Elisa Beni: «Aceptar la vida como viene es fuente de serenidad»
Nos visita la periodista y escritora Elisa Beni para hablar sobre su obra más reciente, Una mujer no muere jamás.
En esta novela, Una mujer no muere jamás, hay un cambio respecto a su anterior trabajo y pasa del thriller a una historia más intimista y restrospectiva…
Cierto. Mis dos primeras novelas son de género probablemente porque me pareció un buen contenedor para determinadas denuncias sociales sobre el poder o para explorar mundos atípicos . Tampoco puedo negar que puede que influyera el hecho de que cuando vas a osar al fin escribir, sabiendo desde los once años que es lo que quieres hacer en esta vida, el género te aporta un soporte técnico delimitado que te hace sentir menos inseguro. Una mujer no muere jamás es una novela más madura para la que no he sentido la necesidad de trabajar con red.
Un país, dos mujeres y dos épocas. Dos luchas con un mismo objetivo: la visibilidad de la mujer en la sociedad, ¿cree que el camino que queda por recorrer es cada vez menor?
La lucha va muchos más allá de la visibilidad. Es una lucha también por la libertad incluso interior de las mujeres. La propia novela deja ver cómo más allá de los impedimentos represivos de un régimen hay una serie de cuestiones que conducen a la mujer a auto oprimirse, y que son tan patriarcales, tan educacionales, tan estructurales, que aún funcionan en las nuevas generaciones. Mostrar eso forma parte del juego que propongo en la novela
La identidad de Maixabel queda eclipsada por la de «la amante del arquitecto». Esto le habrá pasado a muchas grandes mujeres.
La identidad de Maixabel es eclipsada por quienes la borran y quieren borrarla para convertirla en un mero apéndice de un hombre. Y eso lo hacen periodistas del siglo XXI, que son los que titulan. Luego vemos que Maixabel era bastante más libre en su interior y bastante menos convencional y que intentó ser ella misma a pesar de los obstáculos que una dictadura le imponía.
Estamos en una situación de crisis en todos los aspectos, ¿cómo cree que influirá o está influyendo ya en la situación de la mujer?
Creo que hay un peligro claro de involución en materia de derechos de la mujer, sí. El patriarcado es una estructura de poder que beneficia a uno de los sexos y me temo que no todos los beneficiarios están por la labor de perder sus privilegios. Hay un ambiente de contrarreforma. Un ambiente que quiere ser contra feminista. Lo compila muy bien Abram de Swaan en su obra Contre les femmes. La monte d’une haine móndale. El odio contra las mujeres crece y contra las feministas más y es un fenómeno mundial.
¿Cómo está viviendo esta época de pandemia, ¿ha podido seguir trabajando o es de las que ha sufrido un bloqueo?
He sido una afortunada porque he mantenido todo mi ritmo de trabajo periodístico y también el novelístico. Parte de la novela está escrita durante el confinamiento aunque el proyecto es muy anterior. No, ningún bloqueo. Aceptar la vida como viene es fuente de serenidad.
¿Cómo ve el panorama cultural? ¿Cual cree que sería la mejor manera de recuperlo?
Espero y deseo que cuando controlemos la pandemia haya una explosión de cultura. Espero que salgamos a empaparnos de ella como posesos. Por otra parte la lectura ha sido una de las actividades más recobradas durante este periodo. Yo creo que leí unos treinta y dos libros sólo durante el confinamiento (y seguía trabajando)
¿Está trabajando en algún nuevo proyecto?
Decía Hemingway que dentro del autor hay una especie de pozo del que se nutre la obra y que él no sabía de dónde procedían las aguas ni cómo se llenaba pero sí sabía cuándo estaba lleno y era necesario sacarlo fuera en forma de novela. Supongo que estoy en pleno periodo de llenado de agua, un flujo que no es sino la vida misma y nuestras otras vidas en la literatura. Ahora bien, un escritor siempre está pensando en volver a escribir. Es una obsesión, dolorosa pero que te hace feliz.
Elisa Beni: «Aceptar la vida como viene es fuente de serenidad»