JESÚS FERNÁNDEZ PALACIOS

JESÚS FERNÁNDEZ PALACIOS

Carlos J. Rascón

NOTA BIOBIBLIOGRÁFICA

Jesús Fernández Palacios (Cádiz, 1947) como poeta, articulista y crítico literario ha colaborado en diversos periódicos y revistas JESÚS FERNÁNDEZ PALACIOSespañolas y extranjeras. Sus poemas han sido traducidos al inglés, italiano, francés, alemán, rumano, portugués, griego y árabe.

Ha publicado Poemas anuales (México, 1976); El ámbito del tigre (Sevilla, 1978); De un modo cotidiano (Madrid, 1981); Coplas de Israel Sivo (Madrid, 1982); Signos y Segmentos 1971-1990 (Granada, 1991); Los poemas de Sakina (Bilbao, 1997); Signos y Segmentos. Segunda antología (Madrid, 2007); Del mar y otras pasiones (Madrid, 2011) y Poemías (Sevilla, 2012). Asimismo figura en varias antologías españolas y extranjeras.

Director, desde el año 2000, de la revista literaria Campo de Agramante, ha sido también durante varios años redactor-jefe de la revista Fin de Siglo y subdirector de RevistAtlántica de Poesía.

En 2004 realizó y prologó una edición en tres volúmenes del Diario (1944-2000) de Carlos Edmundo de Ory, y en 2011 la edición póstuma titulada La memoria amorosa de dicho autor que había fallecido un año antes. También editó y prologó en tres volúmenes la obra Relecturas. Prosas reunidas (1956-2005) de José Manuel Caballero Bonald, publicada en 2006.

JESÚS FERNÁNDEZ PALACIOS

HISTORIAS DE GATOS Y OTROS SONIDOS

Para el pintor Juan Carlos Crespo Laínez

Dicen que la rana croa,
cuentan que gruye la grulla,
y mientras parpan los patos,
el cuervo gazna que gazna.

Miau, miau, miaaau…

La voz que vozna del ganso
molesta al grajo que croaja,
y al chirriar la chicharra
o al zurear la paloma,
si cuchichía la perdiz
y el grillo además chirría,
se monta una algarabía
que nadie puede dormir.

Miau, miau, miaaau…

Si trisa la golondrina
y el loro garre en la jaula,
si la cigüeña crotora
y el pollo pía que pía,
himpla la pantera himpla
cuando el jabalí rebudia,
y si el caballo relincha
el asno rozna o rebuzna.

Miau, miau, miaaau…

Se escucha el cerdo gruñir
y el ciervo bramar se escucha,
gamita el gamo y responde
los balidos que lo imitan,
mientras el toro remudia,
la pobre oveja balita,
mientras otilan los lobos
y ululan los mistolobos,
ladran la granja los perros
y el elefante barrita.

Miau, miau, miaaau…

El león ruge también
mientras la serpiente silba,
y si el gallo vigilante
ve que el cuclillo cucúa
o que titando está el pavo
para juntar su manada,
el gallo se flamenquea
y la gallina cloquea
sintiéndose enamorada.

Miau, miau, miaaau…

Y qué decir de los gatooos…,
de los gatos que maúllan,
esos gatos de colores
que unos crecen y otros menguan
de la retina que sueña,
del pintor que imaginando
nos perturba y maravilla.

Hay gatos que son sombreros,
otros que son como un libro
lleno de gatos y gatas,
donde parecen ovillos
y a veces pájaros bellos
que escriben libros y cantan
o ronronean sus viajes
y se convierten en jaulas,
que se enamoran y sueñan:
son gatos que nos encantan.

LA RISA DE RENÉ MAGRITTE
(Metropolitan Museum of New York)

Para Ana Rodríguez-Tenorio

El tren que se escapa por la chimenea,
el reloj que marca las doce cuarenta,
los dos candelabros distantes, sin velas.

La paloma roja que huye de la tela,
que huye de la casa que la noche quema.

La hermana que duerme, la hermana despierta.
Son nubes, son hombres, son cabezas sueltas,
la prueba del sueño,
los brazos colgando sobre las caderas,
debajo las piernas.

Era duermevela.

Y esos rostros rotos, medio descompuestos,
van sobreviviendo con el mar al fondo,
y aquellas muñecas de cara en aristas
que ya no contemplan.
Músculos celestes que del cielo llegan.

La mujer en tetas con piel de pantera,
la mujer desnuda de pie entre las piedras.
O ese cruzamiento del hombre y la hembra,
él con su chaqueta y ella entre las piernas
luce un pubis negro como su melena.
Los dos cazadores buscando sus sombras.

Miramos absortos flores del abismo
y esa fascinante postura de amantes
que se dan un beso, los rostros tapados.

Este es el pintor
que pinta a un pintor que pinta a una dama,
ella está desnuda, ella sigue manca.

Cuerpo fragmentado: los pies van debajo,
después las rodillas, encima el ombligo,
las tetas rematan el pecho que tiene
su emblema de cara.

Y este es el pintor
que se ve pintando, que un huevo mirando
plasma una paloma,
él está muy serio, hartito de bromas.

¿Será acaso el pintor que enreda al poeta,
o apenas un sueño que amando soñara?

 

 

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