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EL OBISPO PEDRO PASCUAL
(Teólogo, líder religioso y mártir cristiano entre el siglo XII y XIII)
Autor: Francisco José García Carbonell
La figura de San Pedro Pascual es bastante controvertida por la cantidad de vacío que se cierne tanto sobre su figura como, de igual manera, sobre su obra. Durante mucho tiempo se le consideró el autor tanto el autor de La disputa del obispo de Jaén contra los Judíos como de la Impugnación de la escuela de Mahoma, de igual forma se le atribuía la llamada Biblia Parva que es un compendio tanto de su obra doctrinal como teológica1. Es más, la oscuridad que se cierne sobre este personaje es tal que incluso se pone en duda, incluso, se existió verdaderamente. Aunque, y sobre todo debido a que contamos con documentos pontificios2 que despejan las dudas sobre su existencia, esta cuestión ha quedado más despejada3. Existió un obispo Pedro ocupando la sede de Jaén, de eso no cabe duda ¿quién era dicho personaje?, ¿fue el Pedro Pascual que conocemos hoy en día? Respecto a esto, en el siglo XVII, un tal obispo Pedro, que murió mártir, y un tal Pedro de Valencia que funda un convento Mercedario en Toledo, quedan asociados y confundidos para la posteridad, con esto se crea una controversia aún, si cabe, todavía mayor. De lo que si no cabe duda, es que tras ocupar la sede Fray Domingo en Baeza, este deja una grave confrontación entre dos grupos rivales, los sorianos y giennenses4, los cuales, cada uno por su sitio, escogen a su respectivo sucesor en la sede, la cual se había trasladado a Jaén, y con lo cual la confrontación estaba servida. Al final, y con la intercesión de Roma, es elegido nuestro personaje. Respecto a su apostolado, cautiverio
- muerte, están estos tan llenos de controversias como su propia vida. No se sabe a ciencia cierta la labor exacta que pudo desarrollar, aunque en términos generales podamos hacernos una idea; sabemos sobre el carisma de los mercedarios (junto con los trinitarios) en zonas de tensiones bélicas. La manera que tuvo de morir también es un misterio:
- Hay varios estudiosos que ponen en cuestión la autoría de la obra por parte del obispo Pedro Pascual. En referencia a la Impugnación a la escuela de Mahoma como a las referentes disputas contra los judíos, Entre otros, el investigador Pedro Armengol-Valenzuela desmiente la autoría por parte de este y atribuye las mismas obras a autores desconocidos que vivieron en la Hispania medieval. En referencia a la autoría de los textos se habla del pseudopascual. bibliotequesbh.uab.cat.
- Fidel Fita Colomé, Once bulas de Bonifacio VIII, inéditas y biográficas de San Pedro Pascual, obispo de Jaén y mártir. Iglesia Católica, cervantesvirtual.com.
- Ver los estudios de Jaume Riera i Sans recogida en su obra La invenció literaria de sant Pere Pasqual. En la actualidad incluso nos encontramos una referencia al santo en el Periódico Las Provincias de Valencia que a la par que celebra la efemérides del santo también cuestiona su existencia: <<De hecho algunos especialistas en la materia coinciden en asegurar que si hay un lugar en el mundo donde no sea necesaria la presentación de San Pedro Pascual, ése es Valencia. Quizá tengan razón, pero el supuesto aniversario de su muerte el 6 de diciembre de 1300 (hoy efemérides), es un buen estimulo para recordar a este personaje valenciano canonizado por Clemente X en 1670, que sin embargo, desde hace algunos años, y no caprichosamente, está en el punto de mira de diversos historiadores. Su propia existencia está en tela de juicio>>, lasprovincias.es
- Para saber más sobre el asunto, recomiendo leer a Francisco Martínez Rojas y su Historia de la diócesis de Jaén, Obispado de Jaén, 1999.
¿ejecutado, de alguna enfermedad, accidente, etc.? De lo que si estamos seguros es: 1) murió cautivo en tierra nazarí y 2) hoy en día sus restos yacen en la catedral de Baeza, pero ¿cómo se le llegó a rendir culto un personaje que a día de hoy presenta tantas lagunas como las que hemos nombrado?5 Retomaremos esta pregunta más adelante, me gustaría, antes de nada, que nos situáramos en el contexto histórico.
En la época en que se desarrolló la labor de San Pedro Pascual, la península se encontraba en continuas contiendas bélicas entre musulmanes y católicos. Para que nos hagamos una idea de la guerra e ideología de la España medieval que se movía por el siglo XIII.
