Entrevista a Amparo Ruiz Luján: Profesora, Poeta y Apasionada del Arte

Entrevista a Amparo Ruiz Luján: Profesora, Poeta y Apasionada del Arte

Ana Patricia Santaella

Entrevista a Amparo Ruiz Luján. Profesora, Poeta y Apasionada del Arte

 

POR ANA PATRICIA SANTAELLA

Entrevistamos hoy en Luz Cultural, a una mujer muy inquieta, profesora, apasionada del paisaje,  amante del arte en general, poeta e investigadora, nacida en Puebla del Salvador, provincia de Cuenca.

A.P- ¿Qué es para usted el paisaje?

En el Museo Juan Giméne de Aguilar
En el Museo Juan Giméne de Aguilar

Desde niña la tierra, el paisaje natural, el paisaje agrario, el cielo, el paisaje efímero de las nubes, la arquitectura tradicional de nuestros pueblos,… los colores, todos los factores y elementos que constituyen el paisaje, me fascinaban y también me inquietaban… Ahora sé que el paisaje  nos va conformando, se va interiorizando. Hay teorías deterministas que defienden que el paisaje incluso forja nuestro carácter.  La vida rural en La Manchuela, más tarde el mar en Ibiza, la vida urbana en Barcelona, los estudios universitarios y especialmente la formación geográfica, viajes,… fueron forjando en mí un conocimiento del paisaje, una conciencia del paisaje, un análisis del paisaje, un sentir científico,…; también una admiración, una vinculación sentimental, que se ampliaba con las clases de geomorfología. Recuerdo las clases en la Garotxa, los Monegros, el Motseny, el Garraf,…, o un curso en la Sierra de Albarracín…He tenido muy buenos profesores de Geografía. Un paisaje es huella y documento de la vida humana. Un país se hace con su paisaje. Un pueblo avanza en su historia inseparablemente de las huellas que deja sobre el espacio regido por él. Contemplar, conocer, analizar un paisaje nos lleva a conocer a sus gentes. Para el geógrafo Manuel de Terán, el hombre no sólo ve, sino que mira la naturaleza, y mirar es saber ver, con atención y con entusiasmo.

A.P. ¿Cómo relaciona el paisaje con la literatura y el arte?

Nací en una familia de agricultores y siempre me he sentido vinculada al mundo rural, mi inclinación desde niña hacia la poesía creo que ha marcado mi mirada poética sobre al paisaje. Podría hacer mención en mi participación directa en algunas actividades: “El Júcar y la poesía”, “El Júcar: miradas de artista. Diego Jesús Jiménez y F. Zóbel ; mi colaboración en un curso de verano titulado “Los ríos en la poesía”, con lecturas de poetas por la Serranía de Cuenca acompañadas con las explicaciones científicas del profesor D. Juan Vilá Valentí. De lecturas literarias destaco una “Antología poética del paisaje de España” de Cayo González y Manuel Suárez, muy utilizada en las clases de Geografía de España. En en el Centro de Profesores de Cuenca con un grupo de trabajo presenté una experiencia preciosa “Paisaje y pensamiento. España como sueño”, en el que relacionamos paisajes españoles, poesía y pensamientos filosóficos, sostenido con medios informáticos. Estos días estoy leyendo “La montaña y el arte” de Eduardo   Martínez de Pisón, una mirada desde la pintura, la música y el arte; en la que reivindica el valor estético y cultural del paisaje natural, con una acertada  ilustración en la portada donde aparece la célebre obra “El caminante sobre el mar de nubes” de Gaspar David Friedrich(1918). Desde el Renacimiento el paisaje ha estado muy presente en la literatura y el arte occidentales Pensemos en la evolución desde Giotto hasta Leonardo, o en cómo Petrarca nos introduce en el paisaje…,  hasta las visiones de los románticos, los paisajistas y los prerrafaelistas  del siglo xix. Los artistas y los poetas llevan consigo el sueño creador para recrear la realidad con su mirada y su palabra. Podríamos decir que hay un paisaje del alma, así como también todo paisaje tiene su alma, como un canto, un sueño, una historia propios. Los artistas, los poetas, nos abren la puerta del alma del paisaje. Un geógrafo analiza un paisaje  intentando explicarlo desde su punto de vista siguiendo un método de análisis científico; el pintor y el poeta realizan una obra en la que dejan patente un conocimiento que emerge de las profundidades de su conocimiento, de la intuición, de la inocencia, de regreso a un origen que dé sentido a la vida. Sueños creadores en los que hay un latir que hace que nos identificamos con los paisajes de la infancia. En el arte abstracto, tan vinculado a nuestra ciudad, percibimos el paisaje, y pienso en los horizontes de Torner, y en los estudios del Júcar de Zobel. La misma ubicación de Museo de Arte Abstracto nos lleva a un diálogo permanente entre las obras de arte y el paisaje. Con los alumnos hemos buscado la abstracción en el paisaje con la fotografía.

A.P. ¿Cómo siente el paisaje de Cuenca?

