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Por Francisco Vélez Nieto
En la contraportada de tan trepidante novela Los hombres mojados no temen a la lluvia se puede leer: “Liberto Ruano, mujeriego y perdidamente romántico” Se avisa al lector, será para abrirle las ganas, que este principal protagonista de la novela más que un mujeriego incontenible es el rayo que no cesa desde el salón a la alcoba. Pero la contraportada es solamente un destello de todo lo que sucede en tan trepidante y reciente novela de Juan Madrid (Málaga, 1947). Licenciado en Historia Contemporánea por la Universidad de Salamanca, que representa por méritos propios uno de los más prestigiosos exponentes de la novela negra española e internacional a lo que es obligatorio sumas sus ensayos y tonificantes artículos Esto, cuando cuenta con más de cuarenta títulos traducidos a una más de una docena de idiomas.
La historia que comento está prendida de una narración trepidante en la que nuestro principal protagonista además de mujeriego y seductor, es socio del bufete Feiman&Ruano y trajina por los juzgados como Pedro por su casa. Hasta que se ve pillado en el asesinato de una prostituta, cuya muerte es fruto, al parecer, de tener un DVD que puede comprometer a un alto personaje de las finanzas de todo tipo en el guión de “Coge el dinero y corre” y si se tiene que disparar sin contemplaciones, pues se dispara y a la siguiente estafa por favor. Al mismo tiempo, como entretenimiento, que los placeres sexuales de gusto refinado incluidas rallas de primera calidad que no falten.
Aurelio Pescador, un hombre extraño de no muy claro pasado por un lado, junto a Andrés Feiman compañero de bufete, exiliado argentino de exquisita cultura, deben considerarse las dos únicas personas con las que puede contar, aunque puedan surgir sorpresas, pues nadie conoce en verdad, aunque se imagina, qué contiene el laberinto dichoso. Pues, existe detrás de todo este embrollo temblorosa altura, una misteriosa organización mafiosa calabresa, con los grandes banqueros, fuera de toda sospecha.
En Los hombres mojados no temen la lluvia, Juan Madrid alcanza su cima literaria gracias a sus certeros y brillantes diálogos en una prosa medida y eficiente, tramas con giros inesperados y personajes inolvidables, como el abogado Liberto Ruano, enfrentado a su pasado y a los tentáculos inmisericordes de las altas finanzas, aliadas de las mafias que operan en el mundo de los negocios, con la doble moral de los tiempos que corren y por supuesto la verdad con dos caras y la contabilidad de los grandes negocios, el lector por si mismo puede conocer. Es el oro el que impone la razón y pasa favores. Y estos variadísimos personajes creados por Juan Madrid están perfectamente precisos en una atmósfera ambiental perfecta que los lleva y los trae cogidos de la mano por unos diálogos perfectos y llenos de frescura y cinismo, semejantes de los grandes clásicos Thomson y Elmore.
El autor, a modo apéndice en dos partes nos ofrece en tan magistral novela de radiante, también vergonzante retrato social, una muestra fidedigna la actualidad y ese mundo tan preocupante como peligroso de la sociedad en la intentamos sobrevivir la mayoría oprimida de la sociedad.