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Concha Lagos
Una Interesante Escritora Cordobesa
Concha Lagos, cuyo verdadero nombre era María de la Concepción Gutiérrez Torrero nació en Córdoba a principios del siglo XX, vivió en la plaza del escudo 3, junto a la iglesia de San Nicolás
Trasladándose de pequeña con su familia a Madrid. Sufriendo nuestra protagonista un olvido cruel e injustificable en su ciudad natal, Córdoba, teniendo en cuenta su innegable talento como escritora, editora y emprendedora cultural, favoreciendo y acogiendo a jóvenes valores literarios de la época y contemporáneos españoles y extranjeros. Pese a carecer de experiencia editorial, lanzó la revista Ágora, abarcando su existencia desde noviembre del 56 a julio del 64, sin ignorar que supondría una aventura arriesgada, contando con los ahorros del estudio fotográfico que tenían Concha y su marido Mario lagos, por el que pasaron miembros de la generación del 27, autores teatrales, y personalidades del mundo del cine y mujeres escritoras como Gloria Fuertes, Cristina Lacasa, Carmen Conde, Ana María Fagundo, etc.,
Fundó la revista Ágora, convirtiéndose ésta, en una de las revistas literarias más sobresaliente de las décadas del 50 y 60, acogiendo incluso traducciones e introduciéndose también en Universidades americanas. Se extingue la misma al esperar infructuosamente la aportación generosa de escritores y poetas, precisamente, en un número especial dedicado a Don Antonio Machado (esta no llegó nunca). Es de destacar, la apuesta valiente que realiza a favor del poeta alicantino Miguel Hernández, exponiéndose inclusive a posibles represalias ejercidas por la censura. Este número monográfico se agotó rápidamente.
Honra a la revista y a nuestra escritora, el no querer supeditar la supervivencia de la misma a dictados ajenos, manteniendo su espíritu independiente, libre y rechazando ayudas estatales y de otra índole.
Mantuvo a su vez, “Las tertulias de Ágora”, los viernes en su diminuto estudio fotográfico, era sin duda, una tertulia abierta, pasaron por ella,
los maestros del 27, ensayistas, novelistas, gente perteneciente al teatro, apasionados de la pintura, poetas noveles y amistades entrañables.
Concha escribió más de 40 libros de poesía, teatro, guiones de televisión, relatos y artículos en prensa.
En 1961, es nombrada académica correspondiente en la Real Academia de Córdoba, a su vez, lo fue de honor en la de Valladolid.
Parte de su obra permanece inédita al ser escrita en los últimos años de su longeva existencia, aquejada de sordera, y habiendo cuidado con esmero a Mario, su marido años antes.
La superación de desasosiegos e inquietudes y las dudas persistentes, afloran ostensiblemente en multitud de sus libros.
Su estilo es sobrio, profundo, nada sobra y nada falta, será un poderoso acicate en el que arañar belleza a la belleza. Ella se proclamó hilandera constante que no sabe de pausas, a simple vista, le seduce sobremanera la inmensidad inefable del cielo, lo dejará dicho en uno de sus versos: “ Por la inmensidad transito libremente descorriendo cortinas de infinito”, amó la claridad por encima de todo: “ Yo siempre amé lo claro de las fuentes/ los delirios de luz en los arroyos, / los delirios de luz en los amantes.
Ríos, cometas, firmamentos, praderas, y abundantemente galaxias desfilan por la lírica de sus poemas, y sobre todo Córdoba, evocación nostálgica, leal, perenne recuerdo imperecedero que no ocultó jamás.
En el último recital que dio en los patios de Viana, sería su última visita poética a su inolvidable ciudad natal, amaba el silencio y en las callejuelas desiertas gozaba perdiéndose.
Detengámonos a escuchar uno de sus poemas:
CON MI PASO EN TU HUELLA
Es como si estuviera ya por siempre en las cosas,
pero con la alegría de un más nuevo paisaje
todo sol y mañana.
Se me cuelgan cerezas otra vez no sé cómo
Por el jardín de entonces
Y encuentro los cristales perdidos en la infancia.
Puedo decir palabras,
me están naciendo altas como un rumor de estrellas.
Puedo decir los sueños,
pero dejo al silencio que los explique exactos.
Qué despacio mi prisa para saberte el fondo.
Con mi paso en tu huella quiero quedar ahora
hasta el fin sin preguntas; sin enhebrar futuros,
que esperen las esquinas con su perfil de sombra.
Hoy a la luz le abro de par en par las puertas.
Concha Lagos, de “ Tema Fundamental”, 1961. Colección Ágora
Retrato de Concha Lagos de Anselmo Miguel Prieto.
Artículo de Ana Patricia Santaella Pahlén, Córdoba, Andalucía