José Cabrera Martos

José Cabrera Martos

Carlos J. Rascón

José Cabrera Martos

jose cabrera_547x364Jaén, 1977. Poeta, crítico literario, profesor y vocal de la junta directiva de la Asociación Andaluza de Escritores y Críticos, de la Asociación Colegial de Escritores-sección Andalucía y de la Asociación Internacional Humanismo Solidario. Poesía: Sombra deshabitada (2002), Fanales entre el agua (2003) y Goethica (2009, Finalista del Premio Andalucía de la Crítica 2010). Ensayo: Darro gentil. La poesía en prosa de A. Carvajal (2012, VIII Premio F. Izquierdo, Academia de Buenas Letras de Granada). Coordinaciones: 40+4 años de Tigres en el jardín (2012, et alii) y Fruto del tiempo con nosotros. Homenaje a Manuel Urbano (2014). Ha sido incluido en múltiples antologías de carácter internacional: Granada. Ojos del sur (2005, U. de Granada y Parlamento Europeo), Jornadas hispano-palestinas de poesía joven (2005, Ministerio de Asuntos Exteriores de España y Palestina), Antología de poesía joven andaluza (2006, Universidad Nacional Autónoma de México), Granada. En lo oscuro, en el agua (2006, Fundación J. R. J.), Con & versos (2014, A. Moreno Ayora, La isla de Siltolá), Con vivencias de España (2014, U. de Granada y MADOC), Humanismo solidario (2014, R. Sánchez García, VISOR). Su poesía ha sido analizada por Antonio Carvajal, Juan Varo, Pablo Jauralde Pou, Genara Pulido, Remedios Sánchez, Jesús García Calderón o Francisco Morales Lomas. Ha sido traducido al inglés, francés y árabe.

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ANTOLOGÍA

PRIMER NOCTURNO DEL JOVEN YEHUDA HA-LEVÍ[1]

Y ÚLTIMO ACECHO EN GRANADA DE TIGRES EN EL JARDÍN.

 

Estuvo después todo el país en paz cuarenta años

Jueces, 5, 32.

Entre el suspiro encarnado de Otura

y la Granada engarzada en jardín,

tigres de tez aceituna.

Con la tierra, con el viento:

dátil, seda, blonda y uva.

 

Cuando el amor desató sus heridas

y se alejó -campanillas eólicas

bajo la noche en el muro,

últimos álamos-, sus

pasos rehusaron la dócil

copa de olvido, acecharon al tigre.

Pero la fecha expiraba y mordía

en el jardín con la aurora.

Tuvo un instante de paz:

cicatrizaron la noria

y el alhelí, sus heridas, cuarenta

hondas espadas, sintió su latido

tibio de flor, de sencillo

pájaro. Vocalizó

uno por uno a los tigres,

el paladar suspiró por la vega

y se marchó entre la luz de canela bucólica.

 

(de Goethica, 2009)

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FRANKENSTEIN O EL HORRENDO HUÉSPED

(Última carta de Robert Walton al Secretario General de las ¿Naciones Unidas?)

 

Lo había deseado con tal ardor que excedía a cualquier

sentimiento imaginable; pero ahora que lo había terminado, la

belleza del sueño se desvaneció y un horror y repugnancia

invadieron mi corazón.

Frankenstein, Mary Wollstonecraft Shelley

 

Supe el error, fui Magnánimo tarde, aunque nunca es demasiado pronto –casi resulta ofensivo citar a Novalis- para cantar: Tú eres la muerte y tú sólo nos salvas.

Anteriormente, el nacido, fue alimentado en el odio por décadas, fue financiado en silencio y blindado su corazón por la estrella Única, hexágona a veces, otras cruzaban sus órbitas media centena entre el Tigris y el Éufrates, mégano oía, ahí: Hiena… Y amó amanecer con el puño de corazones cerrado…

(Falta el final de la carta)

 

Así, Ban Ki Moon

fue hacia los hielos del norte faltaba el

fin de la historia.