Sé que  formo parte del paisaje de Cuenca, me gusta leer el paisaje, reconocerme en el paisaje fruto de la educación, la herencia cultural y la forja sentimental. Y la ciudad de Cuenca, se puede definir como ciudad-paisaje, en la que los patrimonios natural, urbano y cultural conviven en un diálogo sinfónico. Tenemos  ejemplos de expresiones artísticas en nuestra Serranía, como el Monumento a la madera de Gustavo Torner o las Miradas sobre el Júcar de Fernando Zobel, por citar a artistas que han llevado el eco de nuestra tierra a los centros de arte contemporáneo de diferentes ciudades del mundo. . En el MAAE, arte-naturaleza-historia sostienen un diálogo sinfónico. Pintores y poetas han plasmado el paisaje en sus obras. Pienso en F. García Lorca en un poema de amor escrito tras su visita a la formación cárstica de la Ciudad Encantada.

Me siento muy en consonancia con Cuenca, en realidad con la “España vacía” de Sergio del Molino cuando dice que de  una forma delicada, susurrante e íntima, recorremos y nos identificamos con esta tierra, con esta España vacía,  con una autoconciencia poderosa; y pasearnos por las ciudades, por los pueblos, por las ruinas,  por los campos y por los bosques nos proporcionan calor, fuerza y certezas en una mundo líquido, banal, y yo diría que vulgar… Pasearnos, adentrarnos, vivir en este ecosistema fundamental, nos hace reconocernos con el paisaje, somos el paisaje,… “Somos esa España vacía, estamos hechos de sus trozos. Es la única forma plausible de patrimonio y patriotismo que queda para un español…” Puedo decir que conozco bien los paisajes de las comarcas de la Provincia de Cuenca. Me siento manchega, desprotegida, pero altiva y fuerte, con una austeridad con la que resguardar la timidez, la ternura y la melancolía; su paisaje me invita a caminar infatigable hacia el horizonte. La  Serranía me envuelve, me subyuga, me cautiva, me atrapa en un espesor de misterio. Hace veintinueve años que vine a vivir a la ciudad de Cuenca, me siento atrapada por el  amor a esta ciudad, definida por Pío Baroja como “producto estético, perfecto y acabado”. De este  majestuoso “nido de águilas” creo que ha llegado el momento de emprender el vuelo…

A.P. Cítenos un paisaje que le haya impactado especialmente.

Parole in volo
Parole in volo

Cito tres: el desierto del Sahara por la sensación de inmensidad, silencio y por el color; la ciudad de Nueva York vista desde el lugar donde se encuentra la “Estatua de la Libertad” unido al pensamiento de un mundo cosmopolita forjado por inmigrantes; y el puerto de Tel Aviv en un atardecer durante la segunda entifada, ante el peligro, intuí allá en el ocaso la Península Ibérica, ante mí estaba el  Mediterráneo, escenario de rutas comerciales, guerras, naufragios,…culturas, sueños, aventuras y esperanzas… desde el Neolítico hasta hoy. Latidos de una larga historia, de descripciones geográficas…, como la primera de Estrabón, la representación cartográfica de Al Idrisi… Pese a los infortunios, me pareció una maravilla.

A.P- Ha sido profesora en varios Institutos. De esta labor docente, destaca su interés y el trabajo desempeñado en la didáctica del patrimonio. ¿Cómo ha sido su experiencia?

He sido profesora de Geografía e Historia durante treinta y cuatro años, los primeros   en varios centros del área metropolitana de Barcelona, dos cursos en Mota del Cuervo y veinticinco en el Instituto “Alfonso VIII” de Cuenca. La docencia ha sido y es  una gran pasión, podríamos decir mi vocación, una manera de ser y de vivir; sabiendo que los profesores, queramos o no, somos referencia de las nuevas generaciones. De ahí la gran responsabilidad. Dentro del las Ciencias Sociales, la Geografía y la Historia ocupan un lugar muy importante del conocimiento y de la didáctica  para desarrollar proyectos sobre el patrimonio. Y ésta es la labor que yo destacaría como profesora  de Geografía e Historia, especialmente durante los veinticinco años en la ciudad de Cuenca. Para los alumnos y para mí ha sido una gran experiencia porque nos permitió crear la asignatura  “Historia de Cuenca” dotándola de contenidos y realizando actividades cuyo objetivo general era conocer, respetar y divulgar el patrimonio natural y cultural, en toda su extensión. Porque es necesario que la herencia que hemos recibido pase enriquecida a las nuevas generaciones. Las potencialidades educativas que tiene el patrimonio apuntan a una educación integral, que favorece la formación en valores como la identidad y la responsabilidad; refuerza la memoria histórica colectiva y facilita el conocimiento de las transformaciones ocurridas en la sociedad a través de diferentes testimonios. Conocer el patrimonio nos sensibiliza para conservarlo, restaurarlo y divulgar los valores patrimoniales comunitarios, tanto locales como internacionales. Tenemos la responsabilidad de ser promotores en la toma de conciencia, desde lo más cotidiano y cercano, de pertenecer a una comunidad europea, y asumir responsabilidades sobre el bien común. Uno de nuestros lemas es conocer lo local con un horizonte planetario.  Y sin olvidar que el mayor patrimonio es la vida, la persona, la sociedad  y el conocimiento. El estudio de la ciudad de Cuenca nos ha llevado a los alumnos y a mí a realizar un trabajo muy actico, apasionante, de investigación bibliográfica, gráfica y documental en archivos; así como a recorrer rutas y bucear en la ciudad aprovechando  sus recursos,  recopilar y elaborar materiales, de una forma sistemática. De gran valor ha sido la participación en el programa  Ciudad educadora, así como conocer la labor de la Red de  Ciudades Patrimonio de la Humanidad, de la que Cuenca forma parte.

