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Dashiell Hammett de Cosecha Roja
Por Francisco Vélez Nieto
“Y cuando a uno le gusta el trabajo procura hacerlo tan bien como puede. De otro modo no tendría sentido. Esto es lo que soy yo”
Dashiell Hammett
Que un poeta de la altura del sevillano Luis Cernuda (1902-1963), le dedicara a Dashiell Hammett in memoriam un prólogo reconociendo ser modelo de los grandes maestros de la novela policiaca puede resultar curioso para ciertos lectores, sin embargo, otros que no conozcan al poeta Luis Cernuda y tampoco a Dashiell Hammett (el homenajeado) (1894-1961) pueden sentirse indiferentes, aunque también sorprendidos curiosos no impertinentes ante tan posible descubrimiento. Situación de lector que puede mejorar y ampliar sus conocimientos. Siendo lo deseado en verdad que la crónica puede lograr ser aceptable muestra a modo de reconocimiento de los valores que representa la novela policiaca tomando como modelo Cosecha Roja. En este caso, como soy el que la comenta, puedo garantizar que estamos ante su mejor obra, junto con “El halcón maltés”, de este innovador de la narrativa de intriga y acción. Maestro del realismo poseedor de un estilo desnudo que deshecha cualquier carácter de superficialidad en la trama –riqueza que recogió como modelo a seguir Elmore Leonard recientemente fallecido-, ya que el propio cinismo y dureza de sus personajes lo impide. Y en este caso tan exigente poeta andaluz resultó ser su fiel lector. Admirador y crítico exquisito, dedicándole extenso y emocional trabajo a tan indiscutible maestro con motivo de su muerte en 1961, en el que expone las cualidades poseedoras de Hammett, tomando como ejemplo de su admirada obra “Cosecha Roja”.
Fue el inmenso Hammett, uno de los grandes maestros de la narrativa poseedor de una prosa sencilla, en la que el propio dinamismo de los personajes van creando una narración, que desde el principio va introduciendo al lector en la dinámica de la acción e intriga. Así lo manifestó en un tiempo vivido André Gide:”En Cosecha roja esos diálogos conducidos con mano maestra, son cosa para enfrentarla con Hemingway y hasta con Faulkner; todo el relato mismo de una habilidad y cinismo implacables” La envolvente narración transcurre en los años de la “Ley seca” en America, en una pequeña ciudad minera de unos cuarenta mil habitantes totalmente dominada por la corrupción. El cacique, ante la agitación que viene produciendo una huelga de mineros contrata a elementos del hampa y soborna a un sindicalista para reventarla. La factura presentada por todos estos elementos fue el reparto del dominio de la ciudad y el negocio del alcohol, escalada corruptiva que llega al extremo del asesinato de Donald Wilson hombre honesto director del Morning Herald y del Evening Herald e hijo del cacique, que también resulta ser sospechoso del asesinato de su propio hijo. Así empieza esta trepidante narración donde los acontecimientos se suceden vertiginosamente a la vez que ofrecen una imagen realista y cruda de la América de entreguerras.
La definición del estado de corrupción y bandolerismo en que se encuentra la urbe nos la pone en bandeja Hammett en sólo unas líneas al comienzo de la historia por medio del personaje principal, el inspector de la Continental, que ha sido llamado por el director de los diarios locales para que lo ayude en la limpieza de la ciudad: “El primer guardia que vi. Llevaba varios días sin afeitarse. El segundo había perdido dos botones de su poco limpio uniforme. El tercero ordenaba el tráfico en el cruce más importante de la ciudad, el de Broadway y Unión Street, con un cigarrillo en la boca. En ese momento dejé de preocuparme por ellos”
Luego nada pudo sorprenderlo cuando a las pocas horas de entregar al jefe de policía a un capo y sus compinches, éstos se fugarán de la cárcel por medio de la dinamita y en unos coches de la policía conducida por agentes. Nada de dichos sucesos, contados en directo y con crudeza, nos deben de extrañar, pues es solamente un capítulo violento de la América de los sueños que todavía continúan siendo protagonista. Pero lo curioso brota si caemos en la tentación crítica de trasladar la historia a nuestra madre y madrastra España y sus mandarines, en la que se vienen sucediendo en los últimos años espacios de corrupción y desatinos, mafia latina destructora de la democracia. Luego, no resulta ser mera coincidencia el juego comparativo. Bienvenido pues este breve retorno de Cernuda y su extensa crítica que nos invita a que “agradezcamos a Dashiell Hammett que con tanta destreza y talento proporcionará muchos con sus obras, nueva y adecuada materia para satisfacer una necesidad humana vieja como el hambre”