Dios en la poesía actual (Antología)

Dios en la poesía actual (Antología)

Jose Cenizo Jiménez
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Dios en la poesía actual (Antología), ed. de José Julio Cabanillas y Carmelo Guillén Acosta, Madrid, Ed. Rialp-Adonáis, 2018

UNA ANTOLOGÍA DIVINA: NUNCA MEJOR DICHO

José Cenizo Jiménez

            ¿Quién dijo que el tema de Dios está como ausente de la poesía de las últimas décadas? ¿Ya no hay quien le cante con el debido respeto poético, el necesario nivel de calidad más allá de lo meramente confesional o devocional? ¿Hay buenos poetas y buenos poemas dedicados a la fe, a Dios o al menos a la búsqueda e incluso a la duda sobre su existencia?

            La respuesta a esta trascendental y constante pregunta a lo largo de los siglos, incluida la parcela de la estética y la poesía, nos la ofrece el libro Dios en la poesía actual, una antología de poemas de cuarenta y ocho poetas que han preparado los también poetas (que se incluyen en el libro por derecho propio) José Julio Cabanillas (Granada, 1958) y Carmelo Guillén Acosta (Sevilla, 1955), profesores de Lengua y Literatura durante toda su vida profesional, reconocidos poetas, el segundo además director de la prestigiosa colección Adonáis, donde se publica con los números, atención, 661-662.

Dios en la poesía actual            Entre los seleccionados hay poetas (casi todos hombres), de todas las edades (aunque muy jóvenes pocos) y con mayor o menor grado de reconocimiento como poetas, hasta ahora, a nivel nacional. No están todos los que son (es una antología en todos los sentidos, de poetas y poemas de estos poetas), pero son todos los que están. Entre los más conocidos del panorama poético podemos citar a algunos como Luis Alberto de Cuenca, Miguel D´Ors, Julio Martínez Mesanza, Eloy Sánchez Rosillo o Andrés Trapiello.

            En el prólogo, excelente, José Julio Cabanillas hace una hermosa reflexión final: “El poeta logra quitarse esas escamas y ve con claridad que el mundo no es un mecanismo, sino un esplendor que lo ciega, que casi, casi lo deja sin palabras”. Se centran en poetas nacidos a partir de 1950 (excepto D´Ors y Sánchez Rosillo) y pretenden continuar la labor de recopilación publicada en 1970 por Ernestina de Champourcín. Lo logran con acierto y su labor de recogida y selección ha sido loable.

            Veremos variedad de enfoques y diferentes formas de expresión a nivel métrico y estilístico: sonetos se mezclan con verso libre o con endecasílabos blancos; poemas de lenguaje cercano, sencillo, con otros con matices más elitistas. En cualquier caso, su lectura debe ser pausada, poco a poco, no es un libro para leer de casi un tirón, ni muchos menos. Así lo hemos leído, durante varios días distintos, en momentos de debida concentración, con gusto por cada verso generalmente bien construido y sugerente.

            Para unos, como para Eloy Sánchez Rosillo, el maestro de lo elegíaco, todo es sagrado; para otros, es necesario una mirada hacia la emigración, al dolor del mundo, incluso votar a Jesucristo (“Campaña electoral”, de Fernando de Villena). Unos buscan el apoyo, la permanencia, el consuelo, incluso con dudas; otros lo tienen claro y hacen panegírico de su propia fe y de la figura divina. Muchos de estos poemas son inéditos, lo que da un valor especial a la antología y es prueba de la confianza depositada en los competentes antólogos.

“No basta la vida para dar bien las gracias”, dice un verso del poema “Sí”, de Enrique García-Máiquez. Gracias que damos a los recopiladores, cuyo esfuerzo ha conseguido reunir para todos, al margen -de veras- de sus creencias religiosas, de su fe, un conjunto de poemas en general bellos y maduros. De justicia es reproducir aquí, como agradecimiento, sendos poemas de los antólogos y excelentes poetas también en esta vertiente temática.

De Carmelo Guillén Acosta, el poema “Teníais razón”, del libro Las redenciones (2017), convencido de que no es posible otra forma de vivir sino con esa fe que llena. En los últimos versos escribe:

Teníais razón, el tiempo ha ido

en contra de mí mismo, ineluctable.

Por mucho que me pese, dudo ahora

de que ansíe vivir de otra manera.

De José Julio Cabanillas, el poema “Gloria”, del libro Poemas descalzos (2016),  puro agradecimiento por las maravillas del mundo, que termina:

Gloria por el rocío y el diminuto cielo

Que deja en cada brizna.

Por la caja de música que suena los veranos:

Con el lucero, el grillo; con el sol, la chicharra.

Y dejan al oído el más secreto anhelo.

Gloria que el día a la noche pasa.

Y por todas las cosas que no sé.

Una antología, pues, recomendable, divina: nunca mejor dicho.

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