ENTREVISTA A JUAN PEÑA, EL POETA DE LA MÁGICA BREVEDAD INTENSA

ENTREVISTA A JUAN PEÑA, EL POETA DE LA MÁGICA BREVEDAD INTENSA

Jose Cenizo Jiménez
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ENTREVISTA A JUAN PEÑA, EL POETA DE LA MÁGICA BREVEDAD INTENSA

(CON OCASIÓN DE LA ENTREGA DEL XIV PREMIO IBEROAMERICANO DE POESÍA “HERMANOS MACHADO” 2024)

JOSÉ CENIZO JIMÉNEZ

El 12 de junio se celebró el acto de entrega del XIV Premio Iberoamericano de poesía Hermanos Machado en el salón Colón del Ayuntamiento de Sevilla. El poeta ganador del mismo este año ha sido Juan Peña Jiménez (Paradas -Sevilla-, 1961), profesor de Lengua y Literatura jubilado y poeta reconocido con otros premios y recogido en algunas antologías. Con este motivo le hacemos la siguiente entrevista, no sin ocultarles la emoción que me embarga, pues se trata de mi amigo de toda la vida, vecinos de calle, de juegos, de sueños literarios, de piso de estudiante, de tanto compartido en la amistad y la literatura. En este mismo diario le hicimos una larga entrevista que titulamos “Sencilla historia de dos niños que querían ser escritores” (enlace https://diariodigital.org/sencilla-historia-de-dos-ninos-que-querian-ser-escritores/). Ahí tienen más información de su trayectoria y de sus opiniones. Ahora le hacemos algunas preguntas para esta ocasión tan grata para los dos.

  1. Has publicado más de una decena de libros en buenas editoriales y algunos con premios, y ahora recibes este nuevo e importante reconocimiento a tu obra. ¿Qué ha significado para ti?
  2. Una inmensa alegría. Me ha llegado en el momento en que siento que ya he escrito suficientes libros como para que no me importe que este sea también mi último libro de poemas. Más que un espaldarazo para seguir escribiendo el premio lo he recibido como una confirmación de que acaso algo de lo que he escrito no ha estado del todo mal. Y es muy grato sentirme tutelado por dos de los escritores que más me han acompañado, Manuel y Antonio Machado. Me conforta también que en estos tiempos de polarización, el nombre de este premio venga a significar que es posible la fraternidad entre personas de sensibilidades políticas distintas. Tal vez no estuviera mal crear un premio Hermanos Machado para políticos que, pese a sus ideologías muy alejadas, hayan sabido alcanzar acuerdos que unan y que permitan salir de esas trincheras que nos parecen irreconciliables.

  1. ¿Qué queda, si algo queda, como persona y como poeta, del joven que publicó su primer libro, La edad difícil, en 1989, con casi treinta años, en el hombre y poeta de sesenta y tres años de 2024?
  2. Queda una misma forma de escribir porque nunca he tenido una voluntad de estilo. Mi único propósito ha sido escribir con la mayor sencillez, claridad, naturalidad y expresividad. Quiero creer que si en algo han evolucionado mis libros formalmente es en haber alcanzado con el tiempo una mayor depuración. Lo que sí ha cambiado es mi mirada, por una simple cuestión de maduración vital: de joven mis poemas eran tal vez más introspectivos, más dolientes, porque en esa época la vida es una carrera de obstáculos y de búsqueda. Con la edad uno acaba llegando a su destino, el obligado o el elegido. Ahora puedo olvidarme de mí mismo y mirar hacia fuera, atender a los objetos, a la naturaleza. La realidad se me ha vuelto más entrañable, más amable, acaso porque ahora miro con más serenidad, con más aceptación. Ahora estoy viviendo el mejor momento de mi vida: la jubilación. Tanto de niño como de adulto siempre he soñado con que las vacaciones no se acabaran. Y ahora vivo en ese sueño cumplido.

 

  1. El título, El último poema, ¿a qué se debe? ¿No vas a escribir o a publicar más poesía?
  2. Lo llamé El último poema porque sentía que lo escribía en los últimos días de nuestra civilización occidental, en los últimos días de Europa, una Europa que durante veintiocho siglos ha estado sostenida esencialmente por la razón, por el ejercicio de la racionalidad. Y sin embargo en los últimos diez años hemos podido comprobar cómo esa razón de veintiocho siglos está siendo desplazada por ideologías fantasiosas que surgen como religiones laicas cuyas consignas se nos pretenden imponer como artículos de fe. Otro derrumbamiento es el de aquellas ideologías que hicieron bandera de la lucha por la igualdad de los ciudadanos ante la ley, o la exigencia de solidaridad entre los pueblos. Hoy vemos, sin embargo, que esas ideologías han traicionado desde sus cimientos aquellos ideales: crean leyes que legitiman la desigualdad de los ciudadanos ante la ley, privilegiando a unos poderosos frente al resto de los ciudadanos, o no solo abandonando aquella idea de la necesaria solidaridad entre los territorios, sino favoreciendo a los territorios más ricos con más privilegios y más dinero a costa del dinero que se recauda a los territorios más pobres. Hay algo en esto de vuelta a la Edad Media, donde si eras imprescindible para que el rey mantuviese su poder eras agasajado con todo tipo de prebendas y beneficios. Y todo esto las mayorías sociales lo aceptan hoy con una docilidad amébica.

juan peña, el ultimo poema

  1. Parece que no te ha tentado, como a otros poetas, el cuento, el relato breve, la novela, en definitiva, la narrativa, ¿por qué?
  2. No siento necesidad de escribir narrativa. Cuando he sentido la necesidad de contar alguna historia lo he hecho en mis poemas. La narrativa, por otro lado, requiere de un esfuerzo, una disciplina, una constancia que no me apetece afrontar. La poesía es el género de los zánganos como yo, porque la poesía se escribe en gran medida sola. Yo solo le sirvo de amanuense. El esfuerzo llega con la corrección, pero el primer borrador prácticamente se escribe solo.