En primer lugar, nos encontramos una enorme línea fronteriza que actúa <<de frontera de la civilización latina>>, y al otro lado de esta los Almorávides y, también, los Almohades, dos pueblos bereberes que dominan toda la zona de al-Ándalus <<desde la desintegración del califato cordobés>>. Cuando el imperio almorávide cae en decadencia dentro de nuestra península, este es sustituido pronto por una serie de reinos, los segundos reinos de Taifas, pero pronto entran en escena los Almohades y dan al traste con ello. Esto vuelve a unificar al- Ándalus y <<lo incorporaron a su gran imperio magrebí, convirtiéndolo en el escenario de una exaltada Yihad o guerra santa islámica contra los cristianos>>.
La situación política en suelo cristiano no fue, en un principio, claramente propicia para hacer frente a las amenazas que surgían de norteafricana. Estaba la llamada España de los Cinco Reinos – Castilla, Corona de Aragón, León, Navarra y Portugal -, una cristiandad hispana que alternaba el ideal de guerra expansiva contra el islam con el afán de hegemonía política y territorial de cada reino sobre sus vecinos. A este contribuyo la separación de León y Castilla a la muerte de Alfonso VII el Emperador (1125-1157), pues debilitó a ambos reinos y dio alas a las tensiones entre los distintos poderes políticos peninsulares. De este contexto de lucha interfeudal e intermónarquica emergió el reino de Castilla como potencia preponderante en la Península desde la primera mitad del siglo XII. Ello convirtió a León, y en menor medida, a la pequeña Navarra en sus principales rivales cristianos. Ambos reinos no dudaron en volcar sus mayores esfuerzos en contener a su poderoso rival, aliándose para ello con el “enemigo natural musulmán”. La corona de Aragón, confederación dinástica del reino de Aragón y los condados catalanes forjada en 1137, optó desde un primer tercio del siglo XII por una firme alianza con Castilla (…) Aunque muchas veces los motivos territoriales, dinásticos o feudales la dejaran en un segundo plano, el telón de fondo de la España de los XI-XIII siempre fue la lucha expansiva contra los musulmanes. En ella era fundamental la posesión de los castillos y de las grandes ciudades fortificadas, verdaderos ejes sobre los que se apoyaba el control del territorio. Las operaciones de conquista, desmantelamiento o reconstrucción de castillos y las campañas previas, simultáneas o posteriores saqueos, destrucción y logro
- Hasta el punto que el propio Zurbarán pinta con una mirada elevada a lo alto, alejado de la cruel realidad que significo su martirio en manos musulmanas y que se sobrepone a esta.
de botín constituían la forma básica de hacer la guerra en este periodo6. En una de esas confrontaciones, la más significativa por el cambio tan trascendental que iba a suceder en la situación geoestratégica, ocurrió la batalla de Las Navas de Tolosa.
Este encuentro, que no sería uno más, sino el más decisivo encuentro en campo abierto7 tenían, aparte de unos claros tintes estratégicos, una labor de reconquista religiosa frente a quienes habían suplantado a la antigua parte del reino de Cristo, así, como refleja el historiador Federico Gallego Vázquez:
<<La guerra contra los musulmanes fue considerada como un conflicto de dimensiones teológicas, en donde los cristianos luchaban en nombre de Dios, a su servicio, contra sus enemigos, para recuperar unas tierras que una vez habían formado parte de la Cristiandad, donde había florecido una cultura cristiana con figuras tan notables como San Isidoro, San Leandro o San Braulio, y regada con la sangre de los mártires desde los primeros siglos del cristianismo, a lo largo de toda la geografía hispana; todo esto enlaza a su vez con el concepto de “Guerra Santa”, como legitimadora de la violencia; así se unían causas justas y causas sagradas>>.8 Tenemos, pues, una importante reconfiguración del territorio en donde se iba a terminar con la hegemonía musulmana, todo hasta el punto de dejar relegados los territorios de estos hasta la zona nazarí en Granada. Algo bastante importante de resaltar, puesto que la antigua marca que dividía las dos civilizaciones quedaría relegada solo a ese limitado territorio. Desde allí, lo poco que quedaba del otrora imperio musulmán, estos no se iban a resignar a perecer, se sucederían continuas incursiones por el control de zonas estratégicas. Por eso, y es importante destacar esto, la situación tensa que reinaba entre Jaén, en donde se encontraba esa línea divisoria, y lo que quedaba del territorio islámico, iba a ser lo que el obispo Pedro Pascual, nacido en Turia, se iba a encontrar a la hora de ocupar la sede jienense.