Nada Hubo.

Al volar gris

de una paloma en ocaso,

supo el error, como blanco de halcones,

años más tarde

¿Cuál de los dos era el monstruo maldito?

Supo el horror, por entonces,

para escribir el final[de esa carta]

y remitirlo al diablo:

 

Ven a por mí, porque vivo sin tiempo. Nadie me espera, ni nada me acopia. Bajo la noche sin nubes, somos iguales que estrellas y luna: Siervos del Sol, sin imagen ni humo.

21 de Enero de 2009

(de Goethica, 2009)

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AMOR Y VIDA

(SINFONÍA INACABADA)

Y esta orquesta de plumas extiende por los campos

Amor como girándula armada en leves flores,

la batuta comedia un final en apócope

y una gota sostenida ancla al oceano.

 

Si la nota es por Eros sostenida

la vida, sinfonía inacabada…

(de Fanales entre el agua, 2002)

 

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GENOAMEBA HUMANO

I

Diálogo del hombre y el genético doctor

 

[…]

-Ya puedo elegir al niñito que quiero

¿Podría mostrarme la gama de tonos

del pelo?…

¡Qué guapa estaría en ardiente cobrizo,

purísimo gualda!

-Señor ¿No le gusta el moreno o el negro?

Contrasta con tonos de pálida piel.

-Descarte el moreno, más tarde hablaremos

de gamas de tez.

 

Transcurre la Ciencia y avanza en su siglo.

Su lema:

“Socorre al humano que sobre la mano

te traiga el dinero”.

(de Sombra deshabitada, 2002)

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 TODO COMIENZA LA TARDE DE UN SÁBADO, TRECE.

 

Todo comienza la tarde de un sábado, trece

mil setecientos millones de años

antes del ser.

Fue necesario instalar nebulosas

 

en la azotea orientarlas en flor

reconocer

que apagamos sin dormir

-¿no lo recuerdas…?- la noche

para empezar a encenderles los ríos

que seguirán a la piel de los verbos

 

no transparentes.

Los planes

del universo, y los nuestros, te implican, estás –estáis-

desde el principio. No temas

las sensaciones del nido y la pirografía

 

del algodón y su ombligo.

El firmamento se viste y se briza por ti

con canesú,

luego traerá el vegetal en las cumbres.

(Inédito)

 

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ACOLCHADO DE RELOJES,

ALMOHADILLAS Y REVOLUCIONES

 

Thank you, fog

 W.H. Auden

No sé por qué estoy huyendo, ni de qué, desde hace tiempo,

después del cristal las nubes tienen prisa y no se abrochan

el cinturón, acelero,

que no encuentran, ni he buscado.

 

Abre las alas y el suelo se duerme. Seré discreto,

según la cuneta el cruce no es peligroso, disculpad

al sol si borró los pétalos.

Fuimos aquellos que nunca

 

saben la luz del albero,

-hete ahora en la plaza y no sales, la claridad, el túnel,

¿En dónde estamos?- tampoco ellos pueden frenar, confunden

 

al cazador rojo.

Octubre,

resumiéndote ha llegado con la niebla y los ancestros,

enemigos implacables de la prisa…

y los bomberos.

(Inédito)

[1] Poeta hispanojudío (Tudela, 1075) nacido en el ambiente cultural de la corte de los Banu Hud de Zaragoza. Se traslada a Granada invitado por su amigo Moseh Ibn ‘Ezra hasta que la entrada en 1090 de los almorávides le obliga a huir. En torno a 1130 emprende viaje a Tierra Santa al abogar por el destino mesiánico de Sión, lugar más cercano a Dios, y por el hombre como instrumento divino. Tras pasar largo tiempo en Alejandría y el Cairo, cuenta la leyenda que fue asesinado por unos ladrones a las puertas de Jerusalén.

Fotografía: http://gallsource.com

Con cesión de los derechos de autor

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