LA VIDA ANTE SÍ, NOVELA DE ROMAIN GARY
(El sufrimiento como uno mismo)
Autor: Francisco José García Carbonell
Esta es una obra dramática que escondió en sí una gran burla al sistema de premios literarios de la Academia Goncourt. Puede parecer algo paradójico, pero es que la realidad está tan llena de paradojas que estas no se pueden obviar.
Se podría decir que esta novela mezcla el humor y el drama a través de los ojos tiernos de un niño musulmán, el cual es acogido juntos a otros muchos por una anciana judía superviviente de Auschwitz. Pero nos quedaríamos cortos, el humor aquí es más drama si cabe, más fuego a una vindicación de los marginados, en este caso de los hijos no deseados de las prostitutas que crecen rodeados de un mundo sucio y en brazos de una mujer, con un cuerpo decrepito por los padecimientos pasados, y que le ha hecho de madre.
Gary o Ajar, queramos o no respetar el seudónimo con que el autor desvelo la hipocresía de la cultura politizada que existe de siempre, y cuya experiencia de vida no es muy ajena a la de los personajes de este libro, caminó toda su vida de los sueños de su madre. Es sabida las peripecias que rodearon toda su trayectoria, e incluso han dado para una película. No obstante, y volviendo a la obra, lo más significativo que podemos relatar es el papel tan primordial que el autor da a la mujer, las cuales siempre han permanecido en el ostracismo social ¿acaso, aquí, y de un modo subliminar, está haciendo mención a la misma postergación que sufrió su madre? Recordemos que esta se inventó un mundo para su hijo, mundo que de modo misterioso casi se hizo realidad con el tiempo, y que en verdad encubría la vergüenza por el tipo de vida que le había tocado tener. Recordemos que dado que el padre biológico nunca reconoció al hijo que había tenido con esta, lo hacía pasar por el hijo de la estrella del cine ruso, Iván Mozzhujin. Este acomplejamiento autodestructivo, quizás, fue lo que hizo que Gary descubriera toda esa brecha social que impide una relación normal con el otro, en términos psicológicos, y que no es algo implícito de una familia desestructurada y pobre. Los hijos no deseados de las prostitutas y que terminan recalando en casa de aquella sufrida mujer, en nuestro caso concreto el niño que recrea a través de su tierna mirada el mundo que le rodea, recrear es la palabra correcta, hace uso del mismo engaño literario que la madre del autor. Roman Gary quiso ser escritor porque tuvo a su madre como referente literario, todo lo demás, tanto la guerra como su actividad en la diplomacia francesa fue fruto de su escritura.
La madre de Gary murió sin la compañía de su hijo, él estaba combatiendo. Esto supuso un enorme dolor para él. Es así que en esta obra Momo, el niño musulmán, se propone cuidar hasta las últimas a aquella trágica mujer, la cual a través de aquel cuerpo decrepito y cada vez más ajeno a ella, motivo de su enfermedad, ha decido abrir los brazos a todos los niños ajenos al cuerpo social, sin distinción alguna. Esto le da así a la obra un sentido único, no sólo al proyectar los deseos del autor en aquel niño para con la madre, también en hacernos descubrir que la vida es ante sí frente a la muerte, con todo su dolor pero también con todo el amor que pueden dar las relaciones entre los que sufren acompañando el sufrir de uno mismo.
LA VIDA ANTE SÍ, NOVELA DE ROMAIN GARY