Pedro Pascual, mercedario, hombre entregado y bastante piadoso es nombrado para ocupar la sede de Jaén en 1296, esta fue el único nombramiento que recibió. Pronto se dedica a una intensa labor pastoral que le lleva a recorrer amplios territorios de la provincia destacando, sin embargo, la breve labor que realiza en territorio nazarí9, algo que más tarde le iba a costar caro. Pero, ¿qué llevo en este para adentrarse tanto en territorio enemigo como, una vez apresado, el de salvar a otros cautivos con el dinero dado para su liberación? Es cierto, como hemos dicho antes, que el carisma de su orden es la de, digámoslo así, convertir a los prisioneros del otro bando a la fe cristiana. La sicología del santo estaba imbuida por el contexto de pensamiento que le rodeaba y sobre
- Martin, Alvira Cabrer, Guerra e ideología en la España medieval: cultura y actitudes históricas ante el giro de principios del siglo XIII, pp. 104-106, ucm.es
- Algo bastante infrecuente en las acciones bélicas que se desarrollaban por la época medieval debido a los riesgos que comportaban.
- Federico Gallego Vázquez, La batalla de las Navas de Tolosa, Universidad Juan Carlos I, pp. 20-21. revistaesquitas.files.
- Juan Montijano Chica, San Pedro Pascual Obispo de Jaén, IEG, Conferencia pronunciada en el acto inaugural del Curso 1970-1971, del Instituto de Estudios Giennenses, el día 10 de Noviembre de 1970.
este se debe destacar algo que se deja traslucir en la iconografía de la época y es El calvario de la redención. Nos encontramos en una irrupción de movimientos europeos que renuevan el interés por Cristo. Como explica el investigador Rubén Gregori:
<<Esta búsqueda del “[…] espíritu cristiano primigenio en una forma de vida de perfección en común” se basaba en la imitatio Christi, es decir, en la imitación de la conducta y comportamiento de Jesucristo. Mediante la humanización y el acercamiento del Salvador, se permitía una mayor comprensión tanto del cristianismo como de la figura de Cristo, dado que se abandonaban las concepciones del Dios escolástico a favor de una visión cristocéntrica que otorgaba mayor importancia al Hijo.>>
Es en la imitación de la figura de Cristo rescatando a los cautivos que va a dar lugar a una prolífica literatura que hará irrupción también en el territorio de la corona de Aragón donde, entre otras obras, nos encontramos el << De como sacó Nuestro Señor Jeshu Christo los sanctos Padres del Infierno del mozárabe san Pedro Pascual (1227-1300)>>. 10 Creo que esta glorificación de un Cristo que se sacrifica en la Cruz para salvar nuestras almas cautivas, la demanda de esas comunidades cristianas primigenias que sacrificaban incluso su vida, el enfrentamiento con una religión hereje que corrompía la misión cristiana, un criterio de unidad política bajo el estandarte del cristianismo, y el carisma evangelizador del espíritu mercedario11, fueron los baluartes que influyeron en su sicología e impulsaron al obispo de Jaén en su labor pastoral. El 20 de febrero de 1297 fue capturado por los nazarís y llevado cautivo. Es a partir de aquí cuando empieza a forjarse propiamente hablando los hechos por los que posteriormente sería conocido. ¿En qué consistió, pues, esa misión que realizó San Pedro Pascual? Es fácil adivinar que algo del espíritu mercedario en socorrer a cautivos, pedir limosnas y evangelizar a los prisioneros del bando musulmán, entraban de lleno en la misión que luego se impuso ya como obispo. De aquí que su actividad pasara, en primer lugar, por intentar establecer lo más cerca posible de la frontera,12 pues como <<afirma Mario Alonso, mercedario y director de la revisita de la orden Caminos de liberación, “el que se proponía redimir a cautivos exponía su vida al entrar en la zona musulmana. Muchos de aquellos hombres fueron mártires, algunos conocidos y otros desconocidos. Y Pedro Pascual sabía a lo que se exponía”>>.13 Se establece, para ello, en Martos durante los cerca de dos años que estuvo de obispo en Jaén para poder llevar con mayor eficacia su labor por tierras nazaríes.14Al final, debido a esa extrema exposición y, lo mismo, a las imprecaciones de este, fue apresado cerca de la zona de Cambil junto <<con algunos canónigos y racioneros
- Ruben Gregori, Origen y fuentes textuales del calvario de la redención, Universitat de València, pp. 3-7, 2016, ucm.es.
- En la página de la orden de la Merced, a la cual perteneció el santo, se relata: <<Algunos escritores mercedarios, como Manuel Ribera, 1720, Juan Interián de Ayala, 1721 y Pedro Armengol Valenzuela, 1901; han defendido el estado religioso y la profesión mercedaria de este ilustre obispo de Jaén. Recogieron y publicaron sus obras los historiadores Bartolomé de Anento, 1676 y fray Pedro A. Valenzuela, 1905-1908.
