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Julio Mariscal – Poesía completa
Por Francisco Vélez Nieto
La edición de la Poesía completa del poeta de Arcos de la Frontera Julio Mariscal Monte (1922-1977), por la editorial La Isla de Siltolá se debe considerar todo un éxito de recuperación de la obra y persona de un poeta que, por una minoría, siempre fue y continua siendo, un rico cantor del Sur. Nada de lo que se ha escrito tras su muerte en tantos años transcurridos debe ser objeto de marginación o desapego, todo lo contrario, ha servido para mantener la llama de su poética viva, ahora, esta edición es la lámpara que ilumina con su resplandeciente luminosidad esta obra tan acertadamente necesaria, con la que valorar y situar en la altura lírica del Sur a un poeta que tras el correr de los años se lo viene mereciendo por valores propios. Ajeno de todo artilugio de grupo.
Bien válidos y acertado para representarlo el `primer cuarteto de Ciprés con el que se abre el que fue su primer libro de poemas Corral de muertos, editado en 1953 cuando el poeta contaba treinta y un años:

Aquí, donde los hombres se ha tendido
para olvidarse dentro de su muerte,
tú sigues vertical, sin ofrecerte,
limpio y sonoro el último latido.
Como señala en su extensa introducción Blanca Flores Cueto “Fue en el verano de 1949 cuando Julio Mariscal “propone a varios muchachos de su pueblo la idea de agruparse, a raíz de unas experiencias en Cádiz,…surge el grupo para la “escuela de Arcos” que lo componen el propio poeta, Antonio Murciano, Cristóbal Romero, Juan de Dios Ruiz Copete y Antonio Luis Baena. Más tarde se unirían Manuel Capote Benot y Eduardo Vázquez” Sería el inicio de una fructífera andadura de rica sucesión poética con altura que jugó y juega desde limpio pedestal en la lírica del Sur. Aquí el tema social del primero da paso al amor
A su primer poemario Corral de los muertos le seguiría Pasan hombres oscuros su temática es el amor. “Juan de dios Ruiz Copete, Pedro Sevilla, Antonio Hernández, francisco Bejarano, autores que han estudiados los temas tratados por Julio Mariscal así lo han explicado” Basta iniciar la lectura de estos poemas y el lector sentirá envuelto en una suave fuerza que lo acaricia y eleva poéticamente.
“RECUERDOS tus pañuelos de una holanda blanquísima / cautivos en esencias cautivas cada día, / y te recuerdo toda volcada en risa abierta preguntándome ¿Sabes a qué flores te huelo”
No transcurriría mucho tiempo en editar su tercer libro siendo una continuación del segundo, que aborda la ausencia de la amada clave de pasión que ocupa todos sus poemas, con emocional “canto amoroso de resignación, impotencia y coraje, ante la ausencia de este” Pero su belleza, la utilización de las metáforas muestra todo un palpitar de ternura cuyo amargo dolor se convierte en delicada lamentación de amor desgajado:
“He deshojado al viento como unas pasionaria / el tiempo que me muero sin tus ojos. / Y sigo aquí, clavado, monolito de pena / surco para el centeno de tus manos”
Su cuarto libro de poemas, veinte sonetos en endecasílabos, se edita en 1958 lleva un elogioso prólogo de José María Pemán. Dios es la secuencia convirtiendo su personalidad divina en hombre “cercano sufrido hermano que dista del Dios convencional de la poesía religiosa tradicional aunque pueda parecer lo contrario”
Así es como te quiero. Así, Dios mío
el dogal de “Hombre” a la garganta.
Hombre que parte el pan y suda y canta
y va y viene a los álamos y al río.

En 1962, “en Jerez de la Frontera y bajo el auspicio del grupo “Ayalaya” de poesía, dirigido por Manuel Ríos Ruiz,…” aparece su quinto libro de poemas. “Tierra de secano – escribe Elena Flores Castro – nos presenta en cuatro tiempos, el álbum fotográfico de Andalucía la Baja, el campo y sus hombres de la posguerra y el hambre”
“LA tierra elemental, partida y sola, / cansada de parir, de amancebarse / con duros aguaceros, con cansinos arados; / la tierra horizontal, hembra y desnuda / para el afán del buey y la pisada; / la cobricita tierra de estameña / con silencios de agosto y aceituna”
En Tierra de secano el poeta plasma la angustia y miseria de su tierra con la finura metafórica de quien se siente comprometido por ser hijo de ella y de la convivencia cercana. “Poesía social” fue la definición de Leopoldo de Luis en 1082. Sin embargo, Víctor García de la Concha considera que “Mariscal, más que un poeta social escribe poesía humanizada” Siendo considerada por Flores Castro “preocupación más ética que estética” Lastimado empeño de no pocos en divorciar lo ético de lo estético. Considero más acertado situar al poeta de Arcos dentro del compromiso poético de conciencia social sobre una clase, la de los de abajo, que sintió y compartió a su lado socialmente la larga noche negra de los veinticinco años de dictadura feroz. Cuando, por su estrato social bien podría haberse elevado poéticamente ascendido solo por la estética.
La publicación de su sexta entre poética Tierra se produce en 1962.
“VENÍAS de lo oscuro, de lo entredicho apenas, / del polvo de todos los caminos. Venías para helarme el nardo y la alameda, / Para hacerme / lluvia de sombra, octubre de sonrisa”
Exacto el juicio de Flores Castro sobre “El tema de Tierra, es el amor oscuro. La cara del amor inconfesable y escondido. El amor prohibido, homosexual y castigado por la sociedad, la moral y la política de la época es el que aparece en los poemas de Tierra”
“Ahora la sangre hay que abatirla, hay que domarla en raso y guante blanco, / y ensayar una danza de palabras / vacías como el mundo y la mentira”
Último día 1971, se puede definir como la desolación de la quimera de Julio Mariscal, imposible de engañarse a sí mismo en ese monólogo íntimo en el que se ha situado consciente del mundo que le rodea y sus circunstancias, ya expuestas en toda su anterior obra poética.
“Nacemos muertos. Somos tan muertos / ahora que gozamos o luchamos, / ahora que vamos deshojando estrellas; / somos tan muertos como éste que vemos, / que tocamos aquí, junto a nosotros, / y que nos va gritando en su silencio”
Poemas de soledad editado en 1975 junto a Trébol de cuatro hojas, que vio la luz al año siguiente, uno antes de su fallecimiento, cierra el rico y entrañable ciclo poético de tan exquisito y sentido poeta libre de toda vanidad y banalidad en 1980 con Aún es hoy, transmitiendo el tema de la muerte presentida que “llegas a cuestionarse si está vivo o muerto y busca su existencia preguntándose por el paso del tiempo” como señala la responsable de esta Poesía Completa en tan cuidada y ejemplar edición, que rinde honor al cantor y a los que fuimos conociendo su obra desde tempranas edades.