La Escritura del devenir

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Francisco Velez Nieto
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Por Francisco Vélez Nieto

César Vallejo
La Escritura del devenir

Comentar la vida y obra de César Vallejo es hablar de lo humano y lo imposible, su nómina de valores es manantial de frescura que no cesa. Será siempre perene, surco de semilla continúa. De aquí que nos venga al pelo este sólido y sustancioso libro de Julio Ortega (Gredos) intelectual de peso propio que lleva cuarenta años dedicados a la figura y obra del poeta. Son cuantiosos los cronistas y estudiosos volcados sobre César Vallejo, este que murió de una enfermedad rara y extraña llamada España, Así lo manifestó el escritor y ensayista Hans Magnus Eszemberger en el prólogo de su versión al alemán de una antología poética dedicada al poeta de la nostalgia, la solidaridad y el dolor, aquí unos versos del poema “Pasos lejanos” recordando a los suyos:

cesarvp“Hay soledad en el hogar sin bulla, / sin noticias, sin verde, sin niñez. / Y si hay algo quebrado en esta tarde, /y que baja y que cruje, son dos viejos caminos blancos, curvos. / Por ellos va mi corazón a pie.”
César Abraham Vallejo Mendoza nació Santiago de Chuco, 16 de marzo de 1892- París, 15 de abril de 1938, fue el último de los nacidos de su madre y sumaba el 12 de los hermanos. Sus padres fueron Francisco de Paula Vallejo y María de los santos Mendoza, hijos ambos de curas españoles. Su perfil es clásica majestad mestiza debido a que sus abuelas fueron indígenas y sus abuelos gallegos. Era un “hombre muy moreno, con nariz de boxeador y gomina en el pelo”, Los familiares cuentan, que ya de niño jugaba misteriosamente a tener hambre. Fue siempre su más inseparable y lamentable compañera en su léxico poético.

¡”Y en esta hora fría, en que la tierra / Trasciende a polvo humano y es tan triste, / Quisiera yo tocar todas las puertas, / Y suplicar a no sé quién, perdón,
Y hacerle pedacitos de pan fresco / Aquí, en el horno de mi corazón…!”

El tiempo transcurrido, y esta ramificada obra dedicada al poeta Julio Ortega se hace esta pregunta “¿Puede César Vallejo decirnos algo nuevo hoy? Si, confirma como uno de los más grandes innovadores de la poesía del siglo XX y el máximo exponente de las letras en su país. Su personalidad poética esa peculiar sinceridad “reúne el concepto poético como forma superior de la verdad. Su libro Trilce, de nada fácil lectura, rompió todos los moldes de la época y de los tiempos!”

Son cuatro décadas dedicadas a la obra del poeta peruano que le permite afirmar: “La vehemencia de la poesía de Vallejo es, antes que nada, una muestra verbal cuya emotividad fija, cambia en la lectura, y da a cada quien su parte de diálogo agonista” Sus versos emanan una inquieta zozobra que conmueve profundamente lo que nombra. Todos sus versos tienen un sello propio.

Un hombre pasa con un pan al hombro

Un hombre pasa con un pan al hombro
¿Voy a escribir, después, sobre mi doble?

Otro se sienta, ráscase, extrae un piojo de su axila, mátalo
¿Con qué valor hablar del psicoanálisis?

Otro ha entrado a mi pecho con un palo en la mano
¿Hablar luego de Sócrates al médico?

Un cojo pasa dando el brazo a un niño
¿Voy, después, a leer a André Breton?

Otro tiembla de frío, tose, escupe sangre
¿Cabrá aludir jamás al Yo profundo?

Otro busca en el fango huesos, cáscaras
¿Cómo escribir, después, del infinito?

Un albañil cae de un techo, muere y ya no almuerza
¿Innovar, luego, el tropo, la metáfora?

Un comerciante roba un gramo en el peso a un cliente
¿Hablar, después, de cuarta dimensión?

Un banquero falsea su balance
¿Con qué cara llorar en el teatro?

Un paria duerme con el pie a la espalda
¿Hablar, después, a nadie de Picasso?

Alguien va en un entierro sollozando
¿Cómo luego ingresar a la Academia?

Alguien limpia un fusil en su cocina
¿Con qué valor hablar del más allá?
Alguien pasa contando con sus dedos
¿Cómo hablar del no-yó sin dar un grito?

cesarvd“El más grande – es opinión del crítico Thomas Merton, poeta católico desde Dante, y por católico entiendo universal”2 y según Martín Seymour-Smith, “el más grande poeta del siglo XX en todos los idiomas” Lo del catolicismo no se debe entender como practicante taciturno y obediente. Su creencia manó de una fe bíblica alimentada por la herencia familiar heredada en la propia sangre, pero tan heterodoxa que en algunos poemas cree estar seguro que de vez en cuando dios se puso enfermo y no acude a la llamada.

Vallejo representa una personalidad compleja ya cuando
maestro la ciudad de Trujillo resultaba ser personaje extraño en los ambientes literarios y políticos en la ciudad. Amaba a los niños pese a su estado intimista y silencioso, a todos los aprobaba al final de curso. Padeció la cárcel por sus ideas por acusaciones falsas.

Ciro Alegría ( Bazán; Novelista peruano, hizo sus estudios escolares teniendo como maestro a César Vallejo) Cirio Alegría se comprometió temprano en la lucha política como miembro de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA). Su militancia en la APRA le valdría dos estancias en prisión (en 1931 y en 1933) y su posterior exilio en Chile en 1934. Y Sirio nos cuentan que Cesar Vallejo procedía de esos extraños lados del. Mundo y los levaba en sí. En y en sus poemas emerge lo regional, aunque se convierte en universos, por ser mestizo, viene a la tierra con una mezcla de código, enteramente entre cruzado. Yo creo, como otros, que ese cruce de razas y culturas más la geografía desde su nacimiento hasta la marcha a Paris le dio su personalidad y su nostalgia.

Hay escritores que son un pozo sin fondo, el peruano cantor, por ejemplo, resulta ser para algunos, el más grande poeta católico desde Dante. Su compatriota, el catedrático de la Universidad de Brown y especialista en Estudios Literarios Hispánicos Julio Ortega lo confirma.
Y ya entrados en el calor humano que cantan su sentir, solidario con el hombre y sus problemas, ese palpitar de la vida diaria y sus secuencias del hondo pensar el hombre solo cuando de encuentra. Así de solitario ante sus cositas del alma y del sentir. el poema que abre su primer libro:

Los Heraldos Negros (1918)

Hay golpes en la vida, tan fuertes… Yo no sé.
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma… Yo no sé.

Son pocos; pero son… Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.

Son las caídas hondas de los Cristos del alma,
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.

Y el hombre… Pobre… pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como un charco de culpa, en la mirada.

Hay golpes en la vida, tan fuertes … Yo no sé!

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javi
javi
10 years ago

Excelente artículo, creo q es hora de volver a Vallejo

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