Fátima Zahra Bennis

Fátima Zahra Bennis

Carlos J. Rascón

Fátima Zahra Bennis. Escritora y poeta marroquí. Tien publicado los textos, La angustia de escape (Marruecos, 2004), En los brazos de la luna (Egipto, 2008), Fantasma de un profeta (Líbano, 2011) y Al borde de una vida fugitiva (2016, Túnez), poemario que ha sido traducido al español por la embajada de Panamá en Marruecos. Sus poemas han sido traducidos al inglés, francés, rumano y español. Ha sido incluida en algunas antologías poéticas publicadas en Europa. Ha obtenido el Premio de poesía otorgado por la Fundación Al Noor para la Cultura y la Creación (Suecia, 2008). Es miembro de la Asociación de Creadores Árabes, del Comité Ejecutivo de la Unión de Escritores de Marruecos, Directora del Festival Mediterráneo de Poesía en M´diq (Marruecos) y Presidenta del Encuentro Internacional de Escritoras de Marruecos (2018).
Ha participado en actos y festivales poéticos y culturales árabes e internacionales: Festival de Poesía Femenina, Algeciras, 2008), Festival Mundial de Poesía (Struga, Macedonia, 2009), Festival de Poesía Árabe (Damasco, Siria, 2010), Feria Internacional del Libro (Argelia, 2011), Festival Internacional de Poesía (Sevilla, 2012), Congreso Mundial de Poesía (Malasia, 2013), Festival de Otoño (Granada, 2014), Festival de Poesía Universa (Rumania, 2015) o Congreso Mundial de Escritores (Praga, República Checa, 2016).

SOLEDAD

Desde un balcón de papel
Asomo a mis tempestades
Veo y no entiendo.

Una vida se va
Y otra viene
Y yo entre ellas disfruto de mi viaje
Y ningún lugar me atrae.

 

REVELACIÓN

Destapé la membrana de mi jardín
de sus arbolitos
de sus pajaritos
de la miel enterrada en su garganta
de la semilla de la granada rechazada
de la manzana condenada al infierno
de la cereza soñadora con labios
del higo y de la aceituna
y este césped tímido.

Destapé la membrana
de una flor, de cuyo néctar Dios creó el paraíso
de un sentido escapado de sus hermanos
de los caballos del alma
de un cuerpo que me modeló en poema
de una paloma que me legó su enamoramiento
de una abeja que me alimentó con su miel
de una mariposa de la locura
que me preparó.

Destapé mi membrana… me he descubierto
cambié la tierra por la blancura
el silencio por el delirio
dije al aire:
préstame tu dormitorio
y deja bien abiertas las ventanas del universo.

Cuán hermoso es el jardín del cuerpo
mientras está acariciando el cielo de Dios.

 

LECTURA

Leo mi cuerpo
cada letra es un pozo
cada palabra es una ventana
cada pregunta
una grieta abierta.

Leo mi cuerpo
sin punto que me detenga
sin coma que me separe de él…

Leo mi cuerpo
sin lengua más hermosa que sus suspiros
sin fruta más deliciosa
que sus frutos
sin éxtasis más dulce
que abrazarlo
que abrirlo
que romperlo
concentrarlo
en su brillo.

Leo
ignorando la llamada a la oración
igual que un niño balbuciente
me alegra mi lengua
y contenta con mi pronunciación
tiemblo.

Leo mi cuerpo
en las esferas del amor
bailo
y no me canso
como si estuviera guiada
hacia un pecado virgen .

 

UNA BRASA NUBLADA

Una brasa se ve como una nube
cuya llovizna era suficiente
para que yo traicionara mi otoño
y me hiciera
sentido tras sentido
por unirme con el rayo,
e inspirar los sublimes cielos
cuyas salivas
eran una copa,
la cual me reveló
que no nací de la costilla de Adán,
ni de las entrañas de Eva,
no soy un solo capítulo
en el libro del universo,
y lo que me enseñaron,
era para ignorarme,
cuyas pasiones
eran mi guía
para alcanzar el deseo,
y ver a mi ausencia
naciendo de una dispersado abrazo,
para que yo corra desde mi sed
hasta el fluir de los sentidos,
y hacerme testigo de
que me falta alma
fuera de mi fluir.

 

ANSIEDAD

Un brillo
de agua y fuego.
con tu útero
lo sorbes en forma de panal,
mientras que tu vacío
se disculpó a un espejismo
que ya no te merece.
Sobrecargada de ansiedad,
de tinta del deseo.
ahogas
el desierto del cuerpo.
Ofrecida a lo imposible,
ninguna patria te abraza,
ninguna cosecha te satisface.

 

MUJER DE FANTASÍA

¿Fue un sueño
o una emoción del cielo?
como desaparecieron mis pasos,
borraron conmigo la espina de la herencia.
¿Qué fuego tocó mi ceguera?
El perfume del asado
se exhala
por gotas de brasa,
con sus gorjeos
se emborracharon mis sangres.
Soy la nube reprimida;
al encender la pasión,
estoy lloviendo mares
que atestiguan
que soy mujer de fantasía.

Cuando se ha visto
mi mitad, enterrada viva,
me fugaba.
Con las sacudidas más dolorosas,
descendí
eligiendo
la desnudez de metáfora.

 

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