- Como señala
- Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo, 6 de diciembre: san Pedro Pascual, el rescatador que se negó a ser rescatado, Alfa y Omega, Diciembre 2021, alfayomega.es
- Montijano Chica, Op. cit. en n. 9, p. 21
de la catedral que lo acompañaba>>15. Y es en su cautiverio, el cual pasa en una moderada libertad, y que se le permite debatir sobre cuestiones de fe con judíos y musulmanes16, donde se da esa sicología de la que hemos hablado antes en relación con Jesús y los cautivos en el infierno17. Es aquí donde el mercedario, al cual algunos consideran el primer doctor de la Inmaculada, por exponer una tesis inmaculista antes De las sentencias de Escoto18, realizo dos hazañas que le valieron un reconocimiento posterior por parte de las comunidades cristianas que le rindieron devoción. Gracias al papa Bonifacio VIII sabedor de las condiciones a las que había dado lugar su celo evangelizador, <<se pudo reunir la suma pedida para la liberación del obispo, pero en dos ocasiones Pedro Pascual la destinó para comprar la libertad de otros prisioneros, que por la dureza del cautiverio corrían el riesgo de abjurar de la fe.>>19Es pues, que tanto su vigoroso amparo de los cautivos, cuando mercedario y luego obispo, no le iba a abandonar cuando este pasó a ser el mismo prisionero con otros en su misma situación en Granada. Tenemos en el siglo XVII una dedicatoria del entonces obispo de Jaén Juan Queipo de Llanos que deslucida estos aspectos que hemos reseñado en referencia a los motivos de la devoción que se le profesaba, y también nos da una pista, aunque no exacta sobre los motivos de su muerte, que siguen siendo un punto oscuro, lo mismo del tipo de vida que se creía llevaba como cautivo. Aunque el texto es largo, vale la pena citarlo por los datos tan interesantes que aporta:
<<Fue fundador también del Convento de Xerez de la Frontera, en el año de 1284 . Y del de la Ciudad de Iaen, en el de 1287. Y aviendo vacado el Obifpado de Iaen,fue elego por Prelado defta Yglefía cn el año de 1295. Efluvo en Arjoña a cinco de Febrero de 1297. Poco defpues, eftc miímo año fue cautivo por los Moros de Granada, y llevado a aquella Ciudadanía qual eferivio luego algunos libros para enfeñan a de los cautivos Chriftianos, que los halló con mucha falta de doctrina, e ignorantes de los Mifterios de la Fe , y muy difpueftos para fer engañados de las faifas razones dé los ludios, y de los Moros. Los libros que en fu captividad eícrivio fueron, vn vita chrijli. Otro intitulado , biblia pequeña ercrito en lengua materna Valenciana. Del primero no íc fabe que fe aya hecho. Del fegundo ay noticia que lo tuvieron los Padres Carmelitas dcfcalosvt e Gíanada haíta nucítro tiempo, que ya fe les ha perdido: y eftá el epilogo cíe el tradu. Mo era Caftellano en la Hiítoria Eclefiaftica de Granada, rjue cícrivkj el Obifpo deTottofa Don Iuftino Antoünez, el qua certifica averio tenido. y leído. Alli fe intitula: Rehgiofo y Obipo de laen: Y dize,que avia IciJo treinta años Theologia, y otras ciencia y que era ya de fetenta años de edad, y lo eícrivio cftando cautivo en Granada. Efcrivi también otro tratado del Mifterio dé la Saatifsima Trinidad. Otro contra los que dizen que af hados, y ventura, horas menguadas, y que tienen poder fobre el hombre los fignos y planetas. Otro intitulado: Explicación de los die Mandamientos. ítenvna glolfa del Pacernofter. Vna Oración larga y devota, que comienza : O printipium fine principio. Otro contra la feta de Mahorna.” En efte vltimo dize, que 1300 lo eícrivio eftando cautivo en Granada, en el año de 1300. Y todos los quales eftan manu eferiptos en la Librería dee Efcurial. Padeció martirio en Granada, defpues deaverfe ocupado en eferivir y predicar cinco años, enios quales convirtio muchos Moros y ludios, fortalecía en la Fe a los cautivos Chiifíianos, y facó de efclavitud a muchos (con las rentas de fu Obifpado q le embiavan para íu reícate) de los qeílavá en peligro de apoíUtar,cfpecialmente a niños y mugeres,y voluntariamente le quedava cautivo. Cortáronle los
- Martínez Rojas, Op. cita en n. 4, p. 69
- , p. 70.
- Ver página 4
- Como exponen los investigadores Margarita Llorens y Miguel Ángel Catalá en su obra La inmaculada concepción en la historia, la literatura y el arte del pueblo valenciano, Generalitat Valenciana, 2007, pp. 126-130.
- Martínez Rojas, Op. cita en n. 4, p. 70.