A.P. ¿Cómo explicaría la importancia de la ciudad para el patrimonio?

La ciudad es un marco de trabajo fundamental donde conviven todos los diferentes tipos de patrimonio, cultural y natural, también el efímero. El  lenguaje de la ciudad es un diálogo de pasado y presente, de espacios, de comunicación, de trabajo, de gobierno, de planificación, de memoria, de proyectos, de intercambios, de sensaciones y de sueños.  La ciudad traduce la historia profunda de una región, es una arqueología de la memoria,  también la figura de modernidad y la expresión de una tensión hacia el futuro. Se habla tanto de memoria…;la memoria debe apuntar hacia una pedagogía de la Democracia. Sentimos la ciudad como un todo integrado, un laboratorio de la historia, dinámico y cambiante, en el cual somos todos protagonistas. La ciudad es reflejo del lenguaje de la vida, lenguaje universal, que nos crea una conciencia basada en el conocimiento y fomenta los valores para alcanzar una ciudadanía activa, comprometida y responsable. Conociendo lo local caminamos hacia un horizonte europeo y planetario, insistiendo en la utopía de construir una sociedad plural y democrática. Según Lewis Monfort, la enseñanza que ofrece la ciudad en su globalización, ninguna escuela puede sustituirla. Me gusta repetir un pensamiento muy hermoso que me acompaña de V.M. Manfredi sobre los griegos: Perder la ciudad era como perder el alma, como estar muertos  antes de descender a la tumba, como volverse ciegos después de haber gozado largo tiempo de la luz del sol y de los colores de la tierra, era peor que ser esclavos, porque muchas veces los esclavos no recordaban su pasado.

A.P- ¿Qué hizo en Mota del Cuervo, en el programa Conozcamos nuestros pueblos?

Dejemos que el amor nos haga inmortales
Dejemos que el amor nos haga inmortales

Tras obtener una plaza como Profesora Agregada de Bachillerato y trabajar durante  cinco cursos en institutos del área metropolitana de Barcelona, decidí pedir traslado voluntario a la provincia de Cuenca. Quería conocer y vivir el mundo rural que había dejado a los nueve años de edad; y me concedieron Mota del Cuervo. ¡Qué sensación de lejanía sentí! Recuerdo con muchísima emoción el trayecto desde Cuenca, un día de julio, el calor, el cambio del paisaje de la Serranía a La Mancha, conocer la localidad y el Instituto. Durante dos cursos realizamos una preciosa actividad con los alumnos,  en la que se implicaron las familias, personas conocedoras de la historia del pueblo y el Ayuntamiento, y que titulamos Nuestros pueblos: Conozcamos nuestro patrimonio. Realizamos visitas, clases al aire libre en diferentes escenarios plazas, ante edificios emblemáticos, exposición de objetos de los trabajos tradicionales rurales y de la vida cotidiana, trabajos sobre la historia de los pueblos, concurso fotográfico;  buceamos  en las cámaras, abrimos cómodas y baúles, valoramos  los objetos y espacios de las cuadras y los corrales…;  costumbres, palabras y expresiones locales, bailes folclóricos; rutas de interés por Belmonte, Las Pedroñeras  y Mota del Cuervo… Unos años después, me comentaron que fueron actividades que motivaron la creación de un museo etnológico. Para mí fue una experiencia extraordinaria, el inicio de mi interés sobre el patrimonio de una forma activa y comprometida. Conocí la zona, La Mancha, El Toboso, e inicié el estudio que llevaría al libro de ensayo Dulcinea, sueño del héroe delirante. Amor y belleza en El Quijote. Y un pensamiento de Cervantes como lema,  quien conoce y ama su tierra ama el mundo.  Así se fue forjando y desarrollando la idea que tanto repito de  estudiar lo inmediato con un horizonte planetario. Fue un reencuentro consciente y buscado con mis raíces. Una persona muy especial para mí me dijo: desde que conozco esta tierra te comprendo mejor. Un idealismo feroz… envuelto en una cierta aspereza…

 A.P- ¿Es posible hablar de paz y de interculturalidad, a través de la historia, la ciencia, la literatura y el arte? 

 Creo que la Historia, a principios del siglo XXI, es una disciplina multidimensional que tiende a convertirse en ciencia de la complejidad humana, por lo que debe ocupar un lugar importante en el currículo educativo general desde la educación primaria hasta la Universidad. La Historia nos proporciona un conocimiento de gran poder formativo y educativo para poder interpretar una  la realidad global e integradora; al mismo tiempo facilita el desarrollo de habilidades intelectuales y el crecimiento personal. En las clases de Historia con los alumnos de diferentes niveles de Educación Secundaria y Bachillerato, he intentando realizar una serie de actividades dentro de un programa que denominé Historia y compromiso,  en el cual ha formado parte destacada la asignatura Conservación y Recuperación del Patrimonio Histórico-Artístico: Historia de Cuenca, impartida durante quince cursos;  pero también en los diferentes niveles y asignaturas de Geografía e Historia. Las actividades en las que se implicaban profesores de otros departamentos didácticos se enriquecían al abordar una visión más completa e interdisciplinar, como cualquier fenómeno o acontecimiento de la vida. No podemos separar al hombre de ninguna disciplina, científica o humanística, ni de las diferentes culturas. La Historia, pese al problema de la subjetividad, y la Geografía, siendo ciencia de localización y de relaciones, deben apoyarse en otras ciencias. Como Ciencias Humanas, ¿cómo no atender a sus manifestaciones creativas?… Y hay que trabajar en el largo camino  de la Utopía Humana, necesitamos utopías… La paz solo existe con todos y para todos.

