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ENTREVISTA A LA ESCRITORA MARIA SANGüESA
POR ANA PATRICIA SANTAELLA
A.P- Su infancia transcurrió en Marruecos, concretamente en Alhucemas
¿Qué recuerdos atesora?
Atesoro muchísimos recuerdos, allí viví una infancia muy feliz. Fue un privilegio crecer entre culturas muy diferentes y ver con absoluta normalidad el colorido de indumentarias tan diversas; escuchar los sonidos de lenguas como el árabe y el español, con los acentos de dialectos beréberes y la cadencia andaluza , junto a las campanas de la iglesia de S. José y la voz del muecín llamando a oración; percibir los aromas de las especias junto al de la multitud plantas y resinas; cabalgar con mis padres por las montañas del Rif, rodeada de un paisaje de cedros y abetos que en invierno cubría la nieve, así como aquellas maravillosas y cristalinas playas de Alhucemas… aquella era mi tierra y siempre será mi paraíso perdido.
A.P- En la conversación que mantuvimos paseando por el Retiro madrileño para elaborar esta entrevista, me confesó su pasión por la historia, por los inciertos avatares que la han jalonado, revelándome a su vez, un amor profundo que siente por la cultura
Sí, la Historia es esa mirada al pasado de la que debemos aprender, en nuestro presente, para no cometer los mismos errores en el futuro. Y qué difícil resulta aplicar algo tan simple.
La Historia, en general, se niega y se oculta o se manipula a conveniencia de quien esté en el poder. Mientras esto suceda, seguiremos condenados a repetir los mismos episodios, sin aprender nada, sin avanzar hacia el bien común.
Mi amor a la Cultura nace de la firme creencia de que el ser humano sólo puede salvarse mediante el conocimiento. La ignorancia es el peor enemigo para que la Humanidad avance.
A.P- Desciende de un linaje de mujeres creativas y emprendedoras, su madre pintaba, y su abuela tuvo una Academia de dibujo y pintura, además de ser maestra y corresponsal de diarios españoles durante los años 30 en España
Así es, mi abuela materna era maestra, estudió por libre y se examinaba en Murcia, estamos hablando del primer cuarto del siglo XX. También cursó Dibujo y Pintura en la Escuela de Artes y Oficios de Almería. Escribir era su pasión, durante la década de los treinta, desde Marruecos, mandaba un artículo de fondo y un cuento semanal a una agencia de Madrid, que los distribuía por diferentes diarios españoles; guardo muchísimos recortes como un auténtico tesoro. Cuando acabó la Guerra Civil, debido a sus ideas contrarias al régimen franquista, le cerraron las puertas de la prensa, pero abrió una academia de pintura en Alhucemas. Nunca se rindió.
Mi madre aprendió de mi abuela y su vida fue la pintura. Sus exposiciones y viajes fueron continuos. Ambas tuvieron la suerte, o la inteligencia, de casarse con hombres que siempre las potenciaron, pese a sus pocas coincidencias ideológicas. De ellos aprendí que el amor supera las diferencias.
A.P- ¿Desde cuándo escribe, propició alguna circunstancia particular el que empezara?
Aprendía leer a los tres años, me enseñó mi padre, con los titulares de los periódicos. A los cinco años leía todo lo que caía en mis manos y escribí mi primer cuento. También dibujaba. La poesía llegó en mi adolescencia, cuando ya vivíamos en la península.
Creo que para mí escribir era algo tan normal como respirar; por las mañanas desayunaba escuchando la Olivetti de mi abuela; por las tardes incursionaba en su academia de pintura. Y así fueron mis primeros años de vida, entre letras y pinceles. Todo aquello formaba parte de lo cotidiano.
A.P- ¿Escribe únicamente poesía, ha hecho alguna incursión en el ámbito narrativo?
Como acabo de decir, lo primero fue la narrativa, relatos y cuentos. A los catorce años escribí mis primeros poemas, me entusiasmaban las Rimas de Bécquer, luego llegué a Gerardo Diego, a los Machado, a Pedro Salinas y a Neruda. Ellos me dejaron enganchada a la poesía de por vida. Nunca dejé de escribir del todo, pero tuve un largo paréntesis, condicionada por mi escala de prioridades: estudios y maternidad.
