HINS AL-MOQLIN, 1975 DE ANTONIO CARBONELL

HINS AL-MOQLIN, 1975 DE ANTONIO CARBONELL

Francisco josé Garcia Carbonell
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HINS AL-MOQLIN, 1975 DE UN PRÓXIMO POEMARIO DE ANTONIO CARBONELL

(Fotografía Gracia Gámez)

 

Antonio Carbonell (Granada, 1961). Co-fundador de la revista  LA ORILLA (Roquetas de Mar 1983). Como narrador obtuvo el II Premio de relatos ONCE, en Sevilla, 1984. Áccesit II certamen microrelatos Roquetas de Mar 2018. Como poeta fué  antologado en Lo demás es oscuridad (Destello-Artefactos, Almería 2013), La honda presencia (Munira. Almería 2013), Libertad tras las rejas (Almería 2013), Dulces Tardes Poéticas (Almería 2015) y Una tarde con Celia (IEA, Almería 2015) 5 A LAS 8, Antología Letras en el museo 2016, así como Poetas en el Museo (Letra Impar. Almería 2017). Es autor de los poemarios Y tenso el arco (IEA, Almería 2013). Eros en el espejo,  mano a mano con el escritor Pepe Criado (Arma Poética. Sevilla 2014). Que todo Parezca (Letra Impar. Almería 2016). Y además… (Dauro. Granada 2019).

La palabra tiempo es una constante en la poesía de Antonio Carbonell. Las palabras buscan su espacio tras las voces del silencio que emanan de cada momento vivido. Este poema en concreto, el cual nos lleva al recuerdo de una torre, es la remembranza de dos personas que alimentaron la llama de su amor entre aquellas paredes estrechas y frías. Dos almas que conjugaron el presente de sus vidas, siempre el presente estancado en la memoria de aquel niño que de siempre quiso ser poeta.

HINS AL-MUQLIN, 1975

 (A mis tíos Paca y Pedro que compartieron su amor durante años en una torre el castillo de Moclín)

Donde afloran
las piedras abstraídas
del estoico castillo,

cancerbero último
del reino nazarí,

asomado a su vertiginosa altura.

Allá donde antaño

dos hijos de Aixa
y Boabdil, el Chico,

rehenes fueran de los Cristianos Reyes.

Cinco siglos después,
en una de sus torres

compartisteis vuestra vida.

Fluyen hasta el recuerdo
la chimenea de la sala,
los estrechos ventanucos,
los escalones hasta la azotea,

cerrada a la peligrosa

curiosidad de los niños.

Porque aprendí
que entre sus muros
fuisteis felices,
con esa rara inocencia
de los seres sencillos y afables.

Dejo escrita vuestra historia

contra el confín del olvido,

en la desleída memoria

de sus piedras,
allí donde perdura
como un susurro la lejanía.

 

HINS AL-MOQLIN, 1975 DE UN PRÓXIMO POEMARIO DE ANTONIO CARBONELL

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