A.P. ¿Qué actividades realizadas con sus alumnos destacaría para potenciar la interculturalidad?

 Existen programas didácticos muy interesante en los que hemos trabajado, por ejemplo los programas para la construcción de la identidad europea a través del conocimiento con el Proyecto Grundtvig: European Heritage for an active european citizenship through intercultural dialogue, para profesores, en el que participé desde el Centro de Profesores de Cuenca, y qué gran experiencia fue el encuentro en Varsovia;   programas Comenius,  Sóccrates, intercambios, etc. Los intercambios con alumnos y profesores de Pisa y de Nueva York fueron realmente extraordinarios. Quisiera mencionar los encuentros y puesta en común de experiencias educativas en Chipre y en la región de Macedonia de Grecia. En estas experiencias se trabajaba con otros departamentos didácticos, especialmente con el de Inglés.

He tenido la oportunidad de conocer y trabajar algunas actividades del programa de la Fundación Yehuda Menuhin, que se lleva desarrollando desde 1999  en España con el llamado programa MUS-E, cuya piedra angular es considerar las artes como parte esencial de la educación general, haciendo hincapié en la importancia del diálogo y la interacción de las diferentes culturas. Las artes permiten establecer lazos entre individuos de diferentes culturas. Y es que el arte dignifica la vida.

Los  trabajos con los alumnos sobre Israel, el Pueblo Hebreo, Sefardíes, el Holocausto, el Islam, Marruecos, Irán, Inmigración y Tercer Mundo, Mirada a África…  Exposiciones, encuentros, conferencias,… Destacaría una actividad que resultó muy emocionante abierta a toda la comunidad educativa del centro y a la ciudad: Encuentro con la escritora sefardí Margalit Matytiahu y el poeta palestino Naim Naraidi.  

Nos hemos acercado a personas emblemáticas, modelos de compromiso y  trabajo por la Paz, por los Derechos Humanos y por los Valores Democráticos, como  Aung San Suu Kyi; realizando esta actividad con otros centros educativos.

Muy enriquecedoras han sido las experiencias en los congresos nacionales e internacionales. Citaría los de  Bolonia y de Santes Creuss (Tarragona) sobre Patrimonio.

A.P. ¿Qué nos puede decir de la educación en valores?

Ventanas para Dulcinea. Poética de la ausencia
Ventanas para Dulcinea. Poética de la ausencia

La educación en valores, educar para la  ciudadanía responsable y comprometida, es tema de debates pedagógicos y políticos, y  que toman fuerza con los cambios legislativos en educación. Con aciertos y carencias, los proyectos educativos, de innovación y curriculares intentan adaptarse a los retos de la sociedad. Creo que es posible educar en valores, todos educamos en valores, incluso inconscientemente educamos en valores,…; pero hoy somos conscientes de que debemos educar en valores   democráticos, porque la democracia debemos construirla cada día y sabemos de su juventud y fragilidad. Es necesario fomentar un aprendizaje ético, respetuoso con los Derechos Humanos, para construir una vida más justas y digna; con valores que nos lleven a vivir de forma más virtuosa y alcanzar la excelencia, la magnanimidad y, quiero añadir también, la belleza irrenunciable, teniendo siempre presente la dignidad y la nobleza del ser humano. Compromiso y coherencia ética deberían conformar nuestro vivir diario, enseñando, aprendiendo y descubriendo los valores. Sabemos que educar es transmitir una forma de vida: plural, dialogante, crítica, cosmopolita, con ideas de libertad, esfuerzo y compromiso, de búsqueda continua y riesgo permanente. Debemos llegar a ser persona; según Graham Greene “ser humano es también un deber”. Para fortalecer los cimientos de la sociedad hay que formar ciudadanos más completos, educando también en la dimensión estética, para mí fundamental.  La conciencia moral de un pueblo depende en gran medida de la proyección humanística en el sistema educativo. Difícil tarea la de los profesores. Y se requiere la corresponsabilidad del entorno y la implicación de la comunidad escolar y de la sociedad en general, para crear una red ciudadana comprometida y solidaria, crítica y activa, consciente de sus derechos y deberes, con el objetivo de lograr una cohesión social y el diálogo a través del conocimiento en un mundo de desigualdades, de interdependencia y de conflictos. En un mundo azotado por la pandemia del COVID 19, por las pandemias del odio, la violencia, el racismo, la corrupción, la violación de los DDHH, la pobreza,…

A.P- Con su alumnado puso en marcha trabajos de educación en valores, bajo el programa “Historia y compromiso”, siendo responsable de la Red de Escuelas de Paz de la UNESCO, en el IES “Alfonso VIII”, de Cuenca. ¿Son sensibles, permeables a empaparse en valores?