A.P- Ha colaborado intensamente como coordinadora en el Ateneo de Madrid como coordinadora de una tertulia semanal desde una perspectiva multidisciplinar, y en la mesa directiva de varias secciones. ¿Requirió mucha dedicación de su parte? ¿Recuerda alguna tertulia en especial por la temática abordada o por la calidad de los ponentes?
Sí, ya lo creo, fueron años de gran dedicación y entrega. No puedo, ni debo, mencionar a ningún ponente en particular. Todas las personas que aportaron sus conocimientos y su tiempo al Ateneo de Madrid, de manera totalmente altruista, con gran generosidad, merecen mi reconocimiento y gratitud.
A.P- Es usted una persona crítica, nos encontramos hoy por hoy ante una tesitura compleja en el panorama político. ¿Qué piensa, tiene remedio España?
España no va a tener jamás remedio, mientras se niegue a aprender las lecciones del pasado sin dramatismos ideológicos , ni lecturas históricas torticeras. Y, por supuesto, mientras que no exista la firme decisión de acabar con su secular corrupción. Sinceramente, no me gusta nada lo que está ocurriendo, si seguimos por la senda del odio, de la desigualdad, de la desfachatez política y de la manipulación mediática, el panorama nacional es de auténtico desastre.
A.P- Esta tesitura es extrapolable al mundo literario y cultural en general: caótico, confuso y mediocre a veces, me refiero también a la banalidaddad reinante, al lucro desmedido de las editoriales, al desprecio irresponsable del talento. ¿Qué podemos hacer al respecto?
Mientras quienes nos gobiernen sigan optando por aculturizar a nuestros hijos y nietos, no hay salvación posible. La ignorancia es un muro infranqueable.
No todas las editoriales buscan un lucro desmedido, hay pequeñas y heroicas editoriales comidas por los impuestos, que se mantienen como pueden. Lo que sí es cierto es que sin autores no existirían las editoriales, y que los autores ponemos nuestro trabajo, nuestro tiempo y nuestra vida a su servicio, para no encontrar compensación económica alguna y, en casi todos los casos, perder dinero. No hay ayuda estatal ni para editores, ni para autores. Me parece terrible que sólo funcionen las grandes editoriales que fabrican bestsellers a base de estudios de mercado y publicidad, sin considera la calidad literaria de lo que ofrecen.
A.P- Le sublevan las injusticias y desmanes cometidos por la clase política dirigente
¿Tenemos derecho a la esperanza? ¿Propondría algo?
La esperanza es lo que nos empuja a seguir luchando por un mundo mejor, aunque en el momento actual hay pocos motivos para mantenerla viva.
Para cambiar algo habría que comenzar por una reforma de nuestra Constitución, considero que la Transición ya pasó y que se nos ha quedado obsoleta. Habría que eliminar de raíz los infames aforamientos que han propiciado la desmedida corrupción que padecemos. Eliminar Diputaciones y Senado, algo que no puedo comprender que se mantenga y que nos ocasiona un gasto insoportable, además de una ralentización absolutamente indeseable en todo tipo de procesos políticos y autonómicos. Reduciría el número de cargos políticos a menos de la mitad, con bajada de sueldos y eliminación de pensiones abusivas, manteniendo sólo una de ellas por persona…
Bueno, lo dejo aquí porque me alargaría demasiado ya que hay que hacer tantas reformas en cultura, enseñanza, investigación, sanidad, hacienda, regulación laboral, inmigración, etc. Que llenaríamos un tomo de mil páginas y nos faltaría espacio.
A.P_ Volvamos a la literatura, ¿Cuál es su proceso a la hora de crear, es obsesiva, corrige mucho los textos?
Si hablamos de narrativa, el proceso es de constancia y disciplina. Si nos referimos a la poesía el proceso es muy distinto, las musas se posan en ti y no te sueltan, a cualquier hora y en cualquier lugar.
Hay poemarios que he escrito en un mes y otros en cuatro o cinco años. Sí que corrijo mucho los versos, a veces tengo tres versiones de un poema, aunque lo haya publicado en revistas o en antologías, lo sigo revisando hasta que lo incluyo en un libro de poesía de mi única autoría. Y aun así sigo teniendo la impresión de que no está completo, hasta el punto de cerrarlo y no querer volver a leerlo en muchos años.
