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Escribir para que te quieran
Leí, hace, muchos y muchos años, una entrevista que le realizaron a García Márquez, e, indicaba que el “escribía para que le quisieran”.
Lo que es aplicado a la escritura, literatura, es aplicable a todo: a la pintura, al diseño, a la moda, a la fotografía, a la filosofía, a la ciencia, a la técnica, etc. Pero esa definición y descripción, entre mitad poética o literaria, entre mitad afectiva y sentimental, entre mitad innovadora y creativa, y, entre mitad, suponemos que sincera. Siempre me ha sorprendido y siempre la he tenido en la memoria y recuerdo.
Siempre he recordado también, una frase que se le achacaba a Picasso, no sé si cierta o inventada, que indicaba, que él había dicho que “un cuadro tenia dos firmas, la del autor/a y la de su época”. Lo cual, me parece, sea de quien sea el enunciado, una de las máximas esenciales para explicar el mundo de la creación e investigación cultural, quizás, salvo la ciencia, y, también es aplicable, una creación cultural o una investigación cultural, sea el campo que sea, tiene que llevar dos firmas, la obra en sí, sea la que sea, la firma del autor y la firma de su tiempo y época, diríamos la firma de los intermediarios…
La firma-sello-aceptación de los intermediarios es fundamental-esencial en el mundo de la cultura, entendamos por intermediarios culturales, todos los que “no construyen o realizan o crean o investigan esa determinada obra”, pero la interpretan, diríamos todo el campo de la crítica, de los directores de museos, directores de revistas, los gestores culturales, los antólogos, los investigadores, los seleccionadores de obras y autores/as, los promotores, los editores, los patrocinadores, los vendedores de esa mercancía artística o cultural, los profesores, etc.
También, siempre he recordado, desde la adolescencia, con tristeza, que según parece ser en el gran siglo de oro español de la cultura, el empezar del declive del imperio español. Reitero y repito, hubo, entre los autores, grandes amistades, también grandes desavenencias, por utilizar, palabras suaves. Se indica, que se presentó en la puerta Quevedo, para ver, como echaban de la casa de alquiler a Góngora, por no poder pagar la renta.
Se dice, que entre las grandes firmas, los grandes hombres de la literatura, no sé si también en otros campos, las espadas verbales, no siempre estaban encerradas en sus cofres. Lo cual es un espectáculo lamentable. Porque al final, se ha demostrado que el culteranismo y el conceptismo y el barroquismo pueden ser y servir y construirse grandes obras de la interpretación del espíritu y para el espíritu. Hoy, a casi todos ellos, los tenemos encumbrados en los altos doseles de la lengua y de la interpretación del mundo…
Hemos unido y reunido, tres “eventualidades o realidades o construcciones de la creación o investigación cultural”. Podríamos, interpretar una cuarta, “lo azaroso de la realidad”, las malas interpretaciones sin mala voluntad, las debilidades humanas, las limitaciones de los seres humanos, y, otros mil aspectos, que conocemos a medias…
La realidad, es que la inmensa mayoría de autores/as y obras que han producido se pierden en los silencios de la historia, al menos hasta ahora. No sé, si será el noventa por ciento, no sé si será el noventa y nueve por ciento, no sé si será el ochenta por ciento. Pero esta es la realidad, la inmensa mayoría de autores y autoras, en casi todos los campos de la investigación de y sobre la realidad, de la creación-autoría-interpretación de la realidad, la inmensa mayoría de autores y constructores de significados de la cultura, en todos sus saberes, cierto es, en distinto grado –no es lo mismo, la ciencia, la tecnología, la filosofía, las artes, las culturas, las teologías, etc.-, la inmensa mayoría, de sus productos, si han sido publicados, van quedando algunas copias, en algunas bibliotecas y archivos, y, el resto se van perdiendo.
Aquello de Larra, que se repite hasta la saciedad: En España escribir es llorar, aunque los analistas, dicen, que expresó, “En Madrid, escribir, es llorar…”.
Los que no han alcanzado, ni siquiera el nivel de edición, pues duermen sus productos en los cajones de madera de sus corazones, ahora, en las bodegas de los bits de información. Y, pasando de una generación a otra de herederos naturales, se va perdiendo en el desierto de la memoria humana. Parece una enorme contradicción-paradoja de nuestra época y tiempo, en unos días, que tanto se valora el reciclaje de materiales de todo tipo, no hemos pensado lo suficiente, como intentar que la creación cultural, de tantos cientos de miles de autores y autoras, en todas las disciplinas, se busquen la manera, de que no se pierda o destruya, que quede para generaciones futuras. La solución es fácil, Centros de Archivo y Documentación, al menos virtuales y onlines. ¿Pero porqué no se realizan? ¿Otra hogaza para hablar de otro costal…?
Se llega a la tercera edad, a la edad del júbilo/jubilación, uno, sabe que está en la recta final, en la última cuesta o pendiente o diagonal de la existencia. No sabe, las circunstancias del futuro, no sabe, si le resta al reloj unos días o meses o años o lustros. Pero sabe que está en la recta final. Y, existen dos interpretaciones, unos creen que con este mundo todo termina, otros, piensan o sienten o desean, que exista Otro Mundo, que exista el Buen Dios, exista la eternidad para cada ser humano, y, exista el Juicio Particular, que todas las interpretaciones monoteístas de Occidente, han admitido durante milenios…
Uno, ante esta situación. Puede olvidarla o pensar que no existe. O mil, otras medidas de huida o de olvido. Pero uno, que está y ha estado siempre intentando enfrentarse a los toros de la realidad, sin esconderse… Piensa y repiensa. Uno, que sabe que ha fracasado en el campo de la creación cultural. Sin entrar en razones y causas, no siempre dependientes todas de su propia persona. Hemos dicho que toda obra, tiene dos firmas…
Uno, sin maledicencia-rencor-inquina-pestilencia-maldad, pide, espera, se interprete bien, “pide paz para los últimos meses, años, lustros que aún le queden en este mundo”. Pide sosiego y mesura y tranquilidad y prudencia y racionalidad. Pide descanso y olvido. -Olvido que no es lo mismo que sea olvidado todo el trabajo realizado…-.
Pide y tiende una mano de olvido por todas las desavenencias posibles o reales o imaginarias o inventadas que se hayan tenido. Uno, sabe que ya pronto se enfrentará-confrontará ante el Juicio de Dios, que es el Juicio de su propia persona, de su propia conciencia y autoconciencia, ya sin engaños y sin mentiras, ya, en la pura verdad. ¡Juicio y autojuicio, que de ser o existir, debe ser muy duro, porque ya no te engañarás más…! ¡Y, no sabes, si serás capaz de soportar el propio autojuicio de la propia autoconciencia, sin ya engañarte, sin ya mentirte, sin…! ¿La solución de milenios es pedir la infinita piedad y misericordia del Buen Dios…! ¡Paz y bien y bondad y verdad y belleza y equidad…!
http://youtube.com/jmmcaminero © jmm caminero (20 mayo-08 junio 2022 cr).
Fin artículo 3.045º: “Escribir para que te quieran”.
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