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Dedicada a la Literatura desde 1980, reside entre Málaga y Melilla. Colabora en revistas literarias, prensa y radio. Tiene editadas 15 obras de poesía, 6 plaquettes, 5 relatos, 1 novela corta, 3 antologías poéticas y 7 obras Juvenil- Infantil (4 de poesía y 3 de narrativa) Ha sido premiada en varias ocasiones, da nombre al Certamen Internacional de Relato Corto “Encarna León”, creado por la Consejería de Educación. Viceconsejería de la Mujer de Melilla (2000). Es miembro de la Asociación Colegial de Escritores de España desde 1988, de la Andaluza de Escritores y Críticos Literarios (Escritores y Críticos del Sur) desde 2003 y de Humanismo Solidario desde su creación (2013). Muchos de sus trabajos están recogidos en diversas antologías, tanto nacionales como extranjeras.
EL LENGUAJE DE LAS SOMBRAS
A mi padre
I.
LA CASA SOLARIEGA
Y quedó allá la casa solariega,
la del pan caliente y los juegos de antaño.
La de ilusiones transportadas
por callejas alegres de otro tiempo,
donde se paseaba un toque romántico
y oloroso de celinda caliente.
Allá queda el aroma de unos niños
felices viviéndose en el vértigo
de rayuelas, de días muy profundos
en ternuras y miradas de abuelo.
Queda allá una casa, una calle
y un huerto fresquísimo de ensueños.
Allí los amigos, vecinos y los niños
hermanados en patios de infancia granadina.
Y aquí los ojos sin nada de aquel tiempo,
aquí la nostalgia feliz de haber vivido,
aquí un corazón grande, aunque herido,
que se enrosca en la memoria
de una plaza ya vieja y trascendida.
Trinidad es su nombre, y al pronunciarlo,
un vuelo sin límite me lleva hacia Granada.
II.
DE FINO Y DE AROMAS
Deseaba con ansias que las tardes pasaran
y se llegara audaz el amigable sábado
cargado de matices, de entrelazadas manos
y de caldos fresquísimos con sabor de la tierra.
La nuestra, la de raíces hondas,
la de anises y aguas subiendo al Avellano.
Mi rutina de cuestas, Chapiz y Sacromonte,
de Carrera del Darro, y otros manantiales
se ofrecían a mi paso cumpliendo
los horarios de pupitre y placeta.
El sábado me vestía de risas y abalorios
porque tú me esperabas al pie de tanta
vida con el trajín crecido de toda la semana.
Hacíamos estaciones de vinillos templados
por calles como ascuas y barras distanciadas
de hombres y mujeres buscándose el decoro.
Al final siempre andábamos entre el mosto
y el tinto, entre un Marañales y el fino
de la Ina, mientras reíamos juntos
el placer de sentirnos unidos en un tiempo
de amores compartidos y rescatados pasos.
III.
AÑORANDO TUS PASOS
Ha pasado el tiempo y aún sigues en mí
con el pesado letargo de tu nombre.
Me entristece la ausencia, esa lejanía
silenciosa que se perdió por otras latitudes
del pasado revivido y lejano.
Vas y vienes a mí con una constancia
de amor renacido, creando la urdimbre
que nos abraza siempre a pesar de los años.
Cuánto aprendí de ti, de tus manos seguras
afincadas a todo lo que fuera trabajo,
compañía, silencio o ternura.
Las risas se encendían entre niños perdidos
y encontrados en retratos ya viejos.
Te fuiste en un Mayo no sé si luminoso,
necesario, candente o florido.
Todo se nubló entonces entre mis pasos frágiles.
Ahora es noviembre y el uno rememora
un puñado de abrazos, de ausencias, y no sé
si llorar o pedirte un espacio donde
juntos podamos recitar unos versos.
IV.
LA LLUVIA QUE ME HABITA
Un día imaginé que estabas
en el cielo columpiando las nubes
con tus brazos de hombre.
Una fecha doliente me acercaba
a tu lado donde aún reposabas
en un sueño sagrado e infinito.
Ahora, en este presente incierto, lejano
de aquel mayo en que te fuiste, el otoño
ha empezado a entrar por las ventanas.
Arriba hay nubes más oscuras
que otras, presagian una lluvia
que calmará la sed de campos
olvidados, con diversos matices.
No me importa la lluvia ni el silencio
que habita cubriendo mis espaldas,
ni los campos que esperan anhelantes
el maná presentido.
Quiero saberte ahí, sentirte de nuevo
entre las nubes que corren por el cielo
de esta ciudad marina de húmedos levantes,
donde tú disfrutabas refugio y compañía
y rescatabas vida en tiempo de verano
en esas playas donde, ahora, solo
encuentro un naufragio de fresquísima
sal escondido en mis manos.
Fotografía: http://es.forwallpaper.com
Con cesión de derchos de autor.