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Fran Nuño. Flamencorismos. Breve colección de letras flamencas. Ed. Voces de tinta
Fran Nuño nació en Bilbao en 1973 y vive en Sevilla desde los diez meses de edad. Es escritor, dinamizador cultural y librero-editor. Ha recibido varias menciones y distinciones en importantes concursos, tanto por su obra literaria como por su labor a favor de la lectura, ya que realiza cada temporada
infinidad de actividades en colegios, bibliotecas, salas culturales… En 2013 también fue premiado en Michigan (EE.UU.) por Luces de Feria y en 2017 en Nueva York (EE.UU.) por El mapa de los buenos momentos. Es autor de más de treinta libros, a los que une esta admirable y bien editada obra de letras flamencas. Grata sorpresa para quien lo conoce de años y admira su modulada pasión por la palabra escrita con calma y sin aspavientos. Sencillamente.
Renglones de tierra
Va trazando el lento arado
largos renglones de tierra
en un cuaderno de campo.
Versos del primer terceto que abre este librito de letras flamencas “nacido casi por casualidad”, según cuenta el poeta, que con armoniosa sencillez nos ofrece todo un canto a la naturaleza y la variedad de las cosas del campo. Cuánta armonía y caricia muestra el poeta en la acuarela de coplillas que compone este agradecido homenaje al campo, a la tierra en la que vamos abriendo caminos como poeta absorbido por el encanto de un paisaje vivo de naturaleza, interrogándose a sí mismo:
Rara vez no me pregunto:
¿no sabrán los animales
quién creo nuestro mundo?
Como un árbol deshojado
El título del segundo capítulo del poemario Flamencorismos. Versos de amor refugiados en el palpitar íntimo del recuerdo. Tiempo de caricias vivido en la soledad de la ausencia, tan cerca y tan lejos estas breves composiciones que “fueron creándose durante mis múltiples viajes a bibliotecas, colegios, ferias del libro… y las fui escribiendo en servilletas, cuadernos, billetes de tren…” Ahora libro de racimos, podemos saborear el poemario de tres actos unidos por el tiempo vivido con meditaciones de buen discípulo de Juan de Mairena. “Un guiño al flamenco y su relación con la sentencia por medio de la copla y el aforismo”.
Cada uno de tus besos
en una cajita guardo,
para que cuando me olvides
me acompañen en mi llanto.
No queda ausente en este juego de amor el humor tomado de las coplillas del pueblo:
La calle donde te vi
tiene para mí tu nombre,
aunque el alcalde me diga
que es apellido de noble.
El adiós a una vivencia amorosa que aunque se aleja se queda con el poeta envuelto en el secreto de lo íntimo, recuerdo y cantar, con el adiós sentido:
Como un árbol deshojado,
sintiendo el rostro del viento:
qué lejos de ti a tu lado.
Campanadas de reloj
En la tercera parte que cierra el poemario, el poeta medita las secuencias que han ido pasando por su vida:
Muchos los días que olvidas
y pocos los que recuerdas,
pero todos pertenecen
a la vida que nos prestan.
Fino en la sentencia de la razón de ser en el mundo social, el poeta pone el verso en la llaga:
Nadan saben los de arriba
de las penitas del pueblo:
desde su torre no ven
ni hormigas ni hormigueros.
¿Qué más nos queda en esta reseña contar, comentar de este rico, fino y bien editado tan acariciador libro? Pues que Fran Nuño muestra su huella digna del escritor, creador de literatura infantil y poeta, acogedor de justos premios, mago de la transparencia, comprometido con la palabra escrita en un amplio abanico de facetas.
Francisco Vélez Nieto