En mis clases, en mi vida, he intentado ser como soy, esforzándome en dar lo mejor de mí misma. Un día escuché: si no intentas hacer algo lo mejor que puedas, déjalo y haz otra cosa. No sé si lo he conseguido. No sé hacer nada sin pasión.  Emilio Lledó  nos dice que “la única pedagogía que existe es la del amor; contagiar amor, interés y pasión a los jóvenes por el conocimiento que mueve la Historia. Necesitamos entusiasmo, término que para los griegos significaba fuerza divina”. No sé lo que habré dado o contagiado a los alumnos, ellos me han dado mucho. Y, simplemente, los quiero. Enseñar es un privilegio. Siento que he tenido grandes profesores, muy buenos compañeros y extraordinarios alumnos con los que he ido creciendo. Sé  lo insuficiente que puede ser nuestro trabajo, por ello quiero hacer mías las palabras de Oscar Wilde: “la educación es algo admirable, pero de vez en cuando conviene recordar que las cosas verdaderamente importantes no pueden enseñarse”.

Enseñar es un privilegio, transmitir a los jóvenes, a los adolescentes inquietos, apasionados, curiosos, en desarrollo, con dudas, desequilibrios, con sueños, con retos,…sin destrezas, pero con fuerza y deseos.  La legislación debería ser una oportunidad para revisar la responsabilidad y el compromiso de la escuela respecto a la educación en valores y reflexionar sobre la necesidad de una formación moral y repensar qué se hace, con qué finalidad y qué se podría cambiar o introducir en  la sociedad cambiante y plural en la que vivimos. Creer que es posible educar en valores democráticos y ser conscientes del deber de fomentar un aprendizaje ético, respetuoso con los Derechos Humanos, es el punto de partida para la construcción de formas de vida más justas y dignas, descubrir los valores y vivirlos para alcanzar maneras de vivir más virtuosas y excelentes. El compromiso y la coherencia ética deberían manifestarse, no nos cansamos de repetirlo, en el día a día. Creo que necesitamos un compromiso para trabajan por la Paz, por los Derechos Humanos y por los Valores Democráticos.

Desde el 5 de octubre de 2011 nuestro Centro forma parte oficialmente como Socio de la Red de Escuelas de Paz de La U.N.E.S.C.O., así consta en el Certificado firmado por Irina Bokova, Directora-General de dicha Institución Internacional. Nuestros trabajos desde que empezamos a colaborar activamente en la Red de Escuelas de Paz han seguido las líneas fundamentales de trabajo: Interculturalidad, Medioambiente, Derechos Humanos y Patrimonio.

A.P- Al ser la paz un valor imperecedero e inestimable en toda época y circunstancia. ¿Qué debería hacer, a su juicio, Israel, con respecto al pueblo palestino?. Stéphane Hessel, integrante del equipo de redacción de la Declaración de Derechos Humanos,  diplomático y escritor, y activista político ya fallecido, relataba en su libro ¡Indignaos!, que el pueblo palestino sobrevive y sobrevivía a base de ingenio ante las  incontables penurias que le son impuestas, bajo un bloqueo y asedio asfixiante por parte de Israel. ¿Le damos, inexcusablemente la espalda a Palestina?

Con poetas de Israel
Con poetas de Israel

El manifiesto de  Stéphane Hessel  ¡Indignaos!, llama a la “insurrección pacífica” y a rebelarse ante la dictadura de los mercados, el trato a los inmigrantes, la dificultad de tener una vida digna, la corrupción, la ecología,…; y ahora “los indignados” están ocupando cargos en el poder político… Me impresionan la vida, la capacidad, la experiencia, la fuerza de este hombre… ¡Indignaos!,¡ Comprometeos!… No sé qué decir. Conozco Israel, he estado dos veces viviendo de forma intensa en unos encuentros de poesía en Meghar, en los que participaban poetas de diferentes países, árabes y hebreos. Tengo amigos israelíes, especialmente sefardíes, poetas y artistas… ¡Qué tierra tan impresionante! Hay un libro en el que dialogan Stéphane Hessel, superviviente del holocausto, y Elias Sanbar, nacido en Haifa y refugiado en Líbano. Diálogo, diálogo,…Reconciliación,  acuerdos, respeto escrupuloso del Derecho. Difícil situación…En el Neolítico, podríamos decir desde hace unos 10.000 años, aparecen la economía productiva, la propiedad privada, la forma de vida sedentaria, los poblados, la ocupación del territorio y la defensa de ellos, rivalidades por la posesión, guerra, ejército,… una gran “revolución”… y seguimos en el sistema… ¿Qué hemos aprendido? ¿Estamos convencidos de que la Tierra es de todos y de que la Paz debe ser un horizonte común?… Largo y difícil camino…

A.P- ¿Se puede vincular el Arte  a valores reflejados en la Constitución?

Considero que las artes son parte esencial de la educación general. El arte contribuye de una forma decisiva al desarrollo intelectual, ético, estético y social de la persona. Creo que cultivar la sensibilidad estética es uno de los caminos, junto con el desarrollo de la inteligencia, la autonomía y la solidaridad, para ser auténticas personas capaces de vivir en una sociedad libre. La cultura debe tener un sentido liberador y la cultura estética es puramente liberadora, pues sirve para  revelar al hombre lo abierto y aún lo terrible de su libertad. La belleza, el arte, la creación dignifican la vida y la llenan de plenitud. La realidad habrá que inventarla. El artista inventa mundos, crea lenguajes, se convierte en actor de un mundo inacabado con un proyecto en marcha. ¿El Arte puede darnos soluciones para mejorar la sociedad? Según Gustavo Torner, “el Arte no debe dar respuestas; debe profundizar en las preguntas”. Para Sócrates “en el Arte está el latir del alma”.