Moros la cabera en el año de 1302 ftédo Rey de aquella Ciudad Mahomath Aben Alhemar Alamir Ab a raja ra quien Dios caíligó, quitándole la viíta corporal,y luego a poco tiempo defpues d Reino,y la vida.>>20
Es cierto que mucho de los datos que aporta este texto está lleno de inexactitudes que no vamos a tocar en esta investigación, es interesante resaltar, sin embargo, tres aspectos que coinciden con todas las crónicas sobre el santo. 1) Es tenido no solo como una persona docta sino, también, como alguien que disputaba los principios de su fe con aquellos que les eran adversos 2) a consecuencia de esto primero disfrutaba de cierta autoridad incluso entre los musulmanes y judíos con los que mantenía disputas, 3) tenía libertad de movimiento para asistir en la fe aquellos cristianos cautivos y 4) su celo como pastor le lleva a rechazar dos rescates a favor de otras personas que se encontraban tentadas a perder su razón de ser cristianos. Empecemos a desgranar estos puntos. En primer lugar, para que nos hagamos una idea de la situación en la que se desenvolvió el santo, antes hagamos un breve recorrido por la Granada nazarí que lo encerraba cautivo tras sus muros.
Volvamos a situarnos en la famosa batalla de las Navas de Tolosa en 1212. Con la perdida que supuso para los Almohades estos se encontraron en una situación compleja. Esta complejidad ya venía de antes debido, en parte, a la laxitud del ardor batallador que iba acompañado al celo que profesaban por su fe a lo largo del tiempo que llevaban permaneciendo en la península. A partir de ese momento el estado almohade empieza a desintegrarse y deja lugar a pequeños reinos musulmanes que, para más inri, andan enemistados entre sí. El objeto de esta investigación no es meternos en todo este desarrollo histórico que dio lugar a la total reconquista por parte cristiana, la cual supo aprovechar estos signos de debilidad, sino la de hacernos con el contexto en el que se desenvolvió San Pedro Pascual. Así, de este modo, solo dar unas breves pinceladas de cómo se formó el extenso territorio nazarí y las pugnas posteriores que mantuvo este contra los asentamientos cristianos. Para ello, en primer lugar, tenemos que remontarnos al líder musulmán proveniente de Arjona Muhammad Ibn Nasr, quien dio el nombre a la dinastía nazarí, este inicia una extensa campaña bélica hasta anexionarse bastantes territorios que incluían, entre otras, Jaén, Málaga, Almería y Granada, la futura capital nazarí. Aunque pudiera parecer que estas campañas bélicas y las consecuentes anexiones territoriales respondían a una potente organización política y militar, en realidad desde un principio, ya desde el propio fundador de la dinastía, se tuvo que recurrir a una hábil diplomacia y servil vasallaje para contener, de algún modo, las intenciones del rey Fernando III y así no tener que obstar por el conflicto armado. Esto no impidió, sin embargo, que el propio rey santo, una vez concluido las fechas de los pactos de no agresión21, se dispusiera a adentrarse en territorio musulmán. Así, tenemos que este y su sucesores empiezan a ir pujando a través del territorio giennense, sobre todo a partir, como hemos citado, del giro estratégico que se dio tras la batalla de las Navas de Tolosa, hasta establecer el límite fronterizo al sur de Jaén. El reino nazarí, sobre todo con la llegada al poder de los Benimerines, logra estabilidad y tener una mejor proyección
- Enrique de Toral y Fernández de Peñaranda, San Pedro Pascual una breve biografía, IEG, pp. 20-21. Dialnet.unirioja.es.
- Firmados en Córdoba.
