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MANUEL GUERRERO CABRERA
Lucena, 1980.
Ha dirigido durante varios años la Asociación Cultural Naufragio (Lucena-Cabra). Recibió el Premio Pimiento de Plata que concedía la Delegación de Juventud del Ayuntamiento de Lucena en 2011 por difundir la poesía entre los jóvenes. Ha publicado el libro de relatos Para despertar (Moreno Mejías, 2011) y los ensayos Estudios críticos de Literatura del Siglo de Oro (Juan de Mairena y De Libros, 2008), Tango. Bailando con la literatura (Moreno Mejías, 2009) y varios artículos, destacando los que forman parte de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.
Como poeta, es autor de El desnudo y la tormenta (Moreno Mejías, 2009), Loco afán (Ediciones en Huida, 2011), El fuego que no se extingue (Ayto. de Priego de Córdoba, 2013) y Las salinas del aliento (Cuadernos del Laberinto, 2015).
Participa en varias revistas y diarios: Saigón, Aldaba, El coloquio de los perros, Surdecordoba.com y Lucenahoy.com, etc.
www.manuelguerrerocabrera.com
1.-
EL TIEMPO ES UN CONJUNTO DE POSIBILIDADES
El tiempo es un conjunto de posibilidades…
Puedes aprovecharlo en laberintos propios
o ajenos (da lo mismo), pues con angustias y ánimos
son conjuntos disjuntos de común confusión.
El tiempo es un conjunto de posibilidades,
igual que de mañanas las ventanas lo son…
igual que de amor lo eres
y el amor lo es, finito y unitario,
de todo, todo tú.
2.-
GIMNASIA ENAMORADA
En un pequeño gesto
coges tu pie y lo besas,
y en un momento miras
tu pequeña plantita,
la celosa guardiana
de tu huella y mis pasos.
¡Pequeño gesto grande
que me hace tan feliz!
3.-
EL DOLOR ES UN ARMA
El dolor es un arma.
El miedo planifica rupturas,
es el aliento fiero de discordias
que separa lo mucho que se ama.
Desde que existes temo que te duela
la herida de la vida.
4.-
CAMPEONES
De niños en el patio del colegio,
todos querían ser Oliver Atom,
no porque el blanco fuera su color,
sino porque jugaba como un santo
que tenía las alas de Redondo,
y de Bebeto y Laudrup lo mágico.
Los que chutaban fuerte (y los que menos)
imitaban a Mark Lendes gritando
¡¡tiro del tigre!!, nombre pegadizo
pero nada efectivo para el ánimo
de nuestros compañeros y rivales,
por un balón amigos en un patio.
Nadie quería ser Benji ni Warner
si había que jugar bajo los palos:
demasiada arrogancia para un puesto
en el que nunca fueron valorados.
Y luego estaba yo que me gustaba
el estilo de Julian Ross, del Mambo:
decidido, sencillo, inteligente,
admirado, veloz y enamorado;
en cambio, le fallaba el corazón
al personaje más corazonado…
A muchos les costó crecer de golpe
y entender lo que atrás hubo quedado…
El corazón también se nos rompió,
como a Julian Ross, cuando
dejamos de ser niños en un patio.
5.-
¡CUÁNTOS ABREN LOS OJOS…!
¡Cuántos abren los ojos
ante injusticias, guerras,
corrupciones, desahucios
y otras penas endémicas!
Yo no sé todavía
si he de avergonzarme al confesar
que a mí me los abrieron
los tuyos,
como quien se despierta tras el alba
del sol primero.
Cuando tus ojos,
pupilas vírgenes,
sin saber que miraban, me miraron…
como el pájaro canta
sin comprender que canta
y que seguirá haciéndolo
cuando me vaya
fuera de tu mirada.