En la ciudad de Cuenca tenemos la escultura del Monumento a la Constitución Española de 1978 realizada por el ingeniero y artista Gustavo Torner. En la obra destacan sus líneas, cubo y formas geométricas dibujadas en el infinito, el artista lo define como Estructura unitaria mantenida en equilibrio por fuerzas contradictorias, y  sostenida por una base de gran firmeza.

El  arte abstracto, a cuyo movimiento pertenece el Monumento a la Constitución, está muy vinculado a la ciudad de Cuenca, y el Museo de Arte Abstracto Español, fundado por Fernando Zóbel y Gustavo Torner,  es una referencia del arte internacional. De los dos artistas me parece ejemplar la formación integral, científica y humanística, la generosidad y el carácter cosmopolita. El arte abstracto,  fruto de un largo proceso de cambio del arte contemporáneo, es un arte sin gramática, expresa una necesidad interior, sincera y arriesgada. El informalismo, nacido a mediados de los años cuarenta, en España arraigó con fuerza, con  un sentimiento patético y una dimensión moral y  Cuenca lo albergó.

El Monumento a la Constitución está ubicado en un lugar singular, podríamos calificarlo de alucinante; en el núcleo del origen urbano, sobre la fortaleza o alcazaba musulmana del siglo X, hoy denominada Plaza de Mangana, donde tras los trabajos arqueológicos afloran restos musulmanes y de la sinagoga judía, y una superposición de niveles que van de los siglos X al XIX. Es  Lugar para la memoria, lugar para la reflexión, donde parece que la escultura de Gustavo Torner nos invita a mirar hacia el futuro. También es lugar para la polémica en la  ciudad Patrimonio de la Humanidad, abrazada por los ríos Júcar y Huécar, majestuosa sobre sus hoces. Más que un monumento, que puede ser recuerdo de algo muerto, la escultura es un emblema, que en griego sería algo que flamea, un punto de encuentro. Desde su inauguración, como la Constitución, la escultura está viva, en tensión y abierta a la polémica.

A.P. ¿Cómo surgió la idea de realizar un trabajo con los alumnos sobre este tema?

Mural arte y valores constitucionales
Mural arte y valores constitucionales

 La idea de realizar un trabajo con los alumnos sobre la Constitución Española de 1978 partió tras  asistir a unas  Jornadas de Democracia y Educación. Principios y valores de la Constitución Española. Me llamaron la atención las palabras de la Académica Carmen Iglesias sobre Patriotismo Constitucional; definiendo patria como ese lugar donde se vive protegido por las leyes y en libertad, una comunidad donde el individuo puede desarrollarse en una sociedad abierta; e incidiendo en que es un sentimiento natural de formar parte de una comunidad política para vivir en libertad bajo las leyes. La Constitución de 1978 abría la posibilidad de fortalecer una sociedad abierta, libre, participativa y universalista; basada en  un consenso  multilateral entre las principales fuerzas políticas del primer Parlamento de la Democracia en España, como el presente de una memoria histórica. Los valores que tan alto precio han costado a los españoles estaban recogidos en la Constitución. En ella era visible la influencia del constitucionalismo anterior español y también el europeo posterior a 1945. Consideré que debía trabajar con los alumnos este tema, del que mucho se habla pero poco se conoce, así como sobre el arte abstracto. Tengo la sensación de que se habla por hablar, el tópico es común, incluso existe un gesto despectivo, cuando no se conoce algo. Por tanto decidí con los alumnos  trabajar para conocer, reconocer y valorar el  patrimonio social y político que debemos consolidar, perfeccionar y construir día a día, adelantándonos como lo hicieron nuestros antepasados a la utopía; sabiendo que el conocimiento y el trabajo individual no tiene sentido si no es para todos, para logra un sueño compartido.

A.P. ¿Podría citarnos algunos valores que destacaría de la Constitución española?

 Ya en el Preámbulo de la Constitución se resumen valores fundamentales de amplio alcance que llevan a ese horizonte democrático  planetario, al que tantas veces aludimos. Se proponen como objetivos: la justicia, la libertad y la seguridad, promover el bien, convivencia democrática, voluntad popular, derechos humanos, vida digna, cooperación entre los pueblos…

El Monumento a la Constitución nos llevó a estudiar el entorno en el cual está ubicado, rastrear la historia y la evolución urbanística de la ciudad, la Constitución Española de  1978 con un guión preciso a seguir… Historia, Arte, Patrimonio  y Constitución se enlazaban. El trabajo realizado con los alumnos durante tantos cursos ha sido una experiencia muy importante para mí, extraordinaria para todos. No me puedo extender más, pero nos ha llevado a conocer a personas sabias, a encuentros emocionantes, al trabajo en equipo,… a sentirnos miembros de un proyecto común con toda la riqueza  de  matices. Un momento muy emocionante fue cuando tuvimos la oportunidad de participar como ponentes y  exponer el trabajo, cuatro alumnos y yo, ante un foro de profesores de toda España y padres de La Constitución.

