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El arte es un sentir que se comunica por medio de lo que se expresa sobre el lienzo o cualquier soporte. Lo que se expresa tiene una parte tangible y otra desdibujada, que solamente podrá completar el espectador. Será una vivencia única e intrasferible.
Obras de arte que representan tantas cosas del mundo: la locura o cordura del artista, su familia y pensamientos vivos o muertos, frustraciones y lamentos, deseos ocultos, secretos, palabras jamás pronunciadas en público, caídas al abismo, lágrimas, risas, sonrisas, pedazos de cielo e infierno, situaciones diversas, fugas, fracasos y logros, acuerdos y recuerdos, caos y éxito, lo que le rodea y lo que le marca a fuego lento o con la voracidad de una centella o maldad de un tsunami.
Todo ésto va cobrando forma con el pincel, la foto, la forma dada a la escultura en piedra de las tierras de tu aldea. El artista se busca la vida deseando que su obra sea entendida y querida, puesta en los libros de arte e incluso estudiada. Las formas son diversas, vale todo, pero en el orden o desorden deseado y para comunicar lo que sale de los más recónditos escondites de su alma negra, blanca o colorada.
Es algo que realizas de forma libre y que te ofrece libertad, y aunque tengo la certeza de que los estudios son muy necesarios, sé también que el creador siempre se dejará llevar en su trabajo por su interior, sus vivencias, su forma de crear y dar formas. Picasso y los artistas cinetistas, innovadores y abstractos son ejemplos de lo que os cuento.
Arte es la bendición de nuestros días ante la crisis política y social tan mundialmente globalizada, el descanso de las guerras y de las ignorancias. Hay que ver mucho arte y sentirlo con talento y entrega incondicional. Es bueno ponerse del lado del creador pictórico o fotográfico y deducir lo que nos quiere decir con sus trazos y formas. Intentar pues, entenderlas a fondo, desde su raíz, y mismamente crear nuevas e interesantes historias que nos sugieran sus figuras o elementos, sean cuerdos o descabellados, figurativos o no, te rompan o no la cabeza de un machetazo o te besen en la mejilla sin amor. Te gusten o no.
El arte es espontáneo y proviene de los hombres y mujeres que lo sienten y representan. Es como un niño travieso, y en su expresión nos recreamos y convencemos, sean sus líneas sobrias o muy diversas. Es materia oculta dónde descansan los miedos de su autor/ra y representación del sentimiento profundo de un hombre que sufre o está inmensamente feliz. Es diversión y divertir, inversión del tiempo, trabajo y complicado negocio del hoy por hoy. Es provocar movimientos de masas y cometer infracciones, si hace falta.
Es simpleza y complicidad, entrega incondicional y la más pura realidad caótica, representativa o inventada.
Mi madrina pintaba con naturalidad y amor, era buena dibujante y vendía muy bien sus obras, tenía exposiciones y salía en la prensa y las revistas nacionales. Para ella es un modo de vida, si eres pintor, éso va siempre dentro de ti y de todo lo que ves, sacas una creación, única, expresiva, icónica o no y amada, muy amada.
No nos engañemos, los cuadros de las exposiciones, nos entretienen y entregan a la gloria terrenal, al sentimiento profundo de paz celestial, y a la par, desarrollan nuestras virtudes, haciendo que nos olvidemos por unos momentos de los desastres de nuestras vidas particulares, especialmente sentidas y lamentadas día a día y mes a mes.
Todos amamos el arte, forma parte importante del mobiliario de nuestras casas, vamos a comprar juntos los cuadros en las tiendas que nos más plazcan, unos prefieren mares y ríos de gran caudal, otros abstracciones feas, la alta montaña, figuras humanas trabajando o comiendo fruta, objetos diversos y variopintos, líneas sin orientación fija, animales descansando o perros ladrando a los extraños, espacios especiales llenos de paz, etc…
Es importante la elección de ellos, son ventanas abiertas al mundo en nuestros tiernos hogares, alegría de nuestros ojos y relajación de nuestro espíritu que permanecerá siempre juvenil cuando de arte se trate. Cuánto más nos guste lo que compremos, mejor nos sentiremos en el calor de nuestros hogares junto a nuestro gato Antonio y nuestro canario Pedro.
Las obras artísticas o creaciones humanas son como una escalera ascendente hacia la divinidad, recreación profunda del alma inquieta que busca la armonía, el deseo de encontrar sentido a la vida, el fin del llanto y de los lamentos que nos hacen palpitar a más velocidad de la recomendada por los doctores. Es aprender a sentir misericordia, llegar a ofrecer perdones y olvidar los rencores necios que apagan tu vida sin medida ni control.
Las formas son sugerentes, vale lo deforme, encuentra su justo sentido lo raro y desalentador. El significado siempre está latente y se saca un sentimiento de ese mensaje. Mensaje que nadie puede llegar a comunicar, de lo contrario, lo interiorizará y vivirá en secreto. Los que deseen sentirlo, tendrán que acercarse a ver o contemplar esas obras, sugerentes todas ellas desde su primera concepción y materialización de ideas, de gran colorido o monocromáticas, pero siempre a rebosar de contenidos.
Círculos, rectas, curvas raras, figuras geométricas, todo se combina al crear, y el resultado de tanta mezcla no puede ser aburrido a ningún ojo.
El pintor mueve con genio su muñeca para dar forma sobre el soporte a aquéllo que desea que salga de sí, para que otros puedan verlo y él pueda llegar a guardar en su bolsillo de la camisa, algún gramo de sana y sabia libertad. También algún eurillo.
Los admiradores de las formas, hacemos de los artistas hombres libres, felices, realizados y optimistas. También les damos de comer, al comprar sus obras. En ocasiones, pagamos altos precios. No es mi caso, pero sé de mucha gente que lo hace.
El artista gusta de ofrecer su trabajo, ama que otros disfruten y comenten y siempre desea saber de opiniones para mejorar.
Nunca el pintor podrá dejar de hacer, aunque sea, un simple garabato sobre un viejo folio roto. Incluso en medio de la amargura y el luto podrá apetecerle pintar o crear cualquier cosa que le abstraiga y lleve a otro mundo más fácil, un mundo mejor, más humano, más deseado.
Para mí el arte puede ser todo lo que cuento, pero aún tengo más que contar. Mucho más.