Cronopoética

Cronopoética
por Francisco Velez Nieto
Rafael de Cózar
Cronopoética
Gualturia
Rafael de Cózar autor múltiple, verso y prosa, brillante conferenciante, dibujador imprevisible cuya capacidad creativa le permite componer lectura e imagen propias de un agudo creador de obra extensa de variada contraestación muy diversa, es la brevedad de mi criterio, no elogio advenedizo, por quien conoce y reconoce su incesante actividad creativa, confirmación de la figura de un verdadero y provocativo creador. Y además catedrático por la Universidad de Sevilla Por lo cual puede afirmar el peligro y gozo de tener enfrente un producto de artista sólido.
Y me ha llegado de su propia mano este nuevo libro, Cronopoética compuesto de un solo y largo poema fruto existencial de medio siglo de su agitada experiencia personal. Aquí, Rafael de Cózar nos ofrece una recreación con estos vivos verso su balance de tiempo transcurrido, existencial e interpretación de su andadura en el siglo XX. Cronología de una época que desarrolla con el siguiente enunciado:”Empezaré diciendo / que hace ya bastante tiempo que casi todo / y que un susto de limón / asombra y colorea los paños calados / de mi memoria / a punto de las cruz” Mas no se trata de un examen de conciencia, un perdón de errores o auto suplicio solicitando el Purgatorio como Dante, no es el poeta dado a umbríos confesionarios donde encontrar el perdón, No: “las sábanas de la vida y la memoria / logrando hacerme experto en la costura / del lienzo y el dolor / lo suficiente al menos para volverme extensivo…” a los azares de la vida, tropiezos y caídas, adioses tiernos que no se olvidan y se relamen en e recuerdo, amigos, tan cerca y tan lejos que aquí en este largo poemario surgen para ser recordados.
Y “No es que haya perdido del todo la bravura / ni borrado a fondo la inocencia” por que la memoria del verso parece alargar la vida, vestir lo vivido con elegancia y conciencia, pese a que fue un tiempo protagonizado sin descanso, época para el recreo en un justo dictado a la memoria. Esta que lleva medio siglo a hombros del esqueleto y su pellejo, verso a verso dando vida a su andadura, saborear “los zaguanes del amor en la casa temporal de la vida, / pero ahora, más bien investigo en los trasteros” No es el descanso del guerrero ya que el poeta desconoce el suspiro de “estoy casado” mas si el estar de vuelta de tantas cosas en la que se ha visto envuelto en sus andazas y quehaceres “Es más bien el contrario: / fortaleza, saber estar, volver a encontrarse ante uno / mirándose al espejo / y renovar con uno mismo / los antiguos acuerdos conyugales”
Mas sucede que el monólogo que se narra de medio siglo no es todo y el poeta es consciente de que “”Mi papel en la farsa de este mundo” tragicómico o dramático según el día y la hora y si anda despierto el desencanto que los compulsivos años le han dejado marcado con un variado tatuaje del frenesí a la clama, que ya Calderón lo cantó en su justo término. Y aquí sigue la vida: “Mientras tanto / sigo jugando mi partida / con unas pocas carta bien marcadas” y el placer de genios desfilando y derramando esencia yb placera disfrutados nunca sin faltar el vino de la vida en botellas nunca medio vacías que el poeta saborea con la templanza de un paladar agradecido.
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