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Jesús Tortajada, Los Campos de la Tarde
EL TIEMPO HECHO POESÍA
José Cenizo Jiménez
Jesús Tortajada (Sevilla, 1954), licenciado en Derecho, procurador y poeta con seis libros, con Los campos de la tarde, Premio Alcaraván 2016, su último poemario, nos invita a observar cómo hace del tiempo, de la esencia humana, poesía sencilla y honda.
Excelente edición con una portada preciosa (un pozo, un atardecer, pájaros de recogida) de
la editorial Anantes, como viene siendo habitual. Tortajada divide su libro en dos partes. En la primera, habla del amor, del tiempo, de la palabra poética, con cita de Aquilini Duque en su inicio; en la segunda, sigue con el tema universal del tiempo y a veces se centra en motivos o recuerdos más concretos.
Para él la vida es como una partida de cartas, un desahucio, humo, viaje, camino, quimera. En el soneto “El paso avanza” (p. 64) nos dice en el segundo cuarteto con quevediana y desengañada certidumbre (aunque en los tercetos aparezca la esperanza y la búsqueda de la verdad como alicientes):
Pasa en un soplo, sin tener espera
ni pausa para nadie. Este es tu sino:
al nacer ya has llegado a tu destino;
y lo demás, la vida, una quimera.
El tiempo, dice, es fugaz, nos marca el paso, en un minuto lo perdemos todo, y llega al más oscuro panorama en el soneto alejandrino “Velo oscuro” (p. 47), lleno de palabras como bagaje siniestro, traje negro, sombras y tinieblas, triste desaliento, desdicha, velo oscuro, si bien siempre termina con algo de luz: “-cargado de esperanza y armado de paciencia- / el corazón, que solo necesita consuelo”. Y termina el libro con una puerta abierta, un poema que invita a vivir, “Un espacio” (p. 71), que finaliza: “ver cómo se ilumina el horizonte / y hasta mirar al cielo cara a cara”.
Buenos poemas como “Espera el alba” (p. 28), que nos recuerda a la deliciosa poesía popular y tradicional (“Mira, está / llegando amor por las ventanas que abro”) o “Los campos de la tarde” (pp. 21-25), de discurrir clásico y de calado hondo, entre otros, hacen de este libro un gozo para la lectura. Con un lenguaje sencillo, símbolos sugestivos (espejo, mar, luna…), formas métricas diversas (sonetos, incluso alejandrinos, gusto por el endecasílabo…), citas o referencias a otros poetas (Aquilino Duque, Muñoz Rojas, Emilio Prados, Álvaro Cunqueiro, Juan Gil-Albert o su propio hermano el admirado y recordado poeta Vicente Tortajada) nos entrega una obra madura que se lee con fluidez y gusto.
Jesús Tortajada, Los Campos de la Tarde
Sevilla, Anantes 2022
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