exterior, hasta el punto de lanzar incursiones tras las fronteras cristianas22. En esta situación histórica es en la que se desenvolvió San Pedro Pascual. Cuando se produce su cautiverio en Granada, nos encontramos una ciudad cuya sociedad estaba dividida por estamentos fuertemente jerarquizados. En la parte alta social nos encontramos todavía un alto componente tribal <<formado por familias de alto linaje de origen antiguo yemení, sirio o de la Península Arábiga, llegadas a España con la conquista de Al-Ándalus>>, luego estaban los Bereberes que se dividían en “viejos” que llegaron con el inicio de la conquista musulmana y en “nuevos” que fueron viniendo posteriormente durante los siglos XII, XIII y XIV. También se encontraba el linaje noble de los Abencerrajes que llegaron a ostentar un gran poder sobre todo a partir del siglo XV23, así como otras familias nobles venidas a menos. Por debajo de estos estratos se encontraban los muladíes que eran conversos de bastantes siglos (algunos provenían de los propios visigodos) y <<solían estar formados por miembros de todas las capas sociales>>, y los conversos más recientes que eran los llamados “Elches”, y que bien por haber sido capturados o por propia voluntad se volvían a la fe islámica. Debido a su condición poliglota y al celo que mostraban como nuevos conversos fueron bastante apreciados y, pronto, pasaron a ocupar cargos administrativos y militares importantes. Abajo del todo se encontraban las minorías sociales como los judíos que se dedicaban al comercio y, sobre todo para el tema que nos atañe, los cristianos cautivos. Estos estaban sometidos a una exacerbada esclavitud atada a torturas y trabajos forzados, todo con el fin de derrumbarlos sicológicamente y se convirtieran a la fe del Islam o a la espera de algún rescate.24 Metiéndonos de lleno en los cuatro puntos que hemos señalado anteriormente25, hagamos la siguiente pregunta e intentemos conjugar dichos puntos respondiendo a esta, ¿Cómo fue el cautiverio del obispo de Jaén? Ya hemos hecho mención al modo de vida que se señala de este durante ese tiempo de cautiverio26 y aunque algunas de las obras importantes que se le atribuyen en defensa del catolicismo frente a los musulmanes y judíos, y que fueron escritas durante esta estancia, sean, como hemos expuesto, de dudosa procedencia no es menos que este por la importancia del rango, la autoridad que marcaba su fama intelectual, los hechos que le había precedido, los poderes cristianos que lo amparaban (con el Papa a la cabeza) y, sobre todo, por las expectativas que generaba una fuerte recompensa por su liberación, hiciera que se rebajara, lo podríamos decir de esta manera, la dureza de su pena. Aunque esto último se base en suposiciones, lo que sí es cierto es que existía una especie de cordialidad entre las ordenes de la Merced y los Trinitarios con los alfaqueques que se encargaban de <<entrar en territorio enemigo a buscar información sobre los cautivos27 y les procuraran la libertad>>, estos disfrutaban
- Tomo como base el artículo del investigador Diego Melo Carrasco, El sultanato nazarí de Granada y la frontera (S. XIII-XV), 2019, pp. 7-9, Dialnet.unirioja.es
- Recordar cómo estos desencadenaron una guerra civil que debilitó el reino nazarí y produjo su posterior caída.
- Tomo como base los estudios de Mabel Villagra, La sociedad del Reino Nazarí, historiayarabismo.wixsite
- Ver página 5
- Ver página 5
- Entre familiares.
tanto de inmunidad diplomática.28 Es raro, incluso en un estado de alta tensión, que se hirieran ese trato de “cordialidad” justo con las órdenes, en este caso la mercedaria, que servían como enlace para sostener ese tránsito entre los demandantes de un cuantioso rescate y los familiares. Quizás dicho apresamiento se debió más que a una incursión militar por parte de las huestes de Muhammad II, emir de Granada, a otra circunstancia más accidental, cuenta los investigadores Diego Melo y Francisco Vidal:
- Eran varias las formas por las cuales se podía ingresar en cautiverio (…), una de las más frecuentes era aquella que se realizaba a manos de pequeños grupos de caballería, formadas por almogávares o ladrones. Estos caían generalmente sobre caminantes, agricultores, pastores, cazadores o leñadores. Otros eran tomados por encontrarse descaminados, es decir, por transitar sin salvoconducto, aunque a veces ni siquiera el salvoconducto garantizaba la inmunidad>>29.
Este afán por lucrarse, por tanto, no deja lugar a dudas para decir que<<el prisionero después convertido en cautivo30, es parte sustancial de la ganancia bélica y resultaba muy beneficioso respetar la vida del enemigo derrotado para obtener pingües beneficios con el lucrativo negocio de su ventas>>31. Una mercancía, como eran considerados estos, se trataba con mejor o peor delicadeza por los beneficios que comportaban o, mejor dicho, por quienes eran los que se interesaban en pagar el rescate.32
Dos veces rechazo San Pedro Pascual, como hemos mencionado, ser rescatado. Quiso, antes, que otra persona cautiva, que estaba a punto de sucumbir en su fe cristiana, ocupara su lugar33. Sabemos que en sus casi tres años de cautivo, el santo hizo dos gestas memorables por la que es recordado y que por haber mencionado en varias ocasiones omito de seguir aquí. Lo que si viene a cuento es 1) Los problemas que dejo en su sede este cautiverio y 2) las consecuencias que tuvieron para él esta heroica cesión de su libertad en otras personas.
La Diócesis que dejó huérfana no estuvo también exenta de problemas. Juan Montijano Chica nos cuenta, quizás con un gusto en algunos apartados más piadoso que el que reporta un investigador, pero no por ello menos valorable, lo siguiente:
<<La prolongada vacante, ocasionada por la discordia capitular a que anteriormente hicimos referencia, con motivo de elegir sucesor al obispo, Juan III, y, posteriormente, la cautividad de San Pedro Pascual, habían excitado la codicia de seres desaprensivos que en nombre del tisco usurpaban escandalosamente los bienes de la mitra. De este hecho bochornoso tenemos suficiente y legítima información por una de las once bulas de
- Raúl González Arévalo, Cautiverio y esclavitud en el Reino de Granada (siglo XIII-XVI), Universidad de Granada, p. 9, uclm.es.
