Los filántropos en harapos

Los filántropos en harapos

Francisco Velez Nieto
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Por Francisco Vélez Nieto

Robert Tressell
Los filántropos en harapos
Traducción de Ricardo García Pérez
Capitán Swing

losfEn este país que cada día más empeñado en manifestarse oficialmente como fervoroso devoto de Frascuelo y de María, frente a la cruel realidad que padece una multitud que busca y sueña con un puesto de trabajo aunque sea en precario y mal pagado, modelo de caridad humillante a modo de favor por este capitalismo salvaje de sólido asentamiento real, donde los poderes establecidos pretenden que los empresarios se conviertan en benefactores de la clase trabajadora proporcionándoles un empleo con salario miserable, junto a un férreo control y si es posible sin nada de sindicatos representativos a no ser que éstos sean sumisos por lo que algunas migajas de los poderes podrían recibir.

Y resulta que por carambola o cálculo editorial en este 2014 con las bodegas de la nave corrupta de 2014 sobrecargadas, la editorial Capitán Swing publica Los filántropos en harapos de Robert Tressell que fue editada por primera vez en Inglaterra en 1914, es decir, hace justamente un siglo. Aquí la carambola y el acierto, con el que poder disfrutar leyendo su vivaz y rico contenido en el que se refleja con transparente realismo la lucha de clases que plantea la historia de esta novela, que puede con matices, teniendo en cuenta que ha transcurrido un siglo de esta narración de planteamiento con ricas sustancias e ideas socialistas en aquella Inglaterra del desarrollo industrial. Todo un pulso por la supervivencia de la clase trabajadora exigiendo un mínimo de derechos, idénticos a los que en este 2014 sin piedad alguna el capitalismo salvaje enfurecido viene restando.

losf_1Soy conciente del riesgo que supone escribir y mucho más hablar de la “lucha de clases” en un país como el nuestro, donde el fútbol y la Iglesia conservadora son los dos ácidos corrosivos que más efectos nocivos provocan en nuestra sociedad teniendo como palmero la cultura escaparate de grandes almacenes, un espejismo en el que un alto porcentaje de esa clase trabajadora no se considera como tal fruto de la presión mediática y la profusión de eufemismos bien calculados que el capitalismo viene suministrando, grabando a fuego lento con el tentador señuelo del consumo publicitario, desfigurado sus verdaderas circunstancias con la oferta para todos, cuando ese paraíso es exclusivo de un sector minoritario y sus acólitos. Y es que esta realidad que se vive y padece – ya no solamente por la clase trabajadora tradicional- es el cogollo del que emana este escenario histórico de Los filántropos en harapos, narración de dura pureza literaria y social de un tiempo transcurrido con sus procesos de desarrollo, que igualmente puede considerarse en parte panfleto literario de corte izquierdista, aunque sin por ello perder calidad narrativa en los planteamientos que en ella se desarrollan. El autor de Homenaje a Cataluña y 1985, George Orwell elogió la capacidad para transmitir valores sin sensacionalismo exponiendo el mundo trabajo manual. Considerándola una obra que todo el mundo debería leer, por ser un pedazo de la historia social del siglo XX.

La novela transcurre en la ciudad costera Mugsborough, nombre no real, donde todo un equipo de buenos artesanos, carpinteros, pintores, fontaneros, conocedores de su oficio empleados por la empresa Rushton & Co se dedican a restaurar y hermosear casas cuyos dueños disfrutan una economía saneada. Sin embargo los trabajadores reciben un salario de miseria a la vez que laboran sometidos a una vigilancia y amenaza de despido que sicológicamente marca el mal diario asustados de poder ser despedidos, pues en las calle aguardan muchos más obreros esperando lograr un puesto de trabajo por un salario de hambre. Curiosamente y seguro con sólida intención por parte del autor, la obra se desarrolla en una casa con título platónico “La caverna” en honor de la obra de Platón, que el escritor Saramago también eligió para una de sus obras literarias. La similitud de la situación actual con millones de parados gran parte de ellos condenados por la edad es totalmente desalentadora. Luego no es mucho lo que ha cambiado el escenario de aquellos protagonistas desesperados en la ficción, que fueron extraídos de la propia realidad, época de la que salió su principal protagonista Owen pintor y esmerado ebanista profesional con ideas socialistas, crítico que explicaba a sus compañeros la realidad de una situación de condena perpetua hasta las muerte prematura por su escasa alimentación y atención social de su vida familiar “Triste esclavitud, hambre, harapos y muerte prematura”

Tressell, Robert Fue el seudónimo que utilizó Robert Noonan por temor a ser incluido en las listas negras dadas sus creencias políticas de corte socialista. Forjó su radicalismo político en los albores del movimiento sindical. Los ejemplos que el ebanista Owen le exponía a sus compañeros en el descanso para desayunar o almorzar y en las reuniones donde se manifestaba con argumentos tan actuales que los podemos asumir como similares, por que “Si el aire y la luz del sol se pudiesen monopolizar, ya se habría hecho y todo el mundo iría por ahí comprando metros de luz o campanas de aire para no morir”

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