARTIRIO
«El martirio de Servet dio estímulo al aumento de tolerancia religiosa como política general y como principio moral»
Marian Hillar
La ejecución de Servet escandalizó a muchos pensadores de toda Europa, principalmente en el ámbito protestante, que se oponían a que se matara a las personas por razones de fe. Destaca particularmente la defensa de Servet que realizó el humanista Sebastián Castellión.
«Matar a un hombre no es defender una doctrina, sino matar a un hombre. Cuando los ginebrinos mataron a Servet, no defendieron una doctrina; mataron a un hombre. La defensa de una doctrina no es asunto de jueces sino de maestros. ¿Qué tiene que ver la espada con la enseñanza?»
Tal como escribe Marian Hillar en « Fernando Martínez Laínez»,
«El martirio de Servet dio estímulo al aumento de tolerancia religiosa como política general y como principio moral. Pero el proceso fue muy lento y duró varios siglos antes de que tuviera lugar el cambio de paradigma. La figura de Servet sobresale al comienzo del movimiento».
«Su muerte en la hoguera suscitó los aplausos de los fanáticos a la vez que el escándalo de muchos humanistas», explica ángel Alcalá. «Estos recogieron su idea germinal, que ampliada por estudiosos y disidentes ya desde mediados del siglo XVI, fructificó en formulaciones políticas en Holanda y en la filosofía de Locke, hasta llegar a plasmarse en las constituciones democráticas modernas. Tal es la razón de que no el Servet médico, sino el ideólogo, merezca ser reconocido como uno de los grandes mártires de sus ideas, como uno de los más relevantes personajes de la Historia».
Marian Hillar, vuelve la vista a Calvino en su artículo «Servet y Calvino». Este murió el 27 de mayo de 1564. Fue enterrado en una tumba sin marcar, y nunca se arrepintió de la muerte de Servet. Tres años antes de morir, escribió: «Esos monstruos –refiriéndose a los anabaptistas– deberían ser exterminados, al igual que yo exterminé a Miguel Servet, el español».
Esta y otras defensas de la libertad de pensamiento, que se extienden hasta la actualidad, hicieron que la figura de Miguel Servet fuera reivindicada por los partidarios del librepensamiento. Estos sectores intelectuales opinan que la ejecución de Miguel Servet constituye una prueba fehaciente de los peligros que conlleva el fanatismo religioso.
Las investigaciones cientifícas de Miguel Servet quedarían sepultadas en su obra clandestina la Christianismi restitutio hasta que las descubriera William Watton en 1794; noticia que iba a desencadenar valoración del teólogo Miguel Servet como científico por sus descubrimientos sobre la circulación de la sangre, mucho antes que William Harvey publicara lo mismo, en 1628 en su obra ‘De motu cordis’
QUEMADO POR TERCERA VEZ
Todavía Servet sería quemado una tercera vez: en 1942 el gobierno francés colaboracionista con la ocupación nazi consideró que la escultura dedicada a él en Annemasse, junto a Ginebra, era un monumento al pensamiento libre. La estatua fue retirada y fundida al fuego. Se restituyó en 1960, por fin en tiempos más tolerantes.
María Teresa Bravo Bañón
Fuentes
MIGUEL SERVET, MÉDICO RENACENTISTA JUAN ANTONIO PANIAGUA ARELLANO Profesor Emérito de Historia de la Medicina Departamento de Humanidades Biomédicas, Universidad de Navarra
EL CASO DE MIGUEL SERVET( 1511-1553) El punto de inflexión en la lucha por la libertad de conciencia” Autora Marian Hillar
Fernando Martínez Laínez «Doble vida –y muerte– de Servet»
Pasión y muerte de miguel Servet
Pompeyo Gener, Ediciones Espuela de Plata, Editorial Renacimiento
https://historia.nationalgeographic.com.
https://www.turismodearagon.com/ficha/museo-casa-natal-de-miguel-servet/