- Diego Melo y Francisco Vidal, Rescate de cautivos cristianos en las treguas entre Castilla y el emirato nazarí de Granada (siglos XIII-XV): Una respuesta de análisis, Universidad de Jaén, p. 640, udl.cat.
- En el Islam se distingue la figura del esclavo y la del cautivo.
- Idem, p. 645.
- Un caso parecido, aunque con algunos siglos de diferencia, fue el de Miguel de Cervantes.
- Algunos estudios apuntan que cediera su lugar, también, a mujeres y niños capturados.
Bonifacio VIII, la 6.a, de 7 de mayo de 1928, en la que comisiona el Papa al arcediano y al chantre de la Catedral de Jaén para reprimir a los invasores de los bienes de la mitra y obligarles o satisfacer, en justicia, a los procuradores del obispo cautivo, bajo censura inapelable de excomunión>>.34
Es pues, que como dice la canción “La vida sigue igual” y, así, los juegos políticos del poder tenían que seguir su trascurso “natural” en la historia. La diócesis no podía gobernarse por sí sola y todo debía encarrilarse de nuevo para bien o para mal. De esto nos quedamos en que parte del gobierno de la diócesis no se habían contentado con administrar la sede a falta del obispo sino que, de igual modo, había usurpado <<los bienes de la mitra>>. De esto deducimos que los encargados por el Papa de pagar el rescate lo hicieron de modo obligado y no por “sua voluntate”. En concreto recoge Fide Fital sobre la bula35:
Nos igitur, qui paternis affectibus eidem Episcopo sic afflicto compatimur, huiusmodi pravorum conatibus obviare volentes, discretioni vestre, de qua fiduciam gerimus in Domino specialem per Apostolica scripta mandamus quatenus vos, vel alter vestrum, per vos, vel alium seu alios, omnes occupatores invasores raptores et detentores, quicumque fuerint, etiamsi forsan de Ecclesia vestra vel cuiuscumque conditionis extiterint, tam dictorum bonorum quam eorum que de predictis bonis olim ante promotionem ipsius Episcopi, Ecclesia Giennensi vacante, invasa rapta fuerint vel etiam occupata, ac illorum etiam que invadi rapi aut occupari eodem Episcopo sic detento, contigerit in futurum, quod ea omnia postquam vobis de huiusmodi invasione raptu vel occupatione constiterit, procuratoribus dicti Episcopi sine qualibet difficultate restituant, ac de dampnis et iniuriis super hoc illatis — 40→ satisfactionem exhibeant competentem, rnonitione premissa, per censuram ecclesiasticam, appellatione remota, ratione presentium compellatis; Non obstante si aliquibus ab Sede Apostolica sit indultum quod excommunicari suspendi vel interdici non possint per litteras Apostolicas, non facientes plenam et expresam ac de verbo ad verbum de indulto huiusmodi mentionem.
Datum Rome, apud sanctum Petrum, Nonis Maii Pontificatus nostri anno Quarto.
Es más, como indica la siguiente bula que escribió Bonifacio VIII en referencia al asunto del obispo y los disturbios que se estaban sucediendo por sucederle en el poder36hubo bastantes “confusiones” y “malentendidos” ya quien había sido elegido administrador de la sede, un tal Juan Miguel, que era deán de la catedral, pronto fue
- Juan Montijano Chica, San Pedro Pascual, Obispo de Jaén, IEG, 1970 p. 83, Dialnet.unirioja.es
- Fidel Fita, ope cita n. 2.
- En Marzo de 1301 y ya anunciando la muerte del santo (aunque dejando una incógnita sobre su muerte puesto que no especifica si fue degollado o muerte en condiciones insalubres). Incluso como llega a recoger el mismo Fidel Fita, se pone en duda si ese era o no el santo, cuando citando a un tal <<Don Bonifacio Gams, hablando del Santo, no titubea en afirmar que, casi todo, ó la mayor parte de lo que se ha referido sobre su vida y muerte, yace en tinieblas; y por de pronto, apoyándose en la grave autoridad de Nicolás Antonio, que dejó inciertos entre 1300 y 1303 el año y el día en que murió el escritor Pedro, obispo de Jaén, niega que se haya demostrado ser su persona la del Santo martirizado en Granada á 6 de Diciembre>>.