A.P- Estuvo también implicada, como mujer inquieta que es, en la conservación y difusión del Patrimonio histórico-didáctico del Museo Juan Giménez de Aguilar

Cueva de Medrano Argamasilla de Alba
Cueva de Medrano Argamasilla de Alba

El “IES Alfonso VIII” de Cuenca es un Instituto Histórico. Entendemos por Instituto Histórico aquel que fue creado en una capital de provincia o en localidad de importancia demográfica y gran tradición académica desde 1837 hasta 1936. La creación del Instituto de  Cuenca nace con la Real Orden del 5 de octubre de 1844.

En cuanto al Patrimonio Histórico-Educativo, tenemos constancia de que ya en 1985 el Catedrático de Latín D. Juan José Gómez Brihuega estaba llevando a cabo una labor pionera en la recuperación del patrimonio histórico-didáctico del centro, creando el Archivo Histórico, que más tarde llevaría merecidamente su nombre, y el Museo de Material Científico, que en 1993 se inauguró con el nombre de Museo Juan Gíménez de Aguilar.  Considero pionero este ingente trabajo ya que nos remontamos a más de treinta años, cuando las tareas serias de recuperación del patrimonio de los Institutos Históricos se están  realizando en los últimos quince años. Archivo y Museo se sumaban a la rica colección de distintos materiales del aula de Ciencias Naturales, la espléndida Biblioteca Juan Martino, la Biblioteca Luis Brull y un riquísimo material de la Capilla.

Fue una sorpresa y un privilegio encontrarme en 1991, cuando llegué a Cuenca  a ocupar la plaza como Profesora Agregada al Departamento de Geografía e Historia del Instituto, con un importante patrimonio histórico-didáctico. Así que me incorporé al equipo de trabajo dedicando horas, tardes y días, durante unos quince cursos al rescate, a la ampliación y a la difusión del extraordinario patrimonio. El Museo Juan Giménez de Aguilar se convirtió en un espacio para la memoria, para el trabajo compartido, con la mirada hacia el futuro. Fue éste un espacio cultural abierto y referencia para toda la ciudad desde 1993 a 2006.

Sus más de 140 instrumentos, animales disecados, colecciones de conchas de moluscos marinos, donaciones de profesores y alumnos, constituían el telón de fondo de numerosas actividades, seminarios, grupos de trabajo sobre patrimonio de Cuenca, exposiciones, conmemoraciones, y encuentros organizados con el Programa Aula Abierta, apoyado por la participación, sugerencias y ánimo de tantos profesores y alumnos; colaborando embajadas de diversos países, personalidades que nos visitaron y compartieron con nosotros sus conocimientos. Fuente de Herón, Máquina de Wimshurt, máquinas de vapor, barómetro de Fortin, radiómetro de Crookes, termómetro de Breguet, Marmita de Papín, Planetario de 1854,… Aparatos bellos, joyas, preciosos en todos los sentidos, que nos llegaron gracias a una orden circular de 10 de abril de 1847 y que se fueron rescatando de los desvanes e identificando con los catálogos de Max Kohl, Aktiengesellschaft, Chemnitz y las Físicas del francés Daguin (París, 1862) y el ruso Chwolon (París-Toulouse, 1906). Fueron años muy enriquecedores  de trabajo, de aprendizaje, de investigación, de actividades compartidas, entre alumnos, profesores, y quiero resaltar su apertura a la ciudad de Cuenca.

A.P- ¿le gusta cantar, tanto como escribir? ¿Algún autor o cantante destacaría?

Me gusta más cantar que escribir, me es más fácil cantar que escribir. Cantar es una necesidad para mí. La voz y el oído son dones, no tengo ningún mérito. De niña escuchaba cantar a mi abuela, a mi madre, a mi padre… y de ellos he heredado la voz y las canciones que canto con más emoción: zarzuela, coplas, canciones populares,.. También en mi primera memoria musical están las canciones en latín que escuchaba en la Iglesia. Desde que vivo en Cuenca ha sido un gran privilegio poder disfrutar asistiendo a los conciertos de la Semana de  Música Religiosa. He cantado mucho, he recibido lecciones de canto en Barcelona de la profesora Mayra Maiska y en el Conservatorio de Cuenca audiciones e historia de la música.  Desde niña quise ser cantante, ahora sé que soy cantante,…, de alguna manera,… a mi manera… He cantado en lugares preciosos, en Cuenca mi último recital lo titulé El peregrinar de la belleza  y lo di en el Museo de Arte Abstracto. En enero, cuando ya “rondaba la pandemia”…  canté El Canto de la Sibila,  en el Panteón  de Roma… espontáneamente, por sorpresa… canto solemne y delirante. Este canto mozárabe, declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, lo he interpretado muchas veces y lo siento muy mío.

