La física de Aristóteles

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Jose Manuel Lopez Garcia
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la física de Aristóteles

No cabe duda de que la física de Aristóteles es una investigación sobre el movimiento en todas sus dimensiones. El propósito de la ciencia física es la explicación de la realidad concreta. En cambio, para el Estagirita la Matemática es sobre todo una abstracción de tipo mental.

El uso de las matemáticas es apropiado en ciertas cuestiones que son distinguibles con precisión en el estudio de la naturaleza y la realidad. El análisis y estudio del funcionamiento del mundo sublunar está condicionado o determinado por el concepto de cambio o movimiento. Para Aristóteles la razón  de todo movimiento está en la finalidad o propósito que persigue. Es lo que se denomina finalismo o teleologismo.  También se puede decir que es un organicismo.

Las explicaciones de la Física de Aristóteles describen y analizan muchos fenómenos naturales y eran mejores que las de otros investigadores de su tiempo. De todos modos, es evidente que no pudo aclarar ciertas cuestiones en el ámbito de la cosmología de una manera empírica y especuló. En su época no se habían inventado aparatos de medición y tampoco telescopios o microscopios, por lo que la observación estaba limitada a lo que se podía discernir con una percepción de la realidad existente.

Escribe Aristóteles que «En efecto, en el tiempo se dan generación, destrucción y crecimiento, cambio de cualidad y traslación, en la medida en que hay cambio, en esa medida hay un número de ese tipo de cambio». Considera que el universo físico está formado por los cuatro elementos y es perfecto, único, finito y eterno. Está convencido de que la perfección del mundo es demostrable con argumentaciones apriorísticas o previas a la experiencia.

La finitud del Universo o del mundo se deriva, según Aristóteles, de su condición de perfecto, ya que no es incompleto o infinito. Este gran filósofo sostiene que ninguna cosa real puede ser infinita. A su juicio, la esfera de las estrellas fijas establece o determina los límites del espacio. Por tanto, no puede haber más mundos y tampoco puede existir el vacío. Incluso llega a decir que el movimiento en el vacío no podría existir. Define el tiempo como el número del movimiento según el antes y el después.

La actividad científica de Aristóteles se dirigió especialmente hacia las investigaciones sobre el mundo animal. La física es para él una ciencia teórica y también lo es la matemática y la filosofía primera o metafísica. El movimiento es el paso  de la potencia al acto. El Estagirita se ocupó de todo tipo de investigaciones empíricas. Pensaba que no puede haber más mundos que el nuestro, ya que afirma que toda la materia está en el universo en el que estamos.

El estudio del mundo natural no era para Platón no supera el campo o el ámbito de los razonamientos probables y pertenece al mundo de la opinión y, por tanto, no es un conocimiento  verdadero de un modo absoluto. En cambio, para Aristóteles la investigación sobre el mundo natural es, indudablemente, una ciencia en el sentido más riguroso del término.

Todo lo que forma parte de la naturaleza merece ser investigado de la manera más extensa y profunda.  Dice Aristóteles que «en el estudio de la naturaleza, lo que interesa es la sustancia total de un ser determinado  y no sus partes que, separadas de la sustancia  que constituyen, ni siquiera existen».

El universo está constituido por dos mundos desde su interpretación de la realidad existente. Son el mundo sublunar y el supralunar. Sostenía que la tierra, de forma esférica, está en reposo en el centro del universo. Es lo que se denomina concepción geocéntrica o geocentrismo y no es cierto. El heliocentrismo de Copérnico está más cerca de la verdad real.

 A su juicio, aunque no contemplaba la posibilidad de la evolución de las especies, consideraba que en la escala de los seres la inferior era la materia inorgánica y  en la parte superior está la materia organizada. Pensaba que las plantas eran menos perfectas que los animales, aunque era amigo de Teofrasto que era filósofo y botánico y que le sucedió al frente del Liceo.

De hecho, este último dirigió esta especie de universidad científica en Atenas durante 36 años hasta su fallecimiento  a los 85 años en el año 287 a.C. La escuela peripatética que fundó Aristóteles fue fundamental a lo largo de cientos de años y su huella también perduró en el Museo  y en la Biblioteca de Alejandría y posteriormente en la época romana hasta llegar a la actualidad.

 

José Manuel López García

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