CARTA A UNA DESCONOCIDA, LA NOVELA DE STEFAN ZWEIG
(La desolación del rostro olvidado)
Autor: Francisco José García Carbonell.
Vuelta de Viena, el escritor se encuentra una misteriosa carta escrita por una mujer. Esta en la misma le reitera la pasión que siempre ha sentido por él. El misterio, a partir, de aquí, pica la curiosidad del hombre ¿quién es esta que dice que fue vecina suya y que marchó a los trece años por motivos familiares? Por más que intente recordar no le pone cara.
La breve novela que presenta Zweig es de una “tristeza inusitada”, así, dicho bien. Pues la propia tristeza que recorre la obra, sobre todo al final, radica en ese pozo profundo que es el olvido, y el cual puede producir un dolor inmenso a aquel, que, viendo al ser amado bebe del río Leteo, ve como su rostro queda desdibujado en la memoria de este.
Tras esa carta misteriosa se da una sucesión de acontecimientos, y que terminan convirtiendo a los extraños en amantes. El problema radica aquí, cuando para uno esto se convierte en un juego sin sentido, y para la otra en el fin anhelado en su vida. Nada es lo que aparenta, cada cual imagina lo que quiere, y el telos prosigue.
Viena vuelve a aparecer en la vida del escritor, aunque este nunca ha apartado la mente de la ciudad de las artes y la cuna del psicoanálisis. Es curioso que este drama tan lleno de afectos aparezca una ciudad tan asociada a la cura del alma ¿por qué le ama ella de un modo tan apasionado? ¿por qué su amor no le afecta a él lo más mínimo? ¿Por qué esa Viena, conocida durante una época como la roja, oscurece el rostro de ella en la memoria de él?
Cuando se despiden, con el rostro muy presente, también prometen volver a verse. La distancia y el tiempo convierten esas pretensiones en nada. Él olvida su cara, ella tiene un hijo, fruto de aquellos encuentros tan apasionados y esperanzadores. Él vuelve a sus quehaceres, ella termina resignándose con la vida que a partir de ahora va a llevar, volcando toda su alma, todas esas esperanzas que se le había negado, en velar por su retoño. De ese modo, y como si aún esta quisiera demostrarle algo a la vida, a pesar de las penurias que pasa, unidas estas al desconsuelo del rostro olvidado, consigue dar a aquel hijo una muy sólida educación.
CARTA A UNA DESCONOCIDA, LA NOVELA DE STEFAN ZWEIG