Gene Shoemaker, la única persona enterrada en la Luna

Gene Shoemaker, la única persona enterrada en la Luna

Gene Shoemaker, la única persona enterrada en la Luna (hasta el momento)

Eugene Shoemaker
Eugene Shoemaker

El inspirado filósofo griego Epicuro de Samos dijo en cierta ocasión que «La muerte es una quimera: porque mientras yo existo, no existe la muerte; y cuando existe la muerte, ya no existo yo». Y para quimera lo que voy a hablar a continuación. Hay lugares extraños y alejados en los que dejar nuestros restos después de muerto, pero solo una persona hasta la fecha puede decir (lo de decir es un decir, claro, está muerto) que está enterrado fuera de nuestro entrañable planeta, concretamente en la Luna. Me estoy refiriendo a Eugene Shoemaker y ahora os explicaré el motivo que le hizo ganar dicho honor.

Una vida y una muerte de impacto

Y como no podía ser de otra manera empezaré por el final, es decir, por su muerte. Su fallecimiento fue debido a un impacto, de hecho, murió como vivió, rodeado de colisiones. El 18 de julio de 1997 perdió la vida al instante cuando su coche chocó de frente con otro vehículo en un camino en el desierto de Tanami al noroeste de Alice Springs, Norte de Australia. Al año siguiente parte de sus cenizas envueltas en bronce fueron llevadas a la Luna por una microsonda espacial, en una de las misiones del programa Discovery de la NASA, la Lunar Prospector, destinada a estudiar la superficie lunar.

Nacido en Los Ángeles, California, su nombre completo era Eugene Marle Shoemaker y ya de pequeñito apuntaba a que llegaría lejos en esta vida (y en la muerte). Ingresó en el California Institute of Technology con tan solo dieciséis años. Allí tenía un compañero cuya hermana, Carolyn Spellman, su futura mujer, se convertiría en su ayudante de profesión. Tras finalizar sus estudios, su tesis sobre la petrología de las rocas metamórficas precámbricas ya apuntaba a lo que se iba a dedicar el resto de sus años. Se unió al Servicio Geológico de los Estados Unidos y su primer trabajo con ellos le llevó a buscar depósitos de uranio en Utah y Colorado.

Vista panorámica del Meteor Crater (Cráter Barringer), Arizona. Imagen de Mariordo (Mario Roberto Duran Ortiz)
Vista panorámica del Meteor Crater (Cráter Barringer), Arizona. Imagen de Mariordo (Mario Roberto Duran Ortiz)

Se fijó en el Cráter Barringer, nombre del científico que medio siglo antes sugirió que su formación no era debida a una erupción volcánica, sino por el impacto de un meteorito, algo que la comunidad científica no compartía. Fue entonces que levantó su mirada y se fijó en nuestro pequeño satélite de allí arriba y pensó en elaborar un mapa geológico de la Luna. Sin embargo, los intereses de su empresa no coincidían con los suyos en ese momento y le trasladaron a estudiar los cráteres formados en pequeñas explosiones nucleares bajo Yucca Flants, en Nevada, en busca de plutonio. Tras inspeccionarlos realizó su investigación sobre la mecánica de los impactos de los meteoritos y encontró la formación de un anillo de material arrojado por la explosión donde descubrió, junto con el geólogo Edward Chao, un tipo de sílice conocido como coesita, cuarzo sometido a una gran presión y a una temperatura tan elevada que un volcán no puede originarlo, demostrando la teoría de Barringer.

Futuro astronauta frustado

Fundó el Astrogeology Research Program, desarrollando un nuevo campo de investigación, la astrogeología, que demostró que todos los cráteres de la Luna eran provocados por impactos. Participó en las misiones Lunar Ranger en los años sesenta, colaboró en el entrenamiento de los astronautas del Programa Apolo y él mismo fue designado primer científico para la misión que pisaría la Luna por primera vez. Desgraciadamente, en 1963 le diagnosticaron una enfermedad de las glándulas suprarrenales conocida como enfermedad de Addison que le impidió cumplir ese sueño. Dos años después fue nombrado científico jefe y organizó las actividades geológicas necesarias para alunizar y posteriormente estudió objetos astronómicos que pudieran impactar tanto en la Luna como en la Tierra descubriendo numerosos asteroides.

Gene Shoemaker la única persona enterrada en la Luna
Cráteres en la superficie lunar

Son incontables los reconocimientos que se le hicieron en vida. Pusieron su nombre a cráteres y asteroides, pero el mayor agradecimiento que la comunidad científica le pudo hacer fue precisamente el de permitir que sus cenizas reposaran en la superficie lunar.

Dos Libros

Shoemaker by Levy. The Man Who Made an Impact (David H. Levy)

Biografía

Para saber más:

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Planetary Names

Diez cosas que se quedaron en la Luna

Información basada en nasa.gov

Gene Shoemaker, la única persona enterrada en la Luna (hasta el momento)

franciscojaviertostado.com

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