confirmado por el rey Sancho IV ¿respondía esto a intereses? Sabemos de las algarabías de los musulmanes contra la diócesis y la mala gestión de la misma, así se dejó la economía de esta en un estado lamentable. Aun así, lo más bochornoso de todo, fue la rapiña de la “renta regia” contra los bienes diocesanos y que se hicieron sentir, de tal modo, que hasta el propio Bonifacio VIII quiso intervenir contra los atropellos37
No hubo un tercer rescate, todas las intenciones se quedaron en el aire. Por un lado la impotencia del Papa por querer rescatar a este hombre al que consideraba de gran santidad, por otro el propio sacrificio del santo que cedía su lugar en el rescate, por otro el aburrimiento de los carceleros que ya no veían seguro como sacar partido del reo. Pero, ¿qué pasaba, mientras tanto, con el pueblo de la diócesis? El pueblo estuvo más expectante a la santidad que se cocinaba en Granada que a los intereses del gobierno eclesiástico. Este asistió, seguro compungido, a lo que se hablaba sobre las hazañas del obispo cautivo.
Desde casi el mismo momento que se comunica su dudoso martirio, como hemos señalado, en marzo de 1301, empieza a rendírsele culto ¿Por qué este hombre, enterrado en Baeza, empezó a recibir culto con tanta celeridad y se le fueron achacando una serie de gracias por su intercesión?, ¿Por qué este personaje que ha estado en la encrucijada de la propia acusación de inexistente es hoy a día, nada más hay que ir a Valencia, expuesto en tantos sitios como santo? De todas las obras que escribió este, las Glosas, escritas durante su permanencia en prisión, no son puestas, a día de hoy, en duda como muchas otras (aunque es tal su controversia, y permítanme el humor, que hasta la no autoría de ese resto está puesta en duda).38 Estas dos obras, escrita durante su cautiverio, exponen de un modo claro ese afán de consolidar tanto la fe de aquellos que pasaban por el mismo mal trago, como de exhortarles a través de una catequesis para que no decayeran. Es tal su celo apostólico, la entrega que hace, tanto de palabra como de vida39 que los ecos se hacen pronto sentir. El obispo Pedro Pascual existió, de eso ya a estas alturas no cabe
- Como señala Fidal Fitel: <<opuso á la inicua ingerencia del Fisco real sus bulas del 7 de Mayo de 1298 y la cuarta del 29 de Enero de 1300, pero sin éxito>>
- Aunque como señala el investigador Domingo Muñoz León: <<Entre los numerosos escritos que nos han llegado como obras de don Pedro, Obispo de Jaén hay tres cuya autenticidad está fuera de toda duda: La Impugnación de la Secta Mahometana, la Glosa del Pater Noster y el Tratado contra el fatalismo musulmán. Ello es manifiesto en primer lugar por la automención del autor con su nombre propio (Yo, D. Pedro, Obispo de Jaén) en las dos primeras y la referencia que el mismo autor hace en la Impugnación respecto de que ha escrito un tratado sobre el fatalismo musulmán. Pero además una serie de indicios internos confirman esta atribución. El estilo sencillo y claro es el mismo en las tres obras. Asimismo en la forma de aducir la Sagrada Escritura el procedimiento es el mismo en la Impugnación y en la Glosa del Pater Noster: se cita el texto latino y a continuación se da la traducción castellana con la frase «e dize esto». Otros ejemplos de identidad de procedimiento son los siguientes: la expresión «e devedes saber»; la forma de expresar el mandamiento de amor al prójimo llamándole «amar a su Christiano». Idéntico es también el tono pastoral y la teología trinitaria y cristológica. Incluso encontramos el mismo énfasis en determinadas devociones como en la Eucaristía.
- Eso mismo que nos señalaba San Isidoro de Sevilla, ante la impotencia de lo mal formado que estaba el clero de su época, cuando decía, más o menos: las palabras sin vida están vacías y la vida sin palabras llevan a la soberbia.
duda, que al pueblo le impactara su entrega, su martirio, su carisma religioso en general, es algo evidente por los innumerables documentos y testimonios existentes40. Era tal el núcleo de fe que levantaba este personaje que en fechas tempranas a su muerte, nada más tomar los reyes Católicos Granada, en 1492, edificaron una Iglesia en el mismo sitio donde estuvo prisionero (el Cerro de los Mártires). Más tarde, en el siglo XVII, el tributo a su figura había crecido tanto que se abrieron tres decretos de canonización, se permitió su culto público y, por último, recibió canónicamente el título de Santo.
- Lo hemos ido viendo tanto en las bulas como en el gran núcleo de fe que despierta entre las clases populares, no entre el poder coetáneo de la diócesis y del reino, el cual estaba más centrado en sus intereses.
EL OBISPO PEDRO PASCUAL