En narrativa corrijo mucho menos, pero también hay que revisar los textos, con toda la humildad y la autocrítica posible.
A.P- Háblenos de sus preferencias poéticas y narrativas
Son tan diversas que me resulta muy difícil expresar preferencias. Quizás en cuanto a novelas cada vez me vaya escorando más y más hacia la novela histórica, también el realismo fantástico, pero es que también me gusta la novela negra – lo confieso sin culpa alguna -, así como algunas de contenido social. Las creaciones de autores que buscan solamente su lucimiento personal y se pierden en retóricas literarias, me aburren solemnemente. Debo de añadir que disfruto mucho releyendo (o descubriendo) a nuestros clásicos. La narrativa corta también me apasiona, en todas sus vertientes.
En poesía española nunca me canso de leer a nuestros poetas de la generación del 27 y de la generación de los sesenta. Me interesa mucho la poesía escrita por mujeres en nuestro idioma, tanto de España como de América.
A.P- Admira a autoras fundamentales como a Mercedes Salisach, cuya obra la Gangrena le marcó, al igual que Nada de Carmen Laforet, sin dejar atrás a otra escritora sumamente interesante, Ana María Matute .
Así es, en cuanto a España se refiere, pero en América tenemos a Rosario Castellanos, a Elena Garro, en Francia a Marguerite Yourcenair, Marguerite Duras, Francoise Sagan, y en Inglaterra Ivi Crompton- Burnet, entre otras muchas escritoras favoritas.
A.P- Posee un vínculo sentimental con México. ¿Destaca algo de este inmenso y rico país?
Destaco su inmensa diversidad de culturas, comenzando por las indígenas; su amor y cuidado a la Cultura en términos generales; la calidez de su gente, siempre acogedora; su asombrosa diversidad de paisajes y climas; su impresionante patrimonio histórico-artístico; la riqueza de vocabulario que ellos conservan, en cualquier estamento social, y que aquí hemos perdido. Sus magníficos museos y bibliotecas. Creo que es un país muy desconocido para los españoles, que sólo se interesan por el amarillismo de las noticias sobre violencia, y que ignoran la grandeza de un país del que podríamos aprender muchas cosas. A veces creo que España no se puede conocer a fondo si no conoces México, libre de prejuicios.
A.P- Ha sido traducida a lengua Maya, a lengua inglesa y portuguesa. Siendo llamativo el haber sido traducida a lengua maya. ¿Por qué a esta lengua indígena?
Porque tanto mi fascinación por el Mundo Maya como el deslumbramiento por su paisaje, me llevaron a escribir un libro de poemas, El quetzal y la jungla, totalmente escrito entre la península de Yucatán y Chiapas. La editorial Font, de México, me apoyó en mi deseo de difundir la lengua del Mayab no sólo en su país, sino en USA y Europa y así nació la versión en Lengua Maya, realizada por el Profesor Feliciano Sánchez Chan, de la Universidad de Mérida, seguida, a instancias de mis editores, de la traducción a Lengua Inglesa, realizada por su directora de publicaciones, Zaira Espinosa, para ampliar el ámbito de difusión de mi poemario y su temática maya, entre estudiantes de lenguas indígenas. No sé, son circunstancias que no busqué, pero que soñé, Y algunas veces los sueños se realizan.
A.P- ¿Cuáles virtudes valora más en el ser humano, y cuáles detesta hasta decir basta?
Valoro la solidaridad, la comprensión, la capacidad de diálogo, y el deseo de aprender durante todo este viaje que es la vida, para hacer más habitable nuestro planeta y sus diferentes mundos.
Detesto el egoísmo, la avaricia, la falta de empatía y la ignorancia, que nos conducen a la violencia y a la destrucción. Son los demonios que nos están llevando al desastre y que habría que erradicar totalmente. Para salvar nuestro planeta y para salvarnos a nosotros mismos.
A.P- ¿Desea decir algo más antes de despedirnos?
Sí, que os doy las gracias por esta entrevista y por la labor de difusión cultural que realizáis. Vosotros hacéis que el conocimiento avance. Sois imprescindibles en la tarea de mantener viva la llama del interés por estos asuntos que vuelan muy por encima del materialismo imperante en los duros momentos que está tocando vivir. MUCHAS GRACIAS.