La música nos puede conmover, embelesar, conmocionar, serenar y dirigir nuestros pensamientos hacia lo más alto. Los sonidos parece que se aferran a las grietas más recónditas del corazón. Música, instante, eternidad, llanto,  transcurrir,…  Sentir del tiempo  que se derrama en quien lo escucha… Una música, una canción,…  una oración. La música sostiene a la palabra y a la poesía. Música, canto y  poesía parece que emergen de un luto antiguo. Para mí tienen un sentido sagrado y el valor de una oración. Me cuesta citar a un cantante, me gustan muchos géneros, pero… María del Mar Bonet y María Callas…

La Literatura nos muestra la contrahistoria, otras realidades. La palabra es la voz de la sociedad, la voz de la Democracia, la voz del pueblo; que conforma el Patrimonio Lingüístico. Como dice María Zambrano, “la Historia es poesía y la poesía es Historia. Porque lo más importante de la vida solo se puede revelar en la voz de la poesía. Poesía hecha con la pasión de la palabra, donde el poeta se juega la vida… Y vivir es delirar y hay un delirio divino que es el amor”. Conservo textos de la adolescencia con reflexiones y poemas. Recuerdo que en las clases de filosofía y de literatura los profesores  del “Instituto Santa María” de Ibiza nos motivaban con  tareas hacia la  reflexión y de creación. Ahí se fue consolidando mi pasión por la lectura, la escritura y la interpretación. Los años del bachillerato fueron maravillosos, muy luminosos,… Decía Ortega que somos de donde hemos realizado el Bachillerato…Todavía hoy tengo presentes a algunos de mis profesores. Voy a citar a D. Juan Marí Tur, porque en los  días del confinamiento, en la soledad de mi casa,  recibí una llamada suya, y hablamos de literatura, de cultura, de patrimonio, de recuerdos, de sueños… Con él llegaron aires nuevos al Instituto, creó la asignatura Historia de Ibiza; flores, música, certámenes, exposiciones, fiestas con los padres, viaje a Cartago… Es uno de mis maestros. Corrían los años 70… del pasado siglo… Recuerdo recitar especialmente a Lorca, a Neruda y a Brecht, en el grupo de teatro del que formaba parte. He tenido la oportunidad y el privilegio de conocer a José Hierro, Antonio Gamoneda, María Victori Atencia, Clara Janés, Juan Carlos Mestre, Antonio Carvajal, Diego Jesús Jiménez, Pablo García Baena… en los cursos Leer y entender la poesía, que durante catorce años se impartieron en  la localidad de Priego (Cuenca), organizados por la Universidad de Castilla-La Mancha. Poder conocer a poetas de Castilla- La Mancha en los encuentros de Toledo de la mano de María Muñoz y de Alfonso González-Calero, así como asistir y participar  en los cursos de Poesía para náufragos en Cuenca han sido y son muy importantes para mí… Pero acudo siempre a Baudelaire, a Rimbaud…

A.P. En este momento está leyendo…

El Brocal de Sémele
El Brocal de Sémele

La montaña y el arte de Eduardo Martínez de Pisón, La Peste de A. Camus y releo desordenadamente Cuadernos, 1957-1972 de E. Cioran.

A.P- Ha publicado varios libros de poesía y ensayo. ¿Puede nombrar los más significativos para usted?

 Tengo publicados los libros de poesía Contra la guerra,  Intenciones de Antígon, El brocal de Sémele,  La mirada de Atenea, Parole in volo -traducción de una selección de sus poemas al italiano- y Ventanas para Dulcinea. Poética de la ausencia – de fotografía y poesía-. Cada uno de ellos es  especial para mí.

Dejemos que el amor nos haga inmortales lo destacaría por ser  una edición artesana de Segundo Santos, compuesta por doce poemas acompañados con ilustraciones del poeta, Premio Nacional de Poesía y Nacional de la Crítica, e ilustrador, Juan Carlos Mestre.

El libro de ensayo Dulcinea: sueño del héroe delirante. Amor y belleza en El Quijote  es fruto de un trabajo de más ocho años de investigación bibliográfica y de recorrido por La Mancha. Esta obra me ha permitido encontrarme con grandes figuras de la literatura y del pensamiento, conocedores y estudiosos de El Quijote; también vivir en La Mancha, disfrutar con el paisaje, descubrir los valores vigentes,… Un famoso psiquiatra recomendaba a sus alumnos que todos debería leer El Quijote para comprender al ser humano y tener siempre presente el valor de la compasión.  Con él se abrió una vinculación con El Toboso muy especial, con Isabel Fernández, como ella diría, “ama de La casa de la torre”, hospedería y lugar de encuentros culturales sobre la obra y la figura de Cervantes. Para mí un lugar de referencia.

A.P. Y  como proyectos de futuro…

Espero continuar con las “lecciones-conferencias-recitales”, estudiar, enseñar, compartir,… e impulsar y trabajar en el proyecto Aula abierta en Puebla del Salvador;   seguir trabajando en el ámbito rural, en la “España vacía”…  como un elemento vivo de su paisaje, una vuelta a las raíz, a la cuna, al surco… Una retorno con la mirada de un tiempo perdido, un tiempo recobrado, como Proust,… o no, o mucho más… Una vida propia  para seguir caminando en la Utopía… En agosto de 2019 tuve la oportunidad de participar en una jornada de desarrollo rural en la localidad de Beamud, situada en la serranía de Cuenca, con una conferencia-recital titulada Memoria y paisaje. ¿Trabajaré  en esta línea? … Y pienso en el ideal de aula o de escuela del geógrafo E. Reclus, basado en los modelos renacentistas de T. Moro o de V. Rabaldoni; un modelo de escuela, de educación y de vida, de lucha, de cooperación, de verdad, de trabajo, de sufrimiento,… de esperanza, de vida elegida,… de fusión armónica con el paisaje.

  Cuenca, junio de 2020.

Entrevista a Amparo Ruiz Luján

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