  1. Muchos autores consagrados como tú, de tu generación, denuncian la banalidad y superficialidad de este tiempo histórico y también de la poesía, al menos buena parte de la más vendida, ¿cuál es tu opinión?
  2. Me preocuparía que hubiese hospitales malos. Pero qué importa que haya poesía mala, banal o superficial, eso no daña a nadie. La poesía no es en absoluto necesaria para nadie, salvo para el que así lo siente. Es una cuestión de gusto, no de necesidad.

Yo jamás voy a empujar a nadie a que lea poesía. Los libros están ahí, gratis en las bibliotecas. Para mí la poesía es una cuestión vital, para mí, pero entiendo que no tenga que serlo para otros, que otros la desdeñen como yo desdeño jugar al fútbol.

  1. ¿Crees que la poesía es la hermana pobre de la literatura?
  2. Sí, y eso es una de las cosas buenas de la poesía: su pobreza. La poesía nunca sacará de pobre al poeta, que no tendrá nada que perder porque no tendrá nada que ganar, y eso convierte a la poesía en el género donde hallar la mayor libertad. La fuerza de la poesía es su pobreza.
  3. Parece ser que ya hay libros de poemas y novelas escritas por IA.
  4. Sí, he leído poemas escritos por la Inteligencia Artificial, y son poemas convencionalmente poéticos, cursis, consabidos. Cuando he reflexionado sobre este asunto he llegado a la conclusión de que la IA no tendrá nunca aquello de donde nace la verdadera poesía: la ignorancia y el asombro. El poeta escribe porque ignora la razón de la emoción, y esa ignorancia es la que le llevará a escribir el poema. No encontrará ninguna solución, ninguna respuesta, pero es posible que llegue a vislumbrar al menos algún atisbo de luz. Y de qué va a asombrarse una máquina que cree saberlo todo.
  5. ¿Qué has querido comunicar y expresar con tu libro?

  1. No hay un solo sentido, no es un libro unitario o monotemático. Pero tal vez pueda decirse, con sus objeciones, que es un libro donde se celebra, discreta y serenamente, la vida como ámbito, como escenario, que sí entiendo que es una vida, contra el verso lorquiano, buena y noble y sagrada. Otra cosa es la vida como trama, como enredo de los seres humanos, con nuestra estupidez, nuestra torpeza, nuestra maldad y ambiciones desmedidas. La vida como ámbito es maravillosa y fascinante, otra cosa es lo que los seres humanos hacemos con ella.

 No se me escapa que en una vida vacía de estupidez y torpeza y maldad, habría enfermedad y desastres naturales y muerte. Pero sin esa muerte natural no conoceríamos la pasión, el entusiasmo, la alegría. La intensidad de la vida no existiría sin ser conscientes de que siempre vivimos al borde de un abismo. Esa reveladora enseñanza ya nos la muestra Homero en la Odisea de una manera conmovedora: Durante los siete años que Calipso tuvo retenido a Ulises en su isla, este vivió a cuerpo de rey, gozando de todas las sensualidades y bellezas, pero al atardecer de cada día Ulises se sentaba en una roca llorando desconsoladamente mirando el mar que le separaba de Ítaca y Penélope. Ya a punto de poder embarcar para Ítaca, la ninfa le suplica que se quede prometiéndole la inmortalidad. Ulises, que reconocerá que la inmortal Calipso es, además, mucho más bella que Penélope, y que incluso es posible que naufrague en su viaje de vuelta a Ítaca, elegirá volver junto a Penélope, a un amor cuya pasión y ternura sólo es posible vivir desde la mortalidad.

Por otro lado, la vida como ámbito podrá ser terrible, pero nunca miserable. Lo miserable solo es posible en la condición humana.

  1. Por último, elige uno o dos poemas del libro premiado para ofrecerlo a nuestros lectores. Muchas gracias.
  2. Muchas gracias a ti y a tus lectores. Elijo los dos siguientes:

LAS HIERBAS DEL CAMPO

A Juan Manuel García López

29-4-2022

En las secas cunetas,

en los áridos bordes del camino,

crecen las pobres hierbas,

caléndulas, borrajas,

llantenes, jaramagos, lecheterna,

jaras, cardos, retamas,

aulagas, amapolas, acederas,

margaritas del alma, azureas,

apartadas del mundo,

del negocio del mundo,

inútiles, pequeñas.

No sé, pero imagino

que devastado todo,

antes del fin del mundo,

quedarán estas hierbas

para decir, a quién,

que una vez habitó entre nosotros

la humildad, la inocencia, la belleza.

OLIVAR

Siempre que me pregunten

de dónde soy, diré que soy de estos carballos.

Miguel d’Ors

Siempre que me pregunten

de dónde he venido

diré que del olivo,

de su aceite, coraza de los ángeles,

de su carbón, que no conoceréis,

de su seca aspereza,

que es dignidad y fuerza y paciencia,

y no rendirse para no vencer.

Siempre que me pregunten qué busqué:

no ganar, no perder,

ser de la tierra pobre del olivo.

con amigos

Fotos: Archivo José Cenizo (Juan Peña acompañado por el alcalde de Sevilla, José L. Sanz, y el de Paradas, Rafael Cobano). Asimismo con unos amigos paradeños, entre ellos el poeta Javier Salvago. Portada del libro.

 

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